Los amuletos de todo tipo están muy presentes en Japón, pero hay dos que son de protección, uno individual y otro para el hogar: omamori y ofuda.
Te contamos los orígenes de ambos amuletos y en qué consisten, además de contarte los tipos que hay, y dónde colocarlos o llevarlos. Al final, piensa que también son regalos perfectos para ti o para amigos y familiares (sobre todo el omamori).
Así que dale al play y reserva algo de presupuesto cuando viajes a Japón y visites templos o santuarios. Nos lo agradecerás.
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Transcripción
Ahora que hemos dicho que vamos a volver a Japón, Laura, creo que sé qué vas a querer hacer una vez que estemos allí. A ver, a ver, dime, a ver si me conoces tan bien como te crees. Pues mira, tengo la sensación de que vas a querer visitar templos y santuarios y comprarte amuletos pero a tope, y no cualquier amuleto, sino sobre todo Omamoris, que sé que te encantan, y ya que hace más de tres años que no compramos nada, tenemos la casa desprotegida, igual
hasta alguno fuda. Pues sí que me conoces, sí, pero al menos, mira, vamos a aprovechar para hablar de estos amuletos en este episodio, que seguro que no soy la única que quiere comprarse Omamori, o puede que hasta ese fuda que has mencionado, cuando vaya a Japón. Bienvenidos a Japonesamente, un podcast sobre cultura japonesa de Lexus producido por Japonismo. ¿Ves cómo te conocía, Laura? Me conoces.
Ya lo sabía yo. Son muchos años juntos. La verdad es que, bueno, el tema de los amuletos no solo me conoces tú. Yo creo que ya hay mucha gente, gente de la comunidad… Bueno, todos los japonistas al otro lado que están escuchando esto están diciendo, Laura, nosotros también. Nosotros también. Pues sí. Bueno, de hecho, si no recuerdo mal, en la temporada 2 del podcast ya hablamos, ya hicimos un episodio general de amuleto, de los en kimono, los amuletos japoneses.
Podéis escucharlo para tener una idea de todos los amuletos que hay, pero hoy vamos a hablar de dos en concreto, y he escogido estos dos porque son amuletos de protección. Uno, un poco protección personal, individual, y otro, quizá, protección de la familia o del hogar. Ah, muy bien. Fíjate, te voy a decir que ese japonesamente donde hablábamos de los en kimono es el japonesamente ¿Japonesamente 8?
¡Guau! Exacto. Mientras que este es el japonesamente 43. ¡Qué fuerte! ¿Qué dices? Tremendo, ¿eh? ¡Guau! ¿Cómo te quedas? De hecho, en ese japonesamente 8 hablábamos, por ejemplo, de esos gatos con la patita levantada, los muñecos que solo tienen un ojo, del que también hemos hablado hace poquito, los mapaches con grandes órganos sexuales… ¿Pero de qué estás hablando, Laura? Se te está yendo la cabeza.
Los siete dioses que van en un barco, luego colgantes hechos de tela… Tablones de madera con deseos, papeles blancos atados a árboles… Sí, sí, de todos. Es que hay muchísimos amuletos de la buena suerte, aunque a priori, como no estamos acostumbrados, cuando tú los ves, quizás no te parece que son amuletos, ¿no? Lo interesante es que, como comentábamos en ese japonesamente, la venta de todos estos
amuletos es una de las mejores fuentes de financiación de templos y santuarios. Básicamente porque, por ley, las instituciones religiosas o las religiones como tal no pueden recibir dinero del Estado, ¿no? Por esa separación religión-Estado. Entonces, la única manera que tienen de sufragar los gastos de conservación de ese patrimonio, de todo, pues es al final buscando la manera de que los fieles o los turistas, en este
caso, porque estamos hablando de lo que vamos a querer comprar, pues compren cosas que sientan que les está dando un servicio o un valor, ¿no? O sea, cosas que tú digas, mira, no me importa gastarme el dinero en esto porque obtengo un valor a cambio y, al mismo tiempo, al santuario o templo le viene bien porque incrementa sus cuentas, sus ingresos. Y vaya sea si incrementa, porque, madre mía, las tiendas de templos y santuarios tienen
de todo. Hay algunas que es tremendísimo. Y sobre todo porque los amuletos, en el caso japonés, nosotros como turistas no, evidentemente, pero los japoneses los renuevan año a año. Entonces, claro, es algo maravilloso porque sabes que tienes una clientela casi… Es un flujo constante, ¿no? Sí, es constante. ¿Sabes qué? Independientemente de cómo sea el flujo del turismo, incluso del turismo doméstico, porque
los japoneses también cuando viajan por el país van a esos santuarios, a esos templos y se compran los omamori y otros amuletos, pero claro, si luego vuelven a su ciudad, pues a lo mejor no vuelven a ese santuario ya nunca más en su vida, ¿no? Puede ser que no. Pero los que viven en la zona cada año los tienes ahí. Exactamente. Así que el año nuevo toca renovar esos amuletos, comprar amuletos nuevos para ese año que
entra. Pero bueno, de la misma manera que dedicamos un episodio al Daruma, pues yo hoy he decidido, lo he decidido, lo tengo clarísimo, que quiero dedicárselo a dos amuletos, como decía, de protección. Por un lado el omamori y por otro el ofuda, que creo que es menos conocido. Menos conocido, pero justo los dos que mencionábamos en el teatrillo. Qué casualidad que quieras hablar de esto. Qué casualidad, qué cosas, ¿verdad?
No sé por qué. Fíjate qué casualidad. Bueno, empezamos por el omamori. Empecemos. El omamori yo creo que es muy popular también entre los japoneses, evidentemente mucho entre los turistas, pero también entre los japoneses porque cumple así como varias cosillas interesantes, ¿no? Por un lado, un precio interesante, no es excesivamente caro. No, a ver, los precios que yo recuerdo estaban en torno a los ochocientos yenes, una cosa
así. Había de quinientos, ¿eh? A veces había de quinientos también. No sé cómo estarán las cosas después de tres años y con inflación, porque también han subido los precios en Japón, pero es verdad que quinientos, ochocientos yenes es algo que puedes pagar más o menos de una manera sin que te duela demasiado. Eso es. Luego el tamaño. Es un tamaño relativamente chiquitito, estamos hablando de una pieza rectangular de tela.
