Junto a Blanca Portillo, una de las protagonistas de la icónica serie y nuestra invitada estrella, repasamos los secretos y las anécdotas de 7 Vidas, ficción que ha pasado a la historia como la gran sit-com española.
Emitida originalmente en Telecinco entre 1999 y 2006 la consagrada actriz recuerda para nosotros los inicios de la serie, el trepidante cómo se hizo y la repercusión que tuvo en su futuro profesional. Porque gracias a 7 vidas formó parte del reparto de películas de Pedro Almodóvar, entre otros muchos otros proyectos en el cine y el teatro, y gracias a los cuales su trayectoria continúa imparable habiendo recibido el Goya a Mejor Actriz y Premio Nacional de Teatro, entre otros
Además, testimonios del emblemático productor Daniel Écija, del director de casting responsable del reparto, Luis San Narciso, y del guionista Natxo López llenan el programa de divertidísimas anécdotas que reflejan la progresiva trascendencia que adquirió 7 vidas en la ficción española.
Transcripción
Todo lo que gira en torno a Siete vidas se ha convertido para mí en un enorme feliz recuerdo. La verdad es que si hubo algo malo ya lo he olvidado y me quedo solo con las cosas maravillosas que nos pasaron. Yo llegué a siete vidas haciendo un casting gracias a Luisa Narciso. Conocer a los compañeros fue maravilloso porque los conocía de verlos trabajar, a Amparo, a Javier, a Tony, y me hacía muchísima ilusión. Luego apareció Paz, que yo no la conocía y me y me cautivó.
Me encantó el proyecto. Yo creo que lo hicimos con una enorme emoción, creyendo mucho en lo que hacíamos, aunque al principio es verdad que la serie parece que pasó sin pena ni gloria, aunque después se convirtió en lo que se convirtió.
¿Quién podía imaginar que volvería de este viaje? ¿Será porque echaba de menos tanto tiempo sin hablarte?
Con esta estrofa compuesta por Emilio Aragón y que, además de él, cantaron a lo largo de las siguientes temporadas Raimundo Amador y El canto del loco, comenzaba la sintonía de Siete vidas, y quién podía imaginar que ahora, veinticinco años después, seguiríamos recordando aquella serie que ha pasado pronunciada por Sole Amparo Abaró en el episodio final, y que para los que no saben qué es, que hay mucho desubicado, se puede recuperar completa en Netflix y en Prime Video.
Así es. La serie comenzó un diecisiete de enero de mil novecientos noventa y nueve en Telecinco ante la mirada de tres millones de espectadores, una cifra que hoy sería un éxito rotundo, pero que, como dice Blanca Portillo, en aquel momento no era para tanto, aunque el tiempo y el buen hacer de su equipo acabarían por darle su lugar en la historia de las series españolas.
Con Blanca Portillo como invitada echamos la vista atrás hacia Siete Vidas y otras ficciones televisivas que se han quedado grabadas en nuestra memoria. Somos Julieta Martialay.
Y Juan Silvestre.
Y esto es
Amanece que no es podcast.
Fotogramas y fundaciones GAE presenta Amanece que no es podcast.
La trama de siete vidas se inauguró con un comienzo tan desinhibido como chocante, Cuando el veintitrés f de mil novecientos ochenta y uno, en el congreso de los diputados, se gritaba todos al suelo, David, Tony Canto, hacía lo propio cayéndose al de la ducha y dándose un golpe en la cabeza del que tardaría dieciocho años en despertar. Su volver a la vida marcaba el inicio del episodio piloto, y también el de una fórmula conocida en España como comedias cortas, pero que, en este caso, importaba un modelo de éxito en Estados Unidos, la presencia de público en el estudio durante la grabación. Aquella resurrección, de David Cantó, fue la excusa para un programa que hacía chiste de la actualidad, ya fuera social, política o televisiva, a través de un grupo de amigos que, como la coetania y famosísima Friends, vivían en dos pisos contiguos comunicados por la terraza, compartían sofá y se juntaban a tomar algo en un bar, en este caso, el casi que no.
Y como muchas sitcoms, necesitó tiempo de rodaje para que todas las piezas encajasen. Afortunadamente, y única del elenco original que estuvo de principio a fin, Paz Vega y Tony Cantó. A ellos se sumaron después Gonzalo de Castro, cuyo personaje inicialmente era solo un figurante, y más tarde Willy Toledo, Carmen Machi, Anabel Alonso, Eva Santolaria, Santi Millán o Pau Dura, después director de la espléndida película Formentera Lady y de la reciente Pájaros. En total, fueron veinte los actores que protagonizaron las tramas principales de Siete
Vidas. Detrás de aquel reparto excepcional que encajaba como un reloj, estaba el cazatalentos Luis San Narciso, uno de los directores de casting más prolíficos del cine, se le deben, por ejemplo, los repartos de La piel que habito, Los Abrazos rotos o incluso El Buen Patrón, y las series en España, y que con la colaboración de aquel reparto creó la que, con el tiempo, ha sido una impresionante cantera de actores para el cine, la televisión y el teatro nacionales e internacionales.
