Un 20 de mayo de 1506, hace ya 517 años, falleció en Valladolid, por un paro cardíaco, una de las figuras más importantes de la historia universal: Cristóbal Colón. Tenía cincuenta y cinco años. Y gracias a él, aunque fuera por accidente, el mundo conocido se hizo más grande con el descubrimiento de todo un continente: América. Sucedió el 12 de octubre de 1492, después de que - tras partir desde el Puerto de Palos el 3 de agosto -, navegara por aguas del Atlántico durante 70 días. Pero, ¿sabías que por un error de cálculo todos los marineros a bordo pensaron que viaje solo había durado 58 días?
Su nombre real en italiano era Cristóforo Colombo. Nacido en Génova en 1451, su intención no era descubrir un nuevo continente, sino encontrar una ruta más corta hacia Asia a travé del océano. Dos siglos antes, Marco Polo había marcado el camino hecho por tierra y en sentido opuesto. La caída de Constantinopla, el último bastión del imperio bizantino, en manos de los turcos, en 1453, había cortado la tradicional y milenaria “ruta de la seda” entre Europa y Asia y era necesario buscar alternativas. Y una alternativa que descubrió Colón y cambió el mundo... para siempre.