Exacto. Es chiquitito. No sé, dos centímetros y medio de ancho y unos cuatro de alto, una cosita… Ni idea, pero más o menos. Sí, un rectángulo de tela, y en este caso el tamaño sí importa, ¿no? Pero por lo pequeño. El tamaño importa, amigos. Claro, porque a los japoneses esto les permite llevar el Omamori en bolsillo, en el bolso colgado, en el coche, por ejemplo, colgado del espejo retrovisor, colgado del móvil
o lo que sea. Y como turistas, además, cuando nos piden oyes, tráeme algo de Japón, pues claro, quieres algo que sea barato, porque si te lo pide mucha gente te vas a gastar un dineral, y quieres algo también que se pueda llevar con facilidad, ¿no? Porque tú compras diez Omamori, tienes diez regalos, pero no abulta demasiado, ¿no? No te quitas sitio en la maleta para luego esas cosas que te quieres comprar, como por
ejemplo las figuritas de anime, las botellas de Calpis concentrado que me compro yo, por ejemplo. Por ejemplo. Lo digo por… O sea, claro, yo cuento mi experiencia, yo siempre llevo sitio en las maletas para mis botellas de Calpis. Me parece bien. Además de eso, además del precio y el tamaño, luego es el propio diseño. Estamos hablando de Omamori, es un colgante que está hecho de tela, tela japonesa, una
tela nuevamente de seda, con diseños… Ahora podemos hablar un poquito de eso y de los tipos de Omamori que hay, pero muy llamativo, con lo cual también es un regalo, un autorregalo, evidentemente, pero luego un regalo muy bonito para el resto de la gente. Claro, porque por un lado no tienes escrito en japonés, claro, el nombre del santuario del templo, con lo cual podéis contar algo sobre ese sitio donde lo habéis comprado,
y por el otro tiene un diseño que hace referencia a algo que en ese santuario es importante, ya sea una imagen del propio salón principal, una imagen de, pues no lo sé, si es un santuario inari, pues a lo mejor de un zorro, o yo qué sé, cosas que son interesantes y que hace que te entren por los ojos y que al final no sepas con cuál de todos los tipos de Omamori, porque no os creáis que vais a la tienda del santuario del templo y van a tener un
Omamori y ya hay una cantidad de ellos tremenda. Te lo ponen difícil, te lo ponen difícil. Bueno, hemos dicho que es un colgante de tela, que evidentemente se vende en templos y santuarios y como decíamos, el objetivo fundamental es el de proteger. Oye, ¿y por qué se llama Omamori, Laura? Justo lo iba a decir, porque viene del verbo Mamoru, que significa proteger, cuidar, defender, y bueno, ese sería un poco el general, el
Omamori general, pero como tú bien decías, luego hay muchos tipos específicos de Omamori, ahora hablamos de un montón de cosas. Lo interesante es que el Omamori en sus inicios era muy parecido al Ofuda, el segundo amuleto del que hablaremos hoy, porque en sus orígenes, al menos que se sepa el siglo XVII, estaban hechos de madera o de papel, y en cambio hoy sí que están todos hechos de tela, pero veremos que el Ofuda sí que está hecho de
madera o de papel. Ahí vemos la conexión. Ah, qué interesante. Y lo que pasa, lo curioso del Omamori es que es como, bueno, la bolsa, ¿no? Se llama Omamori Bukuro, que claro, Bukuro es final. Bolsa. Es bolsa. Bolsa del Omamori. Exacto. ¿Y por qué se llama así? Porque es que el interior no está vacío.
No, claro. Realmente la parte de fuera es la protección de lo que hay dentro, pero lo que encontramos dentro no lo tenéis que sacar ni lo tenéis que mirar, ni nada, porque sería también como una falta de respeto al propio amuleto, porque ese amuleto al final está bendecido por las deidades o por quien sea.
Sí, para entendernos, en el interior, cerrado a la vista, vais a encontrar una inscripción rectangular, normalmente está en papel, aunque a veces puede ser en cartón o hasta una laminita de estas como muy fina de madera, y en ella aparecerá el nombre de la deidad protectora de ese amuleto, y una oración, ya sea escrita o básicamente en la gran mayoría de casos es simplemente bendecida por ese templo y ese santuario.
Entonces, aunque no creáis mucho en los Omamori y dices, bueno, yo no creo mucho, voy a abrirlo, a mí me da cosilla, yo no creo mucho. Exacto, es una falta de respeto al fin y al cabo al propio sentimiento que se ha puesto a la hora de hacer ese amuleto. Entonces, si nos estáis escuchando ahora, no vayáis corriendo por vuestros Omamori antiguos y abrirlos, porque no, eh.
Aunque sean antiguos, aunque hayan pasado una serie de años y demás, no, porque es que además los vais a estropear porque son muy bonitos, estas Omamori Bukuro, estas bolsas que contienen, que protegen esa oración, esa bendición, así que no lo hagáis. Sí, porque son eso, decías tú, de seda, colores vivos, bordados, son visualmente muy bonitas.
Y yo, la verdad es que compro los Omamori primero por el aspecto visual, me gustan mucho. Bueno, yo creo que como la gran mayoría de la gente. Exactamente, muy de coleccionismo y luego sí que es verdad que a veces es como un, bueno, un por si acaso, ¿no? Yo qué sé, le regalé un Omamori a mi padre, por ejemplo, hace mucho tiempo y lo lleva colgado en el coche y mira, ese coche, ¿no? Ahí sigue.
