Isabel de Farnesio fue la segunda esposa de Felipe V, el primero de los reyes Borbones en España. Los problemas mentales de este rey le sumieron a lo largo de la vida en largos periodos de euforia seguidos de momentos de depresión. Se cuenta que la única forma de sacarle de esos momentos de bajón era o con el fragor de la batalla o directamente con sexo. Sin embargo, la realidad es que tanto con su primera esposa, María Luisa de Saboya, como con Isabel desarrolló una dependencia y una complicidad que iba más allá de lo sexual.