Japonesamente 60: El manekineko o gatito de la suerte

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El manekineko o gatito de la suerte es uno de los amuletos más populares y queridos en Japón. Curiosamente, en Occidente empezamos a verlo en barrios chinos y restaurantes orientales, por lo que mucha gente sigue pensando que es chino cuando no, es totalmente japonés.

En este episodio te contamos sus orígenes, los tipos que hay (porque aunque existe el genérico, también han surgido variantes para dar suerte o fortuna relacionada con aspectos específicos). Y, claro, te damos algunas ideas de dónde comprarlo.

Además, hablamos del templo Gotokuji de Tokio, que es donde se considera que surgió este amuleto y tiene un montón de ofrendas de manekineko de todos los tamaños.

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Transcripción

Hace tiempo que no hablamos de amuletos y cositas así chulas para comprar, Luis. Ya salió la palabra mágica, comprar. Me das miedo, Laura. ¿Cositas chulas para comprar te refieres a Calpis? A ver, Luis, no me seas, ¿eh? He dicho amuletos, que el Calpis, que yo sepa, de momento todavía no es un amuleto. Yo estaba pensando en gatitos lindos, con patitas así levantaditas. Vale, me estás hablando del manequineco.

Bienvenidos a Japonesamente, un podcast sobre cultura japonesa de Lexus producido por Japonismo. A ver, ahora que el gato está fuera de la bolsa, ¿qué se dice? Es un dicho inglés, ¿no? Te ríes tú sola, Laura. Bueno, mira, oye, pues mejor reírme yo sola que llorar yo sola. Ostras, estamos planificando aquí el viaje, ese camino del Momiji que anunciamos en el episodio anterior. Si no sabéis de qué estamos hablando, escuchaos el anterior episodio de Japón a fondo.

Exactamente. Y claro, sí, el documento que estamos preparando, los mapas, yo tengo un montón de información de todas las cosas que queremos ver y las fotos que queremos hacer y todas estas cosas, pero también tengo que ser muy sincera, hay un apartado de compritas que no se nos pueden olvidar, porque a veces con el pum pum pum del día a día y el estrés que a veces supone, no estrés, estrés positivo, pero lo de ir de aquí para allá en Japón,

que tenemos el planning este tan complicado con tantas cosas, pues se nos puede olvidar y yo no quiero que se me olvide porque quiero un nuevo manequineco. Bueno, además, es que no creo que los japonistas se extrañen de que digas esto, porque ya conocen lo mucho que te gusta comprar amuletos japoneses y justamente al final el manequineco es uno de esos amuletos japoneses quizás de los más conocidos.

Yo creo que el que más conocido. Lo curioso en este caso es que hay mucha gente, porque yo lo he visto hasta en restaurantes, aquí donde vivimos, un amigo nuestro que abrió el restaurante y le regalaron un manequineco, porque es verdad que la gente tiene la idea más o menos de que es bueno para el negocio, pero casi todo el mundo se piensa que es chino y esto a mí me sorprende muchísimo. Bueno, al final, como se hizo muy popular primero en los barrios chinos, y quizá me

atrevería a decir que primero en los barrios chinos, a lo mejor de Estados Unidos, en el Chinatown en Nueva York estaba todo lleno de esos manequinecos especialmente dorados, un poquito taquis, un poquito así, claro, la gente como que entendió que eso era típico de ese tipo de locales, de locales asiáticos, pero especialmente de China, restaurantes chinos y supermercados chinos y demás, donde se empezaron a ver con bastante frecuencia.

Tampoco ayuda que el manequineco, aunque lo diremos ahora un poquito más, lleve también esa monedita con caracteres en chino, bueno, en kanji, pero de origen chino. Partimos de que el japonés escrito, pues hay una gran parte que evidentemente viene del chino, y si no sabes absolutamente nada, pues creo que es un poco lógico, si tú lo estás viendo en películas, por ejemplo, yo me acuerdo ya hace muchísimos años, cuando

era chiquitita, que todavía no conocía nada de Japón, evidentemente no sabía nada del manequineco, haber visto estos manequinecos, sobre todo estos dorados, son películas que transcurrían en Chinatown y demás, entonces es lógico que haya mucha gente que piense que es un invento o un amuleto que viene de China, que sea chino, y en realidad no, es un amuleto japonés. 100% japonés.

