Japonesamente 45: Curiosidades de Japón (2ª parte)

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En la segunda temporada del podcast hicimos un episodio sobre curiosidades en Japón. Hoy hacemos la segunda parte, para contaros cosas que seguro que os sorprenden cuando estéis por allí. Y gracias a conocerlas, las entenderéis un poquito mejor:

  • Obento
  • Omiyage
  • Gachapon
  • Uranai o adivinación
  • Puestos de comida yatai
  • Mil y un sabores de snacks y chocolatinas
  • Farolas
  • Fruta como regalo
  • Mascotas yuru-kyara
  • Kaiten sushi

Y recordamos, al comienzo, algunas de las curiosidades más destacadas de la primera parte.

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Transcripción

¿Te puedes creer que desde el episodio 9 de la segunda temporada, Laura, teníamos pendiente hacer la segunda parte de Curiosidades de Japón? Tanto tiempo ha pasado, pues ya es hora de retomarlo. Ya te digo, sobre todo porque como ahora hay tanta gente que quiere ir a Japón, si se escucha en ese episodio que hemos mencionado y este de ahora, todo les va a resultar mucho más familiar. Segunda temporada del podcast, hicimos ese episodio, la primera parte del episodio sobre

curiosidades en Japón y hablamos de un montón de cosas. ¿Te parece si hacemos un repasito? Pero muy rápido. Muy rápido, evidentemente, porque para explayarnos ya está ese episodio, los que no lo hayáis escuchado. Ya estáis tardando. Exacto. Temporada 2, episodio 9 has dicho, así que podéis ir a escucharlo después, en todo caso. O ponéis este en pausa, escucháis ese primero y luego seguís con el resto.

Venga, Laura, aquí un poquito de… Ay, bueno, no tengas prisa, Luis, que aquí estamos relajados, tomándonos nuestro cafecito. No me metas prisa, ¿eh? Pues mira, hablamos de temas como, por ejemplo, la comida de plástico, que yo creo que es algo que sorprende mucho, ¿no?, la primera vez que vas a Japón. La falta de papeleras, por ejemplo. Falta de papeleras, otro. Y esto sí que es algo, Telita, ahora que acabamos de volver de Japón, se puede decir,

hay que llevar siempre una bolsa de plástico en la mochila para ir guardando cosas hasta que no puedas ya dejarlas en alguna papelera, ¿no? Luego las máquinas expendedoras, tus grandes amigas, Luis. ¿Cuántas? Bueno, grandes amigas mías y tuyas. Bueno, yo muy poco, yo casi no compro nunca nada, tú eres el que vas buscando cálpices como loco. Pero tampoco los encuentro siempre, así que nada. Luego las taquillas, ya sabéis que los japoneses les encanta guardar cosas en esas taquillas

que encontramos en los bajos de las estaciones de tren o estaciones de metro, etcétera, etcétera. Y no te olvides del Washlet. ¡Ah, y otro gran amigo! Este sí que es uno de mis favoritos, una de las cosas que más me gusta, aunque dicho así suene un poco prosaico, ¿no?, esto de hablar de aspectos de chorritos, que tenemos además un episodio del podcast dedicado en exclusiva al Washlet. Y sé que es un episodio que gustó mucho, recuerdo muchos comentarios de mucha gente

diciendo que interesante que hayáis contado un poco tanto la historia, todo el desarrollo, la innovación tras ese Washlet, el aseo este japonés, ¿no? Luego también hablamos de los tickets de comida en los restaurantes. Muchos restaurantes vais a tener que comprar esos tickets primero de comida y luego básicamente es entregarlo al camarero para que os traiga la comanda. Hablamos de las calles comerciales, tanto las Shotengai como las de subterráneas, que

a veces son auténticas ciudades subterráneas. ¡Qué emocionantes! A mí me lo parece, no sé, yo vengo de un pueblo en el que no hay calles de estas subterráneas y es verdad que en Barcelona, por ejemplo, luego tampoco hay muchas, en Madrid tampoco se estila mucho ese tipo de calles subterráneas. Las hemos visto en alguna otra ciudad europea o canadiense, por el tema del frío, pero no de la manera tan hiperdesarrolladas como son estas calles comerciales subterráneas

japonesas. Y ahora que hablamos de subterráneos, pues también recuerdo que estuvimos hablando de la SEPA Chika. Exacto. Las tiendas que hay en las plantas subterráneas de los centros comerciales, que son un paraíso para comprar comida, en muchos casos comida preparada, de todos los tipos y opciones que se os puedan ocurrir. Es una maravilla. Luego también hablamos de las alcantarillas, no tanto del alcantarillado en sí, aunque

un poquito, pero especialmente de las tapas. De los diseños de las tapas de alcantarillas, que es algo especial en Japón. Que nosotros seguimos coleccionando fotografías. En este último viaje hemos venido con alguna foto nueva. Algunas, no muchas. No muchas, pero algunas. Sí, porque es curioso, ni Kioto ni Tokio… Bueno, ya están los obreros, Luis, ahí… Así que si oís ruidos extraños, que sepáis…

Vamos a intentar hablar muy rápido y no dejar pausas para que no se escuche tanto. Porque ya están los obreros del piso de abajo dando popos barcos. Creo que nos están dando la bienvenida, después del viaje por Japón, de decir «bueno, ya estáis, chicos». Seguro que estos últimos días que hemos estado por Japón han estado en silencio diciendo «si no vamos a molestar a nadie, pues no sé para qué hacemos».

Más cosas de las que hablamos también, de la cultura de descalzarse. Y decíamos que, claro, tienes que ir con los calcetines limpitos, sin agujeros y demás, con zapatos cómodos de poner y quitar, porque al final es verdad que nos vamos a tener que descalzar muchísimo durante el viaje. De todas maneras, esto se habla mucho, nosotros lo hablamos mucho, pero, claro, a mí incluso esto me genera las dudas de qué pasa cuando viajas, por ejemplo, en invierno, en febrero,

a sitios como Hokkaido, que hay mucha nieve, es como… Pues por mucho que intentes, es que tienes que llevar un calzado que cierre bien y que sea abrigado y, generalmente, a lo mejor con forma de bota. Pues yo creo que lo que pasa es que si te tienes que descalzar, probablemente hay más sitios, más banquitos y tal, para poder sentarte y ponerte de nuevo los zapatos. Pero es una faena eso, porque con la de veces que te puedes llegar a tener que descalzar,

cuando estás en sitios fríos, que llevas un calzado más cerrado, incluso de bota, que se cuesta más en quitarse… Uf. Cierto. Luego hablamos también del pachinko, esa especie de, no sé cómo llamarlo, tragaperras recreativas… Sí, unas máquinas recreativas en las que tú echas dinero y lo que intentas es ganar premios. Son de bolitas, que luego conviertes en premios, que luego conviertes en dinero.

