Transcripción
Hola y bienvenidos un día más a la consulta del Dr. Méndez. Yo soy Roberto Méndez, médico de familia y especialista en nutrición clínica y deportiva y en ciencias del deporte. Como ya sabéis, aquí hablamos sobre nutrición, sobre medicina, sobre deporte o sobre una mezcla de tantas. Como viene siendo habitual, os recuerdo la Academia Nutricado, la página web sobre nutrición y deporte, en concreto sobre cursos, materiales y todo lo que os podáis imaginar sobre nutrición
y deporte que llevo a cabo junto a Raquel Casares, nutricionista desde hace ya bastantes años, la cual hará la parte práctica y yo haré la parte teórica sobre diversos tipos de temas. Actualmente ya tenemos unos cuantos cursos, se pueden adquirir de forma cada uno por su cuenta, obviamente, y también vamos a lanzar próximamente, si no está lanzada ya en el momento de publicar este episodio, una membresía donde podéis entrar a todos los materiales
por un precio único. También tenemos una newsletter a la que os podéis suscribir dejando el e-mail en la página web. Como siempre, os recomiendo visitar la página web y cualquier duda, pregunta, consejo, lo que queráis, lo podéis decir también por aquí y por otros canales de podcast. Y ya vamos a entrar al tema de hoy. Hoy hablaremos sobre disruptores endocrinos y sobre microplásticos. Al final es lo mismo, ya lo iréis viendo durante el programa, pero me ha parecido un
tema interesante, denso por una parte, pero muy interesante y muy necesario hoy en día, ya que el consumo de microplásticos por parte de la población humana se está disparando desde hace años y no nos estamos dando cuenta, a la vez que se están relacionando muchas enfermedades con el tema de los microplásticos y por ende de los disruptores endocrinos. Yo soy un experto en el tema, pero me he dado cuenta de que durante los últimos años he
escrito muchos artículos al respecto, he reunido algunos para no ser pesado tampoco y en plan de forma resumida, y hoy hablaremos un poquito sobre todo esto, sobre microplásticos, sobre el bisfenolal y sobre los talatos. Estos son los microplásticos más conocidos, las sustancias más conocidas que se utilizan para crear microplásticos y las que más se han estudiado y que por tanto los expertos más temen a nivel de salud.
Para empezar, algunos desconoceréis, yo lo desconocía antes de ponerme con ese tema, que la palabra del año del 2018 fue microplásticos, dado el impacto que tuvo a nivel mundial esta sustancia en la salud humana y en la salud de la fauna y flora. Al referirnos a este término normalmente nos viene a la mente lo típico, imágenes de basura marina, de bahías y océanos llenas de plásticos macroplásticos, que no microplásticos,
pero realmente no es tan así. Los microplásticos pueden definirse como pequeños fragmentos de plástico menores a 5 milímetros, que ya se fabricaron con este tamaño, o bien se han ido descomponiendo y se han ido quedando en dicho tamaño. Normalmente los microplásticos se utilizan en materiales de limpieza, higiene, cosméticos, y se han ido fragmentando con el tiempo, pero ya os digo, muchas veces ya tienen ese tamaño a la hora de utilizarse.
Esta definición está bastante aceptada a nivel científico, pero se ha ido modificando con los años. Ahora incluyen también microfibras y nanoplásticos que derivan de una mayor degradación de los plásticos y microplásticos originales, que esto a su vez hace que sean más peligrosos porque llegan mucho más lejos a nivel metabólico en el organismo, tanto humano como animal.
Los microplásticos, además de los orígenes indicados en su definición, también son una importante fracción de los plásticos que se derivan de la fricción de los neumáticos de vehículos o de los componentes cosméticos, de ahí la palabra micro y nano. No nos acabamos viendo como los macroplásticos que sí que vemos en la contaminación medioambiental.
Por tanto, las vías de entrada en los seres vivos, tanto animales como humanos, no son siempre a nivel digestivo, sino también a nivel respiratorio, donde ya se han encontrado en varios estudios micro y nanoplásticos en pulmones de seres vivos e incluso en la sangre humana, y también a nivel dérmico, a través de la piel. Los microplásticos también pueden entrar a través de esta vía dado su pequeño tamaño.
