Escuchar el cine: las bandas sonoras de nuestra vida

00:00 /40:09

Los ganadores del premio Goya Roque Baños, Olivier Arson y Lucas Vidal y la compositora Vanessa Garde cuentan cómo se realiza una banda sonora.

Esa música imprescindible que en las películas nos ayuda a comprender las historias y a sentirlas con mayor intensidad. Con ellos repasamos la lista de nuestras favoritas muchas de las cuales son ya partituras universales.

Transcripción


A mí me gusta pensar últimamente que una gran bondad sonora es una bondad sonora que no puedes poner a otra película, ¿no? Que que la coges y no encaja en ninguna otra historia o en ningún otro contexto. Supongo que es es difícil y no sé si es necesariamente un una garantía de calidad, pero es algo que me gusta ver y escuchar y no es tan fácil, de hecho. Entonces, diría que igual un maestro de las ondas sonoras sería alguien que sea capaz de replicar esa cualidad en cada los proyectos en la que está trabajando. En cada película tienes que encontrar como un lenguaje diferente sin, por supuesto, perder, bueno, algo de tu voz propia.

A veces, en un discreto segundo plano y otras cobrando mayor protagonismo, la música en las películas nos ayuda a comprender las historias y, sobre todo, a sentirlas con mayor intensidad.

Como explica Olivia Arson, el compositor ganador de dos premios Goya, cada película es un mundo y cada banda sonora tiene que encontrar su propio lenguaje e identidad.

Junto a él, Vanessa Garde, Lucas Vidal y, cómo no, Roque Baños, uno de los creadores más prestigiosos de nuestro país y poseedor de tres premios Goya, dedicamos el episodio de hoy a una parte esencial de las películas, cuyo método de trabajo se desconoce, aunque gracias a él existen maravillosas partituras para la posteridad.

Un oficio no solo indispensable dentro del arte de hacer películas, sino que es un arte en sí mismo, porque las bandas sonoras no solo ponen música y emoción al cine, sino también a la propia vida.

Somos Julieta Martialai.

Y Juan Silvestre.

Y esto es.

Amanece que no es podcast.

Fotogramas y fundaciones GAE presenta, Amanece que no es podcast.

Depende de de muchas cosas, depende de cuándo quieran tanto los productores como el director empezar a trabajar con el compositor. Creo que también tiene que ver la la confianza, ¿no? De que de que hayas trabajado antes o no. Es más habitual en casos de que no hayas trabajado con ese director, por ejemplo, pues quiera contactar contigo antes, pues para para contarte cuál es su visión, qué te parece, que te manden un un guion incluso con antelación al propio rodaje y que ya quieran empezar a escuchar alguna idea, lo más habitual es que sea a partir de que te den un un montaje más o menos cerca de el definitivo, bueno pues para ir ya creando los temas echándolos en la película viendo cómo funcionan etcétera etcétera pero como como decía hay casos que desde el guión quieren escuchar algo, las conversaciones con el director pueden ser muy anteriores a que te den ese montaje definitivo de de imagen y, por supuesto, desde esas propias conversaciones, pues puedes ir enviando ideas para que las escuchen, etcétera.

Me ayuda todo tanto dentro de la película como fuera, ¿no? Por supuesto, es el guión, la relación con el director o la directora, las razones por los que uno director o la directora, las razones por las que uno quiere hacer esa película, quiere contar esa historia en ese momento, social o político, pueden influenciar un montón de cosas. Luego, en cuanto a la peli, yo soy muy sensible al sonido también, en general, es algo que me puede ayudar, no tanto por para inspiración, pero, pues, para guiarme, ¿no? De pensar aquí va a haber mucho sonido, aquí va a haber un sonido más áspero, aquí va a haber un sonido más, no sé, a veces pienso en eso también y y luego el color. Sí que es verdad que el color de la foto es algo que me suelo fijar bastante.

Tiendo a a identificar o asociar colores a sonidos y entonces pues a veces parto parto de esas cosas también.

A la hora de iniciar la composición, me, bueno, pues, me inspiro un poco en el personaje, la la situación del personaje, qué qué qué lo que le pasa. También, por supuesto, el ritmo del montaje es muy importante, pero siempre empiezo primero con los temas principales, ¿no? Y qué quiero contar, qué qué qué historia voy a ayudar a contar también a través de la música.

Roque Baños tuvo un golpe de suerte para entrar en el mundo del cine y abrirse paso en su carrera como compositor. Ese suceso feliz se produjo en mil novecientos noventa y siete, cuando conoció a Gabino Diego y el actor, sorprendido por su creatividad, se lo comentó al director Emilio Martínez Lázaro, que preparaba por aquel entonces carreteras secundarias. Desde allí, Baños ha trabajado prácticamente en todos los géneros en cine y series, acumulando nominaciones a los premios Goya y tres estatuillas por las bandas sonoras de Salomé, de Carlos Saura, Las trece rosas, de Martínez Lázaro, y Los crímenes de Oxford, de Álex de Álex de la Iglesia.