La típica entre los personajes era algo trabajando trabajando escenas, trabajando secuencias, y así es cuando llegas al proceso final. Es fundamental la química para que funcione la credibilidad de una historia, porque si esos personajes no se entienden, la historia tampoco se va a entender. Entonces, esa es siempre una de las partes fundamentales del proceso de casting.
Durante mucho tiempo, Luis San Narciso fue el hombre más perseguido de España. Tener su teléfono, cosa que yo tengo, era tener un tesoro, pero el tesoro es la anécdota que tiene Juan con Luis San Francisco, venga, Juan.
Bueno, pues te la voy a contar. Yo aquí no he contado, tú sí que lo sabes, pero yo aquí no he contado que yo también
soy actor.
Course. Yo estudié interpretación mientras ya trabajaba como periodista y yo hice una prueba con Luisa Narciso. Este es esto es lo que contaré. No sé si tendré nietos algún día, pero bueno, esto es lo que contaré yo a mis descendientes. Luis Sanarciso hizo una prueba con él para hacer una serie que se llamaba gominolas.
Qué grande.
Sí, y entonces no, no me he cogido, pero es verdad que tuvimos mantuvimos la relación durante mucho tiempo, hace tiempo que no que no hablamos, pero cada x tiempo sí que, pues, mandaba un email, oye, cuento contigo, por ejemplo en Visa Bis volvimos a hablar. Bueno, y y yo sí que recuerdo que que que es un tipo absolutamente encantador, que a mí me trató aquel día increíble, me hizo, claro, de repente te llama Luisa Narciso, acabas de salir de la escuela y te llama Luisa Narciso para hacer una prueba
Y te mueres, pues. Y que,
claro, te mueres. Y yo sí que recuerdo que que que él, con todo el tiempo del mundo nos dio, fuimos un compañero y yo nos dio todo el tiempo del mundo, nos trató fenomenal, nos iba dando indicaciones para que repitiéramos, para que integráramos lo que él nos decía, y fue una prueba larguísima que estuvimos como una hora y pico, y recuerdo cómo decir qué maravilla, ¿no?
¿Y no te dio su célebre consejo?
Pues no lo recuerdo si me lo dio cuál era el célebre consejo, dime lo dio.
Apréndete los textos y no tropieces con los muebles.
Fíjate, no me lo dio, pero yo ya lo sabía eso. Lo llevaba al pie la letra y no me tropecé ni con la pata una silla aquel día. Pero bueno, hablando también de anécdotas, precisamente Luis San Narciso tiene una muy buena que recuerda con nosotros sobre el casting de Siete Vidas.
Pues tengo un recuerdo bastante lejano de de los comienzos con el casting de Siete Vidas, pero tengo un recuerdo bonito porque era la primera serie que hacía que se iba a grabar con público. Y yo como venía de trabajar en el teatro, pues creí que estaba un poco más dotado para poder encontrar ese tipo de actores, para hacer esos personajes. En el caso de del personaje de Sole, en principio iba a ser un un actor el que iba a hacer ese personaje, era un padre, y ahí sí les convencí para que fuera una madre, porque les dije que tenía la mejor actriz posible, mejor que cualquiera de los actores que optaban para el personaje. Eso quizá fue lo más sorprendente, y luego, pues contar con con los actores con los que contamos para participar en la serie. Fue muy bonito, fue un trabajo intenso, con muchísimos ensayos del piloto, puliendo hasta que se consiguió llegar aquella serie que que creo que, bueno, marcó un poquitín, un antes y un después, en la manera de hacer la sit con en en España.
Un reparto en estado de gracia no sería nada sin un buen texto que interpretar, y ahí, fuera del calor de los focos, trabajaba incansablemente un abultado equipo de guionistas, que luego seguirían escribiendo en muchas de las series más conocidas de nuestro país. Gente como David Bermejo, de Entrevías, Nando Abad, que acaba de estrenar Muertos s l, el cómico Ángel Martín o Carlos de Pando, de Sin huellas.
Y también Nacho López, que más tarde trabajaría en series como Hispania, Allí abajo o Perdida, y quien recuerda cómo fue dar sus primeros pasos como guionista en Siete vidas.
Siete vidas fue la primera serie donde yo trabajé profesionalmente como guionista. Fue un proceso bastante complejo de aprendizaje, porque se trabajaba mucho, se trabajaba mucho, se trabajaba mucho, Ahí aprendí, pues, la importancia de la reescritura, la importancia también de no quedarte con lo primero que se te ocurre, sino de darle vueltas a las cosas, la importancia de trabajar en equipo. Éramos normalmente equipos de tres personas que trabajábamos juntos un guion, pero luego muchas veces nos juntábamos más de un equipo para pulir y buscar chistes y mejorar el texto que ya teníamos. Éramos en total pues un equipo de entre ocho, diez, once guionistas, depende de la temporada. Para un guionista es un lujo haber empezado a trabajar en una serie como esta, donde yo aprendí muchísimo.
