El amor mueve el mundo, pero a nadie se le escapa que una historia de amor también puede ser algo que desencadene un drama. Larra, uno de los representantes del Romanticismo literario español en el siglo XIX, desesperado por una historia de amor fallida, decidió quitarse la vida. Su suicidio, cuando era un escritor admirado y en pleno apogeo de su carrera, marcó toda una época.