A comienzos de los años ochenta, John Byrne asumió el mando de la cabecera de los Cuatro Fantásticos. Bajo su condición de estrella y gran dibujante de cómics tras haber firmado brillantes etapas al frente de los Vengadores, el Capitán América y, sobre todo, la Patrulla-X, Byrne asumía además de las labores de dibujolas riendas del guión de los 4F. En el número #232 de la serie daba comienzo una etapa que se extendería durante cinco años y más de sesenta números que pronto se alcanzó el estatus de obra maestra entre los aficionados de la Casa de las Ideas.
El juicio de Reed Richards, la muerte del Doctor Muerte, la sustitución de Hulka en lugar de la Cosa como integrante de los Cuatro Fantásticos, los debuts de Nathaniel Richards y de Kristoff Vernard, la conversión de Sue Storm en Malicia y nuevos uniformes y base de operaciones para el grupo son solo algunos de los puntos álgidos de esta etapa, no carente de algunos defectos que dan lugar a que esta obra no sea todo lo redonda que se predica habitualmente. ¿O quizá sí? ¿Obra maestra absoluta o etapa sobrevalorada? Esperamos que este debate, tan caluroso como el calor que está azotando nuestro país durante estos últimos días, sea de vuestro agrado e interés.