Para mí, la comedia es la que más te enseña a escribir, porque la comedia tiene una gran exigencia técnica, además de tener que tener esa capacidad para soltar chistes, tienes que saber escribirlos, tienes que saber contar la historia, pero, además, contarla de manera divertida.
Si algo caracterizaba a una serie así, era su magnitud. Hoy día, se suele hacer una temporada por año de cuatro u ocho episodios a lo sumo, de siete vidas, en cambio, se hacían hasta tres temporadas de trece episodios por año. Era una máquina que casi nunca descansaba, hasta que la superara Cuéntame cómo pasó, y a lo largo de siete años fue la ficción semanal más longeva de la televisión española.
Mi experiencia en tele era muy distinta, claro, aquí hacíamos episodios de media hora, había que trabajar toda la semana, estudiar mucho porque iba muy rápida la cosa. Y yo recuerdo que durante los los dos primeros años no hice nada más. Primero porque no quise tampoco y segundo porque el tiempo no daba mucho. Aunque es verdad que las jornadas eran de mañana y te quedaba la tarde libre, pero a mí me daba miedo mezclarlo con otras cosas porque eso exigía un esfuerzo que yo en esos momentos, como primeriza en series, no quería no quería invertir tiempo en otra cosa. Luego, ya cuando, más o menos, sientes que lo empiezas a controlar, sí empecé a combinarlo teatro por las tardes y bueno, la verdad es que era un trabajo duro pero era tan divertido, era tan divertido que yo creo que, es que no lo recuerdo como un esfuerzo, sino como como una aventura divertidísima.
Esta forma de hacer series tenía, claro, sus ventajas y sus inconvenientes. Los plazos de entrega de guiones o de grabación solían ser frenéticos y ajustados, pero la serie, como decíamos al principio, también se mantenía fresca desarrollando con fino humor chistes muy cercanos a lo que pasaba en la calle.
Además, lo que comentábamos también de ser una SIC con con público en directo, que, por cierto, ha desaparecido de la producción española, hacía la serie aún más viva e, incluso, a veces, imprevista, y sobre esto, precisamente, nos cuenta un par de anécdotas Nacho López. Una
tiene que ver con el capítulo veintinueve de la serie, creo que era, y fue un día en el que se Entonces, se grabó una primera toma de la secuencia, el público rió y aplaudió, pues, como era normal, y cuando se fue a grabar la segunda toma, hubo un pequeñito accidente y una lámpara de la pared se cayó y se quedó colgando. Un detalle sin importancia, pero Javier Cámara, en vez de detener la grabación, decidió seguir la escena como si nada, pero integrando ese pequeño accidente dentro del texto. Amparo Baró, que era una actriz maravillosa y muy lista, se dio cuenta de lo que estaba proponiendo Javier Cámara, y entre los dos iniciaron un pequeño juego en el que tenían la misma conversación que habían tenido antes, pero integrando ese pequeño accidente, Javier Camara hacía como que ocultaba un poco la lámpara y se ponía adelante o le ponía un trapo por encima para que no se viera, y Amparo Baró apartaba la vista dejarle al otro que jugara y luego de repente se volvía y el otro disimulaba. Y bueno, digamos que integraron ese acontecimiento fortuito dentro de la secuencia, y como el público había visto la grabación de la primera toma, sabía que todo eso era improvisación y que todo eso era el talento de estos dos grandes actores interpretando.
Entonces, cuando terminaron la secuencia, en la que, además, Javier Camara me dio un pequeño chistecito final que tenía que ver con la lámpara, no solo el público, todo el equipo de la serie nos levantamos y empezamos a aplaudir y les dedicamos una ovación que duró muchísimo, porque fuimos conscientes del gran momento, la calidad maravillosa de estos dos actores, de de la dificultad de lo que habían hecho. Vamos, tienes que tener un talento increíble para hacer algo así, ¿no? Otra anécdota que recuerdo, en este caso, de una, no no no lo censura, pero bueno, una pequeña reprimenda que nos dieron un chiste muy tonto que metimos. Había un momento en el que creo que era el personaje del Frutero cogía unas uvas de Aída, no sé si era él o era Aída la que decía, bueno, estas uvas no pasarían ni el control de calidad de Don Simón, y entonces, pues esa semana el señor Don Simón nos llamó nos llamó llamó a la serie, bueno, llamaron y dijeron, oye, por favor, no digáis esto, no sé qué, tal. Y, bueno, se habló con ellos y se decidió para compensarles un poco, pues meter un product placement de Don Simón en un capítulo en el que se veía bebiendo un poco de don Simón y ya está, y con eso se apañaron y quedaron contentos, y nos mandaron de regalo a los guionistas un par de cajas con botellas de vino que no eran de dos Simmon.
