En este episodio os cuento cómo fue mi preparación para la Maratón de Sevilla mientras me recuperaba lentamente de una tendinitis insercional en el Aquiles con bursitis y Haglund. Os dejo tambiénla crónica de la carrera con nutrición, material, ritmos y demás.
Espero que lo disfrutéis y que aprendáis un montón. Podéis escucharlo siempre en cualquier plataforma.
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Publicado: 25 febrero 2025
Transcripción
Bienvenidos a un nuevo episodio de cuerpo y metas, un podcast donde hablaremos sobre temas relacionados con la salud, la nutrición y el deporte para que os entretengáis mientras aprendéis algo nuevo. Yo soy Mirabai Cuenca, investigadora y divulgadora. Mirabai barra baja Cuenca en Instagram, runner y friki del gimnasio. Y en este episodio vengo a hablaros más que sobre cuerpo, sobre metas, y en concreto sobre una meta, la de la maratón de Sevilla dos mil veinticinco. Vamos a empezar por el principio, es decir, cómo surgió este objetivo en mi calendario.
Yo me propuse ir a la maratón de Valencia en dos mil veinticuatro y, de hecho, quería ir allí a hacer marca y era bastante ambiciosa. Yo quería clasificar para Boston en dos para hacerla en dos mil veinticinco o algún año, y para eso, pues, hay que hacer como tres veinte o tres veinticinco mujeres. Mi marca era de tres treinta y siete, pero eso fue en mi debut y consideraba que podía mejorarlo bastante, entrenando bien, por supuesto. De hecho, cogió un entrenador, los entrenamientos iban superbién, pero la verdad que en ese momento, pues cambié de país, cambié de trabajo. En mi trabajo también estaba bastante activa físicamente, subiendo bajando un montón de escaleras, andando muchísimo, y ya sea por eso o por otra cosa, lo que ocurrió fue que me lesioné la primera semana de septiembre.
O sea, llevaba, además, quería hacer una preparación larga, realmente era un poco prepreparación y luego iba a haber una preparación más específica, pero, bueno, llevaba julio y agosto esos dos meses entrenando muy bien y estaba en muy buena forma, pero la primera semana de septiembre me lesioné. Estaba entrenando, me dio un pinchazo en el Aquiles y desde ahí, pues, estuve cojeando un par de semanitas. Después estuve tres semanas sin correr, por supuesto, haciendo un montón de elíptica, porque yo pensé que simplemente era, pues, una tendinitis normal, me recuperaría y, bueno, ya sabéis que las tendinitis se pueden alargar mucho realmente, pero, bueno, pensé que a lo mejor era leve, que me recuperaría fácil y que podría seguir entrenando para Valencia. O sea, todavía no me despido de Valencia, pero cuando ya llevaba tres semanas sin correr, haciendo mucha fuerza, mucha elíptica, nadando la piscina, y decidí probar un día a correr, porque claro, en algún momento tienes que volver, no las tenía todas conmigo y efectivamente sería hice un kilómetro y medio y me volví para casa. En ese momento, el veintiocho de septiembre era ya, decidí decirle adiós a la maratón de Valencia, porque si me quedaba todavía recuperación, realmente no iba a tener tiempo de preparármela bien.
Y, entonces, yo si mi único objetivo en la media maratón, o sea, perdón, en la maratón de Valencia era ir a por marca e ir a bajar tiempo, pues no tiene mucho sentido hacerla sin prepararme por acabarle y ya está, porque la verdad es que para eso quizá habría elegido otra maratón. Además, se juntó, esto ya quizá lo trataremos en otro episodio, ¿no? Cómo afrontar las lesiones, pero bueno, se juntó que a mí me hacía más mal que bien pensar que la iba a correr, porque me generaba un estrés de cuándo podré volver a correr la semana que viene, dentro de dos semanas, dentro de tres, y al final me agobiaba mucho cuándo me recuperaría y quería probar todo el rato, y eso ya os digo que me hacía mucho más mal que bien, porque era muy frustrante ver que tú quieres y no puedes. Y dije, pues ya está, fuera de la cabeza el objetivo maratón y simplemente vamos a recuperarnos, vamos a ponernos a full en el gimnasio y cambiamos de objetivo, ¿no? Porque al final a veces en la vida tú puedes insistir mucho en un objetivo que quieres, pero si la vida se te pone en que no, a veces es mejor cambiar de objetivo y ya está.
No quiere decir que te rindas, pero bueno, eres un poco realista porque si no vas a pasarte la vida frustrado. Entonces, aguanté el dorsal un poco más. De hecho, lo yo tenía el seguro de cancelación, así que lo cancelé en noviembre, pero la verdad que no tenía ninguna intención de correrla. Entonces, cuando me fui ya quedando sin motivación y ya sabía que era un no definitivo, pues devolví el dorsal. En todo este proceso, obviamente, busqué un diagnóstico, entonces fui al traumatólogo en Alemania, que además a mí se me complicaba mucho la cosa porque me acababa de cambiar de país y no es tan fácil como tener tu médico de confianza o el médico que sabes que por lo menos te entiende en España.
Así que, bueno, todo se complicaba un poco más, pero, bueno, el ocho de octubre ya por fin tuve un primer diagnóstico solamente con Eco, aunque me mandaron resonancia. Pero, bueno, en la eco ya salió, que tenía bursitis en el tendón de Aquiles. Me dijeron que el tendón estaba bastante bien, que estaba conservado, o sea, no habría no habría riesgo ni de que se rompiera en nada, pero, bueno, que tenía ahí una inflamación y, básicamente, que me pusiera hielo, crema antiinflamatoria por las noches, cosa que estuve haciendo. Me Me estuve untando el pie en papel film durante un par de meses y ya os digo que me mandaron una resonancia, pero era bastante complicado coger cita en Alemania, me daban como para dos meses y total dije, bueno, ¿qué más me da? La resonancia va a salir otra vez cursitis, quizá tendinitis en el Aquiles, pero el tratamiento va a ser el mismo, reposo o al menos eliminar la actividad de impacto, trabajar la fuerza y rehabilitarlo.
Bueno, pues lo voy a hacer y ya está, y me olvidé de la resonancia. En ese momento también tenía dorsal para la media maratón de Valencia, porque yo había comprado el pack de la media maratón y de la maratón, y la media maratón de Valencia era a finales de octubre. Entonces estuve entrenando tres semanas, que son las que pude entrenar, porque antes de eso no podía correr, parecía que sin dolor, pero todo entrenamientos suaves, nada de series ni nada. Hice en esas tres semanas catorce kilómetros la primera semana, la segunda treinta y cuatro y la siguiente treinta y cuatro también respectivamente. Y obviamente llegué allí, hice mi peor media maratón de siempre, pero aún así la corrí a cuatro cincuenta y cuatro, pero la verdad que sensaciones terribles.
Llegué tarde a la carrera. Bueno, esta carrera no viene aquí al caso, pero, bueno, corrí sola toda la carrera, yo veo que que que flipas. Encima tenía algo de dolor, tanto en el Aquiles como en la tibia del lado derecho, porque claro, de no estar acostumbrada a hacer kilómetros y meterte de repente esas tres semanas y una media maratón, pues es que tiene poco sentido. Pero bueno, quise correrla por ponerme un dorsal, porque no me ponía uno desde Madrid, pero vamos, que es que ese dorsal casi ni lo cuento, porque fue un sufrimiento esa carrera. Y de hecho, ahí ya me di cuenta que una cosa era sufrir cuando las cosas se ponen feas durante una hora y cuarenta y cinco minutos, que eso que tardé en hacerla, bueno, una hora y sí, cuarenta y algo, y otra cosa es sufrir durante tres horas y media o cuatro horas o cinco horas en una maratón, y dije maratón de Valencia no ya definitivamente.