Que dios nos perdone, madre, asbestas, cerdita o El padre bueno, son algunas de las bandas sonoras que ha compuesto Olivia Arson, colaborador habitual de Rodrigo Sorogollen, al que hemos escuchado hablar sobre la inspiración para componer.

Y también hemos oído a Lucas Vidal, quien ha puesto banda sonora a Palmeras en la Nieve, Nadie quiere la Noche o El árbol de la sangre.

Julieta, yo creo que en este podcast lo primero que tenemos que hacer es sacar el teléfono móvil del bolsillo y confesar qué bandas sonoras son las que suenan en nuestro, bueno, nuestro Spotify o reproductor de confianza. Por ejemplo, ¿tú cuál es la última que has escuchado, pues, mientras venías aquí? A lo mejor Bueno,

yo tengo dos o tres que que son recurrentes en mi biografía. Soy adicta a Ennio Morricone y, sobre todo, a la reinterpretación en Biolotxe lo que hizo yo yoma de algunas de sus composiciones, que son increíbles. También me acompaña muy frecuentemente el último samurái de Hans Zimmer, Kila y su Drácula de Coppola también son vitales. Y ya cuando tengo arrebatos de melancolía, me pongo la banda sonora de los abrazos rotos de Alberto Iglesias con esa guinda, que es el tema A ciegas de Miguel Poveda, Llanto seguro.

Llanto asegurado, yo yo era garantizada. Pues mira, yo creo que la banda sonora que más veces he escuchado en mi vida es Memorias de África, que es es verdad que es un clásico, pero la sigo escuchando. Me gusta muchísimo también la misión, es una banda sonora que escucho Morricone. Morricone, sí, también bastante y bueno, luego clásicos tipo que ya sabes que me gusta mucho Dirty Dancing, la escucho bastante también. Bueno, clásicos que eso ya no no son bandas sonoras al uso, ¿no?

Compuestas, sino, pues bueno, flashdance, todas estas míticas, pero que al final son canciones que se utilizaron, no es la banda sonora compuesta.

Pero que son fantásticas para planchar.

Por ejemplo. De tarde para la ira a Exodus y de ocho apellidos marroquíes a Millenium, lo que no te mata te hace más fuerte, la compositora Vanessa Garde es una de las españolas que trabaja entre nuestro país y la ciudad de Los Ángeles. Le hemos preguntado cómo comenzó su periplo en la Meca del Cine.

A graduarme de ver Click OLEtion Music, que es donde estudié filmscoring en Boston, y vi que el siguiente camino era, pues, coger experiencia. Qué mejor manera, pues, que empezar directamente en en la cuna del cine, ¿no? Porque pensaba que era la ciudad donde iba a haber más oportunidades para trabajar en diferentes equipos de trabajo de otros compositores, para aprender un poco de ellos y para entender muy bien cómo funciona su industria y aprender, sobre todo, todas las labores de todo un equipo que se conforma en la parte musical, ¿no? Porque un compositor no es solo un compositor, sino también el equipo que tiene detrás. Entonces, bueno, me sirvió muchísimo, estuve casi dos años allí, y me sirvió mucho para aprender, ¿no?

Cada cada parte de que requiere llevar a cabo una banda sonora. Mucha suerte también porque, bueno, pues estuve en el equipo de de Bin Newman, de Jeff Rousseau, de Revmond Control, que es la empresa de Hans Zimmer, aunque no directamente para él, pero sí para una compositora que trabajaba allí. En fin, o sea, que para bastantes nombres de la industria de allí, que me aportó, pues pues eso, un poco como ir atando piezas y, digamos, sacando el recetario, ¿no? De que sí veía que funcionaba mejor y que y que no me funcionaba tanto para luego la hora, la cara a futuro. Cuando decidí ya apostar por ser compositora, pues tener mi propio mi propia receta.

También en Hollywood ha trabajado Lucas Vidal, que formó parte de la saga de derrapes y carreras de coches de Vin Diesel, Fast and Furious, con la banda sonora de su sexta entrega.

Fast and Furious fue un proyecto precioso del que aprendí un montón y y estoy muy contento de de también, pues poder vincularme a las al cine americano y y y estar un poco a caballo entre Europa y Estados Unidos. La verdad es que no tengo preferencias, cada proyecto es un mundo y me encanta siempre salirme de mi zona de confort y estar abierto a nuevas a nuevos géneros y nuevas propuestas.

Y como ocurre siempre en nuestro podcast, cuando hablamos con creadores que han trabajado en el mercado americano, Garden nos cuenta cómo de diferentes o no su labor allí.

