El 25 de diciembre medio mundo, y la mitad del otro, celebran el nacimiento en Belén de Jesús de Nazaret, hijo de José y María, hace más de dos mil años. Todo un logro del cristianismo el llevar esta conmemoración a todos los rincones del planeta. Aunque en el origen de esta celebración se mezclaron tradiciones arraigadas y muy extendidas desde tiempos inmemoriales. Y es que coincide con el fenómeno natural del solsticio de invierno del hemisferio norte, algo que los terráqueos llevamos celebrando desde hace tanto que no se sabe cuándo empezó.