Transcripción
Hola y bienvenidos un día más a la consulta del Dr. Méndez, yo soy Roberto Méndez, médico de familia y especialista en nutrición clínica y deportiva y en ciencias del deporte. Como ya sabéis, aquí hablo de nutrición, de medicina, de deporte o de una mezcla de tantas. Hoy será más una mezcla que otras ocasiones.
Como siempre, antes de empezar, os recuerdo la Academia Nutricado, Cursos Nutrición y Deporte. Por un lado, Raquel Casares, nutricionista. Hablará de la parte práctica de la nutrición después de años pasando consulta y yo de la parte teórica científica, como no podía ser de otra manera. Como siempre, os animo a entrar a la web edu.nutricado.es.
Y ya, sin más dilación, hoy hablaremos de café, té y agua para perder peso. ¿Realidad o mito? Como ya sabéis, los supermercados tienen muchas secciones de bebidas milagrosas para perder peso, sobre todo infusiones. Hay mil infusiones. Yo tengo pacientes que continuamente me comentan que toman X o Y infusión por las mañanas, que les va bien para la digestión y demás.
Sí que es verdad que algunos sí que buscan perder peso con esta práctica, otros simplemente ven que les va bien, que les parece estupendo, siempre y cuando no nos pasemos. Hoy analizaremos un poco más a fondo qué dice la evidencia científica sobre si realmente tomar ese tipo de infusiones, concretamente las más estudiadas té y café, porque el café también es un tipo de infusión, aunque no lo veamos tan así como un té, y si realmente, por ejemplo, el agua también
potencia pérdida de peso o tiene algún efecto sobre el metabolismo. Entonces, para empezar, como ya os comentaba, los supermercados están cargados de pasillos con mil y una infusiones y nos ven intentar engatusar, por decirlo de alguna forma, con los milagros que producen estas infusiones.
Algunas de ellas incluso nos prometen adelgazar, perder peso. Ahora bien, estas bebidas, como ya imaginaréis, no son milagrosas y no debemos descuidar los hábitos saludables. De hecho, algunas sí que colaboran en parte a esta pérdida de peso y cuando digo en parte me refiero a una parte muy ínfima, como comentaremos hoy, porque la base, como siempre, es mantener una dieta equilibrada, realizar una correcta actividad física, tanto en cantidad como en intensidad, y además tener una serie
de factores de estilo de vida saludables, como hemos comentado en multitud de capítulos previos. Os recomiendo sobre todo el de inicios del año 2023, que hicimos sobre los ocho factores de estilo de vida para vivir más saludable y, sobre todo, también perder peso, que comentábamos del doctor Álvaro Campiño, porque todos estos factores sí que han demostrado ayudar a mantener un peso adecuado y vivir mejor, pero beber infusiones no, como veremos
hoy. Entonces, nada nos libra de hacer los básicos y luego ya colaboraríamos con otras cosas. Tomar estas infusiones, sin embargo, sí que ha demostrado tener ciertos beneficios para la salud. Estas infusiones se caracterizan por ser bajas en calorías y contener múltiples sustancias antioxidantes y antiinflamatorias.
Estas, a su vez, son importantes para prevenir enfermedades crónicas a largo plazo, algo que, a su vez, también se puede prevenir con una dieta saludable. Sí que es verdad que los estudios, la mayoría de los estudios ha visto que el consumo de infusiones como, por ejemplo, el té verde, se relaciona, a su vez, con personas que ya llevan un estilo de vida saludable.
O sea, el estilo de vida saludable llevaría a tomar también infusiones en lugar de tomar otros tipos de bebidas, como por ejemplo bebidas alcohólicas, cerveza y demás. Pero eso no significa que una provoque la otra. Es decir, tomar té verde a saco no nos provocará ser superman o superwoman. Algunas infusiones sí que han demostrado cierta ayuda para perder peso y pueden contribuir a ello de cierta manera, como digo, en pequeñas cantidades.
