Fue un español, Arturo Duperier, el “sabio” que estudió los rayos cósmicos, rozó el Premio Nobel y se considera el discípulo predilecto del llamado padre de la física moderna española, Blas Cabrera. Con él investigó el magnetismo en los años 20 del siglo pasado, al mismo tiempo que trabajaba como auxiliar primero y funcionario después, en el Servicio Meteorológico Nacional. Tuvo que exiliarse durante la Guerra Civil a Inglaterra, donde llegó en 1938 y se instaló en el Hiper College, donde conseguiría todos sus logros científicos.