Pues digamos que la diferencia se puede dividir en varias categorías. O sea, por una parte yo creo que tenemos el tema de calendario y de tiempos. Normalmente los proyectos españoles tenemos un poquito más de tiempo para poder trabajar en ellos y mimarlos. Sobre todo porque yo creo que es un trabajo un poquito más artesanal y también dado que los equipos de trabajo suelen ser más pequeños de gente involucrada dentro del departamento musical. Entonces es cierto que la digamos la esa parte artesana de cuidar el pues, lo que se hace musicalmente, esa artesanía que va en pensar muy bien cuál es el nuestro propio guion y estructura, ¿no?

De la banda sonora, el desarrollo de temas, cómo evolucionan a lo largo de la película, pues, va muy mano a mano con el director o directora y y normalmente en España nos suelen dar un poquito más de tiempo para ello. Sí que es cierto que claro una de las grandes también diferencias era seguramente la parte de presupuesto, que ahí digamos que es un un cara, hay un cara b. La cara de tener más presupuesto evidentemente pues puedes, digamos, tener un poquito más de de gasto en la parte de producción musical, pues en qué con qué orquesta grabar, en qué estudio grabar, o con los medios ¿no? Disponibles para para todo ello. ¿Qué pasa?

Que normalmente esta esta despliegue de medios suele ser proporcional a las opiniones y cuántos filtros hay que pasar para tener tu música aprobada, ¿no? Entonces, es muy típico en Estados Unidos hacer test de audiencias, que el propio estudie, pues, opine, la productora opine, que el director o directora opine, que, pues, eso, que después de esos pases se dé bien porque hacen sus encuestas y qué te falla de la película y dónde no funciona la música y ese tipo de cosas. Que igual es un poquito más demanding que, digamos, que hay que cuadrar un poquito más y, digamos, complacer a todas las las partes involucradas.

El procedimiento a la hora de crear una banda sonora no siempre es el mismo. Podríamos decir que hay casi tantas maneras de abordar la tarea cómo compositores haya, pero también según las necesidades de producción y sus, a menudo, ajustados calendarios de entrega.

Hay compositores que empiezan a trabajar con la película ya rodada y otros que lo hacen mucho antes. Roque Baños y Olivierson nos hablan de ello.

Depende de de muchas cosas, depende de cuándo quieran, tanto los productores como el el director, empezar a trabajar con el compositor. Creo que también tiene que ver la la confianza, ¿no? De que de que hayas trabajado antes o no. Es más habitual en casos de que no hayas trabajado con ese director, por ejemplo, pues quiera contactar contigo antes, pues para para contarte cuál es su visión, qué te parece, que te manden un un guion incluso con antelación al propio rodaje y que ya quieran empezar a escuchar alguna idea. Lo más habitual es que sea a partir de que te den un un montaje más o menos cerca de el definitivo.

Bueno, pues para ir ya creando los temas, echándolos en la película, viendo cómo funcionan, etcétera, etcétera. Pero, como como decía, hay casos que desde el guión quieren escuchar algo, las conversaciones con el director pueden ser muy anteriores a que te den ese montaje definitivo de de imagen y, por supuesto, desde esas propias conversaciones, pues, puedes ir enviando ideas para que las escuchen, etcétera.

En mi caso, suelo trabajar en las en las bandas sonoras con con mucha antelación, desde el guion o incluso antes del guion, que me ha pasado recientemente, que tenía un director que quería música para escribir a partir de, bueno, de un principio de guion, una idea, por supuesto. Es un método que me gusta mucho porque me permite tener más tiempo de profundizar en la historia y en el y en el contexto, en lo que se quiere contar, y también es una manera de, bueno, de poder explorar más más posibilidades. Pero bueno, es es un método como otro. La contrapartida es que a veces son procesos que pueden resultar un poco demasiado largos y y cansados, y la verdad que me encantaría algún día hacer lo contrario y y poner música a algo que acabo de ver, ¿no? Y trabajar más desde desde la intuición y desde algo como más espontáneo, sin racionalizar tanto.

Arson, además de para las películas a las que hemos aludido en el inicio del programa, ha compuesto música para series, pues, como La Zona, Antidisturbios, Apagón o Nos vemos en otra vida, una tarea a la que se enfrenta en igualdad de condiciones.

No veo mucha diferencia entre series y cine. Yo he tenido la suerte de que, al menos todos los proyectos en los que he estado involucrado hasta ahora, creo que nunca se han hecho los proyectos de serie, me refiero. Nunca se han hecho pensando que era una serie, o sea, siempre se ha hecho pensando que era una historia que contar lo mejor posible y de la manera más cinematográfica posible. Yo pienso igual, no hago distinción en en ningún caso. Cierto que son a nivel de trabajo, suelen ser más exigentes y hay menos tiempo, aunque también en ese sentido he tenido bastante suerte hasta ahora y he podido investigar bastante antes de de cada proyecto que que me ha tocado hacer y y me gustan.

