“Como no sepas boxear vas a la cámara de gas”... éstas son algunas de las terribles frases que tuvo que escuchar Herschel “Harry” Haft, un polaco que se vió obligado a boxear en un campo de concentración nazi, para salvar su vida. Lo hizo muy cerca de Auschwitz, en Jaworzno. Él, como otros púgiles, sobrevivieron, puñetazo a puñetazo, como distracción de los nazis.
La historia de nuestro protagonista no dista mucho de-la-de cualquier judio al que le privaron de su libertad de la noche a la mañana. Nacido en Belchatow (Polonia) en 1925, con solo 17 años y tras la ocupación alemana de Polonia, fue arrestado y encerrado a un campo de concentración nazi. Cómo a todos los presos su único "crimen" era ser judio. Durante su presidio, fue obligado a boxear para salvar su vida. Y tuvo que hacerlo contra sus iguales: gente que no tenía otra opción que luchar contra sus vecinos y amigos… de la forma más implacable y sangrienta para sobrevivir.