Algunas lo que hacen es cierto efecto diurético, como comentaremos después, y algunas también potencian en parte la quema de grasa bajo determinadas circunstancias. En cuanto a retención de líquidos, sus síntomas se suelen incrementar a medida que entramos en las estaciones de más calor, por ejemplo el verano.
Digo estaciones porque, por ejemplo, ahora este programa lo estamos grabando en pleno octubre y no se muestra zona, pero en la mía llegamos a los 28, incluso 30 grados a mediodía algunos días aún. Y esto ya no es tan natural y está empezando ya a ser muy raro y muy molesto porque la época debería ser ya de frío, y esto a su vez también provoca que los pacientes sigan llegando a la consulta con retención de líquidos, sobre todo a nivel de piernas, miembros inferiores, que estos no son los molestos, que puede llegar
a ser peligroso si la retención de líquidos llega a más. Entonces esto es importante, no solemos hablar del tema de cómo afecta el clima a la salud, esto podemos hacerlo en próximos programas, pero en términos de toma de infusiones hay mucha gente que las toma sobre todo en ese sentido, lo que buscan es vaciar, y algunas infusiones sí que lo hacen, pero esto no nos hace perder kilos extras, sino que si hemos retenido líquidos
por el motivo que sea, las infusiones nos ayudan a volver a echarlos. De hecho hay medicamentos especializados en esto. Una de estas infusiones, os hablaré de cuatro ahora y nos centraremos en dos más adelante, sería el diente de león. Esta planta la hemos visto muchas veces creciendo salvaje en el campo y se puede hacer una infusión de ella.
La infusión tiene un efecto diurético y de hecho se consume por este motivo, contribuye a disminuir la retención de líquidos. Sin embargo, se necesita más investigación al respecto porque no tiene tanta evidencia detrás de sí como se suele pensar. En estudios en animales, en ratones, sí que se ha visto que tiene un potencial diurético y se piensa que esto en humanos podría ser porque esta infusión contiene unos altos niveles de potasio y la
dieta occidental actual es muy rica en sodio, sal, la típica sal de mesa, pero pobre en potasio. Entonces la infusión lo que haría es contrarrestar la mala dieta que llevamos. El té verde, lo que se ha visto según estudios como por ejemplo uno que se publicó en el Journal of Nutritional Biochemistry que comentaremos más adelante a fondo, promueve el crecimiento de bacterias intestinales saludables y con ello una serie de beneficios que reducirían
el riesgo de obesidad porque las bacterias del microbioma intestinal se ha relacionado mucho, intensamente, con la ganancia pérdida o mantenimiento de peso. Otro estudio de la Universidad de Guadalajara, España, asocia la galato epigalato catequina de este té con su potencial para adelgazar.
Esto también lo comentaremos más adelante. La cola de caballo es otra infusión muy conocida que lleva el nombre de una parte de un animal pero se llama equitesum arvense. Se trata de una hierba muy conocida en la sección de infusiones del supermercado por, de nuevo, su efecto diurético. De todas maneras, como siempre, como pasa con el diente de león, este potencial todavía no ha sido suficientemente estudiado.
¿Quiere decir esto que este potencial no existe? No. Lo que dice es que falta evidencia y que hay que seguir estudiando para ver si esto es verdad. Sí que existe una investigación muy reducida, con 36 voluntarios, en este caso todos hombres, en la que se demostró que esta hierba es tan efectiva como una medicación que sí que utilizamos como diurético, que es la hidroclortiacida.
Esta medicación se utiliza sobre todo para tratar la hipertensión disminuyendo la retención de líquidos, vulgarmente hablando, porque realmente su efecto es un poco diferente a nivel del tubulo renal. No es un diurético superpotente pero sí que hace su efecto. Entonces esta infusión en un estudio muy pequeño, en uno solo, sí que se evidenció que el efecto sería similar entre la infusión y la hidroclortiacida. En cualquier caso no se recomienda tomar cola de caballo a largo plazo, sobre todo en pacientes
que ya tienen algún tipo de enfermedad crónica previa, sobre todo enfermedad renal. Cuidado si ya tenemos algún tipo de insuficiencia renal y tomamos infusiones porque el efecto diurético puede ir en nuestra contra. Y para terminar el repaso de cuatro infusiones tenemos el café, que solemos tratarla de diferente forma al té, pero realmente el café también es un tipo de infusión.
