El 12 de septiembre de 2017 Apple mostraba al mundo el iPhone X. Se había filtrado entero semanas antes y la discusión ya estaba quemada. Pagaría mucho dinero por ver cómo hubiera sido ese día Twitter o la prensa tecnológica en general, si Apple hubiera podido mantener el diseño en secreto.
Desde entonces y hasta la fecha de publicación de este programa, toda la industria, o casi toda, se ha apresurado a copiar con mayor o menor intención, con mejor o peor resultado, esta muesca que recorta la pantalla con el fin de alojar una serie de sensores y otros componentes que deben permanecer obligatoriamente apuntando al portador. Tras el lanzamiento del iPhone X, han aparecido con una muesca superior similar un total de 54 teléfonos distintos.
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