Y ahora os vamos a contar un poquito más, más adelante, sobre cuáles son los orígenes de este amuleto y por qué tiene la apariencia que tiene. Sí, pero te quiero contar una curiosidad, porque hay algunos manequinecos, ahora os contamos, como tú decías, todo, la apariencia y demás, como tú comentabas, pero te quiero contar una curiosidad, y es que el manequineco japonés, el de origen, el original, digamos, ya sabéis que es este, bueno, para los que no lo sepáis, porque hemos entrado aquí

a saco. Hemos entrado ahí como un elefante o como un manequineco en una cacharrería. Como el gato estaba fuera de la bolsa, pues claro, son estas cosas que pasan, ¿no? Bueno, que es ese gatito que tiene la patita levantada y que mueve la patita para llamar la atención, hacer que vengan los clientes, por ejemplo, a un negocio. Si tú ahora mismo, por suerte, no hay cámaras aquí grabándonos, porque yo estaba haciendo

el movimiento, pero ha habido un momento que he cambiado el movimiento, si te has fijado, y lo he hecho al estilo occidental. Los japoneses, cuando llaman a alguien, se ponen exactamente como el manequineco, con la palma de la mano hacia abajo, y mueven la palma, un poquito como si ventaran, digamos, pero con la palma hacia abajo. En cambio, nosotros lo que hacemos es al revés, ponemos la palma hacia arriba y hacemos ven

pa'cá, ven pa'cá, y movemos la mano hacia nosotros, pero con la palma de la mano… Bueno, a veces también lo hacemos con la mano hacia abajo. Sin pensarlo. De manera natural. ¿Cómo llamas a alguien? Bueno, quizás sí. Con la palma hacia arriba, ¿no? De hecho, hay algunos manequinecos que están hechos aquí que tienen la palma al revés. ¿Aquí, en casa? Sí, justo aquí. Justo aquí, en la oficina de japonismo, además.

Hostia, pues no me he dado ni cuenta. Bueno, es una nueva línea de negocio de japonismo. Eso, que no me salía. Es que es muy temprano por la mañana. Hoy estamos grabando muy temprano, Luis, y no me salen las palabras. Pues justo. Entonces, siempre una curiosidad, pero lo normal es que ese manequineco esté llamando la atención de esos clientes como lo hacen los japoneses, justamente con la palma de la mano hacia abajo.

¿Y por qué se puso con la palma de la mano hacia arriba en algunos occidentales? Pues por eso, porque es como nosotros lo hacemos. Ya, pero yo también fue porque a veces, si lo pones solo al estilo japonés, desde nuestro punto de vista puede parecer que el gato simplemente saluda. Claro, porque no tenemos ese gesto, con la palma hacia abajo, no nos parece que estés llamando a alguien. No nos parece tan natural para una llamada.

Claro, cuando dices, oye, ven para acá, pues lo hacemos con la palma hacia arriba. Laura, por más que hagas el gesto con la mano, no va a quedar grabado en el podcast. Lo estoy pasando muy mal, porque es muy complicado a veces explicar ciertas cosas. Vamos a tener que poner en Instagram, en las stories o en Twitter alguna foto o algún pequeño vídeo. Alguna foto no, vamos a tener que ponerte a ti, Laura, en las stories de Instagram haciendo

gestos con la mano como si fueras un manequineco, ya que lo estás haciendo aquí ahora en directo y nuestros japonistas no lo están viendo y, pobrecito, se están quedando con las ganas porque os estáis quedando con las ganas, ¿verdad? No. Bueno, ya veremos. Algo habrá que hacer para que entendáis justamente esto que estamos diciendo de la palma hacia arriba, la palma hacia abajo, que esto es un poco como las manos hacia arriba.

Como en la canción del gorila. Madre mía, estamos desvariando de una manera. Muchísimo. Se nota que nos acabamos de tomar el café y estamos ahora aquí con el subidón de la cafeína. Vamos a hablar de este gatito japonés de la buena suerte. Recordad que hemos empezado hablando de que es un amuleto. El original, aunque en los barrios chinos lo veáis mucho dorado, el original es blanco. Normalmente es ese gatito blanco con una patita levantada, más o menos a la altura de la

oreja y, pues eso, moviendo la patita, justo llamando la atención de la gente. Eso es. Y este gato, los japoneses, la verdad, pues bueno, es un amuleto muy querido. Es muy frecuente verlo en establecimientos comerciales, pero también en las propias casas porque, claro, se cree que llama a la prosperidad, a la felicidad, al éxito, al dinero. No es solo que invite al cliente a entrar en un negocio, como concepto general sí,

