No es un calvo más. No es un calvo cualquiera. Por muy prematuro que pueda ser, Marcos López vio como se caía el pelo a los 10 años. Sin entender cómo, se vio sin pelo. No se considera calvo, sino carente de cabello. Sufre alopecia areata universal, y su adolescencia está marcada por tratamientos durísimos que un día decidió dejar para evitar sufrimiento. Iba para estrella del fútbol, y achaca a la cortisona no haber podido continuar camino de Primera División.
Jugó en el Oviedo y en el Valencia, pero donde se ha dado a conocer es en los medios de comunicación. Le dijo "no" a Pedrerol, pero le llamó José Antonio Abellán para un sorteo de Champions y ahí cambió todo. La RTPA le llamó para comentar la Champions League, y ahí le conocí. Después, Atresmedia, Movistar, la COPE... pero sin dejar de lado el fútbol. Colaboró con varios entrenadores, con la Real Sociedad y se fue a Italia para formar equipo con Luis Enrique y la Roma. Nunca habló abiertamente de su salida, pero sí lo hace en El Pelao.
Marcos López es ovetense, y oviedista, y un tipo que tenía que pasar por El Pelao para dar a conocer su historia. No es calvo, pero sí le falta el cabello. Y para él fue mucho más duro que para alguien que ve como se le cae el pelo. Pero eso no le cambia la sonrisa ni el optimismo para ver la vida. Puede ser un gran ejemplo para mucha gente.
Caricatura: @caricaturas_Leafar
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