Si para Arson apenas hay diferencia entre cine y series, Vanessa Garden nos ofrece otra visión. Ella ha trabajado en ficciones televisivas como Velvet o Un asunto privado, y en Estados Unidos en el programa de competición The Titan Games presentado por el mismísimo Dwayne Johnson.

Realmente el trabajo para cine y para televisión sí que se suele plantear de forma diferente, sobre todo a la gran escala, ¿no? O sea, la gran escala un poco temática de ver cómo evolucionan los personajes, cómo evolucionan la propia parte musical. Digamos que en series como la cantidad de música al final a sacar adelante es bastante mayor también en cuanto a metraje ¿no? Y a y a duración. Digamos que hay que trabajar de forma un poquito más estratégica en cuanto igual empezar a crear una librería incluso antes de empezar a ver visual basado en guion o hablando con el director y directora para que luego no nos guíe el torero sobre todo dado con los tiempos que nos suelen dar, ¿no?

En series, a ver, los tiempos varían pero normalmente a ver me ha tocado hacer series en las que prácticamente se entregaba un capítulo por semana o daban un poquito más de tiempo, o sea ha habido a veces que tenemos tenido como tres meses para poder trabajar en una serie, por ejemplo, de ocho capítulos, ¿no? Y a veces incluso más, un poquito más de tiempo. A ver, normalmente en una serie de ocho capítulos lo ideal es tener unos seis meses para poderlo preparar bien y poderlo trabajar a fondo bien. Pero la realidad también de las plataformas y de las producciones es que muchas veces los calendarios vienen muy atados a fechas de estreno. Entonces la parte musical como suele venir más en postproducción cara al final, pues tenemos hacer lo posible pues por entregar en tiempos, ¿no?

Yo creo que ahí sí que es importante tener una muy buena planificación, un muy buen team, o sea, un buen equipo de trabajo, pues que te puedan ayudar en la parte de la mezcla o que de repente igual un mapa global del del uso de la propia música dentro de la de la serie.

Como comentábamos al principio, Roque Baños ha trabajado, prácticamente, todos los géneros cinematográficos, del thriller a la comedia, pasando por el drama o el musical. A la hora de componer, ¿esto supone alguna diferencia?

Evidentemente, las hay. Para abordar una banda sonora, primero tienes que sumergirte un poco en ese género, ¿no? Quizás escuchando cosas, probando en el piano qué qué tipo de de melodía puedes utilizar, o sea, necesitas, al menos yo, necesito un tiempo de de adaptación al género. Pero esa es la la la única diferencia, el período de adaptación. El resto es, pues, es es un poco similar, ¿no?

De un género a otro. Se trata de encontrar el sentido que tiene que llevar la música en una escena, y esa escena da lo mismo de lo que sea, de acción, cómica, thriller, terror.

Año dos mil dos, llegaba a las salas de cine una comedia española sobre relaciones sentimentales dirigida por Emilio Martínez Lázaro, que triunfaría reventando la taquilla con una recaudación de más de doce millones de euros. Hablamos, por supuesto, del otro lado de la cama, uno de los pocos musicales producidos en nuestro país en las últimas décadas.

Con la dirección musical a cargo de Roque Baños, actores como Ernesto Alterio, Paz Vega o Natalia Berbeque ponían voz a canciones de Kiko Veneno, Coquemaya o Tequila, y aunque lo hacían con dispar resultado vocal, aquellas peladizas versiones fueron todo un éxito, tanto que tres años más tarde habría incluso una secuela.

¿Y cómo fue para Roquebaños trabajar en esta producción tan especial?

En todas las que mencionáis, he tomado parte tanto en la en la adaptación de las propias canciones como como en la banda sonora, cómo no. Y, evidentemente, esto es una ventaja, puesto que, bueno, pues, de alguna manera puedes controlar qué tipo de sonido, qué tipo de tono, de qué manera puedes combinar las dos cosas, ¿no? Tanto la banda sonora original como las canciones. No es muy distinto a a cuando no hay hay canciones, simplemente tienes que tener en cuenta lo que estás haciendo en esa propia canción para desarrollar o para establecer tonos y regestaciones en la mano sonora original.

No podemos decir que el género musical se ajeno al cine español, y ahí están para demostrarlo todas las tramas de copla y cuple de imperio argentina, Saramontiel o Lola Flores también las películas musicales que gozaron de gran popularidad en los años cincuenta y sesenta, muy ligadas a niños prodigio, pues como José Lito, Ana Belén o Marisol, y ese espíritu y el de Pili, Mili y Rocío Dúrcal. Cada década tiene su título estrella en este género, aunque no sea tan prolífico como otros en la taquilla reciente, Pero aún así, la llamada, el cover, voy a pasármelo bien, explota, explota o segundo premio, intentan que el musical no sea una rara avis en España.

A ver, Julieta, vamos a abrir este melón interesante. ¿Tú crees que tenemos una asignatura pendiente con el musical en nuestro país?

