Juana I es una de las monarcas más llamativas de nuestra historia: reina de Castilla, de Aragón y de Navarra, aunque apenas pudo ejercer el poder efectivo. Fue la tercera hija de los Reyes Católicos y madre del que sería emperador Carlos I de España y V de Alemania. Una figura llena de romanticismo por el modo enloquecido en que amó a su marido -Felipe de Habsburgo-, “el Hermoso”. Una manera de amar que destapó su enfermedad mental e hizo que la conociéramos como “Juana la loca” y así ha pasado a la Historia. Y por esa “locura de amor”, pero también por intereses políticos, estuvo encerrada en el Palacio de Tordesillas durante 46 años.