En premios de verdad, que son monetarios y que es la parte más ilegal del pachinko. Luego hablamos de esos puestos desatendidos, es bastante típico en muchas zonas, en muchas hasta estaciones de tren, por ahí… Por ejemplo, alguien tiene un pequeño huerto y pone a vender sus berenjenas, un poquito sus productos, y lo deja ahí y tú básicamente pues están los precios de todas las cosas y hay confianza, se confía en que vas a dejar

el dinero justo para lo que estás cogiendo de ese puesto. Una maravilla. Y luego hablamos de la publicidad en los paquetes de pañuelos, que son pañuelos de baja calidad, pero que vienen muy bien en ocasiones de necesidad o incluso para limpiarse las gafas, por ejemplo. Sí, viene bien tener siempre en el bolso. De todas maneras es muy triste, porque decíamos que cuando eres extranjero no te suelen dar,

pero digo que es muy triste porque en este último viaje a Japón hubo uno de los días que alguien estaba dando publicidad de cosas un poco al azar y nos dio publicidad a pesar de que éramos claramente extranjeros y llevábamos mochilas, llevábamos las cámaras y sin embargo un día después nos encontramos con alguien que daba paquetitos de pañuelos con publicidad y entonces ahí sí que ya no nos dieron y es como el día anterior, la publicidad normal

sí que me la da, pero esta de los pañuelitos de papel, esta ya no. Es verdad, es verdad. Bueno, en fin, así es la vida. Seguimos con algunas curiosidades más. Bueno, yo estaba pensando, porque hicimos justamente un episodio del podcast hace poco, no sé si hace un par de episodios diría, que estábamos hablando de lo bento, esa caja de comida para llevar.

Y esto en sí, claro, ya le hemos dedicado todo un episodio, pero para mí es una gran curiosidad de Japón, porque es verdad que estás en Japón y si vas con presupuesto limitado, no quieres ir a un restaurante, por ejemplo, aunque en Japón muchos restaurantes son muy baratos, pero bueno, por lo que sea o te apetece comer, por ejemplo, en un parque, hacer una especie de picnic, digamos, da igual. Digamos que las opciones de comprarte cajas con comida ya preparada y lista para consumir

a temperatura ambiente son múltiples, porque lo encontramos no solo en esas tiendas especializadas de las que hablábamos en el podcast, también los podemos encontrar en las tiendas 24 horas, los conbinis y luego en las propias estaciones de tren para los equibén. La verdad es que sí, es una de esas cosas maravillosas porque cuando nosotros, por ejemplo, digo nosotros en España, pero en otros países también viajamos en tren, por poner el ejemplo

del equibén en tren, los trenes aquí suelen tener cafetería, entonces puedes comprar algo de comida, pero la compras en el tren y suelen ser sobre todo, pues, algún bocadillo, algún sándwich y ya está. Pero el hecho de que tengas tiendas en las estaciones que te vendan comida preparada, que además suelen ser especialidades locales, que utilizan también ingredientes locales y te lo comes a bordo, que es casi una comida completa, porque tienes

el arroz, tienes la proteína principal, un poco de encurtido y demás, a mí me parece que es algo fantástico. Y claro, en estos podcasts, en estos episodios de curiosidades, hablamos de estas cosas que cuando llegas a Japón, la primera vez que las ves, te sorprenden y que quieres también disfrutarlas un poco y ver cómo es la vida allí, cómo lo hacen. Pues eso, comer el ovento en el tren es algo súper normal para un japonés y es algo que

nosotros lo decíamos en ese episodio del ovento y el ekiben, es algo que recomendamos mucho hacer porque es una manera también de integrarte un poco con el día a día de la vida de los japoneses y dices, bueno, es parte del turismo. Totalmente.

Además, bueno, una pregunta que surgió a raíz de ese episodio del podcast, unos cuantas personas nos preguntaron, nos dijeron, pensé que estaba prohibido comer en el tren. Sí, es muy curioso. Y la respuesta es sí, realmente uno no come en los trenes, solo está permitido comer en los trenes como rápidos, ¿no? Límite express, Shinkansen… Sí, trenes quizás de media y larga distancia.

De todas maneras, a ver, yo creo que esto pasa igual prácticamente en cualquier país porque si tú te fijas, yo me he fijado mucho en los letreros que hay en el transporte público, los sitios en los que viajamos, en los autobuses por ejemplo, en los metros, cuando los hay, siempre hay pegatinas o hay mensajes que te dicen prohibido comer a bordo, ¿no? Pues quizás para no molestar a otros pasajeros con olores o lo que sea.

Manchar. No manchar y este tipo de cosas. Pero, por ejemplo, incluso en España, que está prohibido en teoría comer en un autobús, ¿no? Un autobús de línea urbano, pero cuando tú subes a un tren de alta velocidad en España, pues es lo que decíamos, ¿no? Tú vas al coche cafetería y te compras algo y te lo puedes comer en ese coche cafetería, pero mucha gente se lo lleva de vuelta a su asiento o va desde casa con algún bocadillo o lo

que sea y se lo come y no pasa absolutamente nada. En Japón es exactamente igual. Es decir, en estos trenes rápidos de larga distancia, no es que solo sea habitual, es que para ellos es lo más normal del mundo. Veréis que todos los japoneses suben a Shinkansen con su cajita de Ovento, de Equiben, todos, absolutamente todos. Con su bolsita, que tienes la caja del Equiben y pues alguna cervecita, algún té verde,

algún refresco… Sí, ya depende de cada uno, ¿no? Eso ya depende de cada uno. Y claro, la pregunta del millón es cómo distingo en qué trenes puedo subir con comida y en qué trenes no. Básicamente, en los metros, las ciudades que tengan metro, en los metros no se puede.

Los trenes que sean de estilo cercanías, como una línea Yamanote o demás, tampoco. Es decir, cualquier tren que tenga los asientos, la fila de asientos pegada a las paredes, es decir, hay una fila de asientos que mira a la otra fila de asientos justo enfrente, esos son trenes en los que no puedes comer. Sin embargo, los trenes que tengan los asientos mirando en el sentido de la marcha, con el pasillo en el medio y todos mirando hacia adelante, pues esos normalmente sí se puede

comer. Exacto. En los que tampoco se puede, por cierto, es en los que están cuatro asientos, dos y dos mirándose entre sí. No sé si me explico bien, ¿no? Porque en esos tampoco, como no hay mesita, por decirlo de alguna manera, no está bien visto comer ahí, ¿no? Exacto. Cuando tienes justo a alguien enfrente, no delante, enfrente, entonces no está bien visto.

Pero, como tú decías, en los que cada uno va en el sentido de la marcha, tienes a alguien delante pero no enfrente. Pero no ves el cogote, no ves la cara. Exactamente. Ahí suele haber, además es que ya en los propios trenes suele haber las mesitas, como si fueran los aviones al final, suele haber la mesita plegable y ahí sí que puedes comer tu ekiben tranquilamente o lo que quieras, vamos, me da igual. Más curiosidades.

Yo creo que tendríamos que hablar del homillague. Hablamos ya, si no recuerdo mal, de un episodio del podcast del regalo en Japón, ¿verdad? Yo diría que sí. De la cultura del regalo. Yo diría que sí, porque es eso, es una de las particularidades que también sorprende más el ver cómo esta cultura del regalo está tan enraizada en la sociedad japonesa, que es que miréis por donde miréis, vayáis por donde vayáis, vais a ver un montón de tiendas llenas de regalos ya preparados para comprar y dárselos a alguien, porque ya están

envueltos de una manera preciosa, además, con el papel de regalo todo súper bien puesto, maravilloso. Yo creo que esa es la gran diferencia, que vais a ver columnas, realmente pilas y pilas de esos regalos. Normalmente, la gran mayoría de casos va a ser comida, por ejemplo galletitas o dulces típicos de esa región. Se nota lo mucho que les gusta comer y lo mucho que les gusta incluso el coleccionar,

entre comillas, experiencias gastronómicas que sean específicas de un destino, o bien porque es eso, porque es una preparación típica de una zona concreta o utilice ingredientes de esa zona concreta. Entonces, claro, cuando mezclas el regalo, esa costumbre tan enraizada del regalo con esas ganas de probar todos los productos típicos de una región, te sale que es todo el homillague. Es casi siempre comida.