Pues depende. Si hablamos de cine musical al estilo de Vincent Minnelio La La La La, por ejemplo, pues igual, de algún modo, sí. Aunque, como hemos dicho antes, nuestra tradición folclórica tiene peso, y por eso me gusta siempre poder recordar joyas, pues, como la del faraón con ese iba, iba de Ana Belén, que también lo canto bastante

Lanchando también.

Lanchando también las cosas del querer, por ejemplo, la rareza de Iván Zulueta sobre la música británica, que se va uno, dos, tres, a escondite inglés, me ese experimento de animación y música a ritmo de jazz latino, que era chico y Rita, Habana Blues. Lo que pasa que, claro, si hablamos de musicales como Los miserables

Claro.

Pues nosotros no tenemos esa tradición, no la hemos tenido en el teatro, nosotros lo que hemos tenido es Zarzuela, no Los Miserables, y ahora tenemos a Antonio Banderas reflotándolo como lo con España. Entonces, en ese sentido, sí puede ser que nosotros no estemos acostumbrados a hacer de películas tipo El otro lado de la cama una costumbre constante.

Claro, pero fíjate que es curioso porque yo creo que en ese sentido sí que en este país se ha arriesgado, me está viniendo a la cabeza aparte del otro lado de la cama, es verdad que fue una serie de televisión, pero me está viniendo a la cabeza Paco y Beba.

Ah, bueno, claro que sí.

Eso fue innovador.

Nosotros experimentar experimentar.

Claro, luego ya como nos salga es otra historia.

Bueno, que se lo digan a Julio Iglesias y la vida sigue igual, qué peliculón.

Totalmente, qué maravilla. Sí, es verdad, pero bueno, yo creo que se arriesgado bastante ahora con la nueva entrega del otro lado de la cama, que ya veremos.

Si hay un lugar donde se presta especial atención a las bandas sonoras de nuestro cine, es el Festival de San Sebastián, donde ya se ha convertido en tradición el concierto y proyección que llevan a cabo la Fundación SGAE, Euskadik Orchestra y Cinemaldia. Este año, celebrará su décima edición el veintiuno de septiembre en el velódromo de Anoet a las seis de la tarde, y la entrada es gratuita.

El año pasado, la Euskadik Orchestra tocó piezas de películas como Irati, Las niñas de cristal o Modelo setenta y siete, y muy pronto se desvelará el programa de este año.

También, hasta el Festival de Cine de San Sebastián, nos lleva la siguiente respuesta de Olivierson, a quien le hemos preguntado cuál de sus trabajos destacaría de forma especial.

Yo creo que siempre tengo ganas de destacar el último, porque si las cosas no se dan mal, suele ser el, no sé, el trabajo donde donde, no sé, piensas que lo has hecho mejor. En ese sentido, me gustaría destacar El Lyonto, que no has sabido todavía, pero que se estrena en el Festival San Sebastián. Es una peli de Pedro Martín Calero producida por por caballo, en la que estoy muy orgulloso la tanto la película como la como la banda sonora.

Y si El llanto, la cinta de terror escrita por Pedro Martín Calero e Isabel Peña y protagonizara por Esther Expósito se verá este año en Donosti, la pasada edición participó un emocionante documental con música de Vanessa Garde, Mientras seas tú. Es, precisamente, el trabajo que ella destaca de su filmografía.

Cada banda sonora requiere un nuevo reto y y, la verdad, es que me gusta no aburrirme, sinceramente. Quizás uno de los que me ha marcado más, por igual por cercanía también en cuanto a fechas y también un poco por la trascendencia que está teniendo también cara a premios, ha sido el documental Mientras seas tú, que protagoniza Carmen Elías, que dirige Claudia Pinto, que para mí la verdad es casi una lección de vida hacer un la banda sonora para esa película ¿no? Es una película documental basada en la historia de Carmen y la verdad es que como al verlo la primera vez me me tocó tanto y y creía que había tanto tema que reflexionar, pues la verdad que creo que la también la banda sonora de alguna manera. Intenta plasmar de forma un poquito más autoral, más personal, pues cómo podía aportar algo de granito de arena, algo que ya tenía un significado enorme y que la verdad es que no hacía falta tampoco vestir de ninguna manera porque ya de por sí sola pues la historia habla, ¿no? Pero también es un poquito hacer el ejercicio de mantenerte un poquito, mantenerte no demasiado presente pero sí presente, pero no tan latente, ¿no?

De alguna manera es como ayudar a la historia, pero sin llegar a a empalagarla, que podíamos haber caído la tentación, pero la verdad es que preferí mantenerme de forma un poquito más elegante, ¿no? En la barrera y dejar que la historia hablara por sí misma.

Sobre esto que comenta Vanessa de la sutileza de la banda sonora de Mientras seas tú, creo que hay un tema muy interesante que podemos comentar, y es si algunas bandas sonoras pecan, precisamente, de querer estar demasiado presentes. ¿Qué crees?

