Llevamos décadas buscándolos sin éxito alguno. Los científicos peinan una y otra vez el cielo con los más potentes telescopios y detectores, tratando de localizar una señal que revele la presencia de seres inteligentes más allá de la Tierra. Pero la búsqueda, hasta ahora, ha sido en vano. Ondas de radio, rayos X, destellos de láser... Los investigadores tratan de analizar todas las posibilidades, todas las frecuencias, todos los medios posibles con los que una hipotética civilización alienígena podría estar comunicándose. O algo que revele el uso de tecnologías extraordinariamente avanzadas y que, por lo tanto, delatarían su presencia. Pero hasta el momento el decepcionante resultado ha sido siempre el mismo: nada.