Noviembre devolvieron dorsal. Así que, básicamente, ese fue el proceso. Después de la media de Valencia, como me dolía, pues, evidentemente, volví a dejar de correr dos semanas. Aquí ya no me esforcé en hacer elíptica y torturarme con ello porque era horroroso. Así que, bueno, sí, algún día fui a nadar, pero fundamentalmente, pues estuve haciendo ejercicios de fuerza y decidí después cuando volvió a empezar a correr, pues hacerlo más progresivamente y agendarme, por supuesto, las pruebas pertinentes.
A finales de noviembre también The Por Village nos mandó una bicicleta de spinning, con lo cual yo ya tenía más entrenos salvados y no podía hacer tantos kilómetros, y nos me contactaron porque existía la posibilidad de que pudiera correr la maratón de Sevilla con Asics. Todavía no era nada seguro, pero yo dije, bueno, pues me apetece correr. Lo que más me fastidiaba de haberme perdido Valencia es que realmente me apetecía preparar una maratón, hacer las tiradas largas, que no había podido hacer ninguna de más de veintiún kilómetros. Entonces, me apetecía otra vez llegar a treinta, me apetecía, bueno, hacer básicamente toda esa planificación y todo ese proceso. Y el hecho también de tener en casa una bicicleta estática que siempre te quita algo de impacto y además te permite entrenar días que no tienes tiempo o que hace mal tiempo fuera y tal, dije, bueno, pues voy a intentar preparármela.
Si luego sale que puedo ir a la maratón de Sevilla, fenomenal. Y si no, pues estaré en mejor forma y me prepararé la maratón de Madrid, que también era otra posibilidad para hacer a principios de año. No había nada seguro, pero yo fui empezando a entrenar. En este caso empecé mucho más progresivamente, hice un par de semanas con veinte kilómetros desde el once de noviembre, o sea, mediados de noviembre. Después hice otro par de semanas con veintisiete kilómetros.
Cuando ya había sentado esos kilómetros, pasé a un par semanas con treinta y cuatro kilómetros, después un par de semanas con cuarenta y cinco kilómetros, y ya finalmente llegué a un pico de cincuenta y un kilómetros, cincuenta y tres kilómetros, que hice cuatro semanas más o menos, y ya luego vino el tapering, o sea, esta fue mi preparación con treinta y nueve y treinta y tres kilómetros. Además, la mayoría de los entrenamientos, por supuesto, fueron suaves. Yo no me atreví a meter series ni me atreví a meter bloques a ritmo rápido ni nada. Lo único que hice fue meter bloques a ritmos muy conservadores cuando ya llegué a estas semanas de cuarenta y cinco, cincuenta kilómetros, pero no era nada parecido a las series que yo hacía antes. Desde luego, eran bloques a ritmo de media maratón o de maratón, y tampoco demasiados.
A mediados de enero, ya ASICS nos confirmó, a Pedro y a mí además, que habría evento de ASICS para el maratón de Sevilla, y que estábamos invitados tanto al evento como a correr la maratón. Así que nos hizo mucha ilusión, porque ya sabéis que Pedro, palabra de runner en Instagram del podcast diario runner, también se quedó sin correr la maratón de Valencia. Entonces, ambos queríamos quitarnos la espinita. No sabíamos todavía si íbamos a correr juntos o no, pero al menos podíamos correr una maratón. Los dos habíamos estado entrenando y dijimos, bueno, pues aprovechamos los entrenamientos para prepararnos bien.
Total, que en resumen, mi preparación se juntó con la recuperación de una lesión y la vuelta a ponerse en forma. Esa fue mi preparación de la maratón, un pico máximo que mantuve varias semanas de cincuenta y algo kilómetros, con algunos días más intensos, con bloques, más bien, a ritmo de maratón o media maratón. Es decir, yo no bajé de cuatro treinta, creo, o cuatro treinta y seis en las series de mil que hice, ¿vale? Cuando yo las series de mil las hacía cuatro. O sea, que fui muy conservadora con los ritmos.
Realmente, no hice tampoco muchos entrenos ni de V dos máximo ni nada. Mi tirada de treinta kilómetros fue en cinta, pero en este caso fue por el tiempo atmosférico, porque donde estamos viviendo en Alemania ni va mucho y después de la nieve, obviamente, viene el hielo. La nieve solo está blanda durante uno o dos días y, por tanto, estaba todo congelado y yo decidí que bastante tenía yo sola lesionándome hacer nada como para ir a buscar la lesión haciendo un patinaje artístico en la calle. Así que hice mi tira de treinta kilómetros en cinta, que muchos, de hecho, me comentasteis por Instagram que cómo había podido aguantar eso. Bueno, pues la razón es muy sencilla.
Yo ese día dije si me levanto y no me duele nada, hoy por mis narices voy a hacer treinta kilómetros, porque llevo queriendo hacer estos treinta kilómetros desde que me apunté a la maratón de Valencia y la vida no me ha dejado. Entonces, era como, me da igual, es que si no me duele nada, los treinta los hago como sea. Así que me puse mis vídeos de YouTube, después me puse música y ahí sí que metí algunos bloques a ritmo de lo que yo consideraba media maratón entonces, pero ha resultado ser mi ritmo maratón. Metí algunos bloques de cinco kilómetros a cinco o diez, cinco en algún caso, y eso fue todo lo más intenso que hice para la maratón. No obstante, con este tipo de preparación, que obviamente no es la ideal cuando vas a hacer una maratón y si te, desde luego, no es la ideal para buscar una marca personal, Pero mi tendón cada vez iba mejor y ese era la el principal objetivo, no lesionarme durante todo este proceso de volver, ir con mucho cuidado, quizá demasiado amarrategui, pero es que me da absolutamente igual.
Yo me sentía bien y, sobre todo, en las semanas de tapering, que ya os digo que bajé el kilometraje de nuevo a cuarenta y a treinta y pico kilómetros, mi tendón me lo estaba agradeciendo, una barbaridad. O sea, es que lo notaba prácticamente igual que el otro, no igual igual, porque nunca puede ser igual que el que está cien por cien sano, pero lo notaba bastante bien. Y yo, además, me sentía en forma, o sea, me sentía con confianza y garantías de poder terminar la maratón en un tiempo bastante digno. Entonces, estaba contenta con todo ello y, a propósito de todo esto, cuando me hice las pruebas de la lesión en navidades, básicamente, me dieron un diagnóstico más concreto porque ya me hice la resonancia. Y, bueno, parece ser que tenía lo que se llama Haglund, que muchos de vosotros también sé que lo habéis tenido porque después me habéis escrito por Instagram, que es básicamente que tienes una pequeña deformación en el calcáneo, que es un hueso del pie, y esa pequeña deformación es como un piquito que sale hacia afuera y, por tanto, te está golpeando todo el rato el tendón en actividades de impacto.
Esto hace que se inflame la zona, a veces se puede desgastar el tendón, dependiendo de cuánto tiempo, pues, hagas el burro con esto, y degenera las fibras del tendón. Entonces, bueno, se te puede incluso acabar partiendo, pero bueno, caso el tendón estaba bastante conservado, la tenities era muy leve por todo lo que ya había estado haciendo, y lo que sí que tenía, como siempre, es la bussitis, pero ya os digo, la buscitis está, yo la tengo desde tiempos inmemoriales, que me lleva saliendo la resonancia, o sea, que a lo mejor el Hallow, pues claro, está ahí desde hace tiempo, pero es algo con lo que realmente se puede vivir e incluso se puede entrenar, a lo mejor no a un nivel profesional ni a un propopular, pero al nivel que yo entreno, que no hago muchos kilómetros, pues, la verdad que se puede llevar. Entonces, tenía la cursitis ahí, que es la inflamación, y lo que me dijo el traumatólogo cuando después le llevé la resonancia es que intentase estirar muchísimo, porque, pero todos los días, o sea, cuatro ejercicios, diez series de cada ejercicio, diez segundos, todas las veces que pudiera, y que intentase estirar muchísimo, porque si tú liberas tensión de la parte posterior de la pierna, entonces tira menos del tendón y, por tanto, el tendón golpea menos el hueso y eso, pues favorece que te duela menos y que, de hecho, el tendón sufra menos.