El plástico está constituido por materiales poliméricos que son de uso diario en nuestra sociedad. Por ejemplo, polietileno, polipropileno, cloruro de polibilino, poli... lo que os podáis imaginar son microplásticos. Y esto es peligroso. Como consecuencia, de hecho, el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente ya en 2019 publicó un decreto cuyo objetivo era reducir el consumo de bolsas de plástico para que no dañase la salud humana, tanto
en puntos de venta habitual como por parte de consumidores y envasadores. La idea era que los envases fueran reciclables y reciclados. Y de hecho, en algunos puntos me consta que no lo hacen, porque si vais a las grandes tiendas tipo supermercados, el supermercado de las...
todos los supermercados que os podéis imaginar, los pequeños y los grandes, normalmente las bolsas de plástico se siguen usando, pero se cobran. Esto es una medida disuasoria para que usemos menos bolsas y además estas bolsas, en general, suelen ser reciclables. Pero me consta que en muchos pequeños puntos de venta usan bolsas de plástico normales y corrientes no reciclables, las típicas de toda la vida, y eso es un problema porque la regla o la ley, en este caso, no ha llegado a todo el mundo y no la han aplicado como
toca. Entonces, en este caso, la recomendación sería utilizar bolsas reciclables y, si puede ser, bolsas de cartón. El tema está en que las cobren. Muchas veces se ve como una medida más de sacar dinero. No, que lo es. Pero, en principio, el plan era ser un método disuasorio para que usemos menos plástico.
Esto para el que no lo sepa, que sepáis que esto se lleva a cabo por este motivo. Luego, continuando con el tema, el impacto físico de los microplásticos en organismos acuáticos deriva de la obstrucción tanto respiratoria como digestiva, pues los confunden con placton u otros microanalismos acuáticos. Los peces no saben realmente que lo que están comiendo es un plástico y que, a la larga o a corto plazo incluso, puede ser letal para ellos y, en el ser humano, el impacto puede ser mayor, dado que los micro
y nanoplásticos se van acumulando en la cadena trófica y a nosotros nos llegan en forma mucho más abultada, como pueden pasar, por ejemplo, los metales pesados, como hemos hablado en otros programas sobre mercurio y demás. Claro, cuando comemos pescados que son de gran tamaño, a estos pescados el mercurio ha llegado poco a poco con la cadena trófica y nosotros somos el último punto donde acumulamos más mercurio todavía.
¿Qué riesgos existen para la salud de los microplásticos? De momento no se conocen todos, pero es necesario considerar que los plásticos, durante su proceso de síntesis, suelen modificarse superficialmente con aditivos químicos para darles una función específica. Entre ellos se destacan los plastificantes, de los cuales hablaremos más tarde.
Hay un montón, hay hasta 200 tipos de microplásticos, pero nosotros hablaremos hoy en el programa de dos. El bisfenol A y derivados, los más conocidos, y los talatos, que se utilizan en, como ya hemos comentado anteriormente, en la industria del neumático, cosméticos, colorantes, pigmentos, piroretardantes, lubricantes, filtros solares, antioxidantes y un argo, etc.
Y constituyen un riesgo adicional para la salud humana. Sus efectos nocivos deben evaluarse en estudios epidemiológicos y clínicos porque no se conocen del todo y creo que nos queda mucho por estudiar. Se ha relacionado con aumento de riesgo cardiovascular, algunos tipos de cáncer, diabetes, obesidad, alteraciones metabólicas en general.
Se sabe que la acumulación en tejidos humanos puede ser peligrosa y que puede ser complicado llegar a que se expulsen como tal. Se han hecho estudios donde se han simulado la digestión de los microplásticos, no se han utilizado ni seres vivos en ninguno de estos estudios, pero sí que se ha visto, utilizando jugos gastrointestinales humanos, que los microplásticos llegan a nivel digestivo mucho más lejos de lo que podría imaginarse.
El objetivo en estos estudios era evaluar los posibles efectos de los microplásticos mediante el análisis de riesgo a partir de fracciones de aditivos bioaccesibles, es decir, la cantidad de aditivos que pueden transferirse desde los microplásticos a los jugos gástricos. Lo que se vio en los estudios experimentales es que uno de los aditivos más bioaccesibles a nivel gastrointestinal y potencialmente nocivo es, como no, el bisfenol A.