Se hace de otra manera, parece más densa, pero realmente es un tipo de infusión también. Hace falta agua para hacer el café, para filtrarlo y que nos dé la bebida. Sus efectos positivos son mil. Tenéis hasta tres, cuatro episodios, si no recuerdo mal, sobre café en este programa, hablando de hipertensión, salud en general, de deporte.
Hicimos una entrevista con Gonzalo de Entiende tu Salud sobre todo lo que hemos hablado sobre el café y sobre lo que me fue preguntado Gonzalo. Os recomiendo también ver la entrevista, es un poco más larga de lo habitual, pero hablamos mucho sobre el café. Me encanta el café, así que fue más larga porque tenía mucho que contar. En algunos estudios se ha visto que la cafeína sí que puede acelerar el metabolismo y también hace que se reduzca el hambre, por tanto sí que puede colaborar en parte a perder peso.
Cuidado porque es en parte, ¿no? Le demos beneficios milagrosos tampoco al café, ¿vale? Por mucho que me guste, el café es lo que es y milagros a Lourdes, como solemos decir en mi pueblo, ¿vale? Entonces, centrándonos en el té, en España somos más de tomar café que de té, pero introducir algunas otras bebidas saludables como el té puede ser beneficioso para la salud, sobre todo por su potencial antioxidante, ¿vale? No debemos olvidar una
dieta saludable basada en frutas, verduras, frutos secos, semillas, pescado, carne magra, carne roja cuanto menos mejor y los procesados cuanto más lejos mejor. Si lo que queremos es mantener el peso o perder peso, el té puede ayudar en parte. Como os comentaba, según el artículo del Journal of Nutritional Biochemistry, el té puede frenar la obesidad y reducir la incidencia de biomarcadores relacionados con la inflamación, en este
caso mejorando la flora intestinal. Esto sería ya un efecto colateral indirecto porque realmente no nos va a hacer perder peso y ya está. El estudio, según los investigadores, demuestra –esto entre comillas, esto es una frase sacada del estudio- demuestra que el té verde promueve el crecimiento de bacterias intestinales buenas y con ellas una serie de beneficios que reducen significativamente el riesgo de obesidad.
En el experimento, dieron a una muestra de ratones una dieta alta en calorías y a la mitad extracto de té verde. La mitad ganó un 20% menos de peso que la otra y su perfil de insulina fue mejor. Como digo, efecto indirecto, cuidado con creer que tomar té verde nos va a perder peso sin hacer nada más.
El té puede ser colaborador pero no será lo único que debíamos hacer. Dieta sana, ejercicio físico, exposición solar, exposición a la naturaleza, lo que os digo siempre, pero el té parece que algo en parte hace y a largo plazo. O sea, deberíamos beber té a diario, al menos una taza, y de forma continuada, no beber té unos meses antes del verano y a ver qué pasa.
Otro estudio, en este caso la Universidad de Guadalajara, que os he comentado antes, los investigadores se centraron en revisar estudios que se habían realizado sobre el contenido de galato epigalato catequina del té verde, que ya os he comentado antes, y su efecto sobre la grasa y el peso corporal de los humanos. El estudio concluyó que el consumo de entre 100 y 400 mg de este componente en particular, junto con entre 80 y 300 mg de cafeína a diario durante 12 semanas reducía la grasa corporal y facilitaba
la pérdida de peso. Esto lo mismo, en este caso lo que hicieron fue analizar componentes específicos del té verde, que entran dentro del té verde, pero conseguir 300 mg de cafeína a partir de té verde es más complicado que en el café. Un espresso normal contiene 100 gramos de cafeína, pero una taza de té verde, os lo digo de memoria, pero no sé si llega a los 10-20 mg, son cantidades ínfimas porque el té verde está más diluido que el café.