Entonces, yo religiosamente desde que me dijeron esto en Navidades, los primeros días de enero, todos los días he hecho mis ejercicios, da igual que fuera a las once de la noche y yo me quisiera acostar, he hecho mis ejercicios. Es decir, ha sido una disciplina que, bueno, yo estoy acostumbrada a ello, pero esto ha sido exagerado, o sea, no saltarse absolutamente nada y todos los días darme crema con árnica antiinflamatoria, que ya no sé si haría o no, pero a mí me parece que sí, yo estoy encantada con esa crema. Así que todos los días haciendo esto, dándole una carga progresiva, me dijo el médico que también debía entrenarla fuerte y rehabilitarlo, porque ese tendón mío tiene mucha menos fuerza que el otro, y con eso, pues, yo ya os digo que he mejorado bastante, he hecho una maratón y ahora iremos a la maratón, pero he hecho marca personal, he hecho marca personal sin dolor, y a día de hoy, después, parece que estoy bien. No sé si está exactamente igual que el otro, pero muy parecido. Así que yo me voy a mantener con esto y si puedo evitar la operación, por supuesto, la evitaré.
Quiero ver también cómo responde en los próximos días y cómo responde a los próximos entrenamientos que haga, porque aunque yo no voy a preparar más maratones, sí que quiero que me siga respondiendo a entrenos relativamente exigentes y que me siga respondiendo a volúmenes de kilómetros tampoco altísimos, que no hago muchísimo volumen de kilómetros, pero bueno, altos, ¿vale? Si eso no me deja hacerlo, entonces ya, bueno, pues si uno se puede plantear operarse, pero de momento retrasarlo lo más posible y a ser posible para que yo vuelva a España, porque la verdad que no me hace gracia, aunque en Alemania la sanidad funcione muy bien, operarme en un país extranjero. Entonces, por mi situación actual yo quiero evitarlo al máximo y por eso estoy siendo tan disciplinada con ello. Así que para todos aquellos que me habéis preguntado, sí, como tenéis eso, si se puede evitar la operación, si se puede seguir corriendo, si se puede tal, yo, mi experiencia es que, evidentemente, dependerá de lo grave que sea vuestro caso, ¿no? Porque hay haglons y haglons.
Pero yo opino que si sois disciplinados, al igual que lo he sido yo, pero muchísimo, pero a nivel exagerado, con los ejercicios, de manera que estireis, estireis, y cuando os canséis de estirar y estéis os tiradísimo, sigáis estirando, entonces, yo creo que se puede. Y también con mucha cabeza, teniendo mucha paciencia, no siendo nada ambicioso con los ritmos y entrenando muy suave, yo creo que se puede evitar, o al menos retrasar, ese momento de la operación. Pues bien, ya ahora que hemos pasado a la lesión que yo tenía, que es la primera parte del título de este episodio, de lesión A, vamos a la maratón de Sevilla, ¿vale? Donde dice marca personal. Entonces, esta semana de la carrera yo realmente solo había hecho veinte kilómetros, entre los cuales cuento la propia activación que hicimos el sábado, que ahora os comentaré, y me han salido un total en esa semana de sesenta y tres kilómetros, incluyendo la maratón.
Tampoco me quería pasar mucho, porque ya os digo que mi máximo durante los entrenamientos han sido cincuenta y tres kilómetros. Entonces, bueno, el viernes pasado fuimos a Sevilla con mucho sueño, muchos mocos, porque además yo me puse mala esa semana, así que todo fenomenal. Pero bueno, al menos era simplemente un catarro o vete a saber, yo estuve con una drallita, así que igual fue una drallita, pero muy leve. Pero también nos fuimos con mucha ilusión y muchas ganas. Yo tenía unas ganas tremendas de ponerme un dorsal, porque el último dorsal, en serio, que me había puesto con ilusión era el de la media maratón de Madrid de dos mil veinticuatro, porque a partir de ahí, ya con todo el lío de la mudanza, del verano, etcétera, no corrimos más carreras hasta la media maratón de Valencia, que ya sabéis que para mí fue un desastre y casi ni lo cuento, porque me lo puse un poco como por obligación, ya tenía los vuelos, ya tenía absolutamente todo pagado.
Dije, bueno, pues siendo una media la corro, pero vamos, qué fatal. Y esta era la primera vez que yo iba con confianza, garantías y muchas ganas a una carrera. El viernes tuvimos evento de ASICS, que eso ya lo contaré en otro episodio, fue fenomenal, espectacular, superbién organizado, pero ya os digo ya os daré detalles en otro episodio porque es que da para mucho. Y, bueno, lo único que la carga de hidratos fue bastante nula porque fuimos comiendo, pues, de lo que había los caterings, para comer nos fuimos a un bar de tapas allí en Sevilla, o sea, que realmente no estuvo muy controlado, pero bueno. El descanso también regulero, porque además tenía la nariz completamente congestionada, así que despertándome cada rato.
Pero bueno, el sábado tuvimos la activación, que además fue condorsal en una carrera que organizaba GEASYSYS. No sé si fuimos dos mil participantes, pero estuvo súper chulo el recorrido, o sea, era precioso. Había mucha gente animando que me sorprendió para hacer una activación, la verdad. Serían, no sé, familia de los que corríamos, no lo tengo muy claro. Fueron cinco kilómetros, por allí por por Sevilla, que hicimos tranquilamente al Trantran Tran, Pedro, palabra del runner, Michael de la Milla, de la newsletter.
Bueno, posiblemente reconozcáis muchos de vosotros y yo, que fuimos ahí charlando. Yo tenía el pulso bastante alto, pero, como os dije, como había descansado mal, la verdad, y además hacía bastante calor, sobre todo para lo que nosotros estábamos acostumbrados en Pezever, pues lo achaqué a eso y no le di mucha más importancia. Además, esta vez para la maratón de Sevilla yo ya no llevaba un objetivo ambicioso de tiempo, ni siquiera sabía a qué ritmo salir, porque no había entrenado mucho ritmo de maratón tampoco. Ya os digo que la mayor parte de mis entrenos fueron suaves, cero series, todo respetando a mi tendón y simplemente dándole una carga progresiva de kilómetros. Así que, pues, no tenía muy claro a qué ritmo me iba a encontrar cómoda.
Yo sabía que podía hacer algo entre tres treinta y cinco y tres cuarenta y cinco, dependiendo del día que me saliera. Pretendía salir a cinco quince, y si me encontraba bien, porque era un buen día, por seguir a cinco quince, y si me encontraba mal, pues cinco veinte, cinco treinta. Entonces, esa era más o menos mi intención. No me iba a obsesionar por mejorar mi marca personal, porque yo sabía que, como mucho, yo me merecía mejorarla en dos minutos. Entonces, por hacer tres treinta y cinco en vez de tres treinta y siete, pues tampoco quería ahí desvivirme ni estresarme demasiado.
Así que, bueno, lo que quería era seguro acabarla sin dolor en menos de cuatro horas para no achicharrarnos, porque realmente estaba haciendo bastante calor en Sevilla y eso era lo que estaba previsto para el domingo y ya está, eso habría sido un éxito. Total, que ese mismo día fuimos a la feria, fue bastante exprés para lo que nosotros solemos estar en las ferias, porque nos recogía un autobús allí, pero muy bien, la feria de la maratón es más pequeña que otras en las que he estado, o sea, quizá me parece más pequeña que la maratón de Madrid, por ejemplo, y me parece más pequeña que la maratón de Valencia y, por supuesto, más pequeña que las de las Mayos. Pero no está mal, está bien la feria. Lo único estaba distribuida bastante rara. De hecho, recogías el dorsal, que es lo más importante, lo que deberías recoger al principio lo recogías al final.