pero llama a más cosas. Llama a la suerte, a que entre a la casa. Llama a la prosperidad, a que entre a la casa totalmente. Y hay quien nos pregunta a veces si hay alguna diferencia entre que el manequineco tenga la patita izquierda o la patita derecha levantada. Y sí que la hay. La hay. A ver, esto a veces yo he visto que luego se lo pasan un poco por el forro, ¿eh? Bueno, yo creo que como con muchas otras cosas, como nosotros hacemos un estudio a veces muy

profundo y muy pormenorizado de lo que significan precisamente los amuletos y demás, pues claro, podemos contar cuál es el origen de esos amuletos, de esas diferencias y qué es lo que significa realmente. Pero a veces los propios japoneses en su día a día, ellos saben que el manequineco atrae la buena suerte, atrae la prosperidad en los negocios, y lo demás como que les da ya un poco igual porque no se paran a pensar en ello.

Porque ya se ha perdido, ¿no? Yo creo. Hay cosas que se van perdiendo. Entonces por eso, escuchad japonesamente y así no perderemos ciertas tradiciones. Pues mira, con la pata izquierda, si el gatito está con la patita izquierda levantada, pues básicamente es ideal para negocios, porque la idea es que atrae a los clientes, ¿no? A la clientela. Exacto. Con lo cual trae prosperidad, pero al negocio. Mientras que si levanta la pata derecha, atrae el dinero y la fortuna.

Que básicamente es lo mismo, porque evidentemente si tú tienes un negocio y lo que quieres es atraer clientes, al final el cliente te trae dinero, te trae fortuna. A no ser que el cliente solo te pida un vaso de agua y entonces diga… Encima agua del grifo, te imaginas. Claro, a eso me refiero. Y dices… Algo falla ahí. Pero es verdad, ¿no? En un negocio, un cliente se supone que te va a dar dinero y prosperidad.

Sí, con lo cual también veréis, yo creo que con la pata derecha levantada es probablemente el más popular y lo veréis en todas partes, tanto en negocios, como en las casas, como en todas partes. Básicamente como amuleto de la prosperidad, de la buena suerte. Claro. Lo que pasa es que hay muchos tipos de manequineco, porque los hay de cerámica, por ejemplo, donde tiene la pata levantada, pero evidentemente es una imagen fija, ¿no?

El que todos conocemos, que hemos visto, estos que decías tú de los barrios chinos, sobre todo en muchas zonas de Estados Unidos, donde son tan típicos encontrar este tipo de barrios chinos de fuera de China, son estas versiones mecanizadas que tienen la pata que se mueve constantemente. Mis padres tienen uno de esos. Efectivamente. Tus padres tienen uno. Que me pone muy nerviosa, porque no para. El manequineco no para de mover la patita todo el rato, que digo, pobre, o sea, déjale

dormir. Va a tener un eguince ahí en el hombro, el gato, que no veas. Que hay alquilopráctico o algo, a que le den ahí algo, porque, ¿no? Puede ser que alguna vez hayáis visto algún manequineco con las dos patas levantadas. No es lo más frecuente, pero si os encontráis alguno alguna vez, no os extrañéis, porque existen. Existen. Lo que pasa es que en Japón, por ejemplo, a los japoneses no les hace mucha gracia normalmente,

porque da la sensación de querer abarcar demasiado. No estamos con la derecha o con la izquierda, no, estás con las dos patitas, vas a tope intentando conseguir dinero, prosperidad, fortuna, clientes, ¿no? Todo esto. Entonces, como que a los japoneses les parece que es ser demasiado avaricioso, querer demasiado ese éxito y dicen, hombre, te estás pasando. Te estás pasando un poco. De todas maneras, claro, la patita es lo más característico del manequineco, pero

además en la figura clásica del manequineco veréis que al gato le cuelga un pequeño cascabel. Esto también tiene su significado. Como sabéis, siempre lo hemos dicho, Japón es un país donde casi todo está muy ritualizado, muchas de estas cosas, y todo tiene un significado, todo tiene un motivo, todo significa otras cosas y el cascabel, en este caso, ahuyenta a los malos espíritus. Eso es. Y luego, en la otra pata, normalmente vamos a ver que tiene agarrada una moneda de oro

así con forma ovalada, es una típica moneda de oro del periodo Edo que se llama koban, que ya en sí es un símbolo de fortuna y de prosperidad. Mucha gente a veces nos pregunta los kanjis que hay en esta moneda, ¿no? Tú antes mencionabas… Claro. Que por eso a veces se puede confundir con que es un amuleto chino, porque no hay ningún tipo de jiradana o katakana en lo que está escrito en esta moneda, son kanjis.