Bueno, yo le regalé uno a mi padre que me enviaste tú desde Japón, de salud y bueno. Lo sé, lo sé. Ese no funcionó tan bien. Pero bueno, es el por si acaso y entonces yo, de la misma manera, con ese por si acaso, no me atrevo a abrirlo porque me da miedo que a ver si se va a enfadar la deidad. Pues fíjate, yo no lo abro no porque por el por si acaso, por si me da miedo, simplemente por el hecho, el respeto, ¿no? Es, vale, yo no tengo por qué creer en esta religión, ¿no? Ni en lo que hay detrás,
pero los que me lo están vendiendo, sí, y ellos me lo están vendiendo con una serie de condiciones no escritas, ¿no? En cierto modo. Entonces, si yo lo compro, digo, vale, lo compro con todo eso, o sea, acepto todo ese paquete que me estás vendiendo, ¿no? Cuando digo paquete no me refiero solo al paquete del Omamori, sino a toda la creencia que hay alrededor.
Entonces digo, pues bueno, si esto no hay que abrirlo, pues yo no lo voy a abrir. Esto totalmente de acuerdo. Pero bueno, decíamos que hay Omamori generales que nos protegen ante cualquier situación, ¿no? Son los fantásticos porque sirven un poquito para todo, pero también veréis, en vuestro viaje por Japón, veréis un montón de Omamori específicos, que son Omamoris relacionados con una deidad concreta que es la que nos va a ayudar en situaciones un poco complicadas o nos va a proteger también en
situaciones específicas. ¿Y esto no crees que puede ser un poco como lo que decíamos de los Daruma, que tienes uno general que te ayuda en cualquier propósito y luego han surgido otros específicos? Porque para mí, sinceramente, ¿no? Si el Omamori, el general y el primero, ya te ayuda en absolutamente cualquier cosa que haya en tu vida, la necesidad de que haya Omamori específicos, en este caso para mí sí que es el intentar forzar
que esos fieles, esos feligreses, gasten más dinero todavía. A ver, hay una parte que sí, que estoy totalmente de acuerdo, pero luego está la otra parte de, oye, si podemos focalizar la energía de la deidad ya en un aspecto muy concreto… Madre mía, Laura, ¿me estás vendiendo unas motos ahora? No, hombre, pero tú, la deidad tiene mucho trabajo, tiene que estar ahí protegiendo, venga gente, tú qué quieres, tú qué protección necesitas… En cambio, de esta manera tú
dices, mira, yo necesito protección o necesito ayuda con esto concreto. Entonces, específicamente tenemos la ayuda además de una deidad concreta que nos va a ayudar en ese caso, esa situación específica. Claro, pero tú imagínate que te compras uno que te ayuda a tener más dinero, ¿no? La deidad sabe que tú lo que estás buscando es más dinero, pero luego entonces, claro, la deidad le da lo mismo si tú cuando sales de casa, pues al bajar el escalón te partes
el tobillo, ¿no? No, claro, porque ella está focalizada en tu prosperidad, en tu negocio… Pues no sé, entonces… Es que entonces te tienes que comprar dos, el genérico y luego el específico si es algo en que te quieres focalizar. A ver, para entendernos, vamos a hablar de alguno de los tipos más habituales.
También comentar que muchos templos y santuarios, cada vez más, ponen al menos en inglés el tipo de Omamori que es. Exacto, para que sepáis qué tipo de protección ofrece cada uno. Muy así general, a veces es un poco la traducción un poco rara, pero más o menos para hacernos una idea, ¿no? Porque, bueno, tenemos evidentemente el general.
Esto lo vais a encontrar siempre, sí o sí, es el de la buena suerte, protección general. Básicamente, yo creo que es el ideal cuando no sabes qué regalar a alguien, pues le puedes comprar un Omamori general y ya está, ¿no? Lo tienes todo hecho. Y si la persona a la que se lo vas a regalar no sabe japonés, no lee japonismo, porque todo esto en japonismo.com lo tenéis también explicado, le podéis regalar casi cualquiera porque tampoco yo creo que se va a enterar de qué es lo que le está regalando.
A menos que tú se lo digas. Porque tú imagínate si le regalas uno de tema de tener hijos o algo de esto. La lías, la lías toda. Pero no se lo dices, no, esto es de protección general. Y luego al cabo dices, pues no sé qué me ha pasado, que nos quedamos embarazados, fíjate qué cosa. Pero qué malo eres, Luis.
Bueno, aparte de ese general, otro muy popular es uno parecido, pero que funciona un poquito al revés, porque si el Omamori general… Se llama Kaiun. Sí, el Kaiun te protege. Hay otro general que lo que busca es alejar todo mal, ¿no? Básicamente. Se llama Yakuyoke en japonés y básicamente es protegerte pero alejando todo mal, para entendernos. Es como un escudo, ¿no? Que no permite que se te acerquen las cosas porque las mantiene lejos.
Ahí está, me gusta, me gusta. Un escudo de protección. Luego hay otro Omamori, que es el de Shiawase, que es felicidad, y es un Omamori que busca ayudarnos a conseguir la felicidad. Atención a esto, ¿eh? Claro, porque se llama de felicidad. Claro, Shiawase.
Al menos claros son. El de Shiawase te da felicidad, como su propio nombre me indica. Bueno, eso sí sabes japonés. Si no sabes japonés, te da igual si se llama Shiawase. Bueno, pero eres feliz, ya está. Luego hay otro, que lo hemos mencionado así de pasada, que es el de Kotsu Anzen, que significa seguridad vial.
Yo creo que es el Omamori perfecto para aquellos que trabajan conductores de autobús o conductores de camión o camioneros. Sí, o simplemente cualquier persona que normalmente use el coche a diario, por ejemplo, para ir a trabajar, pues le regalas uno de estos Omamoris de seguridad vial, Kotsu Anzen, y lo cuelga, por ejemplo, en el espejo, ¿no? En el retrovisor, o si no, justo al ladito, ¿no? ¿Cómo se llama eso? Lo que sacas donde está el espejito.
Exacto. No sé cómo se llama esa parte del coche. Bueno, eso. Claro, así nos protege, ese Omamori nos protege de cualquier tipo de accidentes. Eso está guay. Si tenéis algún amigo que conduce mucho o siempre va con el coche, pues puede ser un Omamori específico para que cuando esté en el coche no tenga accidentes.
