Esta semana la noticia en Asia y a la que miró buena parte del mundo fue la visita misteriosa y envuelta de secretismo de Kim Jong-un a Pekín. El líder norcoreano normalizó las relaciones con su aliado tradicional y devolvió a Pekín el papel de mediador en un momento clave, plenas negociaciones para las cumbres de Kim Jong-un con el presidente surcoreano del 27 de abril y la de Kim y Trump en mayo.