Sí. Lo interesante es que vais a ver como una caja de muestra, que va a estar abierta, entonces podéis ver exactamente una reproducción de lo que hay en el interior de esas cajas. Y no solo de lo que hay en el interior, sino de cómo está empaquetado el interior. Exactamente.

Todo. Eso está ahí como muestra y siempre tenéis que coger una de las cajitas de abajo, que ya, como decías tú Luis, están completamente envueltas en papel de regalo. Entonces, pagar y ya está. Está todo listo. No tenemos que hacer nada más. Lo más importante, pagar. Básicamente. Y bueno, la curiosidad también es que es como una muñeca rusa en general, porque tienes la caja exterior, que tienes ese papel de regalo, pero cuando ves esta caja que está medio abierta a la mitad, donde se expone cómo está por dentro, ahí en

Japón les gusta envolverlo todo de forma individual, entonces todo tiene envoltorios dentro de envoltorios dentro de envoltorios. Que habría que hablar, habría que hacer algún episodio del podcast del reciclaje. O de la falta de. Sí.

Bueno, reciclaje hay mucho, obligan mucho a la gente a reciclar, pero quizás del abuso, y lo siento, pero sí que creo que es abuso, del abuso del plástico que se hace en Japón. Sí que hemos visto pequeños cambios en este último viaje, pero estas son cosas que las podemos dejar, si te parece, para otro episodio. Podemos hablar un poco más de percepciones, cosas que nos hemos dado cuenta. La semana que viene, que nos toca un Japón a fondo, podríamos hacer un episodio especial acerca de cómo hemos visto Japón.

O sea, yo creo que sigue estando en el mismo sitio, al fondo a la derecha, según miras el mapa del mundo, pero hablar un poco de… Bueno, según miras el mapa del mundo desde tu posición, porque bueno, depende de quién pita el mapa de una manera diferente. Bueno, claro, si pones Japón en el medio, pues pilla en el medio. Pero sí, lo vamos a dejar para ese episodio, porque yo sí que he visto un cambio muy pequeñito, pero me lo voy a apuntar aquí para que no se nos olvide.

Porque si no se me olvida. Pero sí es verdad que es excesivo. Compras a veces estas cajas de omiyage con esos dulcecitos, cada uno está envuelto, que se entiende un poco, como hablábamos en ese episodio del regalo, la idea de ese omiyage muchas veces es llevarlo a la oficina y que cada persona pueda coger un pastelito, un dulcecito. Sí, que puedan tomar lo que les apetezca. Sí, y la idea es que claro, como cada uno está envuelto de manera individual, pues

resulta como para ellos más fácil. Oye, pues yo puedo, mira, uno, voy a tomar este y lo voy a abrir y ese es para mí. Es una manera también de separar, es como lo que toma cada uno es solo para ese uno, no está todo mezclado y por otro lado también hace que lo que hay dentro de ese paquete que dure más.

Porque al estar cada cosa envuelta de forma individual, aunque abras el paquete maestro, por decirlo de alguna manera, no se echa a perder lo demás. Tú imagínate cuando estás hablando de galletas, por ejemplo, que en cuanto están abiertas, si se quedan abiertas y no se cierran bien, se humedecen, pierden un poco. Si son galletas que son duras, pues se quedan blandas o lo que sea.

Cualquier cosa de esta, el estar envuelto de forma individual hace que mantenga las propiedades más tiempo y no te obliga tanto a tener que consumir el contenido del paquete rápidamente nada más abrirlo. Eso es cierto, estoy totalmente de acuerdo contigo, eso es cierto, pero a la vez creo que hay una componente un poco psicológica porque sé de gente que ha preparado galletas de manera casera, por ejemplo, extranjeros en este caso, las han llevado a la oficina

pues para que todo el mundo las comiera y en muchos casos nadie ha comido porque eran como todas juntas y eso como que no. Entonces ahí ese humillage perfecto, cada dulcecito envuelto de manera individual. Yo lo que digo es una explicación, más que una explicación, algo positivo del hecho de que esté envuelto individual, pero evidentemente no se envuelve de forma individual para mantener las propiedades más tiempo de lo que hay, sino más que nada

por un poco esto que dices tú, de que cada uno tome lo que quiera y sea exactamente solo para él, que no se comparta con nadie más. No tengo que tocar tampoco el resto, aunque vaya con mucho cuidado o tal. Es muy curioso esto, pero esto genera un gran problema que nosotros siempre comentamos, es que tú abres un paquete de estos y es que acabas con tres millones de plastiquitos, de envoltorios.

Terrible, terrible. Así que buen apuntado para comentarlo. Más curiosidades. Bueno, yo creo que una curiosidad, no sé si es ya curiosidad, pero si es algo que nos va a llamar mucho la atención en ese primer viaje a Japón son esas máquinas, las gachas, las gachapon. Creo que ya todo el mundo sabe qué son. Por aquí hay algunas también, pero nada que ver con las japonesas.

Son esas máquinas que tienen unas bolas de plástico dentro. Tú pones una monedita, haces girar una ruedita y cae una bolita. La gracia es que en cada máquina hay una temática diferente. Entonces, si tú tienes la temática, por ejemplo, trenes… Por ejemplo. Te ha salido el ejemplo así sin más, ¿verdad? Me ha salido, pero también porque una de las gachapon que hace algún tiempo encontré creo que fue en la planta menos uno del aeropuerto de Narita.

O sea, justo antes de llegar a la zona, al vestíbulo donde está el acceso a los trenes y a intercambiar el JR Pass, había una que era de trenes de JR. Entonces tenía pequeños regalitos, por ejemplo, un coche de los nuevos, de los que ya están hoy en día, porque ya todos los trenes son así, de la línea Yamanote.

Había otro que era el Narita Express. Había varios modelos. Entonces, claro, cuando había esa temática, tú ves en la imagen que tienes en esa máquina todas las opciones posibles, pero no sabes cuál te va a tocar. Pero al menos sabes que va a ser uno de esos que hay. Es decir, las gachapon en general no tienes en una máquina, pues te puede tocar uno que sea un tren, otro que sea una figura de anime, otro que sea una reproducción en plástico de un plato de comida o algo así.

Suelen ir por temas. Sí, de hecho es eso, cada una. Y lo más curioso es que vamos a ver filas y filas de esas gachapon, de esas máquinas, todas juntas. Entonces es cuestión de ir mirando una por una, ir viendo los dibujitos. Y cuando ves a alguno que dices, ay, este me gusta, voy a ver si tengo suerte y consigo de los seis diseños, por ejemplo, o de los ocho que suele haber, a ver si tengo suerte y me sale el que quiero.

¿Qué pasa con tantas otras cosas en las que jugamos un poco con el azar? Hay mucho coleccionismo ahí. Vamos a ver también, mucha gente intercambia figuritas que le han salido para conseguir justamente completar esa colección y tener las seis o las ocho figuritas de la máquina. Al final aquí también hay mucho de eso, exacto.

Y ahí es importante también decir, si queréis disfrutar de esto, que tenéis que llevar dinero suelto, porque esto suele costar entre 300 y 500 yenes. Bueno, yo últimamente he visto que costaban bastante más. En el pasado sí es verdad que comprabas de 300, pero en la actualidad yo últimamente lo que más he visto eran ya 600 y todo. Claro, pero me refiero a que necesitas meterle monedas, entonces tienes que llevar monedas sueltas para que funcione la máquina.

Y hay algunas que solo permiten monedas de 100, es decir, si cuesta por ejemplo 500 no vale con una moneda de 500 yenes, o si cuenta 600 no vale con una de 500 y una de 100. No, no, vais a tener que llevar las moneditas. Así que esto tenedlo en cuenta. De todas maneras, los que sois fieles escuchadores del podcast… Oyentes, oyentes. Es que escuchadores me suena bien.