Yo había mencionado antes lo del dinero, así como medio en broma, que existe un Omamori para ganar dinero llamado Kinun, en el sentido amplio de la palabra. Eso sí, por ejemplo, puede ser que tu negocio haga más dinero. Laura, nos vamos a tener que comprar uno de estos para Japonismo. No, perdón, comprar no.
Hay que hacer una ofrenda en el santuario para que amablemente te den… La deidad nos ayude a que Japonismo gane más dinero. Pero también puede servir para que te suban el sueldo. Al final, todo lo que tenga que ver con que tu situación económica vaya mejor. Luego hay uno muy popular en muchos santuarios y que normalmente veréis que se vende en pareja.
Hay un tipo de Omamori que se vende solo y hay otros que se venden en pareja. Pero bueno, es el Enmusubi, el del amor. Un Omamori perfecto para o bien encontrar pareja o para la felicidad, la salud, que tengas un buen matrimonio. Realmente hay dos tipos. Tenemos uno para los solteros que quieren encontrar pareja y luego otro que se vende en solitario porque está soltero.
Dices, ahora solo me falta tener que buscarme a alguien para comprarme el dúo aquí de Omamori. O me compro el dúo y digo, oye, ¿quieres un Omamori de Enmusubi? Oye, pues a lo mejor funcionaría. Sería una manera de que funcionara mejor. Una manera de ligar un tanto extraña, Laura, por Dios.
Lo que decíamos, uno es para encontrar pareja y luego esos otros… El otro es para mantenerla. Bueno, sí, para afianzar el amor y conseguir la felicidad en el matrimonio. Y normalmente es muy curioso los que se venden así en parejas porque tienen un dibujo que está conectado. Tú los pones los dos juntos, uno al lado del otro.
Por ejemplo, nosotros nos compramos uno en Futami, en las rocas casadas de Futami, a las afueras del gran santuario de Ise. Y claro, tenemos uno, el tuyo, Luis, con la roca grande. La que representa al hombre. Y luego está la cuerda, y la cuerda sigue hacia mi Omamori, donde está justo cosida la roca pequeña. Efectivamente.
Son muy bonitos estos. La verdad es que sí. Luego está el de parto sin complicaciones, que aunque yo lo mencionaba antes medio en broma, pero existe uno relacionado con el parto que se llama Ansan. Sí, de hecho si tenéis amigas que estén embarazadas, es un muy buen regalito, un muy buen recuerdo, porque básicamente el Omamori lo que va a hacer es conseguir que tengan un buen embarazo, que no tengan complicaciones en el parto y que todo vaya muy muy bien.
Es que además, fíjate qué regalo más bonito. Porque en lugar de regalarle un imán para la nevera de Kyoto, por ejemplo, le regalas un Omamori que es específico para un parto sin complicaciones, y se lo puedes contar, y le puedes contar el sitio donde lo compraste. Permite una relación además mucho más bonita y más estrecha. Y además la tradición, es curioso, marca que las mujeres embarazadas que tienen este
Omamori se lo deben colocar cerca del vientre para que también esté en contacto con el feto. Claro, para que la protección llegue todo, todo en general. Claro, porque debe ser que el Omamori solo protege cuerpos de tamaño y forma normal. En cuanto tú tienes barriga de embarazada, el Omamori dice, me estreso, me estreso, qué es esto, que es este volumen extra que hay aquí, hay que colocarlo cerca del vientre.
Otro Omamori muy popular, especialmente cuando en Japón hay temporada de exámenes, por ejemplo, exámenes de acceso a la universidad, es el Omamori de Gakugyo Joju. ¿Qué te pasa la boca, Laura? Que es el de básicamente éxito en los estudios. Ah, bueno, claro, entonces es un Omamori perfecto para estudiantes y gente que está buscando entrar en la universidad, esos exámenes en Japón que son tan importantes, aunque
fíjate, yo en este caso, más que un Omamori, yo me comería un katsudon. Bueno, también, mira, podemos hablar de eso en otro momento, bueno, ya lo hablamos, hicimos el episodio de Dómburis y ahí lo hablábamos. Pero pues eso, también si tenéis algún conocido que va a hacer la selectividad en España, no sé cómo se llama en otros países, los exámenes de entrada a la universidad, pues le podéis comprar también un Omamori específico para el éxito en los estudios
y así ayudarle a afrontar estos exámenes con mucho más. Por cierto, Laura, aunque no digamos nada, yo sé que nuestros japonistas ya nos conocen, pero si hay alguien que está escuchando japonesamente o Japón a fondo por primera vez, se va a dar cuenta de tu edad cuando has dicho selectividad, porque ya no se llama así en España. Bueno, ahora se llama, ya no es la PAU, es la no sé qué, cada año le cambian el nombre,
es la selectividad de toda la vida, punto. Otro Omamori bastante típico es el Omamori que se llama Kenko, que es salud, con lo cual es un Omamori que nos protege de las enfermedades. Claro, pero si ya te has enfermado, dices ¿qué hago entonces? Porque claro, el Omamori anterior ya no tiene sentido, pues existe otro, se llama Byokiheiyu, que es para recobrar la salud. Entonces, si ya has tenido una enfermedad, un accidente o necesitas un proceso de recuperación,
este Omamori es perfecto. Luego mira, más que el de dinero, que también lo podemos comprar, Luis, para japonismo yo compraría el Omamori de Shobai Hanzo, que es el de prosperidad en los negocios. Mira, vamos a comprarle a japonismo este y a nosotros el de dinero. Así yo creo que multiplicamos por dos las posibilidades, que han sido unos años muy chungos. Prosperidad en los negocios, pues queda todo dicho, conseguir la prosperidad en el negocio,
que tengamos una situación laboral y una situación económica de nuestro negocio decente, al menos, que esté bien. Y luego ya, como para finalizar, tenemos el Omamori llamado Kanae Ansen, que es de salud y bienestar familiar, que trae paz y prosperidad al hogar y a todos los integrantes, que es curioso porque tiene un estilo más parecido a lo que es el Ofuda. Es un Omamori que es más genérico, que no solamente actúa sobre ti mismo, sino sobre