Te hacían pasar por toda la feria como si fuera esto el IKEA. Pero, bueno, bien, vimos a gente que queríamos ver, a nuestros amigos de estirpe, que ya sabéis que usamos sus gafas de sol y, por cierto, tenéis un descuento con el código Miravide. Si necesitáis gafas de sol para correr, tienen un montón de modelos y también hacen gafas graduadas porque son óptica y tienen varias ópticas distribuidas por España. Les podéis contactar si queréis unas gafas de sol graduadas para correr, que yo tengo unas. Luego también estuvimos con los amigos de Shots, que son los de los auriculares de conducción ósea, que son los que yo llevo, así que les hicimos una visitilla.
Hicimos una visita también a Zurich, que es el patrocinador oficial de la carrera, porque también conocemos a gente allí y suelen tener un stand bastante voluminoso y tocho. Y, por supuesto, vimos el stand de Asics, que era bastante increíble. No sé si había allí por lo menos quince cintas de correr y la gente, todo el mundo probándose zapatillas. Así que bastante guay la feria. También recuerdo que había un puesto de joka, un puesto de dos dos seis y, bueno, algún puesto más de de marcas de nutrición, un par más, me parece, típicos puestos multimarca de ropa de compresión, calcetines, etcétera.
Y, bueno, básicamente, pues eso era lo que había. El sábado comimos en el hotel, la comida la organizaba Asics. Bueno, podías optar a comer allí o no. Nosotros, por comodidad, dijimos que sí, y la verdad que fue todo un acierto, porque aunque yo no medía exactamente lo que estaba ingiriendo, lógicamente, de cara a la maratón, me pareció una muy buena comida premaratón, bastante razonable, una buena carga de hidratos de todos los tipos. Además, teníamos arroz, una especie de arroz a la cubana, o sea, arroz con un poco de salsa, un huevo y un plátano frito, y después teníamos pollo a la plancha, que yo no lo pude acabar porque era un montonazo de pollo, pero bueno, había pollo a la plancha con puré de patata y boniato, o sea, que perfecto.
Y el postre mucha gente se quejó porque decían que era postre de hospital, porque era una manzana y un yogurt, pero a mí me parece una comida estupenda pensando realmente en quiénes van a correr una maratón. Y luego, por la noche, teníamos pasta party, o sea, un buffet de pasta, así que yo creo que aunque no me di exactamente los carbohidratos que tomé, yo creo que fue una buena carga de hidratos. Me tomé varios platitos de pasta por la noche y durante la tarde también me tomé un Gluet Five Drink de Fan Tech, que es una bebida de carbohidratos y electrolitos, básicamente. Intenté hidratarme mucho. También me tomé alguna barrita de Fritz and Nats de Lifepro.
Por cierto, nuevamente, en Fan Tech and Lifepro tenéis descuento con el código mirabytes, si queréis comprar algo de esto. Y, bueno, básicamente, así se pasó el día. Nada más que dimos una vuelta por la tarde por el centro de Sevilla, pues, por verlo y tal, pero estábamos cansadísimos del viaje, del evento, de todo. Y bueno, luego nos fuimos a la cama temprano. Yo me dormí enseguida porque caí redonda, otra vez con congestión, pero bueno, se durmió todo lo bien que se pudo las pocas horas que teníamos, y al día siguiente a las seis y cuarto arriba, porque era el día de carrera.
Bajamos a desayunar en el hotel. Yo bajé, la verdad, por coger un café, porque me llevé mis cosas para desayunar. Tomé mi harina de arroz chocomonkey, me parece que tomé unos ochenta gramos porque llevaba algo más en la bolsa y no me eché todo, con agua me la hago yo. Tomé también una barrita de Fried and Nut con el café, todos estos productos son de Life Pro y nuevamente los tenéis allí con el código descuento Mirabye. Sorry por repetirlo tanto, pero bueno, en este podcast no tenéis publicidad, así que no os podéis quejar.
Y tomé también unas uvas para meter algo de carbohidratos así tipo fructosa, aunque la barrita de Freach and Nature realmente son dátiles, o sea, que también cuenta. Y nada, después típico paso por el baño, vestirse, arreglarse, ponerse el dorsal y nos fuimos hacia la zona de salida. Nosotros, allí es donde están todos los guardarropas, que además bastante bien organizados, o sea, no había excesivas colas, pero nosotros dejamos las cosas en un área que tenía ASICS allí para los front runners y para nosotros de prensa y así, que corríamos la maratón. Entonces, fuimos allí a dejar nuestra bolsa. A todo esto del hotel, al sitio de la carrera fue lo que hicimos calentando, más o menos, corriendo con las bolsas, pues un kilómetro y medio o así, porque luego el otro medio kilómetro no se podía correr porque ya había mucha gente, así que andando.
Y ese fue más o menos mi calentamiento para la maratón. Yo la verdad es que para los maratones tampoco caliento mucho, porque luego son muchos kilómetros, tampoco voy a salir a tope, así que hago eso, bastante movilidad dinámica de piernas y así, pero no suelo calentar mucho. Y, entonces, vamos ya al meollo, a la carrera en sí, ¿vale? La salida fue muy divertida, no decepcionan las carreras españolas, yo lo tengo que decir, música así muy animada. En este caso, era de los ochenta, bastante chula, bien organizada, no había oleadas, salíamos todos al ocho y media, lo que se había eran cajones, pero no había oleadas.
Decidí no mirar el reloj, el primer kilómetro, porque ya os digo que no sabía a qué ritmo me iba a encontrar cómoda. Entonces, yo estimaba que iban a ser aproximadamente cinco quince. La verdad es que yo confío bastante poco en mí, y como encima había hecho todos los entrenamientos suaves y soy así de amarrategui, pues dije, pues voy a salir a cinco quince y vamos viendo. Yo el primer kilómetro me puse a lo que yo pensaba que eran cinco quince sin mirar el reloj, intenté sentirme cómoda, ir adaptándome. Ese primer kilómetro, incluso con la propia salida, que siempre está algo más atascada, aunque se podía correr bien desde el principio, pero bueno, siempre llevas gente delante, vas esquivando y así, pero bueno, salió a cinco doce Y yo iba en zona tres.
De hecho, iba en zona tres y me sentía en zona tres, o sea, yo iba bien. Y dije, bueno, OK, estoy mejor que ayer, así que me quité el pulso ya de la pantalla y le dije a Pedro, a ver, yo creo que tal y como estoy hoy, a cinco cero ocho cinco diez, voy a ir bien toda la carrera, me va bien. Así que no miro el reloj un ratillo, llévame tú, no me dejes pasarme de eso, porque ya sabéis que cuando vas también al principio de una maratón es fácil pasarse y luego lo pagas. Así que le dije, no me dejes ir más rápido que esto ahora y y tampoco mucho más lento, ¿vale? Contrólame más o menos ahí.
Obviamente, pues eso, al final, Pedro, ya veis que decidió correr conmigo, palabra de runner, porque tiene otros objetivos después y porque obviamente es mucho más divertido correr conmigo. No, pero yo se lo agradezco un montón, así que llevaba liebre para no tener que ir mirando el reloj todo el rato y compañía, por supuesto. Así que así fuimos hasta el kilómetro cinco, a cinco cero ocho cinco diez. Yo seguía yendo en zona tres, ahora sí zona tres más alta, pero vamos, seguía yendo en zona tres y yo sé que puedo aguantar una maratón en zona cuatro, porque es como he hecho todas mis maratones y de hecho mucha gente hace la maratón en zona cuatro. Entonces, bueno, me estaba tocando bastante lo que es la seta, así que busqué un nuevo ritmo de maratón según iba ya entrando en la carrera.
Porque, además, yo siempre me suelo encontrar mejor a partir del kilómetro ocho, kilómetro trece, que antes, porque ya os digo que no caliento demasiado. Así que en el kilómetro siete, y desde el kilómetro siete hasta el treinta y cinco, fuimos todos a cinco el kilómetro a piñón fijo, porque yo soy muy, pues eso, martillo pilo, no de apretar ni de de acelerar. Básicamente, yo me gusta mismo ritmo toda la carrera, sin complicaciones. Algún kilómetro se me fue a cuatro cincuenta y dos, algún kilómetro se me fue a cinco cero cuatro, pero, vamos, esencialmente fuimos toda la carrera a cinco minutos el kilómetro. A mí me parecía espectacular.
