Reyes Estévez

Es posible que mire su curriculum y le falte una medalla Olímpica. Lo que le duele es no haber ido a Sidney porque allí pudo tener su premio. Era su mejor momento. Después del Mundial de Sevilla, con una carrera que se colocó entre los eventos deportivos más vistos del momento. Fue en la disciplina del 1.500, donde España disfrutó en los 90 de una generación espectacular.

Reyes Estévez tiene un talento natural. Lo comenzó a demostrar cuando sus amigos iban al colegio en bicicleta y él lo seguía corriendo. Lo que para él era normal, para los demás era inalcanzable. Rompió todos los registros de su época junior, y esas condiciones le convirtieron en uno de los mejores atlétas que ha dado nuestro deporte. 

El Mundial de Sevilla fue su momento. Pero los Juegos Olímpicos de Sidney fueron su gran decepción por una ausencia que hoy no entiende. Tenía la marca, pero le dejaron fuera por una decisión presidencial. Se reveló, pero esa falta aún le duele. Un tipo despistado capaz de ganar con otras zapatillas porque las suyas se las había olvidado. 

Es curioso que con un curriculum tan espectacular, su gran victoria haya llegado ya retirado. Fue en la Maratón de Berlín, por correrla, por terminarla, y por continuar a pesar de haber perdido a su padre horas antes de la prueba. Lo cuenta y se emociona. Eso, y mucho más. Es Reyes Estévez. Un Pelao de maquinilla y cuchilla. 

Caricatura: @caricaturas_Leafar

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