Pues seguramente os sonará esto porque en el último episodio del podcast, cuando hablábamos del Tamaden, hablábamos de uno de los trenes temáticos de la línea y era el Omoden, que es el tren de los juguetes. Omocha Densha, Densha, perdón. Y ese tren tenía máquinas cachapón dentro. Sí, sí, que es verdad que dijimos que era muy gracioso estar en el tren y poder jugar a una de estas máquinas y conseguir alguna bolita, o tantas como quieras.

Porque claro, ahí la gente a veces… Es lo típico, que dices no es mucho dinero… Pero si vas sumando… Es como cuando lo del Goshuin, las caligrafías estas de los templos y santuarios que tanto nos gustan… No sé por qué me estás mirando, Luis. Bueno, porque eres una mani rota.

No, solo en este último viaje he conseguido pocos Goshuin. Me he controlado bastante. Pero es eso, puedes gastarte todo lo que quieras. Y como curiosidad, recientemente, pero muy recientemente, en Ikebukuro creo que es, se ha abierto un lugar en el que hay creo que 3.000 máquinas de cachapón diferentes.

Eso es una locura. Una locura. Eso es una locura porque es que te puedes llegar a gastar mucho dinero. Porque con la tontería… Sobre todo teniendo en cuenta que es un tema de coleccionismo, está claro que juega un poco con los sentimientos de los japoneses. Saben lo que les gusta a los japoneses, evidentemente, y juegan con ello.

Se aprovechan un poco de ello. Pues ya que te gusta el coleccionismo, ya que quieres completar todas las figuras, pues te vamos a dar muchas máquinas de muchos temas diferentes para que vaya mucha gente y se genere un negocio tremendo ahí. Yo estoy buscando una de farolas, de diseños de farolas japonesas. Alguna habrá.

Estoy segura de que hay alguna. Si algún oyente o escuchador que dices tú encuentra una maquinita de estas, por favor, que saque algunas bolitas. Yo se lo pago después. Para que os hagáis una idea, le hemos hecho fotos, varias fotos a farolas en este último viaje a Japón. Ya también lo contaremos la semana que viene.

Porque Laura, es verdad, está obsesionada. Son muy chulas, hay muchísimos diseños diferentes, son maravillosas. Me encantaría tener mini réplicas de algunas de las mejores farolas que hay repartidas por todo Japón. Esa máquina tiene que existir. Si no existe todavía, tiene que existir. Si alguien también está escuchando y conoce a alguien que hace diseños para estas máquinas, por favor, queremos una gachapón de farolas japonesas.

Ya lo he dicho. Solo falta que el diseñador de máquinas gachapón de Japón también sepa español y escuche Japón a fondo o japonesamente. He dicho un amigo. Puede ser que algún español tenga un amigo que se dedique a eso. Es lo más normal del mundo. ¿Tú a qué te dedicas? Yo diseño máquinas gachapón. Alguien tiene que diseñarlas.

Alguien lo tiene que hacer, seguro. Pero que sea algo tan frecuente como para que alguien que escuche japonesamente o Japón a fondo lo conozca, al que lo diseña, ya me parece más raro. Yo lo intento. Ahí lo he dejado. Como eso que se dice de Twitter haz tu magia, podcasteros hagamos nuestra magia.

Queremos una gacha de farolas japonesas. Ya está, dicho. Más curiosidades. Las farolas podría ser una curiosidad, pero la voy a dejar porque esta es muy mía. No, pero es una curiosidad porque es verdad que hay muchos diseños muy diferentes. Por ejemplo, hace tiempo te vas por Ebisu, que es como el barrio de la cerveza, porque es donde surgió la cerveza Yebisu, que ahora es propiedad de Sapporo y donde tiene la sede en Tokio, y es que hay una parte del barrio

donde las farolas se ven. O, por ejemplo, en uno de los barrios que visitamos, que tenían detalles de la serie Capitán Tsubasa, Campeones, la llamaron en España, con Oliver y Benji, o el Capitán Tsubasa, o Sora Tsubasa, tenían balones de fútbol. Sí, las de América Mura también son geniales.

Sí, que parecen robots. Sí, hay un montón, de verdad. Tenemos una buena colección ya. Si nos pusiéramos a mirar todas tus fotos y fuéramos sacando fotos de farolas, tenemos una buena colección. Ya lo que nos faltaba, hacer un post, igual que el que tenemos de alcantarillas con diseños, hacer un post de farolas.

Pues yo me lo voy a apuntar porque creo que hay tema ahí que podríamos rascar. Hay tema para investigar. Ya sabía yo que iba a salir algo de esto. Y así tengo excusa y puedo ir buscando fotos de farolas, que es siempre divertido, me parece muy guay. Pero ya he dicho que esta es una curiosidad que quizá es muy freaky, yo entiendo que quizás muy mía. Bueno, pero son curiosidades y lo que queremos es que justamente la gente que nos escucha cuando vaya a Japón se fije en cosas más allá de lo normal, de lo que tú ya estás

dispuesto a fijarte. Igual que decíamos con las alcantarillas, no os olvidéis de mirar al suelo, porque a veces vais a ver diseños de alcantarillas que os van a sorprender, no os olvidéis tampoco de mirar a las farolas que hay por las calles, porque a veces vais a encontrar diseños que os van a sorprender.

Ya veo a todos los japonistas haciendo fotos a las farolas de Japón y diciendo, oh mira, Laura tenía razón, esta mola mucho. Es que de verdad hay muchísimos diseños diferentes. Algunos freaky, como estos que mencionabas de la farola, la pelota de fútbol y tal, y luego otros que tienen un estilo como muy retro, porque la propia farola se ve que no es que sea retro, es que es antigua, pero mola mucho.

Yo ahí lo dejo, fijaros en las farolas. Eso sería otra curiosidad. Y bueno, algo que a veces te puedes encontrar mientras paseas por las calles haciendo fotos a farolas es el tema de la adivinación en uranai. Esto es flipante. En muchos casos yo creo que la gente que nos escucha cuando lo vea en Japón, a priori, a no ser que hayan escuchado este episodio, igual no saben identificar qué es lo que están viendo. Bueno, puede ser que durante el día no lo veáis, aunque esté delante de vuestras narices,

y ahora os diremos un poco cómo verlo. Pero por la noche, sí es verdad que cuando cae la noche, en muchísimas calles japonesas vais a ver a un señor o una señora que ponen ahí una mesita plegable con un par de sillitas plegables, ponen un farolito y se sienta ahí a leer la mano, a tirar… normalmente es leer la mano, a veces tirar cartas, pero casi siempre es leer la mano.

Y es que el uranai, la práctica de la adivinación, el predecir el futuro y demás, especialmente eso, leyendo la mano, es muy, muy, muy popular en Japón. Entonces, cuando tú ves a esa señora o ese señor con su puestecito ahí puesto, cuando cae la noche especialmente, vale, tú ya lo ves, que es una señora que está leyendo las líneas de la mano.

Pero es que luego vais a encontrar locales de justamente personas que hacen esas prácticas. Exactamente. Y es curioso, porque los japoneses por un lado son muy supersticiosos, pero es posible que no es que crean a pies juntillas que lo que dicen estas personas sea cierto, pero sí que tienen esa manera de pensar de, bueno, no hace daño y por si acaso, igual que tienen lo de los años que son los propicios para hacer una boda o un bautizo, los días propicios del mes o lo que sea, siempre hacen todo según estas recomendaciones de la buena

suerte y siempre es un poco por si acaso, ¿no? Porque no vaya a ser que funcione de verdad, no vaya a ser que haya algo detrás. No pierdo nada por hacerle caso. Exacto, no pierdo nada, ¿no? Bueno, en este caso pierdes algo de dinero porque, claro, la señora que está haciendo esta lectura de las líneas de la palma de la mano no te lo hace por amoralarte, evidentemente. Evidentemente.

