Corría el verano de 2001 y quedaban pocos días para el 11S. La Marvel Comics de Joe Quesada y Bill Jemas quemaba puentes con el pasado más reciente y reformulaba la plana mayor de su catálogo editorial, acumulando éxitos de crítica y venta sin parar. Los nuevos mandamases parecían tener una varita mágica y surfeaban una ola de excelencia que todavía se recuerda a día de hoy. Entre los varios revivals de aquel momento (Morrison en los X-Men, JMS en Spiderman, la línea Ultimate...) destaca el lavado de cara radical que el guionista Peter Milligan y Mike Allred le imprimieron a una cabecera languideciete como X-Force, que acumulaba 115 entregas entre la desidia de un fándom menguante. La propuesta de este tándem creativo refomuló por completo la serie: nuevos personajes, nuevas motivaciones, nuevo enfoque... y el resto, es historia. Aquella era la génesis de lo que más tarde acabaría conociéndose como X-Statix. Hoy lo analizamos...