Y cuando Pedro Gioki va sosteniendo este ritmo, le decía, es que te vas a hacer un marcón, es que no sé qué. Pero bueno, yo, aunque iba muy bien de cardio y estaba flipando conmigo misma, sabía que mis piernas era posible que no lo aguantasen porque se me estaban empezando a cargar ya en el kilómetro veintiocho, treinta, ya se estaban empezando a poner duras. Así que en el treinta y cinco fue donde empezaron un poco los problemas. Hasta ya os digo, hasta el treinta y tres yo me mantuve con ánimos. Al principio fuimos hablando todo el rato y después ya en el treinta yo todavía podía hablar algo, pero en el treinta y tres ya se me hacía bola la carrera.
Entonces, bueno, os digo, los problemas, entre comillas, tampoco fueron dramas, pero empezaron en el treinta y cinco, ¿vale? Yo ya os digo que iba cansada de piernas y encima empezaba a pegar el calor. O sea, yo iba viendo los termómetros que iban subiendo desde el principio de la carrera, que estaban a once, luego a quince, luego a diecisiete, y creo que llegamos a veinte grados, y eso con toda la Solana de Sevilla, porque además las primeras calles y también cuando el sol está abajo, todo es en sombra. Pero hacia el final te pones en explanadas llenas de sol y pegaba bastante fuerte. De hecho, me empezó a subir el pulso y yo creo que fue más del calor a partir del treinta y cinco que de otra cosa.
Pero bueno, la cuestión es que en el kilómetro treinta y cinco yo ya empecé a notar avisos del gemelo en forma de pinchazos, que me avisaban de que, como hicieron mal paso, se me iba a subir el gemelo. Entonces, empecé a cortar la zancada, a intentar estirar un poco el pie en cada paso, intenté modificar la pisada de alguna manera, y logré que se me pasase en el kilómetro treinta y siete. Pero, entonces, al modificar la pisada, dijo el cuádriceps, espérate, que yo también me puedo subir y soy un músculo más grande. Y yo dije, madre mía, lo que me queda. Así que, nada, intentando también que no se me subiera el cuádriceps, después vino el glúteo derecho, o sea, básicamente toda la pierna derecha, a decirme, oye, mira, como te pases un poco más de ritmo, nos vamos a subir todos a la vez, y yo dije, me voy a tener que parar a estirar, me va a caer la minutada del siglo, al final vamos a estarnos aquí cuatro horas y pico, y dije levanto el pie.
O sea, Pedro me decía, pues si tienes buena cara, va súper bien, no sé qué. Y yo ya, pero mi pierna no va bien, mi pierna no tira. O sea, realmente la sentía como un auténtico bloque y encima me dolía, porque se estaba agarrotando completa. Entonces, dije, levanto el pie porque es que prefiero no tener que parar a estirar. Ahora, eso sí, era una dualidad entre querer parar a estirar, querer abandonar o querer llegar ya a la meta y estirar, y decir, no puedo ir más rápido a la meta, porque aunque pueda de cardio, porque, de hecho, nuestro nuestra idea era ir reservando toda la carrera, que sí fuimos, y apretar en el treinta y siete.
Pero esto a mí no me suele salir bien y esta vez tampoco salió bien, porque básicamente yo dije cómo apriete, se me sube todo y tengo que parar. Así que bueno, el kilómetro treinta y ocho ya salió a cinco diez, el treinta y nueve y el cuarenta también, cinco trece o así. Pero la cosa seguía sin remitir y yo no veía el fin. Quedaban dos kilómetros, pero es que se me estaba cogiendo el isquio también y era terrible. Así que me enfoqué en sobrevivir.
El kilómetro cuarenta y uno salió a cinco dieciocho, pero vamos, que ya iba así mirar el reloj, o sea, era como como puedas, dale la orden a tus piernas de que sigan para adelante, pero no iba con ya ningún objetivo, intentando que mis piernas no parasen y agarrándome como una garrapata ahí a la marca que tenía ya. Entonces, finalmente, en el cuarenta y dos, cuando ya vi la meta más cerca, decidí jugármela un poco más, ¿no? En plan, a ver, no se me ha subido en siete kilómetros, no se me puede subir ahora en el último. A ver, en realidad sí que puede, pero yo pensé, no, no, no, no es el día de que se me suba nada. Así que volví a apretar a cuatro cincuenta ya con lo que me quedaba.
Entré en meta bastante dignamente y dando gracias por parar, porque por fin podía descansar mis músculos de la pierna derecha, se me pasó automáticamente en cuanto paré y estiré un poquillo. Obviamente, la pierna derecha entera estaba sin fuerza, pero vamos, que se me pasó todo. Yo ya sabía que no era un dolor preocupante, que era simplemente una especie de calambre conjunto. Pero bueno, la verdad es que los últimos kilómetros ahí fueron sufridos. Nada más entrar en Meta, nos encontramos a Martín Fid, que estaba allí, y no sé si se acordaría de nosotros o no de Chiclana, pero el caso es que yo le di un abrazo, me alegró verle allí, Pedro también.
Después fuimos directos, bueno, a por la medalla, que nos la dio una chica muy maja que cantaba nuestros nombres, no creo que nos conociera, pero muy simpática. Y después fuimos directos a saludar a Ángel, al contador de kilómetros, que estaba allí en una zona de speaker en el recovery de Asics, que tenían allí para la gente que corría con Asics en los pies, pues tenían una zona de botas de compresión, pistolas, etcétera, etcétera. Pero nosotros, la verdad, que no nos quedamos allí porque yo, si paraba, me daba miedo enfriarme completamente y que, entonces, se me empezase a subir todo o empezase a cojear, porque, la verdad, que estaban andando súper bien y quería mantenerlo. Entonces, mi objetivo era mantenerme en movimiento. Y bueno, antes de pasar ya a el post carrera, voy a destacar algunas cosas de la carrera en sí.
Primero, hasta el kilómetro treinta treinta y dos, ya os dije que todo iba súper bien y mi musculatura iba aguantando y yo también. Entonces, yo estaba ahí como en mi prime, ¿vale? Así que hablé con mucha gente durante la carrera, fue muy entretenido. Vi a Luisa que, bueno, me me dio mucha fuerza, me dijo que era una crack, aunque ella también, porque estaba corriendo súper bien. De hecho, creo que también hizo marca personal.
Vi otra chica que no me conocía, que se llamaba Neus, pero fui con ella toda la carrera en un momento que le dije, tía, vas fenomenal. Además, es como que la veía delante cuando yo aflojaba y entonces apretaba, y viceversa. Entonces, es que me daba mucho apoyo moral moral tenerla ahí, ¿no? En plan, las dos vamos haciéndolo súper bien. Y nada, estuvimos ahí hablando un poco de dónde era ella, tal y cual, y y muy simpática.
Luego la perdí un poco cuando llegamos a meta y me dio pena, porque yo quería ir a darle un abrazo, a hacernos una foto y tal, pero ella me vio y decidió hacer lo mismo, así que, bueno, la dejé allí por Instagram, luego hablamos con muchos otros que no nos dijeron su nombre, pero nos saludasteis muchos en carrera y, realmente, os lo agradezco porque es que sois puro combustible. Además, hacéis que los kilómetros se pasen súper rápido, hacéis que todo lo que hacemos Pedro y yo medezca la pena, así que muchísimas gracias por saludarnos, por decírnoslo. También vi a gente que había hablado con ellas por Instagram, de hecho, un chico que acababa de decir padre, que además me había dicho que no sabía si iba a poder correr al final ese día, porque claro, su hija estaba a punto de nacer, pues su hija nació sana y salva, y él estaba allí corriendo porque había nacido una semana antes, así que todo bien. Y bueno, pues con esto la verdad es que los kilómetros, pues pasaban volando. A ver, del veinticinco al treinta siempre pasan algo más lentos, es normal, pero se podían llevar.