Luego, la cafeína, que también está en el té verde, es teína, se llama teína, pero es cafeína. Esto lo he explicado en algún programa previo. Son la misma sustancia, simplemente pues que como está en el té, se le suele llamar teína. En un artículo publicado en Obesity Research se propuso investigar el efecto de la combinación del té verde y la cafeína en el mantenimiento del peso después de haber perdido varios kilos anteriormente
comparado con el consumo exclusivo sólo de cafeína. La investigación concluyó que el té verde junto a la cafeína mejoraba el mantenimiento del peso en pacientes que hacen un consumo bajo habitualmente de este estimulante. O sea, la gente que ya suele consumir cafeína como tal, pues sin más.
Este fenómeno se debía, según los autores, a la terbogénesis causada por la cafeína y la oxidación de grasas. Hay que recordar que el té no aporta casi calorías, por no decir casi ninguna, contribuyen a la hidratación y además contienen antioxidantes como hemos comentado antes. En concreto, la galatoepigalato catequina, la sustancia estudiada por la Universidad de Guadalajara, es una sustancia 20 veces más antioxidante que la vitamina E y 100 veces más antioxidante que la vitamina C.
Se ha visto que los antioxidantes previenen, en parte, como siempre, no es milagroso, algunos tipos de cáncer como cáncer de vejiga, esófago o varios hipácreas que se han tenido en cuenta y están en estudio. Luego, por el tema del café, para perder peso, científicos de Fisiología de la Universidad de Granada han demostrado que la ingesta de cafeína, unos 3 miligramos por kilogramo, el equivalente a un café bien cargado, media hora antes de hacer ejercicio
aeróbico, salida a correr, salir a andar, salir a hacer bici, natación, aumenta notablemente la quema de grasa. Esto lo hemos comentado ya en algunos capítulos previos, de hecho te hice un capítulo dedicado íntegramente al consumo de café para aumentar el rendimiento deportivo, pero se suele estudiar eso, el rendimiento, no se suele estudiar tanto la quema de grasa.
En este caso lo que estudiaban fue la crema de grasa. Si la práctica deportiva además se lleva a cabo por la tarde, los efectos de la cafeína se notan más que si se hace por la mañana. El estudio se publicó en el Journal of the International Society of Sports Nutrition y los investigadores de Granada se planteaban ver si la cafeína realmente incrementa o no la oxidación y quema de grasas.
El estudio fue pequeñito, hay que puntualizarlo, participaron un total de 15 hombres, de 32 años de edad de media, que completaron una prueba de ejercicio 4 veces en intervalos separados por 7 días. Ingerieron 3 mg por kg de cafeína o un placebo a las 8 de la mañana y a las 5 de la tarde. Cada sujeto completó las pruebas en 4 condiciones diferentes en orden aleatorio y con 7 días de diferencia para no afectar una a la otra, obviamente.
Además, se estandarizaban estrictamente las condiciones previas a cada prueba, horas de ayuno, realización de ejercicio físico o consumo de otras sustancias estimulantes. Y se calculó la oxidación de grasas durante el ejercicio. Los resultados, según los investigadores, demuestran que la ingestión aguda de cafeína 30 minutos antes de una prueba de ejercicio aeróbico aumentaba la máxima oxidación de grasas durante el ejercicio independientemente de la hora del día, pero esta oxidación
sería mejor por la tarde. O sea, en ambas horas habría oxidación, pero por la tarde mejor que por la mañana. Estos resultados también muestran que la cafeína aumenta la oxidación de grasas durante el ejercicio por la mañana de forma similar al observado sin ingesta de cafeína por la tarde.
En resumen, los hallados sugieren que la combinación de la ingesta aguda de cafeína y el ejercicio, es decir, que la cafeína sería colaborador, hago hincapié en esto porque la cafeína, de nuevo, no es milagrosa, lo que haría es aumentar la quema de grasas si se hace ejercicio, si no, no. Y ya para terminar, el tema del agua.
Hay mucha gente que cree que bebiendo más agua adelgazará más, pero esto también es un mito. El agua, de hecho, os quería contar una anécdota para terminar con el capítulo de hoy. Los japoneses parece ser que intentan evitar beber agua con las comidas, pero no es por nada en especial, bueno, es en parte por el tema del efecto saciante del agua.