También es muy curioso que podéis ver a estas personas también en festivales japoneses. También, también. Dentro del complejo de santuarios y templos, que a mí esto me alucina, me flipa, porque en muchos casos lo vais a ver muy fácil, vais a ver una mano dibujada, las líneas, hay explicaciones ahí, ¿no? En kanji, en japonés, aunque no entendáis nada, pero ya estáis viendo que ahí hay un puesto de adivinación.

Al lado habrá un puesto de taiyaki y al otro lado un puesto de takoyaki. Pero tenemos ahí a ese señor o a esa señora leyendo las líneas de la mano dentro del complejo de un templo o un santuario. Algo que me alucina. Pero es que luego vas andando por las calles y vas a ver… En la web tenemos el kanji y luego, cuando se publique este episodio del podcast, voy a poner una imagen también en redes sociales para que lo podáis ver.

Porque, claro, estas cosas que intentar explicar un kanji, por ejemplo, con palabras… Yo diría que es complicado, ¿eh? Pero vais a ver el primer kanji de la palabra uranai, que básicamente es un palo, un trazo hacia abajo, vertical. En medio de ese trazo sale uno pequeñito en horizontal y luego un cuadrado al final, debajo del todo, ¿vale? Para que os hagáis una idea un poquito.

Ahí, con solo este kanji, que lo vais a ver un montón por todas las calles japonesas, pues ya sabéis que es un local de quiromancia, de adivinación, lo que sea. Y lo curioso es que en muchos casos hay como varios despachos. Hay varias personas trabajando, pues leyendo las líneas de la mano.

Bueno, es igual que si vas a un centro de salud, ¿no? Que tienes el médico de medicina general, luego tienes el traumatólogo, luego tienes tal… Pues aquí cada uno tiene su despachito. Pues aquí tienes los diversos adivinadores. Es súper, súper, súper curioso. Fue curioso, ¿no? Por ejemplo, tú dices que cuando cae la noche se hace más frecuente y es verdad, estábamos uno de los días, mira que ha sido un viaje cortito, pero paseando

por Kyoto. Dos veces lo vimos. Sí, por Shijo, ¿no? Sí, sí, sí, la calle Shijo, la avenida Shijo. La avenida Shijo. Y había una señora con su mesita que tenía puesta como… No sé, la tenía vestida como si fuera una especie de mantel, ¿no? Un mantelito, el farolito siempre ponen.

El farolito y tal. Y había tres señoras a su alrededor prestándole muchísima atención a todo lo que decía. Que dices, bueno, pues será que es importante… Y es algo que en los dramas, en los J-dramas, en los dramas, las series de televisión estas japonesas, también aparece a menudo, ¿no? Que van y dicen, vamos a leer las lindas de las manos.

Especialmente temas de amor, ¿no? En los dramas, aunque la gente también pregunta mucho tema de trabajo o cosas así, ¿no? Pero bueno, ahí está. Fijaros, porque lo vais a ver muchísimo, muchísimo. Muy, muy curioso. Y bueno, más curiosidades que hay en Japón, Laura, yo creo que los… Por ejemplo, podríamos hablar de los puestos de comida callejeros como pueden ser los yatai.

Es verdad que en grandes ciudades… Bueno, quizá dejando aparte Fukuoka, que es la reina de los yatai, pero es difícil de ver. Aunque, por ejemplo, hemos visto yatai en pleno centro de Shinjuku, uno de los barrios con más rascacielos, más centro neurálgico de Tokio, pues todas las tardes ahí abre un puestito callejero de ramen.

Estos puestitos, básicamente, son de estos puestos que se cierra todo en uno, como si fuera una cajita, digamos, todo cerrado dentro. Es como un food truck, ¿no? Sí, sí. Esto que gusta tanto a veces en Estados Unidos. Pero el food truck, muchas veces, es eso, es un truck, ¿no? Al final es una furgoneta o algo así. En cambio, el yatai, tradicionalmente, eso tiene motor, no se conduce solo, sino que lo tienes que tirar y colocar. Con una bicicleta a veces van, por ejemplo.

Eso es. Entonces se coloca ahí, pero es la misma idea. Tú lo abres, abres como las… ¿Cómo se dice esto? Ay, no me sale la palabra… Como las ventanas, por decirlo de alguna manera. Exacto. Los postigos de las ventanas, ¿no? Postigos, exacto. Supongo, más o menos. Pones, colocas varios taburetes alrededor de una… Enciendes los farolillos.

Enciendes los farolillos. Hay algunos que colocan algunas mesitas plegables, ¿no? Si hay sitio, pues un poquito alrededor para tener un poquito más de clientes. Porque, además, hay que decir, ¿no? Cuando hablamos de farolillos, que claro, es importante porque esos farolillos y demás dan luz y dan un poco de presencia al yatai, porque son, los yatai, generalmente, cosas que funcionan al caer la tarde.

Sí, sí. Eso sí que es verdad, que todos los yatai, más o menos, a partir de las seis de la tarde es cuando van a abrir. Y, como curiosidad… Y tú, cuando llegas, le dices al propietario, le dices, ¿yatai abierto? Joder, sabía que iba a venir, porque me ha interrumpido y digo, ya está, esto es que quiere decir alguna broma de estas que no tienen ningún tipo de gracia.

Bueno, pues ya está, ya se ha acabado. Tiene gracia. Te iba a decir que, como curiosidad… ¿Yatai? ¿Cómo curiosidad? ¿Yatai? ¿Ya puedo seguir? Como curiosidad, esos farolillos que tú has dicho, ¿no? Que se encienden, dan esa presencia y demás, normalmente en esos farolillos aparece el plato un poco más característico, más típico de ese yatai. Porque la gran mayoría de yatai, claro, al final es una cocinita muy pequeña, ¿no? No esperemos que tengan tres millones de platos diferentes.

Se suelen, al final, especializar en un plato específico. Habrá, por ejemplo, ramen, de los más típicos, pero también de Odén, por ejemplo, alguno de brochetas, de yakitori también hemos visto, en fin… Y bueno, mencionábamos que esto en las grandes ciudades no es tan frecuente, pero que hay una en concreto, una ciudad grande, que es la reina de los yatai, que es Fukuoka. Sí, Fukuoka tiene un montón de yatai.

Tiene una zona concreta con una hilera de yatai, que es eso, cuando cae la tarde, como a las seis de la tarde más o menos, pues van abriendo, van cobrando vida y pues transforman el paisaje completamente. Y claro, estando en Fukuoka, muchos de los yatai de aquí lo que te sirven, aunque hay muchos platos diferentes, pero es ramen de Hakata, que es el tipo de ramen más típico de la ciudad, que utiliza un caldo a base de huesos de cerdo, es decir, el tonkotsu ramen,

que es el propio de allí. Entonces está muy bien, es muy rico, es una manera también de compartir mesa con gente de la zona o con otros visitantes que hayan ido. Es algo que en Japón cuesta mucho, gustan mucho las barras. Siempre decimos que los japoneses y los españoles no somos tan diferentes como a veces pensamos o queremos creer.

Es muy frecuente comer en pequeños locales que son solo barras y al final un yatai básicamente es la barra en muchos casos. Y es muy frecuente el hablar con la gente. Lo que se veía por ejemplo en esa serie de Netflix de Midnight Diner, ahí se veía, es que eso ocurre. Tú llegas y normalmente suele haber los parroquianos que son habituales, que eso también es algo muy típico, también ocurre en España y en culturas latinas.