Exacto. Pues hay tres kanjis, normalmente. El primero es el de sen, que son como diez… Mil, ¿no? Sen es mil, sí. Es que me hago un lío con esto. El man es el diez mil, sumamos más ceros. Y luego tenemos el de ryo, que sería básicamente como piezas de oro, porciones de oro, como lingotes, por decirlo de alguna manera. Vale, vale, hay un montón. Sí, con lo cual básicamente significa diez millones de piezas de oro, de lingotes de

oro. ¡Qué barbaridad! Oye, pues vamos a poner un manécnico aquí mismo. Bueno, tenemos uno del Evo. Tenemos uno y otro aquí, chiquitito. El chiquitito lo compramos… Este fue el que compramos en… Lo diré… ¿Cerca de Matsue? No. El que compramos cerca de Matsue se rompió. ¡Oh! Se rompió. Estaba en la habitación de Eric y se rompió. Fue un accidente absoluto… Era muy bonito este. Tamatsukuri Onsen.

¡Qué bonito! Que había una tienda de artesanía especializada en manécnicos. Tenía unos manecinecos espectaculares. Este, si no recuerdo mal, es mío de mi primer viaje a Japón. Creo que se ha venido conmigo… Yo creo que no, eh. Yo creo que este lo compramos más tarde. Bueno, no lo sé. Pero bueno, tenemos uno de Lego también, que eso a mí me… Pero ¿dónde está el de Lego? Pues en alguna bolsa, después de la mudanza.

¿No está montado todavía? No está remontado. ¡Ah! Ya me acuerdo. Sí, es verdad. Oye, pues eso hay que buscarlo. Hay que buscarlo, pero ya, eh. Esto nos habéis hecho recordarlo. Bueno, eso no quita que en este próximo viaje, que nos vamos en unas semanitas, pues no caiga algún otro manécnico, un poquito más grande, porque este que tenemos es muy chiquito. Es pequeñito, ya, pero habría que buscarle sitio.

Pero sí, me parece bien. ¡Hombre! Buena idea. Hay que tener prosperidad en el negocio. Pues eso. Los kanjis, recordad, esos 10 millones ahí, o no sé cuántos millones, me he perdido con tantos ceros, de monedas de… 10 millones, efectivamente. Sí, ¿no? Sí, 10 millones. Porque ya sabéis que en japonés se parte, en vez de a los tres ceros, se parte a los cuatro ceros, ¿no? Exacto. Tienes que contar cuatro y…

El man son 10.000, es decir, un uno y cuatro ceros. Luego le añadimos los otros tres ceros del sen, que es mil, y entonces al final pues tenéis siete ceros y un uno, con lo cual 10 millones. Ahí está. Así que, pues hombre, ya esa monedita nos da bastante fortuna, nos da bastante prosperidad, solo esa monedita que marca tantísimos millones, tantísimo oro. Lo que pasa es que yo estoy tentado de llevarme el manekineko al banco y decirle, oiga, mira,

tengo aquí una monedita que dice 10 millones de lingotes de oro, o de piezas de oro, ¿me los canjea? Veo a la señora del BBVA diciéndote, a nuestra gestora, diciéndote… ¿qué tú me estás contando? ¿Qué me estás contando? Bueno, hemos dicho antes, cuando introducíamos aquí el manekineko, que decíamos que es un gatito normalmente blanco, ¿no? Como hemos dicho, en los barrios chinos es habitual verlo con ese dorado intenso, de

hecho el que tienen mis padres es ese dorado intenso, ese no se lo regalé yo, ni tú, que conste, ese no sé cómo apareció en casa de mis padres y ahí está el pobre moviendo la patita todo dorado. Es curioso esto de los amuletos japoneses, o quizás no tan curioso, ¿no? Cuando empiezas a estudiarlos un poco, porque aunque cada uno pues son de una tradición o de otra, al final la evolución suele ser parecida, porque a veces cuando hablas del

Daruma, por ejemplo, el amuleto del Daruma, el clásico, es en rojo y ya está, pero con el tiempo han ido surgiendo otras versiones para diferentes tipos de suerte, ¿por qué? Porque así se vende más. Básicamente, esto es marketing puro y duro. Y con el manekineko, aunque el blanco es el original, también ha pasado lo de los colores al final. Exactamente. También tenemos un montón. Yo sigo siendo muy fiel al básico, que es este blanco.