La serie Española de mi Vida es una producción catalana. Platz Bruts, una sitcom creada por Joel Joan y Jordi López que arrancó su misión en mil novecientos noventa y noventa y tres. Pase veinte años después sigue conservando toda la frescura y para mí es la mejor comedia de situación canónica, con sus veinticinco minutos de duración, sus escenarios y personajes fijos jamás producida en nuestro país. No compartiría nunca piso con David y López, pero les visitaría para verles con Emma o la Carbonell y me iría con ellos a tomar algo al café mobhisi.
Habría que reivindicar capítulo cero como la producción más libre, estrafalaria y chanante jamás rodada a modo de ficción tradicional en nuestro país. Está creada por Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla tras cambiar España con Laura Chanante y Muchachada de Nui, y después de esa joya absoluta que es Museo Gokonut, y bueno, llegaron al límite de la imaginación misma con este maremágnum de episodios piloto que se convierte en una guía de estilos sobre géneros, comedia y escritura de guion.
Brigada central, crimen organizado, delincuente internacional, narcotráfico, asesinatos en masa, ¿cómo disfrutaba cada capítulo? Quizá no haya envejecido como otras, pero esta que fue la primera serie policiaca íntegramente española, es un ejemplo claro de una gran historia escrita por Juan Madrid con un reparto muy bien elegido encabezado por Imanol Arias y una excelente dirección, la de Pedro Masso. La serie tuvo que vérselas con la censura, ya que en las grabaciones había un inspector de policía con derecho a de policía con derecho a vetar todo lo que considerase.
Pues yo crecí con aquello y quien viva y lo sigo haciendo, así que siempre defenderé la brillante de unos guiones y unos personajes que por algo son tan queridos por el público. Pero es que además es una serie que aborda con valentía un trasfondo y un tipo de problemáticas que siguen estando igual de vigentes veinte años después, como la pobre Belén, que aunque era el montón bueno, no conseguía ni un trabajo ni una vida estable.
La serie española de mi vida, sin ninguna duda, Verano Azul. Yo todos los veranos de mi infancia veía Verano Azul, porque antes de las series no se rodaban segundas y terceras temporadas, sino que se reponían una y otra vez, y cada vez que la veías era mágica. Ese verano en Nerja, ese final de verano con la muerte de Chanquete ha marcado la biografía emocional de una generación entera.
Estoy seguro de que nadie las iba a nombrar, pero si tenemos que hablar de series míticas españolas, pues tenemos que mencionar a la animación también, a las series coproducidas en los años ochenta por VRB internacional como David el Nomo, Dartha Kan y los tres mosque perros o La vuelta al mundo de Willy Fogg, y ya en los noventa, pues, a la serie producida por Anthony Docon, Los Fruittis, que todos hemos crecido con ella y y la recordamos a todas con mucho cariño.
Pues, aquí el millennial de la redacción se queda con lo serrano y esa época de fanatismo que viví en el colegio con mis amigos, escuchando a Frank Perea y a Santa Justa al clan. Ver a Antonio Resines amenazar a sus hijos con una escobilla del váter sigue siendo, veinte años después, una imagen imborrable.
Siete vidas ha sido referencial para muchos y, sinceramente, no creo que haya nadie que no tenga una serie en su vida. Y así nos lo demuestran nuestros compañeros de la redacción de fotogramas, Rulles Albánz, Laura Pérez, Ricardo Rosado, Javier Díaz Salado, Franchico, Coral Chamorro y María Juezas, al rebobinar para nosotros la serie que nos marcó. Juan, ahora nos toca a nosotros, ¿cuál sería la tuya?
Pues, mira, es muy difícil esto elegir, pero es verdad que de las que recuerdo así, que me marcaron, de las primeras, por por generación también, pues te diría que son dos, una periodistas y otra médico de familia. Son las dos primeras series que yo recuerdo así como, bueno, vivir de una manera como muy emocional, muy tal, y creo que soy periodista, por periodista, esto lo habrán dicho muchos periodistas, pero a mí me apasionó lo que veía ahí.
¿Se lo has dicho a José Coronado? Que era No
se lo he dicho nunca.
Pues era redactor de local.
No me
acuerdo cómo se llamaba el periódico Crónica.
El Crónica Universal.
El Crónica Universal. Efectivamente, ahí estaba Álex Angulo.
Álex Angulo, María Pujalte, para la rañada. Alicia Borrachín. Tenía un reparto brutal. Magnífico. Magnífico y era una serie realmente muy bien hecha.
