Hitler quisó estudiar Bellas Artes, pero fue rechazado. Tenía grandes aspiraciones de artista, pero acabó muy frustrado. Al final, su ambición se decantó por otros derroteros... Todo esto fue antes de convertirse en político, orador, escritor, inventor de ideologías funestas y dictador. Con 18 años abandonó su ciudad natal, Linz, y se trasladó a Viena con el objetivo de ser artista. Pero no era la primera vez que lo intentaba. A esas alturas ya había sido rechazado por la Academia de Bellas Artes de su ciudad y, aunque aprobó el primer examen, su habilidades de dibujo eran insuficientes y fue rechazado.