todas las personas de ese hogar. De ese núcleo. Yo creo que aquí, en este caso, se ve claramente la relación tan estrecha que hay entre el Omamori y el Ofuda, que decíamos, el Omamori es más personal, más individual, y el Ofuda sí que será para el hogar, la familia, los integrantes, toda la gente que vive bajo un mismo techo. Y ahí se ve clarísimamente. Pero bueno, tenemos como este Omamori para la familia, para todo el grupo de integrantes
que viven en una misma casa. Está bien también. Pero bueno, el Omamori, al final, desde esos años en el siglo XVII que tú mencionabas hasta ahora, ha evolucionado mucho, claro. Porque originalmente las Miko, que es el nombre que reciben como las doncellas del santuario, estas chicas que suelen ir con unos hakama de color rojo y kimono blanco, hacían los Omamori a mano. Pero claro, hoy en día esto no se puede hacer por la cantidad de ellos que necesitas y al
final se producen en masa, en fábricas, y lo que hacen los templos y santuarios es bendecirlos antes de ponerlos a la venta. Eso es. Básicamente organizan un ritual y bendicen esos Omamori y así los convierten de alguna manera en un objeto sagrado. Y hay que tratar con respeto. Por eso decimos lo del respeto, porque es un objeto, como cualquier otro, que sale de una cadena de producción, pero precisamente por ese ritual que se hace, pues al final
se le imbuye de ese sentimiento religioso. Y por eso lo que decíamos antes, que no deberíamos abrirlo, pero si por ejemplo se os abre, porque vamos a poner un ejemplo muy práctico, llevas un Omamori colgado del bolso y lo llevas durante mucho tiempo… Y se va enganchando la cuerdecita que lleva arriba, por ejemplo… Exacto, y tiene como un lacito arriba que al final de tanto… si lo llevas colgado durante
mucho tiempo, el lacito puede deshacerse y puede ser que se abra accidentalmente, se abra y se expone ese papelito que hay en el interior. A ver, no pasa nada, pero básicamente la idea es que la protección se ha perdido. Al momento que se abre, la protección se pierde, con lo cual deberíamos comprarnos uno nuevo. Exacto. De todas maneras, como se supone que los Omamori, también como otros amuletos, decíamos al
principio que se renuevan cada año, si habéis ido a Japón, no sé, hace 5 años, por ejemplo, y tenéis Omamori, pues es como, si se te ha abierto, tampoco te preocupes mucho porque ya tampoco te protegía, porque ya se ha pasado el tiempo de validez, ¿no? Esto es como los yogures, tiene la fecha de caducidad. Madre mía, Luis.
Sí, de hecho yo tengo aquí detrás, justo, estamos grabando en el despacho y tengo una colección… Tienes una lista de Omamori, exacto, pero están caducados todos. Todos caducados, pero son muy bonitos. Son muy bonitos. Pero lo que sea, decís, yo estoy harta de tener este Omamori, yo lo quiero tirar porque estoy en plan, haciendo aquí limpieza de la casa y voy a vivir una vida de tener muy pocos trastos.
A ver, lo que decíamos antes, realmente, si suponemos que es un artículo sagrado y que hay que tratarlo con respeto, pues hombre, no deberíamos tirarlo a la basura tampoco, ¿no? De hecho, por eso, en los templos y santuarios, lo que se hace es… se le da, ¿no? Normalmente se… ahí no me sale el verbo… Se devuelve. Se devuelve gracias al templo o al santuario y ahí lo queman. Exacto, hay unas ceremonias especiales a mediados de enero en las que se queman todos los amuletos
que se han devuelto del año anterior, ¿no? Entonces, de esa manera, esas bendiciones, o esa… esa parte espiritual vuelve otra vez a la Deidad. Eso es, ¿no? Es una manera respetuosa de dar por finalizado el trabajo de la Deidad en ese Omamori concreto, ¿no? De todas maneras, lo que decíamos antes, no somos nosotros, los turistas extranjeros, los únicos que compramos Omamori desde un punto de vista
un poco de coleccionismo, ¿no? De recuerdo específico de un santuario al que has estado y que te ha gustado mucho. Los japoneses también, ellos también se compran un montón de Omamori, que son Omamori que luego… para ellos son Omamori de coleccionismo, no tanto… se van a comprar un Omamori genérico de protección en el santuario de al lado de su casa, por decirles algo, ¿no? Su santuario, su templo.
Eso es. Pero luego, cuando viajan, pues evidentemente se compran todos esos otros Omamori y está claro que tampoco los queman, esos no los renuevan. Evidentemente, porque no van a volver a esos santuarios. Y ahí voy.
Así que tranquilos, si tenéis vuestros Omamori comprados de vuestro viaje a Japón, no estáis rompiendo ahí ninguna ley, ninguna tradición ni nada, está perfectamente hecho. No pasa nada. Y bueno, podemos mencionar algunos sitios curiosos donde conseguir Omamori, aunque realmente es eso, cualquier templo y santuario los vais a tener.
Pero por ejemplo, tú habías mencionado antes el santuario que hay en Meotoigua, estas rocas casadas que están en Futami, que antes era una población aparte, ahora pertenece a Ise, al municipio de Ise, que son además, se compran en pareja, por eso, ¿no? Para ayudar a la pareja. Luego yo tengo uno muy bonito que me encanta, que es el del santuario Gozan no Ishi, en la zona del lago Tazawa, que lleva un espejito. Es un taco con un espejito, súper bonito.
O por ejemplo, en el santuario Hojinjatsurugi de Kisarasu, Kisarasu es una ciudad que está en la prefectura de Chiba, la prefectura que está pegada a Tokio, que tiene una imagen de la serie Hojinjatsurugi de héroes locales, en este caso héroes locales de Chiba, algo parecido a los Power Rangers, pero más local.
Entonces, en lugar de tener imágenes que decíamos de rocas con cuerdas sagradas, de imágenes de, no lo sé, de zorros como Inari o de los salones principales, lo que sea, es curioso, ¿no? Porque es algo sagrado, pero tiene una imagen de cultura popular. De hecho, lo tiene Erick ahí colgado en la puerta de su habitación, se lo compramos hace muchísimos años, cuando él era muy chiquitito.