Es como tú vas a menudo y hablas ya con los camareros o con el dueño del local, si es un sitio como el de Midnight Diner, que es el que está ahí cocinando detrás de la barra, pero luego hablas con el resto también de la gente que está ahí y aunque haya gente nueva que ha entrado en el local porque dice oye parece que esto tiene buenas reseñas o que tiene buena pinta o lo que sea, pues luego se le acoge también y se le pregunta

¿de dónde vienes? ¿Qué estáis haciendo por aquí? Que a nosotros nos ha pasado. Nos ha pasado. Recuerdo en el yatai de Fukuoka, lo hemos contado en varias ocasiones, un señor dejándonos probar de su comida. Totalmente. ¿Qué está pasando? Luego no quieren tomar del omiyage, algo que no está envuelto de forma individual, pero luego llega el yatai y venga pues come un poco de esto que tengo yo aquí.

Es un ambiente muy relajado, es un ambiente muy tranquilo. Yo creo que en esos ambientes los japoneses pueden estar sin tanta norma. A veces la sociedad es un poco rígida, la sociedad japonesa, y creo que justamente en esos entornos, en estos bares y especialmente en estos yatai, es donde te puedes sacudir de encima de esta rigidez.

Y eso es lo que a mí me demuestra que al final no somos tan diferentes porque a lo mejor a nivel social se intenta llevar esa rigidez que sí que puede ser un poco más diferente. Pero existen maneras y existen momentos en los que esta rigidez se deja de lado precisamente porque al final a todos nos gustan las mismas cosas. Sí, el contacto humano, el hablar con la gente, el compartir comidas.

Es la cosa más maravillosa del mundo. Así que bueno, yatais, apuntároslo. Vais a verlos en algunos sitios más que en otros, pero si os encontráis con un yatai, echadle un ojo, tomaros algo allí porque el ambiente es maravilloso. Más curiosidades.

Pues justamente acabamos de volver y nos hemos traído en la maleta unos cuantos KitKat, por ejemplo. Exacto, unos cuantos KitKat de sabores muy diversos y muy diferentes entre sí. Y no solo KitKat. Lo que sorprende de Japón es que tú vas a un supermercado o vas a un konbini y te encuentras un montón de sabores en patatas fritas, en Pockys, en KitKats, en un montón de cosas.

Tienen ciertos dulces o ciertas patatas de muchos sabores. Cosa que nosotros aquí no tenemos tanto. Quizá casi las únicas patatas que tienen un poquito más de sabor serían las Pringles que sí que tienen aquí en España. Pero incluso en España, por ejemplo, la variedad de Pringles que yo he encontrado es relativamente pobre.

Y los KitKat en España, por ejemplo, no sé cómo será en Latinoamérica, pero contádnoslo los que nos escucháis al otro lado del charco. Porque en España, por ejemplo, el KitKat de siempre era el de chocolate con leche. Luego, hace unos pocos años, relativamente pocos sacaron el de, creo que era chocolate blanco y chocolate negro, pero que eran también muy dulces.

Y de forma, como edición limitada, creo que sacaron uno que era el de Ruby y el de Matcha. El de té verde, pero de un té verde muy, muy rebajado. Y esos eran ediciones limitadas que no los he vuelto a ver. Entonces dices, tres versiones de las cuales el de chocolate negro y chocolate blanco no he vuelto a ver tampoco. Y los otros dos ediciones limitadas que ya ni están.

Con lo cual te quedas con el KitKat de toda la vida, nada más. Y claro, acá en Japón, y simplemente con los KitKat, ¿qué tienes? Pues han podido haber, pues no sé, creo que, no sé si mil diferentes versiones, diferentes. Evidentemente, no todas están disponibles siempre, pero entre las variedades que son regionales, que solo las encuentras en una parte de Japón, las ediciones que son limitadas estacionales, es que tienes una variedad.

Nosotros nos hemos traído de sabor tarta de queso, nos hemos traído sabor de galleta integral de cebada, creo que es. Nos hemos traído de boniato, nos hemos traído de yuzu, algo de yuzu, algo de limón, si no recuerdo qué era. Sí, de cítricos, de no sé qué historias. Y nos hemos traído de hojicha, ¿no? Un tipo de té. Y eso que no hemos comprado mucho esta vez.

Y no hemos comprado mucho, pero es que hemos visto, pues de wasabi, hemos visto de banana choco, ¿no? Hemos visto de… No, de Tokyo Banana. Bueno, chocolate con sabor a plátano. Hemos visto de manzana, ¿no? Hemos visto de… De manzana de la zona de Nagano, por ejemplo. Exacto. Hemos visto… Un montón, un montón. No sé, un montón.

Tenemos un artículo en la web, buscad KitKat japonismo, donde además hay fotos de alguno de nuestros KitKat favoritos y también del KitKat más asqueroso que hemos probado nunca, que era sabor… El de caramelo, caramelo de la tos. A caramelo para la tos. Que es que además, ese es muy curioso, muy muy curioso, porque en la caja tenía la imagen de un locutor, creo que era de béisbol, que era famoso porque el hombre se dejaba la voz en las retransmisiones.

Y claro, necesitaba un caramelito de esos para la garganta para evitar la carraspera. Y lo curioso de ese KitKat es que creo que tenía un dos y pico por ciento de los componentes, ¿no? De los ingredientes, que era realmente caramelo para la tos. Estaba malísimo. Y claro, es que sabía eso. Era un KitKat con sabor a caramelo para la tos, que era un asco absoluto.

Estaba muy malo. Ha sido el único KitKat. Ha habido otros que no nos han gustado mucho, que dices, bueno, da igual. Algunos que dices no tiene mucho sabor, otros que dices, ah, pues el de umeshu, el de sake, están muy ricos. Pero este estaba malísimo. Yo creo que es el único que realmente yo lo escupí al final. Me tuve que tomar yo el que sobraba, porque este lo conseguimos en un conviní, no me acuerdo ya dónde, en una cajita de estos que venían con tres minis.

Laura se comió uno y lo medio escupió. Yo me comí el otro. Y entonces el tercero que quedaba, pues para no tirarlo, porque a mí esto de tirarlo, yo no sé, no puedo con ello, pues me lo comí yo y fue como dios mío, dios mío, dios mío. Pero es eso, el KitKat de lo que más, pero vais a ver en patatas también.

Hemos probado patatas con sabor a wasabi, sabor gambas al ajillo, sabor yakiniku, la carne esta en la parrilla, o takoyaki. Así que bueno, es una experiencia, porque entras en el conviní, entras en el supermercado y dices, a ver, qué sabor vamos a probar hoy. Y podemos realmente probar sabores diferentes todos los días, tanto en cosas saladas como esas patatas, Pringles patatas, o cosas dulces como esos KitKat.

O las patatas con chocolate, por ejemplo. Ay sí, que tenemos aquí en casa. Sí, que nosotros habíamos visto las normales, normales entre comillas, porque a alguna gente le dices patatas cubiertas, media patata frita, ondulada, cubierta media de esa patata de chocolate y la gente le explotaba la cabeza.

Pues en este viaje nos hemos comprado de la misma marca una edición especial en Kioto, que es con chocolate de matcha, de té verde de Uji, que está en la prefectura de Kioto, con pimientas ancho. Deliciosas. Están buenísimas. Están ahí, que me va a dar pena cuando se acaben, Luis, pero bueno. Sí, sí, sí. Y también los Pocky, que a lo mejor, si habéis ido a Japón, ya sabéis lo que son.

