Cuando los astrofísicos simularon el ascenso y la caída de civilizaciones alienígenas, descubrieron que, si una civilización experimentara un crecimiento tecnológico y un consumo de energía exponenciales, pasarían menos de 1.000 años antes de que el planeta alienígena se calentara demasiado para ser habitable.
Y lo peor, esto sería cierto incluso si la civilización utilizara fuentes de energía renovables, debido a la inevitable fuga en forma de calor, como predicen las leyes de la termodinámica.