Hay un montón, nosotros hemos dicho ahora estos tres, que son tres que tenemos nosotros y que salen un poquito de lo habitual, ¿no? Son un poco diferentes, pero hay muchísimos más. Por ejemplo, yo de hecho en este próximo viaje lo tenía marcado, pero no sé si nos va a dar tiempo a ir al santuario Kamigamo en Kioto, porque ahí tienen uno con un avión para el que tenga miedo a volar.
Es un poco como una variación. Es una variación de seguridad vial, efectivamente. Sí, sí, sí, sí, pero con la imagen ahí de un avión y es específicamente para el que le dé miedo a volar. Exacto. Y luego hay algunos que son especiales, porque, por ejemplo, en el santuario Yushima de Tokio se hace uno, un omoamaru especial, solo el 25 de enero, que tiene forma cilíndrica y es de madera y lleva pintado como la cabeza y el pico de un pájaro en el extremo, porque
se llama pájaro mentiroso y se supone que se lleva toda la mentira y lo convierte en verdad. Entonces solo se puede comprar el 25 de enero, claro, imagina lo popular que es. O, por ejemplo, en Tokio también tenéis en el santuario Asakusa, que está justo donde el templo Sensoji, el kanagi mitsuhiki mamori, que se hace con cuerdas de papel llamadas mitsuhiki y da buena suerte en las relaciones.
Y lo curioso de esto es que solo se venden 100 omamori el día 1 de cada mes a partir de las 9 de la mañana y solo uno por persona. Si os apetece, porque es algo muy único, ya sabéis, si estáis en Tokio, en esta zona de Asakusa, un día 1 de mes, a las 9 de la mañana estar allí y a lo mejor podéis tener la suerte de comprar uno de esos únicos 100 omamoris especiales al mes. Y yo uno de los que me quedé con muchas ganas la última vez que estuvimos en Tokio, en
2019, es el del santuario Kisho, en la zona de Koenji. El problema es que nosotros llegamos justo cuando cerraban ya la tienda y no pudimos comprarlo. Pero bueno, que sepáis que este santuario hay una parte dedicada al tiempo, a la meteorología, realmente. De hecho sale en la película Weathering with You, que claro, por eso es popular entre fans de la película de anime. Lo podéis ver en nuestra guía de Koenji, en japonismo, ahí lo tenéis.
Pero bueno, tienen dos omamori súper chulos. Uno es el Hare Omamori, que tiene un sol ahí dibujadete, que es para que haga sol. Justamente Hare es que esté despejado el cielo. Y luego está el Teru Teru Mamori, que tiene forma de Teru Teru Bosu, ese amuleto también de protección contra la lluvia.
Y básicamente es un amuleto, eso, que te está pidiendo que por favor no llueva. Y claro, la diferencia con un Teru Teru Bosu, que cualquier japonés hace a mano, es que en este caso está bendecido por el santuario, ¿no? Y es una cucada, son muy bonitos. Es una maravilla. Así que ya sabéis, santuario Kisho en Koenji, leed la guía que tenemos en la web Koenji Japonismo en Google y a correr. ¿Te parece si hablamos del Ofuda? Sí, porque yo ya no sé qué más decir del Omamori, Laura.
Bueno, hemos hecho un buen repasito del Omamori. Pues bueno, decíamos justamente que el Ofuda es parecido al Omamori, pero realmente es más protección del hogar, ¿no? Es más grande, de hecho, claro. Y es más como el Omamori original, ¿no? Porque está hecho de maderado de papel. Exactamente.
Normalmente, como decíamos, que es un talismán un poco de protección para todos los miembros del hogar, pues normalmente lo vamos a ver colgado en las casas. Normalmente en el interior de la puerta de entrada o a veces también en la cocina, porque también hay Ofudas así un poco especiales. O hasta en el baño. Tiene sentido en la cocina porque es el sitio donde tienes el gas, los fuegos y en casas de madera, como las tradicionales japonesas, pues un fuego te puede liar.
O sea, un fuego en cualquier casa te la lía, pero si encima la casa es de madera, te la lía más. Te la lía más. Y si encima es la casa de madera en un barrio con muchas otras casas de madera, pues la puede liar muchísimo más. De hecho, sale un Ofuda en la serie de Netflix, la de Makanae, la cocinera de las Maiko. Pues en un episodio, cuando Kiyo se convierte en Makanae, ella se va al santuario Atago en Kioto para conseguir un Ofuda específico, porque se supone que ese es un poco el mejor
Ofuda de protección contra los incendios. Y que además muestra lo que decíamos de que este tipo de enguimono, los amuletos, se renuevan porque ya tienen uno y se ve en una de las escenas que lo tienen en la cocina, pero claro, hay que renovarlo y hay que renovarlo, en este caso, en el mejor santuario para este tipo de talismanes, ¿no?, de Ofuda, y se va precisamente. Entonces, es muy curioso, echadle un vistazo a la serie, y si tenéis curiosidad, hemos
publicado también en la web un artículo súper chulo que tiene localizaciones de la serie y explicaciones de cultura, de cosas que se ven. Ahí está. Si habéis visto la serie, habéis visto el Ofuda. Básicamente, para entendernos, este Ofuda es un papel, un trozo de papel rectangular, un papel blanco, en el que vamos a ver, si no sabéis japonés, vais a ver como letras japonesas, ¿no?, una inscripción.
Ese sería el Ofuda más simple. Luego hay algunos Ofuda un poquito más elaborados, que van como, es una vara de madera envuelta en papel japonés, y a veces con una cuerda que hace un lazo, una cuerda de color, en fin. Hay de varios tipos, pero el más sencillo, el que más vais a ver, será el papel.
Es un simple papel rectangular donde está, justamente, que funciona de talismán, de ese objeto de protección. Exacto. Y al igual que el resto de los amuletos, el Ofuda, realmente hablamos de comprarlo, pero realmente no se compra, ¿no? Pues eso, ¿no? Es otra vez una donación que se hace al templo o santuario.
