Siempre han vivido en las tierras heladas del hemisferio sur. Son los mayores pingüinos que existen, auténticos emperadores de los hielos, y desde luego que hacen justicia a su nombre. Se sumergen en las gélidas aguas del Antártico con destreza, y son capaces de descender hasta los 200 metros de profundidad y de resistir hasta 20 minutos sin salir a respirar.
Las durísimas condiciones en las que viven fueron retratadas magistralmente por el documentalista Luc Jacquet, que emocionó al mundo con la desconocida sociedad de estos pingüinos, cuyas hembras deben recorrer cientos de km sobre el hielo para ir a alimentarse a aguas abiertas mientras los machos, durante meses, empollan sin moverse los huevos en sus nidos en una de las aventuras más épicas de todo el reino animal.
Ahora, los mayores pingüinos del planeta, acuciados por el deshielo, se encuentran por primera vez problemas para reproducirse y garantizar la supervivencia de sus crías