Si no, dices, ¿de qué me estáis hablando o no? Los Pocky, en España al menos, no sé si en otros países también, los llamaron micado. Son estos palitos de galleta que están recubiertos de chocolate. Y aquí pasa lo mismo que con los KitKat. En España, por ejemplo, yo solo he visto los micado, que son Pocky, que es de la marca Glico, ¿no? El famoso neón que hay en Osaka, el Glicoman. Pues esta es la marca que fabrica estos snacks, bueno, dulzones.

Pues en España solo hemos visto los de chocolate con leche normal. Pero es que allí en Japón los hay cubiertos de chocolate con té verde o con un chocolate que lleva trocitos de almendra o de cítricos en Ejime, por ejemplo, que es una prefectura famosa por su inmensa variedad de cítricos, pues lógicamente los Pocky de allí tenían una cobertura de chocolate con cítricos. Bueno, más curiosidades.

Quizá una curiosidad también es... Bueno, quizá muchos sabéis que la fruta en Japón es cara. Y en algunas ocasiones es que es muy cara. Pero hay que diferenciar la fruta para consumir, que es un poquito cara, la verdad, es más cara de lo que estamos acostumbrados en España, de la fruta que sirve para regalo. Porque una curiosidad, algo que os va a sorprender, es que si vais a un supermercado vais a ver pues a veces melocotones envueltos para regalo, melones envueltos para regalo, sandías envueltas

para regalo... Yo esto sí que recuerdo de haber visto en alguna tienda, ni siquiera incluso en un supermercado, sino tiendas con el material expuesto a la calle, donde había melones que estaban en cajas y luego tenían lacitos, en una caja como con satén y esto, como si fuera la estrella, el melón.

Porque dices, madre, es que este melón es una cosa tremenda. El tema es que los japoneses no compran, por ejemplo, ese melón para comerlo en casa. Eso es para regalar. Es un regalo de nivel, además, porque cuesta un liberal. Yo uno de esos melones los vi en su día, y ya han pasado años, por 10-15 mil yenes y no era de los más caros, porque ha habido algunas subastas de melones yubari, de estos típicos de Hokkaido, que han tenido unos precios de no sé si medio millón de yenes

o algo así, pero incluso pagar 15 mil yenes por un melón es una locura. 15 mil yenes serían 120 euros o algo así, ¿no? Quizás sale un poco menos porque el cambio... 100 euros, vamos a poner. Pero es una locura de precio. Sí, sí, sí. Claro. Vais a encontrar mogollón. Fresas, por ejemplo, fresas blancas, en muchos casos. O uvas. Uvas. Que tienen un tamaño. Son perfectas. Son enormes. Son redonditas, gordas.

Los melocotones también, que son enormes, de color perfecto, no tienen ni una manchita. Son impresionantes y los vais a ver, pues eso, envueltos cada uno. Nuevamente, una cajita a veces puede haber dos. Si tienes mucho dinero, cuatro. Y lo vais a ver, como tú decías, en esas cajitas bien puestos, eso no es para consumir tal cual, sino que es para regalar. Exacto. Así que cuando lo veáis ya no os va a sorprender tanto porque vais a decir, ah, esto yo lo

he escuchado. Esto sí que es para regalar, no es para consumir como tal, ¿no? Oye, si te quieres hacer ahí un autorregalo, me parece estupendo yo, no me voy a meter, ¿no? Pero digamos que hay que diferenciar la fruta de supermercado de la fruta para regalar. Muy bien. Y bueno, para ir terminando, porque al final se nos echa el tiempo encima, Laura, porque es que claro, es que hay muchas cosas muy diferentes en Japón que te pueden sorprender.

Yo creo que, por ejemplo, habría que hablar de las yurukyara. Bueno, las mascotas. Las mascotas, entre comillas, supuestamente kawaii, porque hay algunas que a mí me dan miedo atroz, pero bueno, se supone que son mascotitas monas. Están por todas partes en Japón. Cuando digo todas partes, es que no solamente hay centros comerciales que tienen su mascota y tienen a alguien metido dentro, en ese traje de mascota, haciendo monerías, sino que,

por ejemplo, la propia policía metropolitana de Tokio tiene su mascota. Es que todo el mundo tiene su mascota. No puedo tomarme a la policía en serio con esta mascotita que está ahí siempre diciéndote «pórtate bien», y tú «vale». Todo, todo. Cada calle comercial de un pueblo random tiene su mascota y van a hacer un evento y va a haber alguien disfrazado de esa mascota. Normalmente son mascotas que van a representar algo de ese lugar en concreto.

Hemos visto, por ejemplo, en la isla de Shikoku, y ahora no me sale el nombre, esa mascota que era un… Uy, estoy fatal, no me sale, no me está… Una alita de pollo, ¿te acuerdas? El señor alita de pollo. El señor alita de pollo. ¿Dónde era? Esto era Marugame. Marugame, esto. Yomagome, no. Marugame. En Marugame, el personaje era un samurái, pero… Samurái pata de pollo. Sí, porque era una alita, una pata de pollo, porque es muy típico, es un plato típico

de la región, y entonces el personaje evocaba esto. Un personaje que se hizo muy popular hace ya unos cuantos años, a lo mejor 2013, 2014, era Funashi. ¿Te acuerdas de Funashi? Me acuerdo, me acuerdo. Era una pera, una pera gigante de la zona de Funabashi, en la prefectura de Chiba. Representaba al final justamente las peras, la calidad de las peras. De la variedad Koshui, que era lo que se produce en esta zona de Chiba.

Entonces, claro, era la mascota de la zona. Lo curioso es que una de las primeras mascotas que yo creo que fue la que hizo que se despertase toda esta locura por las mascotas en Japón fue Hikonyan, que es un gato con casco y espada samurái que se creó para celebrar el cuatrigésimo centenario… 400 aniversario, Luis. 400 aniversario del castillo de Hikone, por lo que se llama Hikonyan. Hikonyan de gatito.

Hikonyan de gatito y Hiko de Hikone. Sí, señor. Y su éxito fue tal eso que animó a otros lugares a promocionarse usando mascotas similares. Sí, como por ejemplo uno de los más populares en la actualidad desde hace ya muchos años es Kumamon, un oso negro maravilloso que promociona la prefectura de Kumamoto, ¿no? Exactamente. Vamos, súper, súper popular. Además, cuando hubo los terremotos en Kumamoto y alrededores en 2016, en muchos de los mensajes

de ánimo y en las peticiones de ayuda para la reconstrucción del castillo, etc., se usó la figura de Kumamon, lo que la hizo todavía más popular no solo en la región sino en todo el país. Así que bueno, vais a ver mascotitas por todas partes dibujadas, luego las vais a ver ahí… En tres dimensiones. Exacto. En tres dimensiones. A veces dan un poco de miedo. Recuerdo una que era una cebolla de estas alargadas que daba bastante miedo… No sé,

en fin. Las vais a ver un montón por todas partes. Y bueno, ya casi para ir terminando, yo te propondría una curiosidad que no es tan curiosidad porque es bastante conocido, pero que tiene sus ciertas cosillas curiosas que se pueden contar. Y creo que estás hablando del Kaiten Sushi, ¿puede ser? Efectivamente. Además, en los últimos tiempos, en las últimas semanas, ha sido tristemente noticia en Japón

porque ha habido graves problemas en Kaiten Sushi… Bueno, hablando Kaiten Sushi, creo que lo hemos mencionado ya cuando hablábamos de comida aquí en el podcast, pero básicamente es ese sushi en cinta transportadora. Esos restaurantes en los que te sientas alrededor de una cinta transportadora por la que van pululando… Ya está, ya estás con el pulular. Yo necesitaba decirlo. Van pasando esas piezas de sushi que podemos tomar directamente de esa cinta transportadora.

