Un equipo de 17 astrónomos de nueve países, dirigido por científicos de la Universidad de Hawai, afirma haber hallado una prueba de que los grandes agujeros negros supermasivos, que se encuentran en el centro de la mayoría de las galaxias, podrían ser la fuente de la energía oscura, la misteriosa fuerza que está detrás de la expansión del Universo