Pues mira, mi recuerdo viene ligado de anillos de oro, porque primero por porque Ana Diosdado era una fiera de persona a la que la televisión le debe mucho el teatro también, por supuesto, pero anillos de oro marcó también un hito en su época, porque era una serie que se estrenaba cuando se había aprobado la ley del divorcio, y además, a nadie os dado que ya había hecho una serie fantástica, que, por favor, si alguien la puede recuperar, me la dé y me diga dónde verla, que se llama Juan y Manuela. Ella la creó y ya sentó un precedente de su talento en anillos de oro. Ella, por primera vez actuaba, ella escribía y hacía los guiones y tenía a dos colaboradores maravillosos, que luego estuvo con ellos también en segunda enseñanza, que eran Antonga García Abril, que hacía esa banda sonora maravillosa y luego Gil Parrondo. Entonces ya empezaba potente y, bueno, ella era una abogado matrimonialista que hacía pareja con Imanhorarias. Ella era una mujer casada, veinte años.
Ese era, digamos, la la re tranca de la serie, que ella estaba casada con Javier Orriaga y su compañera era Imanol Arias, y por ahí pasó lo más grande del cine español. O sea, yo me quedaba diciendo qué bien habla esta gente, por ahí estaba Héctor Alterio. Yo recuerdo, porque con el tiempo, cuando me la dieron en de verdad que recomendaría que vierais el episodio de Ana Obregón. No sabéis cómo está Ana Obregón. Luego estaba Aurora Redondo, estaba, bueno, estaba Amalia de la Torre, que era la madre de Ana Díaz, dado.
Las tramas eran fantásticas, la sintonía inolvidable y realmente tenía un equilibrio muy bien en creo que era la las tramas profesionales que había, no solamente divorcios, también se hablaba de problemas de aborto, se hablaba trasgresora era transgresora absolutamente. Y luego, claro, tenía un cliff fantástico, que era evidentemente la atracción entre Immanuel Arias y Ana Diosdado. Pero Ana Diosdado estaba casada y no cuento más, porque claro, aunque tiene
puede verla, todavía.
Cuarenta años Claro. Se puede ver, creo que están en
RTVE Play,
seguramente se podrá ver. Ese es es, digamos, mi recuerdo, Anillos.
Bueno, es que Televisión Española hizo buenísimas series yo. En Anillos de Oro era muy pequeño, yo creo que era la cine del ochenta, entonces Anillos de Oro no sé en qué año se estrenó, pero sí que,
claro, sí
que recuerdo luego todas las que se hicieron de Blasco y Bañez, pues Cañas Ibarra, La Barraca entre Naranjo.
De eso hablaremos luego, es que hay una estupenda estupenda. Y otra ficción estupenda que he mencionado antes, ya no ha habido dado que según la enseñanza, que esa creo que no está, no se puede recuperar, se puede recuperar algún episodio en YouTube, pero ahí veías unos jovencitos, Javier Bardem y Maribel Verdu, porque la trama eran un colegio y ellos eran alumnos y era una delicia.
Bueno, la verdad es que hay decenas de títulos que nos vienen a la mente cuando hablamos de series españolas y han cambiado mucho con el paso de las décadas. Pues sobre eso, precisamente, le preguntamos a Daniel Écija, uno de los fundadores de la productora Globomedia, responsable de todas estas series de las que hemos hablado ahora, tipo médico de familia o periodistas, y que ahora capitanea Guzmán Mood, con la que ha estrenado Eva y Nicole.
¿Qué es lo que ha cambiado? Ha cambiado el consumo, hay plataformas, se mete en streaming, hay series que se venden, hay maratón. Ha cambiado que hay mucha gente joven que ha accedido, hay series que fracasaban en el abierto, han resultado que se han convertido en grandes hits en las plataformas. ¿Por qué? Por el público.
Creo que es muy importante, yo creo que todos los que hacemos contenido, creamos contenido, tenemos que saber quién está al otro lado de nuestra parte. Entonces, yo creo que esto ha cambiado muchísimo. Y ha cambiado la sociedad. Desde luego, es una sociedad mucho menos machista, con unos roles muy cambiados y creo que la el género ha cambiado y hay un montón de cosas que creo que, desde luego, la ficción tiene que seguir ayudando a que la sociedad, de alguna manera, asuma con naturalidad los cambios que hay tan absolutamente brutales, ¿vale? Esto es lo que lo que ha cambiado.
Luego, los temas verdaderamente gordos que nos conmueven han cambiado menos para mí. O sea, los grandes temas, absolutamente de la literatura clásica tal siguen siendo temas tremendamente atractivos para hablar.
Julieta, hemos hablado antes de las series de nuestra vida desde un punto de vista, digamos, más personal, pero ¿qué te parece si hablamos ahora de cuáles creemos que han marcado un antes y un después, no? No sé si es muy difícil esto, pero bueno, si tuviéramos que decir de alguna manera cuáles han sido las series más importantes de España.
