La primera mujer campeona olímpica de la historia era tenista… y tenía graves problemas de sordera. El obstáculo físico fue, sin embargo, su impulso para llegar a lo más alto. Ocurrió en la segunda edición de las Olimpiadas modernas en París de 1900. Era inglesa y consiguió este logro en los primeros Juegos Olímpicos que permitieron la incorporación femenina a este grandioso evento deportivo.