Bueno, yo creo que depende, claro, al final, subrayar demasiado puede llegar a tronar al espectador. El ejemplo más claro, yo creo que estamos de acuerdo, lo tenemos en Oppenheimer. Está clarísimo, ahí

salimos todos sordos.

Bueno, yo salí encantado, tengo que decirte. A mí me encantó.

A mí me gustó muchísimo la película, pero sí que el subrayado de la banda sonora me pareció excesivo, la verdad.

Yo creo que que no hubiera sido lo mismo. O sea, a mí me me introdujo como me llevó como a un lugar que que me llevaba una experiencia mucho más intensa de lo que habría sido sin esa banda sonora. Yo la defiendo mucho.

Pues fíjate que también es verdad que ese subrayado de que que yo te comentaba que me es para mí era Openheimer y que a ti te gustó Sí. Pues ya también es un debate de de de sobremesa, ¿no? Y hay gente que, pues, que se siente atronada un poco a veces por por por música de Amenábar, de las películas de Amenábar. Incluso también te diría que por la última de Bayona, que a todos fascinó y, sin embargo, a mí me llamó la atención que la gente me decía, bueno, sí, la banda suena preciosa, pero había algunos momentos en que era excesiva.

Sí, a ver, esto al final yo creo que es una cosa que va por gustos y, bueno, yo entiendo la intención de cada director a la hora de subrayar excesivamente determinados momentos, es verdad que en la sociedad de la nieve era tan bonita.

Bueno, es que se pica.

Claro, entonces a mí no me importaba escucharla todo el rato y es verdad que estaban tan bien elegidos los momentos en los que sonaba según qué fragmentos que, claro, yo chapó.

No creo que ahí, no sé, también a lo mejor algunas pelis de Almodóvar, puede haber un subrayado excesivo, sobre todo lo que tiene que ver con las tramas, con un poquito de de thriller, como digo yo.

Sí, esta cosa, bueno, esto lo hemos visto que ya para cuando se emita a este podcast lo podemos decir en la habitación de al lado, por ejemplo, banda sonora muy bonita, una vez más, de Alberto Iglesias, pero es verdad que que se ha escuchado que, bueno, que a lo mejor en algunos momentos sí que es un excesivo subrayado como, efectivamente, en los momentos de intriga, ¿no? Esta cosa de ¿no? Pero es verdad que también, en algunos casos, es como un sello de autor, ¿no? En el caso de Almodóvar, estamos muy acostumbrados a que esto ocurra y casi como que estamos esperando el momento en el que suene esa música que es tan característica de Alberto y y y de y de sus películas con Almodóvar.

De todas maneras, yo creo que en España no tenemos ningún desastre de subrayado patético como el de Gris dos, por ejemplo. Bueno, es que Eso no.

El Gris dos ya es algo

Con lo cual maravilla.

Eso era algo innecesario, absolutamente, ¿no? Absolutamente. Ahí estamos de acuerdo, sí.

Para mí, John Williams ha sido una referencia innegable, ¿no? O sea, a nivel de orquestación, de composición, pues, se nota, pues, que él también ha aprendido los grandes como Wagner, como Beethoven, Bach, Mozari. Siempre es un placer, pues, poder analizar música de genios, ¿no? Como en este caso de nuestro querido John Williams, y fue una pasada poder dirigir, pues, su música, ¿no? En varias ocasiones, y y respecto a los referentes, bueno, yo tengo muchos referentes muy muy diversos, ¿no?

Pero también orientados a una música clásica, ¿no? Como Bach, Zalkovsky, Barner, Rapmanio, Softan, y luego, pues, del mundo del cine, pues, Sergio Morricone, por supuesto, Alberto Iglesias, y luego el mundo de la música electrónica también, pues hay otros grupos, ¿no? O gente, pues, que me que me gusta, ¿no? Como DJ Tennis, por ejemplo, que me encanta.

Lucas Vidal nos habla de sus referentes en la composición de bandas sonoras, con especial énfasis en John Williams, el neoyorquino responsable, no solo de la marcha imperial de Star Wars, sino de incontables obras maestras como la música de Indiana Jones, Parque Jurásico, La lista de Schindler o ET. Tiene cinco premios Oscar y, junto con Walt Disney, el récord de nominaciones cincuenta y tres.

Hablando de grandes nombres internacionales, no podemos dejar de recordar a Max Steiner, Lalo Sifrin, Ennio Morricone, Thomas Neumann, Michael Giaccino, Hans Zimmer. La lista es larga y genial. ¿Alguno favorito, Juan?

Morricone, yo creo. No tengo duda, Morricone y Giaccino también. ¿Y tú?

Pues mira, yo te compro a John Barrie por Memorias de África y Bailando con Lobos, tengo que volver a meter a Kevin Costner de alguna manera por aquí.