Luego, también querría destacar los ánimos de la gente de ASIC en los puntos de animación. Había varios puntos de animación oficiales de ASIC, donde estaban todos los front runners y, bueno, especialmente los ánimos de Sarita, de Aitor y de las mellis, mellitropía. En el puente que iba la Cartuja, que no sé si es como kilómetro doce, pero ese puente ya de por sí es súper animado, porque hay un montón de gente que va directa desde la salida hasta allí. O sea, está lleno de gente y estaban ellos allí grabándonos, bueno, bueno, fue, la verdad, bastante emocionante. También estaba allí Nuria, de Salud y Kilómetros, que supongo que estaría animando a Jordi, y también nos animó a nosotros, me hizo mucha ilusión verla allí.
Y luego el otro punto de animación de ASIC era ya el kilómetro treinta y tres, el kilómetro de Plaza España, que realmente es un kilómetro menos que tiene la carrera. O sea, esto, la maratón de Sevilla tiene cuarenta y un kilómetros, porque ese no se cuenta. O sea, ese kilómetro pasa solo, o sea, vuela. Esto es lo que dijo Pedro, me dijo, este kilómetro no lo vas a contar, y es que así fue. Entre lo bonito que es, en sí, Plaza España, y que toda ella y la parte anterior, que es como un pasillo, está animadísimo y lleno de gente gritando, porque una cosa es que agente, pero otra cosa es que la gente esté volcada, que es una cosa que luego os comentaré.
En ese momento, la gente estaba volcada y, básicamente, pasé por allí sin sin enterarme, es que fue tan emocionante y fue tan bonito, o sea, la vi entera a lo lejos y, bueno, esto tenéis que vivirlo. Allí nuevamente, pues estaban Sarita, Aitor y Las Melles, y se recorrieron toda la Plaza España en círculo con nosotros a cuatro cincuenta grabando y gritando como locos para animarnos. Ahí ya se me escapó la lagrimilla y la gente alrededor se quedó flipando realmente. O sea, yo solo podía decir gracias, pero eso, la gente nos dijo, ¿pero cómo habéis organizado todo esto? ¿Justo en el kilómetro treinta y tres?
Así, cualquiera, no sé qué, bueno, muy majos, la verdad. Luego, también querría destacar, por supuesto, los ánimos de Pedro, especialmente en el kilómetro treinta y cinco y de ahí para adelante, que es donde siempre se hace más duro. Yo, como siempre, en el treinta y cinco digo la misma frase, y es que es verdad, le dije que ya no tenía más piernas y me recordó que a partir de ahí no se corre con las piernas, se corre con la cabeza y con el corazón, y así, bueno, tiré a esta meta intentando que mi cabeza les dijera a las piernas que, por favor, siguieran. Pero, ya os digo, del treinta y cinco a meta a los kilómetros no pasaban. Iba súper concentrada, de hecho, a la gente que me encontré a partir de ahí, lo siento, o sea, es que yo no podía hablar, hablaban con Pedro, pero yo estaba muy concentrada para que no se me subieran los músculos de la pierna derecha.
Es que, de hecho, creo que ni siquiera vi la catedral. Estaba deseando ver la catedral porque sabía que de ahí era a meta y pasé por allí, pero es que ni la miré. También es verdad que en ese punto vi a una chica que se acababa literalmente de doblar todo el tobillo con las vías del tranvía y entonces yo iba mucho más concentrada aún para no pisar ninguna de esas vías. Yo no sé si se rompió el pie o qué, pero realmente lo tenía en una posición superrara y no se podía levantar. Estaba allí con otras chicas ayudándola y yo creo que que sí, que, básicamente, se fastidio la carrera.
Pero, bueno, esa parte final, no obstante, es muy bonita en general, no solo por la catedral, porque es el centro y, aparte, está lleno de gente también que está animando, así que tampoco lo consideré un suplicio. Pero sí que fue bastante angustioso, la verdad, porque es que no quería pararme a estirar, pero a la vez quería pararme lo antes posible a estirar y llegar a meta. Así que fue una lucha constante. Lo único que me salvó ahí fue pensar que el Aquiles no me dolía nada y, en general, nada me dolía de forma extraña, ya os digo, no eran dolores preocupantes, eran simplemente como calambres. Y, entonces, simplemente, pues decidí mirar al cielo como tantas veces había hecho en esta carrera, os lo prometo, o sea, me sentía muy agradecida y dar las gracias, o sea, una vez más por permitirme estar allí de esa forma, después de todo lo que había pasado los meses anteriores y después de que me dijeran que la única solución para eso de la cirugía, o sea, es que me sentía súper súper afortunada.
Entonces, realmente, yo creo que fue ese sentimiento de gratitud lo que me empujó continuamente hasta el final y, por supuesto, la frase que ya he hecho mía desde la media maratón de Madrid el año pasado, de mi abuelo que me decía, Miri, tú no te acobardes, y no te acobardes, y no te acobardes, y yo pensaba, si lo has hecho hasta aquí, si realmente después de haber estado mala, después de haber estado lesionada, la vida te ha permitido estar aquí y ahora, es porque no te lo va a quitar, en el último momento no puede ser eso. Así que yo pensé eso y así fue como llegué hasta la meta. Otras cosas también a destacar que me dijo Pedro durante en ese durante ese momento, por si queréis ideas para animar a alguien, yo no contesté a ninguna de ellas, pero me gustaría que supiera que están todas registradas en mi cerebro, porque son realmente frases muy buenas y me ayudan un montón. Es solo que yo, pues, no me llega suficiente oxígeno ni al cerebro ni a la boca como para seguir hablando en esos momentos. Pero, bueno, me dijo que iba a hacer un marcón, que era una máquina, que no llevaba tan mala cara, que era una cuentista, que confiara en mí, que mi abuelo estaba arriba viéndome y flipando.
Así que, bueno, todo eso se agradece un montón y, honestamente, pues el hecho también de llevar siempre gente alrededor en toda la carrera y ver que la gente, esa misma gente que ha ido contigo y que realmente iba bien y preparados, empieza también a correr raro. Desde el treinta y cinco te hace pensar que no eres la única que está fastidiada, que todos en esos últimos kilómetros lo estáis pasando regular. De hecho, siempre hay gente peor, o sea, hay gente andando, hay gente vomitando, y al final es una de haber, aquí es normal que duela, pero lo que se trata es de resistir y de aguantar. Así que si tú puedes aguantar el dolor, es que de eso se trata, así que sigue. Y eso es básicamente lo que pensé en toda la última parte de la carrera.
Ya mis últimas energías, las pocas que me quedaban, las utilicé en el kilómetro cuarenta y uno gritando Michael, cuando vi a Michael, el de la milla, andando a lo lejos, por ahí detrás del público, supongo estaría volviendo al hotel a hacer el check out o no lo sé, pero yo necesitaba alguien conocido en ese momento que nos animara. Así que yo siempre cuando estoy bastante fastidiada, muy desesperada buscando en el público una cara conocida, le vi a él. Y y efectivamente se acercó a grabarnos, a animarnos, a decirnos ya lo teníamos y que había jamón en meta, muy importante. Yo no tenía fuerzas para contestarle, pero también se lo agradezco mucho desde aquí. Fue el último empujoncito y bueno, ya el último kilómetro del cuarenta y uno al cuarenta y dos.
Ese sí que fue sencillamente espectacular. O sea, allí está todo el mundo, todo Sevilla, animando, gritando. Y tú sabes que es para ti, porque vas en un pasillo directo a la meta, que además la ves ya, y sabes que están gritando a ti y a todos los que estáis corriendo en ese momento. Así que, la verdad, es una sensación brutal, y luego ves la pasarela azul, como en todas las maratones, y ahí ya Pedro y yo siempre los cogemos de la mano cuando corremos juntos para entrar juntos en meta. Y, bueno, ya me levanto el brazo, yo extendí el otro, ahí fue una sensación de de alivio, de victoria, cuando pasamos el arco después de todo.