No es que tenga un precio puesto, sino que tú haces esa ofrenda, y a cambio recibes la protección por tu generosa ofrenda. Al igual que el Omamori, es un amuleto tanto budista como sintoísta. Lo podéis encontrar tanto en los santuarios como en los templos. De hecho, en las tiendas de templos y santuarios, lo veréis siempre.
Veréis los diferentes tipos de Ofuda que hay en exposición, y así simplemente podéis decir, mira, pues quiero este o quiero el de al lado. Los Ofuda sintoístas tienen el poder o la esencia de la deidad de ese santuario. Del Kami. Exactamente. Y los Ofuda budistas contienen el espíritu o la energía de alguna de las figuras del panteón budista. Efectivamente.
Pero, ¿cuál es el origen del Ofuda, Laura? Pues el origen del Ofuda se encuentra en la filosofía del onmyodo, que es una práctica japonesa que se basa en filosofías chinas, especialmente un poco en todos los aspectos del yin y el yang y de los cinco elementos. La práctica del onmyodo, para ser muy breves, muy sencillos, se dedicaba a juzgar señales auspiciosas o nocivas en el propio mundo, en el mundo natural, y de ahí se predecía la buena o la mala fortuna.
De hecho, la práctica del onmyodo fue influida tanto por el taoísmo, por el confucianismo y el budismo, y se acabó mezclando e integrando con el sintoísmo nativo de Japón. Y por eso, precisamente, es lo que decíamos, que podéis encontrar Ofuda tanto en templos budistas como en santuarios sintoístas, porque sabéis además, ¿no?, que estas dos religiones, en el caso japonés, han convivido durante mucho tiempo y ha habido un sincretismo religioso
brutal. Que no sorprende, ¿no?, al final, que el Omamori o el Ofuda sean amuletos tanto budistas como sintoístas. Una vez comprendes cómo funciona la religión en Japón, y especialmente la relación de estas dos religiones en Japón, no te sorprende en absoluto que tengas este mismo amuleto tanto en templos budistas como en santuarios sintoístas.
Lo que sí sorprende es que originalmente el Ofuda estaba hecho de tela, fíjate tú. Pues sí, pero se empezó a popularizar el Ofuda hecho en papel del Gran Santuario de Ise. Y claro, el Gran Santuario de Ise es el santuario más importante del sintoísmo, porque es donde está consagrada la diosa Amaterasu, la diosa del sol, ¿no?, la más querida y la más importante del panteón sintoísta.
Entonces, claro, se extendió tantísimo por todo el país que se empezó a popularizar el Ofuda de papel. No, fíjate que en un documento de 1777 dice que el 89% de los hogares japoneses en esa época tenían un talismán de estos, ¿no?, un Ofuda de papel del Gran Santuario de Ise como es un amuleto de protección del hogar. ¡Qué barbaridad! Y eso es que en 1777 no había tanta facilidad para desplazarse como ahora. No, pero supongo que ya lo que sí había era reventa, digamos, ¿no?, de alguien que
compraba… Oye, ya que vas para allá, cómprame un Ofuda. Pero, oye, hemos hablado de cómo se usa el Omamori, vamos a hablar de cómo se usa el Ofuda en este caso. Al final, el Ofuda realmente es bastante sencillo. En principio, sí.
La base, desde luego, porque básicamente te vas a tu santuario favorito, por ejemplo, en Año Nuevo… Bueno, en Año Nuevo sí lo vamos a renovar, claro, sí, ¿no? Claro, pero que también es la fecha más típica, pero vamos, adquieres el Ofuda, ¿no?, haces la ofrenda y básicamente lo cuelgas en el marco superior de la puerta, por dentro, lo que habíamos dicho, porque así protege a todos los integrantes del hogar. Hay quien dice que como el Ofuda también contiene la esencia de las deidades, hay que
mostrarle cierto respeto, y se dice que a veces hay algunos japoneses que cuando entran en casa pues hacen un poquito una reverencia al pasar justo por debajo del Ofuda. Yo, en las casas en las que hemos estado con amigos, sí que tenían Ofuda, pero no he visto, por ejemplo, ese nivel un poco de reverencia, ¿no?, de respeto, pero bueno, ahí queda dicho. Pero lo que es curioso es que la Asociación de Santuarios Sintoístas de Japón tiene
como una especie de mini manual de instrucciones en el que explican cómo maximizar los efectos de protección, y ellos te recomiendan colocar tres Ofuda específicos en tu casa, en el altar sintoísta del hogar. Exacto. Uno es el Ofuda del Gran Santuario de Ise, precisamente porque es el santuario más sagrado del sintoísmo.
Otro es el Ofuda de tu Ujigami, ese santuario ancestral, y luego el tercero sería el Ofuda de un santuario cercano al que vayas con frecuencia. De hecho, en un manual que tienen colgado en internet, yo lo estuve mirando hace unos días, un PDF, tienen imágenes de recomendaciones de cómo tienes que colgar estos tres Ofuda. Depende de cómo sea un poquito tu espacio, pues puedes poner uno más arriba, otro más abajo, otro no sé qué.
Te van diciendo diferentes opciones. Sí, pero el del Gran Santuario de Ise, ese prácticamente tiene que estar en el centro siempre, porque ese es el clave. Sí, los otros dos ya pueden estar a los lados, atrás o detrás, depende de cómo queda. De todas maneras, hemos dicho que el Ofuda normalmente está en la puerta de entrada, en la parte interior ya de la casa, pero hay Ofuda, como el que vemos en la serie de Makanai, que se cuelgan en otros lugares, por ejemplo, en la cocina.
¿Por ejemplo? Y es que, claro, los Ofuda que tienen la protección de deidades que son patronas del hogar, diferentes deidades tanto en el budismo como en el sintoísmo, pues esos Ofuda se colocan en la cocina. Y luego, por ejemplo, hay unos curiosos, porque hay una deidad budista, Ususama Myo, que se cree que purifica lo impuro, así que imagínate dónde se suele colocar este Ofuda. Buenísimo, ¿eh?
