194 kilómetros entre Mannheim y Pforzheim, en la Alemania de 1888, hicieron que la humanidad supiera que el coche era un buen invento. Los recorrió BERTHA BENZ, la mujer de Carl Benz, al que se considera el inventor del automóvil. Y aunque no se reconoció nunca que Berta era tan artífice de la pionera idea como su marido, sí que se le reconoció ser la valiente que demostró públicamente las utilidades del coche. El vehículo tenía tres ruedas y alcanzaba una velocidad de 40 kilómetros por hora con un motor de cuatro tiempos y 2,5 caballos.