Al comienzo de los años noventa, y tras más de quince años desde su primera aparición, poco o nada se sabía todavía sobre el origen y el pasado de Lobezno. Marvel Comics se había plegado a las exigencias de los aficionados y el personaje franquicia de los X-Men ya disfrutaba de su propia serie regular, pero todavía quedaban muchos misterios por ser descubiertos en torno a la figura del hombre de las garras de adamantium.
Hasta que en 1991 el regreso de Barry Windsor-Smith a Marvel Comics revolucionó al personaje. El dibujante de Conan, Vengadores o Machine Man había sido el co-creador del adamantium en las páginas de los Vengadores junto a Roy Thomas, así que nadie podía dudar que era una voz autorizada para escribir el capítulo que explicaba, a modo de flashbacks, cómo Lobezno había "obtenido" el adamantium en su cuerpo. Además, las breves incursiones en la franquicia mutante junto a Chris Claremont habían servido para que ambos autores estrechasen lazos, y Windsor-Smith contaba con la bendición del Patriarca Mutante para contar esta historia. Publicada originalmente en el serial de Marvel Comics Presents, nadie se podía imaginar en aquel momento que estos capítulos pasarían a formar parte de la historia Marvel en letras mayúsculas y doradas y que, treinta años después, siga siendo considerada una de las mejores sagas del mutante canadiense, de la franquicia-X y de la Casa de las Ideas. Hoy la recordamos.