Yo sí. Además, me parece que es el más bonito. Bueno, y además es el genérico, ¿no? Fortuna general, felicidad general, buena suerte general. Claro. Tú imagínate que te compras uno para una buena suerte en algo específico, pero luego la tienes malísima en otra cosa, porque claro, soy del manekineko. Está descompensado. Está descompensado. Bueno, pues entonces hay que comprarse uno de cada color.

Madre mía. Yo creo que es el objetivo. Es lo que buscan. Yo creo que es el objetivo, sí. Tenemos blanco, ¿vale? Que, como hemos dicho, es el general, pero luego también hay el manekineko negro. Este lo hemos visto bastante, que es para protegerse de la mala suerte, de los espíritus malignos, ¿no? De la mala fortuna, del mal augurio, de todo lo malo, pues lo detiene. ¿Y cómo lo hace el manekineko negro?

Porque claro, el manekineko negro sigue estando llamando con la patita, entonces llama con la patita al espíritu maligno y le suelta un furriagazo. También. Toma. Toma el furriagazo y… y adiós, ¿no? Nos protege de lo malo, básicamente, digamos, el protector. Luego está el amarillo. Es verdad que en Japón podéis encontrar también el que es dorado, ¿no? Ese dorado típico de los barrios chinos, aunque a veces los que hemos visto son pintados de

amarillo. No es este dorado un poco más metálico, sino pintado de amarillo, que evidentemente el color ya nos indica… Que es para el dinero y la riqueza, ¿no? Porque intenta simular el color de las monedas de oro. Que eso se hace en la gran mayoría, como tú decías, ¿no? De amuletos. Cuando hay esos cambios de colores, el amarillo siempre va a ser el del dinero porque es lógico, es el color del dinero, ¿no?

Luego tenemos el rojo. Este yo lo he visto poco, sinceramente. Yo lo he visto poco también. Que es para protegerse de las enfermedades, trae salud, con lo cual si por ejemplo tenéis alguien que está un poco malito o que siempre tiene problemas de salud en casa, pues le podéis regalar un manequineco de color rojo para que llame a la salud, ¿no? Y llegue la salud y esa persona pues no enferme tanto. Luego hay uno que es en rosa, que ya os lo podéis imaginar, porque también pasa en el

daruma de color rosa. Rosa. ¿Qué color? A ver, este color rosa, ¿qué puede significar? Pues trae suerte en el amor, hace que las relaciones de pareja, si ya la tienes, sean positivas para tener, pues eso, romance. Romance. Esto es hashtag piejuner total, ¿eh? Total, total. Bueno, que si te abres un perfil en una aplicación de estas de ligoteo, pues… Claro, si te abres un Tinder a lo mejor no necesitas el manequineco rosa.

O a lo mejor sí, a lo mejor es cuando más lo necesitas. Exacto, a lo mejor es cuando más lo necesitas porque no sabes quién te va a dar el swipe este para el lado correcto, porque yo ya no sé cuál es el correcto, se nota que no uso esto. Mejor. Así me gusta. Y luego tenemos el verde barra azul, ya sabéis que los japoneses estos dos colores como que los ven casi iguales, que se usa para todo el tema académico, tener suerte en los estudios,

a veces se regala gente para exámenes concretos, que tengan… Al final lo que hace el manequineco es traer un poco la concentración y… Oye, y si te ha salido mal un examen y vas a revisión y vas con un manequineco verde, ¿el profesor te sube la nota? Bueno, tú puedes culpar de las malas notas al manequineco, dices, el responsable es él, no ha hecho su trabajo, el yo sí lo he hecho. Súbame la nota que tengo manequineco verde, azul.