Bueno, yo empezaría con con ese inicio que has marcado tú. Quiero decir, cuando era muy, muy difícil que la gente fuera a ver cine español, porque tenía prejuicios por el cine español, nunca entendemos por qué. La gente comía, dormía, cenaba con ficción española y hubo una temporada auspiciada por Televisión Española, que se decidió llevar a los clásicos y llamó a grandes directores de cine para llevarlos a cabo. Y, pues, cuando yo que sé, nadie iba a ver una película de de Gonzalo Suárez o nadie va a ver una película de Mario Camus, pues se tragaban Curro Jiménez, que ahí estaba Mario Camus.
Sí, o Vicente Aranda, con los clientes de Alba o quiero decir directores que que les costó luego mucho por la.
Exacto, pero que porque había una cosa como de complejo de pantalla pequeña y pantalla grande. Ajá. Entonces, con esa ficción donde podemos poner, pues lo que hemos dicho de la barra los gozos y las sombras, cañas y barro con una victoria vera espléndida, por favor, pues la gente sí se tragaba. Y entonces creo que ahí se marcó una un inicio de calidad, como que las series tenían que ser de calidad y apoyadas por grandes y le astas, algo que curiosamente ha vuelto ahora. Sí.
¿Sabes?
Es cierto.
Ha vuelto
Por ello, aparte, la cantera que fue para muchísimos actores, una jovencísima Victoria Abril, Jorge Sáenz. Claro. Quiere Charo López.
Charo López. Bueno, por favor, es que sé, en los gozos y las sombras pasará la historia por Carol Arrañaga, que por primera vez, además, coincidía con su hermano Amparo, que era el malo
malísimo. Sí.
Y nunca estuvo más guapo en su vida Eusebio Poncela que en aquella serie. O sea, que es que realmente eran producciones muy, muy cuidadas con formato cine, que es un poco lo que se decía, no, no es una serie de calidad, porque tiene formato cine. Pero, bueno, volviendo así un poco a las series que han marcado historia, pues, evidentemente, yo creo que una de ellas que que tiene que ver con un imperio llamado Globomedia, el Médico de
Familia, no, que
fue con la que Globomedia se inició en estas series que tanto le gustaban de trama familiar.
Sí.
Y Médico de Familia concentró a noventa millones de personas delante del del televisor, y es más, es yo no sé si habrá muchas ficciones que hayan hecho esto en España, pero Médico de Familia rodó dos finales, porque te acuerdas que él era viudo.
Sí, sí.
Entonces, estaba enamorada de Lidia Bosch.
Sí.
Entonces, se casan o no se casan. Y ese fue el secreto que llenó páginas
y paralizó España al final.
No, nueve millones de personas.
Paralizó España.
O sea, el secreto mejor guardado de la historia de la ficción.
Yo fíjate que recuerdo mucho también una serie que me marcó y que para mí es historia de de nuestra televisión, quizá porque fue la primera serie que hicimos aquí en España, de alguna manera, adaptando el modelo americano, que fue crematorio.
Sí, pero que pero, a ver, ¿sabes lo que pasa? Que es que yo crematorio ya es otra etapa de la televisión. Quiero decir historia de series de televisión, pues como un farmacia de guardia.
Farmacia de guardia.
Un paso adelante, quedaban algo más, un compañeros.
Te iba a decir, aquí nos estamos dejando las series diarias también.
Bueno, a ver, es que
Perdona series tipo al salir de clase.
Eso, que de ahí salió el
Nada es para siempre.
Claro, o sea, había pero yo creo que cuando hablábamos en la época y hacíamos entrevistas de la serie de televisión, había un gran hándicap
y
era que las series tenían que amoldarse a las televisiones generalistas, es decir, que tenían que durar mínimo una hora, porque tenía que haber x cortes de televisión. Entonces irrumpen las privadas y dentro de las privadas irrumpe el milagro llamado Canal Plus. ¿Eso qué significa? Ficciones sin publicidad, y ahí entran ficciones para la historia como Crematorio, que fue una grandísima serie, pero enorme serie que además estaba detrás de ella Fernando Bobaira, el productor de Amenábar.
Y a los hermanos Sánchez Cabezudo.
Exacto. Y con un Pepe Sancho, que se le daba un protagónico que yo creo que que toda la vida fue el compañero de Curro Jiménez hasta que llegó crematorio y le dio un papel que él decía que estaba hecho a su medida y
ojo. Y
Juan Acosta.
Sí, sí, sí.
En aquella serie Juan Acosta estaba brillando, o sea, yo creo que supuso para muchos de ellos.
Para muchos de ellos.
Para un barrido, para bueno.
Todos, muchos como Claro, como decir, bueno, les estamos mirando con respeto, porque era una ficción con respeto a ella, se empezó a respetar la ficción, y a partir de ahí, y y de que no hubiera, digamos, esa esclavitud de la publicidad, pues, entonces, es cuando la ficción española ha crecido, ha crecido, ha crecido. Quiero decirte, el ejemplo de la esclavitud, que creo que ya hemos hablado antes de esto, era cómo era la casa de papel en antena tres, cortada cada diez minutos de a las nueve de la noche durante hasta la una de la madrugada, que no la había ni dios, y qué pasó cuando se dio comprimida en Netflix. Triunfó.