Hay que recordar que el agua no ralentiza el vaciado gástrico, no afecta a la velocidad del vaciado del estómago y no diferenciaría entre una comida bebible con un batido o los mismos ingredientes enteros que se comen con el líquido porrado. En ambos casos, el vaciado gástrico sigue igual de rápido. Beber agua con las comidas sí que puede facilitar la digestión en las primeras etapas de masticación y dilución, abrandando los alimentos y facilitando su paso por el sofá.
Además, una buena hidratación favorece la sección de los alimentos no absorbidos y reduce el riesgo de seguimiento. Eso sí, beber agua antes de las comidas, antes, también durante, puede provocar cierto efecto saciante. Recordemos que el agua se absorbería a los 20 minutos aproximadamente. Entonces, el efecto podría ser temporal y podría ser positivo si se busca la pérdida de peso, pues lo que nos haría el agua sería tener un efecto saciante previo a la ingesta alimentaria.
¿Qué pasa aquí? Que comeríamos menos porque ya estamos más llenos. Entonces, cuidado con el tema de beber agua porque cada persona es un mundo, cada persona es más sensible de una manera o de otra. Si somos muy sensibles a la toma de agua durante las comidas, lo que pasará es que nos hincharemos.
Tendremos una sensación de hinchazón abdominal y no querremos comer. Entonces, las digestiones se nos pueden hacer pesadas. Si bebemos un poquito de agua, lo que sí que hará es hidratarnos y facilitarnos en parte la digestión sin pasarnos. Esto hay que ir probando porque cada persona, de nuevo, es un mundo. A lo mejor con un vasito de agua vamos muy bien.
Si nos tomamos dos, ya no vamos tan bien. Entonces, ¿qué hace el agua en la pérdida de peso? En realidad, el efecto saciante que os comento. Es un efecto indirecto y lo que nos haría es que no tengamos tanta hambre a la hora de comer. Cuidado con esto porque eso es temporal. A lo mejor, a la hora de la comida nos hace sensación de hinchazón o de plenitud ante ese tiempo, pero luego cuando se pasa de efecto, hemos acabado de comer y de nuevo volvemos a tener hambre.
Esto puede pasar en ciertas personas y habría que tener cuidado con esto, pero sí que se recomendaría la ingesta de agua con las comidas por el efecto saciante mencionado y por la hidratación para evitar el estreñimiento que últimamente cada vez afecta a más personas según mi experiencia personal en la consulta de medicina familiar. Y nada, esto es todo lo que os quería contar por hoy.
Me ha parecido interesante porque recientemente en una consulta me comentaban por infusiones que se tomaban por la mañana de forma milimétrica, pero normalmente la gente lo suele hacer más por el tema este que comentó de la digestión. Como ya os comenté con el agua con limón, esto puede ayudar a hidratar, puede ayudar a facilitar la digestión, pero desde luego no ayuda a perder peso.
Si queremos perder peso, debemos hacerlo de siempre, que son los básicos, comer bien, comer de forma equilibrada, saber elegir, tener los ultraprocesados lejos como ya dijimos en el capítulo previo y además mantener una cierta cantidad de ejercicio físico tanto aeróbico como analóbico, además de otros muchos factores que hemos comentado en anteriores episodios y para no alargarme hoy no repetiré, pero os aconsejo escuchar estos episodios.
Como siempre, gracias por ver esto si lo veis en YouTube y gracias por escuchar si lo escucháis en las diferentes plataformas de podcast. Pocket Cast, Google Podcast, iVoox, Amazon Podcast o Amazon Music, Apple Podcast, Google Podcast, la que queráis. Estamos en todas partes gracias a CuOnda, plataforma española de podcast desde la cual se distribuyen al resto.
Y nada, cualquier duda o pregunta, los comentarios están abiertos y como siempre os agradece el feedback. Nos vemos y nos escuchamos en siguientes episodios. ¡Hasta la próxima!