De hecho, la Agencia Europea de Control Alimentario en 2021 ya hizo una consulta para reducir el nivel máximo tolerable de la ingestión humana de bisfenol A, porque en niños en 2011 ya se hizo una ley para reducir la cantidad de exposición a bisfenol A, pero en adultos no.
Esta consulta fue aprobada y va a obligar a los fabricantes de estos materiales a usar menos bisfenol A y menos microplásticos en general, pero queda un montón, pero un montón que estudiar al respecto. De hecho, el bisfenol A, como os comentaba, se ha estudiado muy a fondo, sobre todo en Europa. De hecho, existe la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana en la que participan Comisión Europea, Agencia Europea de Medio Ambiente y otras instituciones de los 28 países, y ya se han adelantado algunos resultados sobre los datos
de exposición a bisfenol A, alertando de que muchos europeos poseen en su organismo concentraciones muy elevadas de este contaminante. El 50% de las personas analizadas tendrían también presencia de otros bisfenoles, el más usado era el bisfenol A, pero ¿qué ha pasado? Que lo han sustituido.
El bisfenol A se suele llamar BPA, se ha sustituido por otros como BPS, BPF, en ocasiones en concentraciones muy elevadas, y la alternativa no ha sido buena. Es como suele pasar, una metáfora que a lo mejor algunos no acabáis de ver, cuando se utiliza azúcar moreno, o jarabe de glucosa, o otros nombres para el azúcar blanquilla de toda la vida, pues aquí estamos haciendo lo mismo.
Sustituir bisfenol A por BPS y BPF, bisfenol S y bisfenol F, estamos haciendo lo mismo, estamos haciéndolo mal. Estos serían los llamados disruptores endocrinos, y existen evidencias científicas de que pueden afectar al desarrollo neurológico en niños, reducir la fertilidad, desencadenar como digo diabetes y obesidad, y ser asociado con el cáncer de próstata.
Los microplásticos en sí mismos serían disruptores endocrinos, ¿qué quiere decir esto? Que afectan a las diferentes reacciones metabólicas del organismo humano en muchos frentes, no solo a nivel de desarrollo diabetes y demás, sino que en muchas zonas del organismo, estos microplásticos alterarían el buen funcionamiento.
La EFSA en su momento propuso rebajar 100.000 veces la ingesta diaria admisible, la IDA, de esta sustancia a tenor de la evidencia científica. De hecho ya hay organizaciones como Hogares Intóxicos que hace 10 años elaboraron informes que solicitaban la prohibición de estas sustancias. A día de hoy, de momento, no ha sido así. En 2011, como decía antes, fue prohibido únicamente el bisfenol A en benones infantiles de la Unión Europea, aunque se seguía permitiendo la exposición a la población adulta, y esto
es un error. Los datos que estamos viendo es que el bisfenol A se ha reducido, pero el bisfenol F y el bisfenol F se han usado como reemplazo, además en cantidades muy altas, y no sabemos tampoco qué pasa cuando se produce un efecto cóctel. Un efecto cóctel significaría que diferentes bisfenoles, los talatos y otros disructores endocrinos, en conjunto, tanto en un material especial como los biberones, por ejemplo.
Imaginemos que en los biberones de los niños utilizan diferentes tipos de bisfenoles. ¿Qué pasa con los diferentes tipos cuando hay interacción entre sí? Pues no lo sabemos. Y luego si sumamos las diferentes sustancias a las que nos exponemos día a día, tampoco lo sabemos. Y esto se está estudiando, de hecho.
Los datos son preocupantes, como nos dicen nuestros estudios, y hay más de 200 sustancias, diferentes tipos de bisfenoles, talatos y demás, que se tienen en cuenta, se están estudiando, y al menos 37 pueden tener propiedades a nivel hormonal y no como beneficio, sino como perjuicio. La más conocida, como estamos repitiendo mucho, es el bisfenol A, pero la ciencia ha encontrado que otros bisfenoles que se usan como alternativa no son mucho mejores que este.
