El premio Nobel Santiago Ramón y Cajal fue médico, artista, fotógrafo pionero y… también, culturista. El padre de la Neurociencia se aficionó a las pesas y se convirtieron en su obsesión. Un dato: se describía así mismo como “Ancho de espaldas, con pectorales monstruosos, mi circunferencia torácica excedía de los 112 centímetros, y al andar mostraba esa inelegancia y contorneo rítmico característico de los forzudos o Hércules de Feria”. Pero aunque la imagen que todos tenemos en la retina sea la de un hombre serio, con barba afilada y sentado siempre al lado de un microscopio… Ramón y Cajal fue un nombre muy curioso e inquieto en otras facetas de la vida.