200 botes de sardinas, 10.000 kilos de galletas, 430 cabezas de ajo y siete vacas vivas. Estas fueron las provisiones con las que partieron hace ahora quinientos años el portugués Fernando de Magallanes y el español Juan Sebastian Elcano en lo que sería la primera vuelta al mundo.
Era una hazaña en toda regla y no sólo naval y técnica, también humana. Había que alimentar a esos valientes marinos enrolados en la expedición y se calcularon provisiones para dos años, que era lo que pensaban que iba a durar la travesía. Sabemos que algunos abastecedores de Sevilla los estafaron y cargaron provisiones menores de las convenidas y pagadas… y eso fue parte de la tragedia.
Cinco naves partieron el 10 de agosto de 1519 de Sevilla, con unos 250 hombres a bordo, y un solo barco regresó, el 8 de septiembre de 1522, con sólo 18 supervivientes. Y es que, curiosamente, la búsqueda de las preciadas especies abrió la globalización gastronómica de la que tanto disfrutamos ahora.