Derrotado en Worcester en 1651, Carlos II huyó por Inglaterra perseguido por las tropas de Cromwell. Durante su fuga, pasó un día entero oculto en las ramas de un roble —el célebre Royal Oak— mientras los soldados registraban los alrededores. Semanas después logró escapar a Francia. Años más tarde, en 1660, regresó triunfante con la restauración de la monarquía. El árbol que lo protegió se convirtió en un símbolo nacional, recordado en celebraciones, nombres de lugares y la identidad monárquica británica. Una historia real que parece sacada de una leyenda. Y descubre más historias curiosas en el canal National Geographic y en Disney +.
Publicado: 13 noviembre 2025