Y, bueno, solo los que habéis corrido, yo creo, una maratón, sabéis cuál es ese sentimiento? Porque realmente llevas muchos kilómetros posiblemente queriendo parar. Esta vez en cuanto paré, pues como de carga iba bien, no tuve esa sensación de querer agacharme o o pararme. Así que directamente solo miré todas las cámaras que nos estaban enfocando en ese momento, porque dije, este es el momento de chupar cámara, ya he terminado, estoy bien. Así que vamos a chupar cámara y nada.
Le di un abrazo a Pedro, que es lo que más me gusta hacer cuando corremos una maratón juntos. Y nada, chocamos ahí la mano y, como siempre, dije mi frase típica al acabar una maratón, que es no me lo creo. O sea, no me lo creo, porque es que, aunque haya hecho varias maratones, por muchas que corra, a mí siempre me parece increíble. Parece increíble lo que soporta el cuerpo, cada vez lo hace de manera diferente y con una preparación diferente y en unas circunstancias diferentes, y yo nunca me lo creo. Me parece fascinante, la verdad.
Inciso, si estáis escuchando esto en YouTube y no estáis suscritos, por favor, suscribíos, que me sale que el ochenta por ciento de personas que me escucháis no estáis suscritas a mi canal. Ahora sí, vamos a detalles más técnicos que a lo mejor os interesan si estáis pensando en correr la maratón de Sevilla y organización general de la carrera. Mí me pareció una carrera bien organizada, no había excesivas colas, como os dije, en el guardarropa, tampoco creo en los baños. La salida fue sin problemas, aunque no sea en oleadas, pero sí en cajones, y te permitía correr, más o menos, desde el principio, a ver siempre los primeros metros están más atascados, pero se puede salir corriendo, no hace falta ponerte a seis, como me pasó en la maratón de Tokio, por ejemplo. También tenéis que tener en cuenta que mi listón está muy alto.
Era mi primera maratón en España y lo único que he corrido antes de esto han sido dos Mayos, o sea, han sido Berlín y Tokio. O sea, que Emily Stone estaba muy alto, pero yo, honestamente, creo que Sevilla no les tiene mucho que envidiar. Sigo prefiriendo Tokio porque, por ejemplo, el grado de limpieza, de que no hubiera nada de vasos ni botellas por las calles de Tokio y que hubiera papeleras en todos los habituvimentos, de manera que podías aguantarte el gel hasta ahí y, por tanto, la calle no estaba sucia, no pisabas nada, pues eso hace de Tokio una cosa brutal. Además del hecho de que el público en Tokio no es solo que esté presente en toda la carrera, sino que está volcado en la carrera. Porque en Sevilla había muchas zonas llenísimas de gente, pero la gente no interactuaba.
Había otras que sí, pero había algunas zonas, pues, que eran más sosainas. Y luego también en Tokio, bueno, pasas por sitios muy chulos, muy diferentes. En Sevilla también pasas por muchos sitios chulos. En ese caso, pues, están ahí más igualadas. Si tuviera que elegir, en cambio, entre Sevilla y Berlín, quizá elegiría Sevilla, porque los habitulamientos me parece que están mejor organizados, que son más largos, que nunca falta agua ni voluntarios.
Y además te pasean por sitios más bonitos. Si en Berlín tienes la salida, que es bonita, y la llegada, que es la puerta de Brandenburgo, que encima la llegada está ya hasta el moño. A mí cualquier llegada que me pongan me parece espectacular en general. Así que, bueno, mientras que en Sevilla, pues eso, te pasan por Plaza España, por la Catedral, por el centro, dicen que la zona de la Expo es más fea, porque hay menos gente, porque es industrial. Pero yo, la verdad, que iba bastante entretenida, porque además que la tienes al principio cuando vas fresquísimo como una lechuga, entonces, realmente, pues no no lo considero un contra eso.
Y, de hecho, yo repetiría Sevilla, si no fuera porque hay muchas maratones y yo no tengo tantas balas y yo no puedo correr tantas al año, pero pero es una carrera que me ha gustado mucho. En cuanto a los avituallamientos, también decir que yo pensé que iban a ser todos vasos de cartón, pero, sobre todo al principio, había bastantes avituallamientos de botella. De hecho, creo que hubo tres avituallamientos de botella. Yo me moví las tres botellas enteras y el resto sí que eran vasos de de de cartón, al menos, que luego en Berlín eran de plástico. Así que otra razón más por la que yo consideraría que Sevilla está por encima.
Pero, bueno, me habría gustado, la verdad, con el calor que hacía que alguno de los avitualvientos finales también fuera de botella, porque te la puedes llevar un rato y bebértela entera, mientras que el vaso al final siempre bebes menos. Así que eso hubiera estado bien, que no estuvieran todos los habitolamientos de botella al principio, sino que hubieran puesto también alguno más hacia la mitad o al final de la carrera. Pero, bueno, bien, yo cogí agua en todos, dos vasos por lo menos, también para echarme por encima, Y es cierto que ponía en la página web que algunos habitulamientos iban a tener esponjas para refrescarse. Pues yo no vine a una esponja, yo me tenía que tirar los vasos por encima. Eso, la verdad, que me pareció un fallo, porque también ponía en la página web que algunos habitulamientos estaban en x kilómetro y luego no era exactamente ese kilómetro.
Es verdad que la mayoría coincidían, pero había dos que no, y yo iba esperando allí un habitulamientos porque los tenía apuntados en el brazo, que de hecho hice un podcast con los habitulamientos de Sevilla y habréis visto que alguna se pero es que en la página web estaban mal. Así que, bueno, si esas dos cosas las pudieran solucionar para otro año, sería perfecto. En cuanto al público, había bastante público. A ver, había zonas, como ya te digo, la zona de la Expo, que tenían menos gente, pero son al principio, y el resto había, en general, bastante gente, pero ya os digo, había zonas en las que estaban completamente callados, otras en las que no, otras en las que estaban como el Puente de la Cartuja o Plaza España y otras, o la Meta, estaban a tope animando y fenomenal. Pero sí es verdad que había zonas que eran más tranquilas.
Pero bueno, en general, bastante bien. No considero que fuera una carrera con poco animación, muy buen ambiente. En cuanto a la nutrición, bueno, pues yo me tomé al final lo que tenía planificado, exactamente, o sea, todo fue bien. Me tomé ocho geles, treinta y cinco gramos de Fantehidro, o quizá podamos decir siete con cinco, porque la verdad que el último me entró a medias. Además era de plátano, yo suelo preferir los de fresa y por esto os dije que es importante la palatabilidad.
A mí me apetecía cero meterme plátano en el kilómetro treinta y siete o treinta y ocho, así que me dejé la mitad. Aprenderé para otra carrera no dejarme uno de plátano para el final y, de hecho, llevarme todos menos uno de fresa. Y luego un gel con cafeína de Life Pro de treinta gramos que me tomé en el kilómetro veinticinco. Ya sabéis que en Life Pro y Infante tenéis descuento con el código mirrabice si compráis algo. Así que calculo que en total, pues utilizaría unos trescientos cinco gramos de carbohidratos para tres horas y media de carrera que tardé, lo que corresponde a algo menos de noventa gramos de carbohidratos hora, pero muy cerquita.
Así que estoy muy contenta, es algo que quiero mantener. Como iba a hacer bastante calor, también me tomé antes una pastilla de sales antes de la salida, como una hora antes, o sea, al al irme del hotel, y también me tomé unos doscientos miligramos de cafeína en forma de pastilla, también una hora antes de la salida, antes de salir del hotel, además del café que me tomé en el desayuno. Después solo me tomé un gel en el veinticinco de cien miligramos de cafeína y quizá debería haber metido dos geles de cafeína durante la carrera. Esto es algo que me di cuenta y que arreglaré para la próxima maratón, porque me faltó un poco de cara al final. No noté me pegara mucho como en otras y quizá lo notas en Tokio, porque yo creo que metí dos geles de cafeína.