Siguiendo ya con otro tema, los talatos, es otro microplástico a evitar, que es el microplástico omnipresente, es el químico que está en todas partes. Hace poco, un estudio publicado en el Journal of the National Cancer Institute dio la voz de alarma porque se ha relacionado la exposición a los talatos con un cáncer infantil. En este caso, un cáncer óseo.
Entonces, lo que estamos viendo es que esta sustancia se agrega a plásticos para hacerlos más suaves y flexibles, pero también es posible encontrarla en jabones, champús, recubrimientos de medicamentos, esto es peligroso, porque nos exponemos a él sin darnos cuenta, no, es que sin darnos ningún tipo de cuenta, porque normalmente esto no suele salir etiquetado.
Ahora es muy común ver la publicidad de plástico libre de bisfenola, porque como se prohibió en 2011 para el tema infantil, da mucha publicidad, pero en ningún sitio pone cuánta cantidad de talatos hay, cuánta cantidad de bisfenol F hay, de bisfenol S y de otros tantos. En este caso, en estudios previos, ya se vio en un trabajo publicado en el año 2021, que hasta 5.000 muertes prematuras anuales solo en Estados Unidos podrían relacionarse con la exposición a talatos.
En otro estudio más reciente, en animales, la exposición a talatos aumentaría el riesgo cardiovascular. En otro trabajo, sobre cáncer infantil, lo que vio es que habría una relación entre cáncer infantil y exposición a talatos. Para cuantificarlo, los investigadores se centraron en los medicamentos que utilizan recubrimientos con talatos, usando datos del Registro Nacional de Recetas de Dinamarca.
Así fue posible medir la exposición a esta sustancia química a través de consumo de medicamentos en más de un millón de niños y adolescentes de hasta 19 años. Según los datos, la exposición infantil a talatos se relacionaría con hasta un 20% más de riesgo de cáncer. Más específicamente, los talatos se asociarían con una tasa de hasta tres veces mayor de cáncer óseo o osteosarcoma y tasa dos veces mayor de linfoma.
Esto es para mirárselo. Y para ir terminando, el problema de los microplásticos es que nos hemos centrado, bueno, los expertos y investigadores en el tema se han centrado mucho en uno de ellos, el bifenol A, y lo que se está viendo, como hemos ido viendo durante todo el episodio de hoy, es que el bifenol A no es el único problema, sino que a día de hoy sería el menor de los problemas. El foro de ECE, una reunión anual de expertos en el sector público y privado, que se convoca
por la Dirección General de Medio Ambiente a Comisión Europea, ya se ha dado cuenta de esto, ha analizado los efectos de los disruptores endocrinos a nivel poblacional y específicamente se han centrado en el bifenol A y los productos que se están usando como sustituto. La conclusión es que pueden ser igual de dañinos.
Esto ya era un spoiler anterior porque ya hemos hablado del bifenol S y el F. El bifenol A es el más conocido, es una sustancia química industrial que se usa desde 1950 en la fabricación de plásticos y resinas y los plásticos de publicarbonato donde se encuentra el BPA, el bifenol A, se usan a menudo en recipientes de almacenamiento de alimentos y bebidas, como las botellas de plástico reutilizables, las botellas de agua de plástico reutilizable.
Además, las resinas epóxicas, donde también hay BPA, se usan para recubrir el interior de productos metálicos como latas de conserva, tapas de botellas y conductos de suministro de agua. Este producto se puede encontrar incluso en algunos sellantes dentales y resinas. ¿Qué pasa con todo esto? Pues que el bifenol A puede filtrarse a alimentos y bebidas a través de todos los envases que hemos comentado.
Esto se relaciona con multitud de problemas, entre ellos algunos comentados ya, aumento de riesgo cardiovascular, aumento de tensión arterial, aumento de riesgo de diabetes y aumento de riesgo de obesidad, entre otros conocidos y desconocidos. Ya en su momento el Congreso Español anunció la Ley de Residuos donde se prohibía el uso de pajitas, cucharas de plástico de solo uso o platos de plástico desechables.
