A lo largo del tiempo, los seres humanos hemos evolucionado tanto que a veces cuesta trabajo creer que realmente procedemos de unas criaturas que, hace unos dos millones de años, solo medían 1,20 metros, estaban totalmente cubiertas de pelo y apenas empezaban a erguirse tímidamente sobre sus extremidades inferiores para pasar de ser cuadrúpedos a bípedos.