¿En el baño? Pues evidentemente, ¿no? ¿Dónde vas a hacer cosas impuras? Claro, es el... Bueno, es que el aseo es el lugar más sucio realmente de la casa. Por eso las casas japonesas tienen unas zapatillas especiales para entrar en el aseo y separar los ambientes mucho más. Exacto, exacto. Bueno, como pasa con el Omamori, como pasa con el resto de amuletos, el Ofuda también, como decías tú, hay que renovarlo una vez comienza el año, ¿no?
Al finalizar el año, tenemos que cambiar ese Ofuda antiguo también por uno Ofuda. Exacto. Un Ofuda nuevo. Pero claro, si os habéis comprado un Ofuda y os lo habéis traído de Japón, pues tampoco os estreséis. Eso sí, si es uno, por ejemplo, para la cocina, el primer año sabéis que no vais a tener incendios en la cocina, el segundo, a lo mejor hay un pequeño escape de gas, el tercero igual se te quema la cocina entera...
De verdad, Luis, de verdad, no puedo creerlo. Es broma. No puedo contigo. Eso es importante, que no lo hemos mencionado antes, pero los amuletos se tienen que devolver, eso lo comentamos en el episodio del Daruma, diría, se tienen que devolver al menos en el tipo de local concreto, es decir, si es un amuleto que habéis comprado en un santuario sintoísta lo tenéis que devolver en un santuario sintoísta, no podéis devolverlo en un templo
budista. Podéis pensar que como hay tantos amuletos que se devuelven a la vez, nadie se va a dar cuenta, pero las deidades sí, ellos lo saben, y claro, cuando le llega el humo, cuando se quema esto, dicen, este humo, yo soy budista, este humo me huele a sintoísmo, no me vale. De eso recuerdo, por ejemplo, en el santuario Meiji, en Tokio, que en fin de año colocan como esas...
como unas casetas enormes para que la gente devuelva los amuletos y había un daruma pintado y tachado, para que la gente tuviera claro que ahí no hay que devolver los daruma, y fíjate que eso está pensado solo para japoneses, y aún así los japoneses se lían. Sí, sí, sí. Así que, bueno, es importante, si queréis devolver algún amuleto, tenerlo en cuenta. Aplica básicamente lo mismo que hemos dicho para el Omamori, aplicaría a Lofuda en este caso, pues se hacen esas ceremonias de quema de amuletos a mediados de enero, etcétera,
eso sería exactamente igual. Pero hay una curiosidad, Laura, aquí, porque los templos Kinkaku-ji y Kinkaku-ji de Kioto, el pabellón de oro y el pabellón de plata, que son quizás dos de los lugares más visitados por los turistas en un primer viaje, sobre todo el de oro, la entrada a esos templos en realidad son ofudas. Eso es, la entrada de los templos Kinkaku-ji y Kinkaku-ji es una ofuda, y además tal cual,
si os fijáis, si la tenéis en casa, sabemos que muchos, que habéis estado en el templo Kinkaku-ji especialmente, no sabíais que la entrada era una ofuda, pero la mayoría la habéis guardado porque es muy bonita, es que es una tira de papel, papel japonés, y tiene ahí unas inscripciones, una serie de cosas, claro, escrito en japonés, llama muchísimo la atención. Así que echarle un vistazo, si la tenéis en casa, porque la podéis colgar el lado
interior en vuestra puerta y os va a proteger el hogar porque es que es eso, es un talismán de protección. Nosotros lo tenemos colgado aquí en el despacho para que proteja el negocio, así que a lo mejor hay que darle gracias aquí a la ofuda. Mira, lo vamos a renovar, Luis, vamos a renovar este ofuda del Kinkaku-ji. Nos vamos a ir al Kinkaku-ji a por otro ofuda. Vamos a renovarlo porque ha trabajado muy duro este ofuda en estos tres años.
Bueno, muy duro, muy duro. Hombre, aquí estamos. Podríamos no estar. Aquí seguimos, sí, podríamos no estar. Así que aquí estamos, con lo cual yo creo que se merece este ofuda ser renovado y vamos a adquirir un nuevo ofuda en el Kinkaku-ji y a lo mejor en algún otro lado, ¿no? A lo mejor en algún otro lado, ay, Dios mío, que nos vamos a dejar todo el presupuesto de este viaje en amuleto, me lo estoy viendo venir, hay que dejar parte para los calpis,
acuérdate. No te preocupes. En la web tenéis un dibujito donde os contamos exactamente cómo leer la información que hay en este ofuda de las entradas. En la web nuestra, en japonismo.com, el artículo que tenemos sobre el Kinkaku-ji. Exacto, y el Kinkaku-ji también, y ahí veréis un poco qué pone, además, claro, es esa caligrafía con ese sellito color vermellón, es muy… Anda que no te gusta decir vermellón, ¿eh?
Bueno, es que es un color, Luis, tú porque eres un hombre y tú dirías rojo, pero no es vermellón. Ok. Bueno, pues ya sabéis, en vuestro próximo viaje a Japón tenéis que hacer como yo, perderos en esas tiendas de los templos y los santuarios y adquirir, hacer una ofrenda de un montón de cosas. Para conseguir esos omamori, generales o específicos, ofuda, yo creo a lo mejor estaría bien comprar alguno específico también de ofuda, que no tenemos, Luis, hay que…
Me parece bien. Bueno, pues vamos a reservar una parte del presupuesto, esperamos que vosotros también, y sobre todo, si lo hacéis y os compráis omamori, os compráis ofuda, hacedle una fotito y luego nos la ponéis en las redes sociales, nos etiquetáis y nos decís, oye, mirad chicos, mirad lo que me he comprado gracias a este episodio de Japonesamente tan chulo que habéis hecho. Y yo os comprometo a hacer algunas fotos de estos omamori de lo ofuda que tenemos y colgarla
en redes sociales también cuando se publique este episodio del podcast. ¡Qué bien! ¡Gracias a todos por estar con nosotros y nos vemos en el próximo episodio de Japonesamente! ¡Chau!