El octavo episodio de la segunda temporada de Westworld coge aire y nos ofrece un capítulo centrado en uno de sus personajes secundarios antes de emprender la recta final de la temporada. Vemos la vida de Akecheta y el origen de la Nación Fantasma, una historia de amor, compasión y lucha que nos llega al corazón y que hace que este paréntesis de la trama principal sea una verdadera delicia.