Además obligar a dedicar el 20% de la superficie de los supermercados a la venta de productos sin embalaje. El objetivo era reducir el plástico, sobre todo el bifenol A. Se quiere llegar a la iniciativa de bisfenoles cero. Sin embargo, esto va a ser un problema porque también se desconoce el tema del efecto cóctel, la combinación de varias sustancias que puede ser perjudicial, y seguro que lo es, a nivel hormonal.
La enfermedad tiroidea sería otro de los casos que no hemos comentado antes, pero que sí que se está estudiando, donde los microplásticos en general y los bisfenoles y talatos en especial habrían demostrado tener algún tipo de perjuicio. Las hormonas tiroideas son de vital importancia para el desarrollo cerebral saludable y no estamos protegiéndonos adecuadamente de exposición a diversas sustancias que pueden dañar el tiroides.
Los microplásticos en general, el bisfenol A y los talatos en particular se habrían relacionado con una alteración de la glándula tiroidea y un efecto perjudicial a largo plazo. Hoy en día, algunos habréis visto, bueno, de hecho algunos pacientes me lo comentan, que cada vez están viendo más casos de hipotiroidismo, es decir, de alteración de la glándula tiroidea, que funcione menos de lo que toca.
De hecho, hace poco tuve una conversación con una paciente en la cual hemos tenido que ir subiendo dosis de medicación para su hipotiroidismo y se encuentra preocupada, cosa que entiendo. Entonces, lo que hemos hecho de momento es analizar un poco más a fondo su caso, pero el problema que tenemos a nivel analítico, por lo menos donde yo trabajo, es que no podemos analizar los microplásticos.
De hecho, me diría que en España en general, a nivel de una consulta de atención primaria, no se puede hacer análisis de cuántos microplásticos corren por nuestras venas. Y esto es un problema. Yo creo que a largo plazo, en el futuro, sí que se podrá hacer, porque solemos decir, no, es que está alterada tal hormona, tal otra.
¿Por qué? Ah, de momento no sabemos que es verdad. O sea, yo quiero decir, yo cuando esto se lo digo a los pacientes, se lo digo de verdad. No sabemos por qué tienes el tiroides alterado. Pero una de las cosas serían los disruptores endocrinos, como los microplásticos comentados, y otra sería la dieta. Se sabe que a nivel de ala duactidoidea, que le podemos dedicar en el futuro un programa, las dietas ricas en selenio mejoran la alteración tiroidea, el hipo y el hipertiroidismo, sobre todo el hipo, y al revés también.
O sea, una dieta pobre en selenio también se ha relacionado con el hipotiroidismo. Pero no solo eso, existen muchas otras sustancias, sobre todo nutrientes, que pueden alterar la glándula tiroidea, pero en muchísimos otros casos no sabemos por qué. Entonces, los disruptores endocrinos serían uno de esos que, por desgracia, no podemos analizar, pero que hay que tener en cuenta.
¿Cómo? Pues utilizando materiales que no sean plásticos, a poder ser. Sobre todo recordad los plásticos reutilizables serían uno de los que más disruptores endocrinos contienen. El bisfenola cada vez aparece menos, pero el bisfenol F y S se están utilizando mucho como sustituto. Los taladros están en todas partes. Diría que es casi imposible evitar la exposición, pero uno de los consejos sería eso, evitar el uso de plásticos de un solo uso y los reutilizables todo lo posible.
Sé que es complicado porque a mí me consta que yo lo intento hacer y es casi imposible, pero sería uno de los primeros consejos a tener en cuenta. Y nada, esto es todo por hoy. Espero que el programa no haya sido muy denso, es un tema que hace mucho que quería tratar. De hecho, creo que en algún comentario me los pusieron y me he dado cuenta que he escrito algunos artículos sobre el tema, y espero que os haya quedado más o menos claro o no, es un
poco introductorio, pero os dejaré, como siempre, los estudios y los artículos en las ondas del programa. Si hay alguna duda, alguna cuestión, alguna cosilla al respecto, os pido que me dejéis algún comentario porque me encantaría poder solucionarlo. Y como siempre podéis ver esto en YouTube y podéis escucharlo en todas las plataformas de podcast disponibles, Spotify, iVoox, Apple Podcast, Google Podcast, Pocket Cash o la plataforma
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