Claro.
Pues ya está, pues yo creo que eso es uno de los grandes secretos de los éxitos de la televisión. Aparte de que, bueno, también el hecho de que ya no hay barreras, de que si antes era como milagroso que un director de cine hiciera ficción, ahora tenemos, o sea, es que era raro el director de cine que no hace una ficción televisiva, o sea, tenemos un Rodrigo Sorgoyen con antidisturbios, una Menábar con la fortuna, un Alex de la iglesia con treinta monedas, o sea, bueno, Mariano Barroso, Mariano Barroso lleva tres series ya, Los Farah, todas las mujeres que fue tan buena la serie, que hicieron un corte para el cine.
Para cines, sí.
O sea, que es que realmente yo creo que que, bueno, que hay ficciones y que seguirá habiendo ficciones, y las que se vienen, que se vienen muy serias, la última directora que va a debutar en series Clara Rockett, con Largas Sombras, que la que la recomendamos, porque es espléndida, y las actrices están también en estado de gracia. Y creo que es una ficción que ya que ya marcará historia.
Bueno, Julieta, y no tenemos que olvidarnos también de las, se hicieron muy buenas adaptaciones en Televisión Española en su momento, pero se siguen haciendo. No olvidemos adaptaciones como El tiempo entre costuras o Patria, que son dos seriones. Seriones. Monumentales y Y y
y, fíjate, de una cadena privada, pero generalista, entre comillas, y luego de a su manera apostaron por dos productos de calidad con dos adaptaciones literarias fantásticas.
Y que eran muy difíciles de hacer además, Porque después de de tener esa esa fan page los libros era complicadísimo realmente
Y triunfaron.
Y triunfaron las dos.
Yo creo que Siete Vidas y luego el spin off que fue Aída, no es comparable a otro tipo de series. No es el mismo formato, es una sitcom que que tiene público en directo, que tiene un formato muy especial y que normalmente, como en Estados Unidos, son historias muy cercanas, muy de para la gente, que la gente se sienta reflejada en ella, son personajes que tienen que ser como reconocibles para ti. La sitcom, como género, a mí me me encanta, o por lo menos como actriz me gusta muchísimo, porque me permite grabar y hacer tele normal y, además, mostrarlo en directo una vez a la semana. Es que creo que no es comparable. Ahora se hacen unas series maravillosas, miniseries, con argumentos interesantísimos, con personajes profundísimos, pero Siete vidas es una sitcom, con lo cual creo que no se puede comparar.
Como decíamos antes, Siete vidas sigue hoy, gracias a las plataformas, al alcance de nuestro mando. Sobre el seguimiento de los derechos de autor de una serie en diferentes ventanas de explotación, nos habla Elizabeth López Gómez, directora de SGAE Audiovisual.
Hay que tener en cuenta que el panorama actual ha cambiado muchísimo en las ventanas de explotación, que luego mencionaremos, con lo cual lo que pasaba hace unos años ya no es lo que pasa ahora. Pues, para que nos hagamos una idea, recientemente Siete Vidas, que es una serie que se ha emitido en Telecinco hace bastantes años, ha vuelto a emitirse como reposición en Netflix, una OTT, una plataforma. La que se avecina, como sabéis, de forma recurrente, se está emitiendo en paralelo estrenos en Telecinco, al mismo tiempo que en una plataforma como Netflix o como Amazon, o con donde vendan, digamos, esos derechos. Pero lo importante que tenemos que tener en cuenta es lo mucho que está este panorama cambiante en cuanto a los derechos de autor de serie se refiere, es que tengamos en cuenta, por ejemplo, un modelo como el de Atresmedia. Atresmedia lo que está haciendo actualmente es que ha creado su propia cadena de valor, sus propias ventanas de explotación, y a la hora de lanzar un capítulo, lo que hace es que lo lanza en Atres Player, que es su plataforma IP, que no una OTT, ¿vale?
Una plataforma a través de Internet. Ahí, en modalidad de pago, estrena, digamos que hace una cata con la serie, normalmente en una segunda ventana la tiene vendida ya a una plataforma OTT, tipo Netflix, Disney, HBO, etcétera. Y, por último, digamos que el estreno principal que antes se producía al principio se lleva a la ventana principal de Antena tres. Es importante tener ese ese en cuenta esos consejos, porque a la hora de poder hacer el recorrido de cuántas veces has visto tu serie, en el caso de las plataformas no tiene nada que ver con lo que pasa con el modelo de televisión, con lo cual tienes que tenerlo en cuenta. Al igual que, por ejemplo, te podéis despistar y pensar que una serie tuya que se dio hace mucho tiempo no se va a volver a reponer, pues tal como está el panorama ahora, como puedes comprobar, puedes volver a tenerlo en cualquiera de las plataformas
actuales.
