Los inicios del Sistema Solar fueron violentos, con una multitud de cuerpos planetarios en formación disputándose a encontronazos las órbitas que hoy ocupan los mundos que sobrevivieron al caos inicial. Y en el futuro, con un Sol que cambia inevitablemente a lo largo del tiempo, es muy posible que alguno de los planetas de nuestro entorno abandone su órbita y se precipite contra los demás. Nada en el Universo dura para siempre, y nuestro hogar en el espacio tampoco lo hará. ¿Pero cuándo será eso? Un equipo de matemáticos acaba de decir, en un artículo publicado en 'arXiv', que no antes de 100.000 años.