Te imaginas, ¿no? Así que bueno, ahí tenéis un montón de colores para decidir, yo sigo quedándome con el blanco. Sí. Aunque oye… Buscad fotos si queréis, pero ya veréis que no son igual de bonitos que uno original en color blanco. El negro me parece muy bonito también, suele ser bastante llamativo, los otros colores me dan un poco igual. Parece Darth Vader vestido de manequineco negro. Bueno, yo ya he dicho antes que sacaba el sable láser para deshacerse ahí de los malos

espíritus. Pero bueno, probablemente os estaréis preguntando de dónde sale este amuleto, ¿no? ¿Por qué esto del gatito con la patita levantada? A ver, vale, al final siempre todos estos amuletos tienen alguna explicación más o menos lógica o más o menos creíble. Exacto. Y bueno, en muchos casos, lo que hay también más o menos legendarias, que al final es lo que es bonito también y lo que le permite dar un componente casi, bueno, pues eso, legendario

y un poquito de… De tradición, de antiguo. Pero fíjate, hay teorías que dicen… Claro, estas son las menos populares porque son las menos atractivas para lo que tú estabas comentando, de la leyenda. Porque son menos literarias. Lo que nos gusta es algo que nos despierte la imaginación, que nos haga trasladarnos a un pasado casi, pues eso, mítico. Sí, pero fíjate que hay algunas teorías que hablan de que este gesto, claro, el de

llamar la atención de alguien para que venga, ven acá para acá, pues era un gesto que hacían las prostitutas para llamar a sus clientes en la calle, ¿no? Bueno, en la calle, en los barrios de placer, porque fuera de los barrios de placer no estaba permitido, pero cuando tú entrabas al barrio de placer tú ya sabías a lo que ibas, pero claro, había varias casas y entonces había varios tipos de prostituta de diferentes rangos

y llamaban, pues se dice, pues de esta manera a los clientes para intentar atraerlos. Pero claro, esto no vende bien, este origen, si es verdad, no vende muy bien, entonces tenemos otra leyenda… Exacto, si es verdad, tú lo has dicho, porque solamente es una teoría y no está… Yo no lo creo, ¿eh? Yo no lo creo. Yo no lo creo tampoco. Pero tampoco, pues la historia que es la más extendida, la leyenda que se cree que es el

origen del manekineko, bueno, también hay que cogerla con pinzas porque es una historia, una leyenda y os la vamos a contar, ¿no? Y yo creo que nos la vamos a quedar todos nosotros y vosotros, los japonistas, porque aunque sea una leyenda, es bonita y resulta… Encaja bien, además. Encaja bien y te deja con una sensación de satisfacción. Bueno, esta leyenda la podéis encontrar mejor explicada, bueno, no sé si mejor explicada,

pero al menos también explicada en el templo Gotokuji de Tokio, luego a lo mejor podemos hablar de este templo. Podríamos hablar de este templo. Porque es el templo del manekineko en Tokio, está ahí en Setagaya, en un barrio un poquito residencial. Sí, un poquito residencial a las afueras, a ver, las afueras de Tokio, Tokio es muy grande, ¿no? Realmente, Setagaya es tan zona urbana de Tokio como el resto de Tokio.

Absolutamente. Pero bueno, necesitáis tomar algunos trenes, metros y cosas de estas para llegar hasta allí, porque no está en lo que consideraríamos el centro, es decir, no está dentro del círculo que marca, por ejemplo, la línea Yamanote, que es lo que podríamos considerar el centro más céntrico. Sí, hay que hacerse una pequeña excursión, entre comillas. Sí, no se tarda tanto, pero sí, pero requiere una mini excursioncita.

Pues bueno, según la leyenda, en el siglo XVII, es decir, estamos en el periodo Edo, este templo estaba en una situación bastante precaria, no tenía mucho dinero, tenía grandes problemas económicos, y de hecho el monje del templo, el monje que vivía en este templo, ya era muy anciano, muy viejito, y compartía lo poco, muy poco que tenía con su gata. La poca comida que conseguía ahí la compartía con su gata y así pasaban los días.

Y entonces, un buen día, llegó un señor feudal a caballo, con sus armaduras y esto, un hombre de gran fortuna que se llamaba Inaokata, y fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba. ¿Y qué pasó? Pues que este hombre, este señor feudal, se refugió en un árbol cerca del templo para esperar a que amainara la tormenta. Fue entonces cuando vio una gata de color blanco, negro y marrón, que curiosamente

le hacía señas para que se acercara a la puerta del templo. ¿Cómo le hacía señas? Pues le hacía señas, con la patita, indicándole, ven acá, pa'cá. Ven, ven, no, sal de ahí, no, ven pa'cá, ven pa'cá, ven para el templo. Que aquí vas a estar a cobijo y vas a estar a salvo. El hombre se quedó, claro, muy sorprendido porque veía, la gata realmente le estaba llamando, le estaba diciendo, ven, sal de ahí y ven para acá, no.