En muchos casos, estos restaurantes tienen tablets y tú puedes pedir directamente desde el tablet, de forma que no tienes que esperar a ver que pasan por la cinta transportadora las piezas que tú deseas, sino que directamente las pides y por una cinta que suele haber por encima, que tiene acceso directo a cada una de las mesas, te llega hasta tu mesa lo que tú has pedido. Y decía que ha sido noticia, tristemente noticia, en las últimas semanas, porque se

han dado varios casos de jóvenes que para hacerla, entre comillas, tontería, lo han grabado a auténticas barbaridades y las han subido a TikTok y otras redes sociales simplemente para hacerse los graciosos. Uno de ellos estaba lamiando, por ejemplo, los vasitos del té, los volvía a dejar ahí, o escupiendo parte del polvo para prepararte el té que hay en todos estos kaiten. Otro cogía alguna pieza de sushi de esas que iban por la cinta transportadora y luego

la lamía y la volvía a dejar… En fin, sí. De hecho, alguna de estas cadenas de sushi en cinta transportadora ha instalado cámaras con acceso directo a lo que es la propia cinta transportadora para detectar si alguien en alguna de esas mesas manipula esas piezas que están circulando, precisamente para evitar este tipo de problemas. Y es algo que ha sorprendido bastante, porque además, antes de que lo penséis, porque

yo sé que muchas veces solemos pensar, oh, los japoneses, qué educados son, o que ellos no hacen ciertas cosas… Todos los que han hecho esto son japoneses, es decir, no han sido extranjeros, no han sido gente con ganas de notoriedad, han sido japoneses que eso sí tenían ganas de notoriedad, pues de hacerse virales en estas redes sociales ahora con vídeos a veces un poco estúpidos. Básicamente. Y bueno, pues es una pena.

Es una pena porque se puede encargar este sistema, el sistema del kaiten sushi, al final, según qué cosas, se lo pueden llevar por delante. Y es una pena porque es una manera de comer sushi a precios muy razonables, porque además, ahora que está el yen tan barato, es verdad que la calidad en un kaiten sushi nunca va a ser igual que en un lugar de sushi bueno, pero cuando tienes un poco el mono, tienes

el gusanillo de me apetece comer sushi y no quiero pagar un dineral, te vas a un sitio de estos, además con el tablet ahora es mucho más fácil pedir porque no tienes ni que saber japonés, casi todos suelen tener además la carta en inglés, los nombres con caracteres occidentales, con lo cual sabes, estás leyendo y dices vale, esto es Atún, ves la foto. Es súper fácil de usar y es una pena que se estén dando este tipo de casos.

Pues espero que deje de estar de moda, entre comillas, hacer estas gilipolleces, perdóname aquí la palabra, pero es que no sé, en fin, se ha hablado mucho del tema, se lo llama el terrorismo del kaiten sushi, se lo ha llamado en japonés, espero que se pase, sé que se ha estado investigando, no sé si ya han encontrado o ya directamente se está procesando al menos uno de los implicados, no sé, no he estado muy al corriente de las noticias, pero me

parece muy triste, me parece muy triste que simplemente por querer tus 5 minutos, ahora que ya no son ni 5 minutos, es un minuto de gloria en una red social que ya ves tú al día siguiente nadie se va a acordar, primero te busques estos líos, hagas el imbécil de una manera tan pública y luego te puedas buscar problemas legales y destruir todo este concepto al final.

Totalmente, y es interesante como curiosidad el mencionar los kaiten sushi o el sushi en general en restaurantes porque para nosotros, para los que no somos japoneses, el sushi quizás es la comida japonesa que primero llegó a Occidente, es lo primero que asociamos con Japón desde el punto de vista gastronómico, entonces claro, muchas veces se tiende a pensar primero que los japoneses están comiendo esto todo el día, que solo comen pescado crudo, y claro, no es así, pero es que hay más allá, es que los japoneses

no suelen comer sushi tampoco de forma frecuente. No, de hecho el sushi es para ocasiones especiales, para ciertas celebraciones, aunque sean celebraciones en plan de cumpleaños, aniversarios, o sucede algo, yo que sé, te han subido el sueldo, pues lo quieres celebrar, este tipo de cosas, y lo curioso es que nunca se prepara en casa.

Es lo que te iba a decir, porque claro, cuando se puso de moda, que ya hace algunos años, hay muchos cursos en Occidente de clases de cocina japonesa donde te enseñan a hacer sushi, ¿no? Ah, pues mira, compra una pieza de pescado, lo cortas más o menos así, pero sobre todo es, mira, cocina el arroz de esta manera, cómprate esta esterilla de bambú, el alga, lo enrollas, pero es que los japoneses no hacen esto en casa.

Cuando tienen ocasiones para celebrar, lo que hacen es irse a algún sitio de sushi y se compran lo que les apetezca, ¿no? Pues una bandeja con chorrocientas piezas, y la llevan a casa y lo comen entre todos, pero ya viene preparado. Los restaurantes muchas veces aceptan comandas y las mandan a casa, y lo curioso es que muchas veces te lo traen en unas bandejas o en unos platos así redondos que luego tienes que devolver. El restaurante viene a buscar, o tú llevas de vuelta al restaurante esas platas, ¿no?

Es como muy, no sé, curioso. Pero luego también, bueno, pues si te apetece sushi, eres japonés, te apetece sushi, pero no tan caro, ¿no? Una barra de sushi y demás, pues te vas a un kaiten, te vas a un kaiten a pasar el rato, porque además… Bueno, en este último viaje nosotros estuvimos en un kaiten de los muy baratos, de uno de estos en los que había habido este terrorismo de kaiten sushi.

Nosotros no tuvimos ningún problema, por suerte. Éramos tres. Creo que pedimos, al final… Creo que contamos los platos. ¿Cuántos salieron, Laura? Me acuerdo. Pero a ver, jugamos… ¿Cuarenta y tantos? Sí, porque jugamos varias veces al jueguecito de la gachapon.

Cuarenta y cinco platillos, o algo así, entre tres, que es una salvajada. Y lo curioso es que al cambio nos gastamos 56 euros, que fue nada. Y pedimos dos cervezas cada uno, cuatro cervezas. Dos o cuatro cervezas, que suele ser de lo más caro. Sí, que es en lo que te gastas más dinero, en el alcohol, ¿no? En Japón. Sí, sí, baratísimo. Baratísimo.

Vamos, esto es una curiosidad, el hecho de que sea al final tan barato. Tú ves esa pila de platillos y dices, madre mía, madre mía, y luego dices, pero si me he gastado 60 euros. Tres personas con cuatro cervezas. Salvaje. Maravilloso, maravilloso. Mira, yo creo que, ya que somos nosotros, que esto es japonesamente, Japón a fondo, es tan guay acabar hablando de comida.

Yo creo que lo podríamos dejar aquí. Sí, yo creo que es acabar en un punto interesante. Así que contadnos cuáles de estas curiosidades conocíais o cuáles os han sorprendido. Ya sabéis, podéis comentar en iVoox, por si nos escucháis por ahí, o en nuestra comunidad de Discord, donde tenemos un canal específico para el podcast y donde muchos japonistas ya nos comentan cositas de los podcasts.

Luego las solemos contar por aquí, en los Japón a fondo, en la sección de Japonismo Mini, siempre hablamos de los comentarios que nos habéis dejado en la comunidad. Así que animaos y nos escuchamos la semana que viene. ¡Mata ne! ¡Adiós! ¡Chau!

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