Siempre siempre encuentras el hueco. Para para tú Kevin siempre el hueco.

Luego, por ejemplo, con ese de Arabia y, por mencionar alguna, a Rachel Portman con ese a Wongfu, Gracias por todo y

el niño que

era maravillosa.

Y de Hollywood volvemos a España. Olivierson ganó dos premios Goya, uno por el reino en dos mil diecinueve y otro por Asbestas el año pasado. Lucas Vidal, por su parte, también tiene dos, pero él los ganó en la misma edición, uno por la canción original de Palmeras en la nieve, que compuso junto a Pablo Alborán, y otro por la banda sonora original de Nadie quiere la noche, así recuerdan sus noches de joya.

A ver, tuve bastante blackout en las en las dos fiestas, la verdad, y no me acuerdo no me acuerdo de mucho, Pero la primera, me acuerdo me acuerdo de algo como muy colectivo, ¿no? De yo creo que yo no había entendido muy bien lo que era Goya, o sea, no le había dado a lo mejor todo el el significado que que tenía. Y entonces lo recuerdo como una fiesta de de todos, ¿no? Porque ganamos muchos. Y en asbestas, mira, me llevé las felicitaciones de que me la encontré ahí en la zona atrás cuando te dan la la estatua y tal.

Y nada, me la encontré ahí en un en un pasillo y y y se paró y me me dio la mano y me dijo que le había encantado y tal, y nada, fueron fueron treinta segundos, pero me me hizo mucha ilusión. No sé, de repente hay una una leyenda de del cinema francés, me, no sé si ya se había fijado en en mi música, pues me me hizo mucha

ilusión. Aquella noche en los Goya, bueno, cometí el error de tomarme una copita de más y los recuerdos son vagos, pero fue todo muy emocionante.

Desde un primer Goya a mejor música original, concedido a la mitad del cielo al último para la sociedad de la nieve, han sido muchas las películas y compositores premiados en esta categoría, aunque destaca, por supuesto, Alberto Iglesias, con once estatuillas, por sus trabajos para Julio Medem, Pedro Almodóvar e Icia Arboyáin. Juan, hablemos de Goyas, de premios, de ausencias. ¿Tú tienes alguna banda sonora premiada favorita o alguna que se quedó sin premio y te hubiera gustado que lo tuviera?

Pues me pillas.

Pues yo te digo un nombre, ya verás cómo pasa cómo pasa, dame la razón. Bernardo Bonetzi.

Ah, bueno, claro.

Bernardo Bonetzi, que era extraordinario.

Sí.

Y no se llevó el Goya ni por Mujeres al borde de un ataque de nervios, ni por Todo por la Pasta, aunque sí, pues nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto.

Fíjate ahora que dices Mujeres al borde de un ataque nervios, me ha venido a la cabeza que es del de las pocas películas que se han adaptado a musical en Hollywood.

Efectivamente.

Esto no lo habíamos comentado

Esto lo habíamos comentado, sí, sí, totalmente, es

verdad. En Londres yo creo que también se está haciendo. ¿Por qué aquí en España no?

Pues no tengo ni idea, no sé, porque aquí en España estamos haciendo el tiempo entre costuras.

Por eso, por ejemplo, el tiempo entre costuras, maravillosa banda sonora, por cierto.

Nadie nadie lo duda. Maravillosa banda sonora que nos Vidal, pero ¿cómo te he puesto el temita?

Bueno, bueno, bueno, en bandeja, en bandeja. Bueno,

lo que decía de Bernardo Bonetzi es que, claro, lo que le pasaba a él es que tuvo un contrincante muy importante, que no hemos mencionado todavía en este podcast, que era José Nieto, que te diré que yo bailé una de sus coreografías en mi época de bailar, en mi época de bailarina de José Nieto, grandísimo compositor. Y además, frente a José Nieto perdió el mismísimo Ennio Morricone que había hecho la banda sonora de Atame, Ya se nos olvida ese momento.

Ese momento maravilloso. ¿Tú crees que quizá? No quiero decir que sea un una categoría menor, pero es verdad que, por ejemplo, nunca se ha dado un Goya de honor a un compositor.

No entiendo por qué no. Yo, ¿sabes lo que pasa? Que a veces creo que todavía los Goya son muy jóvenes, quiere decir, y entonces para ir consolidando tienes que premiar a caras que sean conocidas, que llamen la atención y que llame la curiosidad de la gente para verlas. Entonces, claro, la banda sonora, que es algo que nos acompaña, lo lo que más nos acompaña durante nuestra vida. Sin embargo, no es algo que tenga una cara a la gente le suene como referente.

Ahora la gente sí sabrá quién es Alberto Iglesias.

