Un equipo internacional de investigadores, liderado por astrónomos de la Universidad holandesa de Leiden y utilizando el Telescopio Espacial James Webb, ha conseguido observar, en el corazón más profundo de una oscura y densa nube interestelar, el hielo más frío hallado hasta la fecha.
Sus moléculas, a menos 263 grados centígrados, están apenas 10 grados por encima del cero absoluto, que con sus menos 273,15 grados es la menor temperatura posible en la naturaleza. Estos hielos, hechos de distintos materiales, resultan esenciales a la hora de 'construir' planetas habitables.