Blanca Portillo fue la recordadísima Agustina de Volver de Pedro Almodóvar, y después la vimos como Judith en Los Abrazos rotos. Antes, Javier Cámara dejó siete vidas para poder dedicarle algo de tiempo a Hable con ella, y después repitió con el manchego en La mala educación y Los amantes pasajeros, en la que también aparecía Willy Toledo.
Como ellos, Paz Vega o Tony Canto también han aparecido en sus películas. ¿Acaso era Almodóvar uno más entre los espectadores de Siete Vidas y encontraba ahí a los actores para dar vida a sus guiones? Se lo preguntamos a Blanca Portillo.
Sí, yo sé yo sé que Pedro veía la serie o la había visto alguna vez, no sé llegaba a ser fan, pero pero sí sé que que la veía y eso siempre es una alegría, ¿no? Es verdad que luego la mayoría de nosotros hemos trabajado con él y, bueno, todos, yo creo que todos, excepto Amparo, y es muy bonito. La verdad es que es precioso. Tengo la impresión de que Siete vidas nos trajo a todos, venía con un pan debajo del brazo, nos dio a todos muchas cosas muy buenas.
Mira, Juan, tú sabes que una de las muchas leyendas urbanas, que al final no fue leyenda urbana porque Javier cámara lo reconoció, es que Amparo Baro nunca le perdonó a Javier cámara que abandonara siete vidas, tanto Tony Cantó Javier Cámara y Paz Vega. Yo creo que se fueron más o menos a la vez. Paz Vega y Javier Cámara tenían un motivo de peso para irse, que era rodar hable con ella. Sin embargo, hay que recordar que tanto Tony Cantó como Paz y como Javier volvieron a siete vidas y volvieron en el episodio cien. O sea, que no es del todo cierto que se fueran y nunca más volvieran.
Tuvieron esa aparición estelar muy a la americana para celebrar el episodio cien, cosa que en España no había tradición, y que sí era muy heredado de la tradición americana de la sitcom.
Después de Siete Vidas, hemos visto a Blanca Portillo en muchos papeles dramáticos, en My Shavel o Teresa en cine, por citar dos ejemplos recientes, o en series como Sé quién eres o Días mejores. Tenemos que retroceder hasta dos mil dieciséis con El chiringuito de Pepe para encontrar su última comedia. Vamos a preguntarle a ella por qué esto es así, ¿le ofrecen más drama que comedia?
La verdad es que la comedia siempre ha sido algo que me me ha fascinado, porque me parece mucho más difícil que el drama, y no no es a veces he hecho series y no, no es, es verdad que no me ofrecen mucha comedia, eso es cierto. Si bien es verdad que a veces he hecho series en las que los personajes que interpreto, pues, tienen son dramáticos, pero tienen un lado cómico que a mí eso siempre me fascina porque creo que eso es la vida. Los personajes no pueden ser solo muy graciosos o solo muy tristes. En la vida estamos llorando y dos segundos después nos da un ataque de risa. Pero sí que es cierto que comedia pura me ofrece un poco, muy poco.
Últimamente, bueno, pues está visto que mi camino va más por lo dramático, pero yo espero que pronto vuelva a aparecer un personaje cómico porque me encanta hacer comedia. Insisto en que creo que es mucho más difícil, porque el humor siempre es subjetivo, que hacer drama. A ver cuándo aparece un nuevo proyecto de este tipo, ojalá.
La verdad es que es curioso que habiéndose hecho conocido del gran público con Siete vidas, no le ofrezcan muchas comedias ahora. Así que yo me sumo a la petición para que se acuerden de Blanca Portillo, no solo para el drama, que lo hace fenomenal, sino también para aprovechar su discómica.
Y también me llama, Julio, también mucho la atención que, aunque sí se sigue haciendo comedia en España, se hace mucho menos y, sobre todo, no se hace sitcom. Es verdad que es una tendencia global, pero no se debe a una falta de interés por el público, porque son las sitcoms las series que solemos ver en bucle. Friends, Big Bang, Brooklyn nine nine o Aquí no hay quien viva, son algunos ejemplos.
Y es que volver a ver una sitcom es como volver a estar entre amigos, como Sole, Paco, Carlota o Gonzalo. Volver al casi que no es garantía de que alguien te va a hacer reír de nuevo.
Yo ahora he vuelto a verla a día de hoy, he visto algunos episodios, me siento con amigos a verlo, y creo que es un humor perfectamente vigente, tiene el punto justo de irreverencia, los personajes siguen siendo reconocibles. Es una comedia que se mantiene bien en el tiempo, y el formato es muy sencillo, obviamente, pero también, bueno, hecho con mucho gusto y con muy exquisitamente, porque yo creo que Siete Vidas era exquisita.
Has escuchado Amanece que podcast, un proyecto sonoro de fotogramas y fundaciones GAE. Conducción, Julieta Martialai y Juan Silvestre. Guion y producción, Álvaro Nieva.