Nosotros ahora

hablamos de Alberto Iglesias y sí pueden tener su cara, pero de Bernardo Bonetzi no la tendrán y mucho menos de José Nieto. Entonces, yo entiendo que poco a poco la academia irá paleando estos defectos, entre comillas, irá premiando y dando joyas de honor, entre comillas, irá premiando y dando Goyas de honor a gente en otras categorías que no sean directores o actor.

Olivia Arson nos habla de su colaboración con Rodrigo Orogoyen, esa que le valido dos premios Goya.

Cada vez más nos entendemos mejor y es cada vez más fácil trabajar juntos y y hace falta hablar cada vez menos. Los dos somos muy muy de hablar, bueno, de comentar mucho lo que lo que cada uno quiere hacer y y bueno, tenemos conversaciones muy interesantes, nos reímos mucho también y y nada, pues a mí es una persona que me que me fascina por su por su inteligencia, por su su rapidez y y el cariño que que pone a todo. Una de sus cualidades principales, yo creo que es es esa capacidad que tiene por guiarte y llevarte al sitio que él quiere, pero manteniendo una gran un gran respeto hacia la libertad, ¿no? De de creativa

Y así, ha colaborado estrechamente con Soro Goyen, Roque Baños nos habla de su trabajo junto a Álex de la Iglesia.

Trabajar con Álex de la Iglesia me ha encantado siempre, desde que comenzamos, hace ya muchos años, con muertos de risa hasta la última cosa que hemos hecho juntos, la serie mil novecientos noventa y dos. Álex es un, para mí es es uno de los grandes y además pienso que que tenemos, por así decirlo, las mismas vísceras. O sea, que cuando que cuando nos sale el sentimiento que sea, ¿no? De rabia, de felicidad, de tristeza, de miedo, cualquiera, queremos siempre que sea muy visceral, muy claro, muy muy en la cara, ¿verdad? Que no esté disimulado.

Sería imperdonable terminar un podcast sobre música y cine sin mencionar a Carlos Saura, que tanto se atrevió a explorar el vínculo entre una y otro con esa trilogía flamenca en colaboración con Antonio Gades, que fue Bodas de sangre, Carmen y el amor brujo, y posteriormente Tango, Salomé o los documentales Fado, flamenco, flamenco o J de saura. A mí me fascina y me conmueve mucho esa trilogía de Antonio Gades, que tanto influyó en mi paso vital, porque eso fue lo que me dijo yo, tengo que bailar sí o sí,

así,

y que catapultó a un talento como de la bailadora Cristina Hoyos, que mucho se habla de de de profesiones que no se promocionan lo suficiente y la los bailarines tienen un un episodio de aparte. Y, por supuesto, no me puedo olvidar de de ahí, Carmela, no

Bueno.

Con esa Carmen Maura cantando Mijaca y Suspiros de España.

Es esa es una película absolutamente maravillosa, yo diría que de las mías, de las favoritas, desde luego, de Carlos Saura, y me gusta mucho también esa trilogía, estoy de acuerdo de sangre Carmen y el amor brujo, me gustan menos las que son más documentales, por así decirlo, ¿no? Estas de los Fado, las J, tal, las veo un poquito ya más

Pues, reexploración, ¿no?

Sí, pero una cosa que se quedó un poquito quizá viejunilla, porque yo por ejemplo Sí, más lejana, porque yo vuelvo a ver Bodas de sangre o Carmen y me parecen obras maestras. A mí me parece que hizo algo inédito, Carlos

tenemos hablando de las bandas sonoras tenemos ahí un manual de falla que son palabras mayores.

Sí, sí, sí, sí, es cierto. Pero es verdad que que Saura hizo algo que no se había hecho en este país y que marcó un estilo y una manera de hacer cine fascinante, con una estética, sobre todo, brillante y una cosa muy difícil. Llevar unas bolas de sangre al cine en ese momento.

Sobre todo, cuando ve cuando ve guías de películas como Piprem Infrapé.

Efectivamente. La música, ya sea en el cine o en la vida, es mucho más

que una música, ya sea en el cine o en la vida, es mucho más que una sucesión de notas, es lo que permanece con mayor intensidad en nuestros recuerdos, y las bandas sonoras cinematográficas que marcan la evolución narrativa y las emociones de los personajes son también, y por encima de todo, obras de arte en sí mismas. Nos despedimos junto a nuestro invitado Olivier Song y su reflexión sobre el poder inspirador de este arte.

Bueno, yo creo mucho en el poder social político, en el poder inspirador de del cine y de del arte en general y la música en particular. Entonces, tener la suerte, tener el privilegio de poder dedicarme a contar esas historias y poder expresar ideas mediante la música, pues me me produce mucho placer, por supuesto, pero pero también yo creo que da me da como cierto como como cierto sentido, cierto propósito en la vida.

Has escuchado Amanece que en los podcast, un proyecto sonoro de fotogramas y fundaciones GAE. Conducción, Julieta Martialai y Juan Silvestre. Guión y producción, Álvaro Nieva.

Episodios recientes