Así que eso lo revisaré para la próxima. Los geles del final, del treinta y cuatro y del treinta y siete, ya os digo que me entraron peor, el último no me lo acabé, pero al principio de la carrera esto lo hice bien. Pensé en meter la mayor parte de carbohidratos, aunque alguna hora me salieran cien gramos de carbohidratos sola, porque yo sé que al principio lo tolero, porque voy muy fresca, voy muy baja de pulso, no hace calor, no estoy tan cansada, así que eso lo mantendré así y si os sube la estrategia, pues podéis hacerlo así, distribuirlos de tal manera que tengáis un poquito más de carps hasta el kilómetro veinticinco y luego, pues que vayáis bajando, porque la verdad que siempre al final cuesta que entren las cosas. Aparte, yo ya tenía incluso sed y estaba bastante, hasta el moño de geles, de carrera y de todo. En cuanto al material, llevé en los pies las Asics Super Blast dos, las que tengo en Mermaid Edition, la edición de Lucy Charles, las moradas, y los calcetines maratón de sports a juego, también en morado.
Luego llevé las mallas Fuji Trail Sprinter de Asics, que tenían varios bolsillos y llevaban cordón. La verdad que el cordón me ha hecho un poco de daño, me la sorprende tanto para que no se me cayeran con el peso, que ahora tengo como si fuera un moratón en la dripa. Llevé también un sujetador deportivo de alto impacto de Asics, el Raze Compresion Brah lo llevé en naranja, porque encima llevaba la camiseta Metalrand de Asics, pero inspirada en el arte Kumadori, o sea, con esos motivos tan extraños japoneses que son en varios colores, en azul, en naranja, en negro, etcétera, súper chula, la verdad. Luego llevaba el brazalete HRB quinientos de Kalenji, brazalete de pulso, y de reloj el Garmin Forerunner nueve seis cinco. Y, finalmente, llevaba las gafas de sol de Stirper modelo cero siete y los cascos de Shock, los Open Run Pro dos en naranja.
Y, bueno, eso fue todo, la verdad que todo me fue bien, nada de ampollas, nada extraño. En cuanto al postcarrera, bueno, fue genial porque Asix tenía como una zona donde estábamos nosotros, los front runners y así, y allí pudimos ducharnos, pudimos comer. Sí que fenomenal, porque, además, con nuestro check out nos habría dado tiempo de echarnos antes de la una. También había una zona de masajes, pero nosotros no la probamos porque siempre había cola y ya os digo, yo la verdad tenía las piernas bastante inflamadas, yo creo, y no sabía si era buena idea que me las tocasen, así que no lo probamos. Efectivamente, había jamón, así que gracias, Michael, realmente estaba muy bueno el jamón y no me corté un pelo con la comida.
Es lo que puedo decir. Iban pasando cosillas, así en plan catering, y yo iba cogiendo, pues, de lo que me iba apeteciendo. Y después de comer, después de los postres, muy importante, ya fuimos para el hotel a recoger nuestras maletas de consigna y a la estación. En cuanto al parte de daños, porque estoy grabando esto el día después de la maratón, bueno, tengo unos agujetas brutales, pero brutales, ¿vale? O sea, yo no recordaba estas agujetas después de otros maratones, creo.
O sí, no sé, a lo mejor se me olvidó, porque hace un año que lo hago en una maratón, pero yo creo que no. A mí me cuesta levantarme y sentarme esas agujetas y los cuádiceps son mortales, incluso en el gemelo derecho. Tengo el gemelo derecho súper dolorido y todo el lateral de la pierna derecha súper dolorido, pero de agujetas, ¿vale? Entonces, no es nada preocupante, son muchas agujetas, tengo tengo agujetas hasta en la espalda, porque yo creo que iba tensionada o por el sujetador deportivo que me apretaba bastante. Mira, no sé, pero tengo agujetas hasta las pestañas.
Así que puedo hipotetizar fácilmente porque se me estaba rotando todo lo que estaba presente en la pierna derecha, o sea, todos los músculos de la pierna derecha a partir de treinta y cinco o treinta y seis, y no es ni por falta de hidratación ni por falta de cargos. Ya os dije que lleve muy bien la nutrición, me intenté hidratar lo máximo imposible, no creo que me falta esa hidratación, porque además luego no tenía tampoco el pis demasiado oscuro ni nada. Yo creo que fue por debilidad muscular. Ya os he dicho que no ha sido mi mejor preparación. El volumen ha sido bastante escaso, llegando a cincuenta y tres kilómetros, pero lo normal es que llegue a sesenta y algo como llegué para Tokio o a setenta y algo como llegué para Berlín.
Entonces, es posible que me faltase acumular kilómetros, pero bueno, era lo que había en mi situación con el pie, así que he empezado ahora a comerme las agujetas como pueda. Y luego también es cierto que me lo anoto, porque tengo muchas agujetas de los cuádriceps que no están normal para mí y cambié un poco la rutina de fuerza y metí menos extensiones de cuádriceps y menos excesivas de cuádriceps porque, bueno, porque simplemente probé a cambiar, pues creo que no es buena idea, así que voy a volver a lo que estaba haciendo anteriormente, pero bueno, yo creo que es fundamentalmente falta de acumulación de kilómetros, en este caso, en esta preparación. Pero bueno, sin daños mayores parece, no cojeo para nada, no me duele ninguna rodilla, no me duele las caderas, bueno, sí, me duele el glúteo en los dos lados. O sea, tengo muchas agujetas en en el culo, o sea, básicamente. Pero el Aquiles es bien y yo estoy muy contenta.
De momento, ya te digo, veremos cómo responde todo a partir de ahora. ¿Y a partir de ahora qué? O sea, ¿ahora qué vamos a hacer? Bueno, pues al menos puede estar una semana sin impacto, descanso de correr, quizá diez días, según me lo vaya pidiendo el cuerpo, pero seguro una semana, aunque esté bien, porque quiero darle todo el respeto que me ha dado. Y quizá haga bici más suave, luego menos suave, cuando vaya estando mejor, haré fuerza, por supuesto, cuando me lo permita.
Hoy desde luego va a ser descanso total, porque ya os digo que no tengo nada de fuerza en en en nada de tren inferior, y quizá vaya algún día a la piscina. Después de esto, cuando ya no esté recuperada, pues me gustaría retomar correr para preparar Madrid, la Zurich Rock and Roll Ranger Series Madrid, la media maratón. Aún no tengo muy clara la estrategia que voy a seguir en la preparación ni he hecho los entrenos ni nada, pero si el parte de daños se mantiene a cero como ahora, me gustaría intentar meterle caña, o sea, ahora sí empiezan a meter ritmos un poco más rápidos. Tampoco creo que haga falta entrenar rapidísimo, yo creo que la base de todos los entrenos, o al menos en mi caso, tienen que ser en su mayoría entrenos muy suaves y no me avergüenza, yo a la rueda seis treinta y me da igual, porque he corrido una maratón a cinco y sobrada. Así que rueda seis treinta por rueda seis treinta, o sea, cero problema.
Y me gustaría eso, meterle algo de caña el mes y medio que queda de cara a a Madrid para intentar ir allí a por marca personal. Pero bueno, ya os lo contaré en siguientes episodios porque voy a ir un poco fluyendo. Y con esto, enhorabuena a todos los que corriis la maratón de Sevilla ayer y a todos los que estuvierais animando también, porque sois igual de esenciales. Si os salió bien, fenomenal, y si no, pues, como se dice en estos casos, una lloradita y a seguir, porque no seréis los únicos y a por la siguiente, que seguro que es la vuestra. No os olvidéis si os ha gustado el episodio de suscribiros, porque es que la mayoría de la gente que me escucha, sobre todo en YouTube, no está suscrita.
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