En nuestro primer capítulo, contamos con Donato Mbuamangongo Malango Dyombe, que nació en EEUU, creció en Guinea Ecuatorial y llegó a España con 13 años para, décadas después, irse con su mujer y sus hijos a Reino Unido.
De vuelta a Madrid, nos habla de su recorrido vital que, como la mayoría, cuenta con tramos bellos y también amargos. Ambos definen la persona que es hoy. Bueno, eso, y haber pasado su adolescencia a miles de kilómetros de sus padres. Becado en un colegio interno de Aranjuez y con muy pocos recursos, algunos de sus compañeros de clase y pasillos se convirtieron en hermanos de vida y en el motor de su motivación para crecer, formarse y atreverse a cumplir sueños, pese a que lo fácil hubiera sido perderse en el camino. Por suerte, no solo no se perdió sino que cuando las cosas se pusieron difíciles, ya que fue padre muy joven, tiró de confianza y determinación. Las mismas que han provocado que, pese a ser farmacéuico de formación y haber trabajado durante buena parte de su vida en el mundo de la moda, ahora tenga su propia agencia de representación, M.O. Magagement Group, desde donde acompaña y representa a talentos y líderes afrodescendientes y les recuerda lo importantes que son. No podemos contar qué objeto llevó al estudio de grabación pero sí que la música ha sido fundamental para él casi, casi desde que nació.
Nadie nos ha dado vela es un proyecto de Lucía Mbomío y Laurent Leger-Adame que aborda la identidad de personas migrantes, de ascendencia migrante y racializadas a partir de tres preguntas: ¿De dónde eres? ¿De dónde dicen que eres? ¿De dónde sientes que eres?
Estas cuestiones suponen el arranque de conversaciones que versan sobre comidas, música, religión, educación intra y extramuros, la relación con nuestros progenitores, la distancia o proximidad con nuestra o nuestras culturas de nacimiento, crecimiento y/u origen, la forma en la que expresamos (o no) afecto y, en definitiva, sobre qué elementos nos construyen a lo largo de nuestra vida y provocan que nos sintamos parte de un lugar o… no. También configuramos nuevas matrias, espacios de pertenencia que pueden estar muy alejados de himnos o banderas, son intangibles y están más conectados con los barrios o los recuerdos de infancia que con países y fronteras.
Charlamos sobre el no lugar, tener raíces plantadas en dos tierras, beber de dos fuentes y pensar o expresarse en dos mundos y, a ratos, no sentirse de ninguno. No faltan los tramos relativos a cómo es nuestro vínculo con el país de origen, a la idealización por necesidad de formar parte de algún sitio y al miedo a la vuelta, pese a que, en realidad, pueda tratarse de una ida. O no.
Abordamos las decepciones y flechazos hacia los lugares impresos en nuestro ADN y cómo nos los imaginamos basándonos en los relatos impregnados de nostalgia de nuestras madres y/o padres, de cuánto les cambió la migración a ellas y a ellos y de cómo ahora, al igual que nosotros, son un poco hijos del camino.
Publicado: 11 diciembre 2025