Que hay prisa. Entonces, él decidió hacer caso un poco también a su instinto, cuenta la leyenda, y dejó justo el refugio que le estaba dando ese árbol, se acercó a la gata para también verla mejor, fijarse en, realmente me está levantando la patita y me está diciendo que vaya con ella, justo en ese momento cayó un rayo sobre el árbol que le había dado cobijo. Es decir… Y claro, la gata le salvó la vida y agradecido por este hecho, pues este señor feudal donó

al templo campos de arroz, que era el final, con lo que se medía la riqueza en el periodo Edo, porque era lo más valioso y al final es eso, la moneda de cambio, les dio tierras de cultivo y además financió las reparaciones del templo para dejarlo en un estado fantástico y poco a poco el templo prosperó gracias a la ayuda económica de este señor feudal. Bueno, gracias a la gata realmente, oye, el templo cambió, pasó de ser un templo muy

pobre con grandes dificultades económicas a ser un pueblo con sus campos de arroz, sus tierras de cultivo, todo reparado, es decir, adquirió fortuna, tuvo prosperidad, todo gracias a que esa gata levantó la patita, le dijo a este señor, ven, ven, ven, sal de ahí del árbol, que ya verás tú que va a caer un rayo y te va a matar, el señor le hizo caso y se salvó, pero además cayó el rayo, ¿no?

Totalmente, y claro, cuando la gata murió, pues la enterraron de manera muy cariñosa y muy solemne también en el cementerio para gatos del templo Gotokuji y se creó el manekineko, esta figura de la que estamos hablando en este episodio de Japonesamente, en su honor. Me encaja mucho y es muy bonita la leyenda. Además es muy bonita porque estamos hablando del siglo XVII, si hubiera ocurrido en el siglo XX, XXI, pues hubieran hecho un tren en su imagen, ¿no? Porque es que me recuerda

mucho al Tamadén. Al Tamadén, sí. Hicimos un episodio, ¿no? Hicimos un episodio, porque claro, además, cuando murió la Tama, pues le pusieron un santuario en la estación de Kishi y el tren tiene la forma de gatito y cosas pisadas de gatito y muchos otros detalles. Al final no es tan diferente, es simplemente adaptado al tiempo. A los tiempos, ¿no? Aquí se le hizo un poco ese salón, que es el salón que podemos visitar

en la actualidad en el templo Gotokuji, todo un salón, que es el que habréis visto en un montón de fotos en Instagram, evidentemente en Japonismo también lo tenéis. Pero las de Japonismo son las más bonitas. Que es un montón de ofrendas, un montón de figuritas de manequineko todas juntas. De varios tamaños diferentes. Claro, porque ahí haces la ofrenda al salón, ¿no? Pides que ese gatito pida prosperidad

por ti o éxito o buena suerte, lo que sea. Pero claro, como los hay de varios tamaños diferentes, si pones uno pequeñito, ¿sólo quieres que te dé calderilla o…? A ver, es que el pequeñito no da más de sí, la patita le da lo que le da. Claro, pero la moneda sigue siendo de 10 millones. Pues sí, pero casi no son los kanji, entonces no vale. La patita… Tiene que ser más grande. Claro, cuanto más grande sea ese manequineko…

Como es una ofrenda, al final. Claro, evidentemente más… abarca con la patita, porque tiene la patita más grande, ya tiene una patorra, una patita. Pues justamente en este templo, en el templo Gotokuji, es un lugar ideal para comprar manequineko. Exacto, ¿no? Si tenéis esta duda de, oye, vale, me está gustando esto que estáis contando, pero yo quiero prosperidad en mi negocio, o en las otras cosas que hemos dicho que también sirve,

al final la buena suerte te vale para todo, ¿dónde me compro un manequineko? Pues evidentemente el templo Gotokuji es el sitio ideal. Además, la visita es una maravilla. A mí este templo me encantó visitar, nosotros lo visitamos en verano, estaba todo el verde este eléctrico del verano japonés, y recuerdo que tras pasarnos la puerta principal, llegamos a ver la pagoda, una preciosa pagoda de tres pisos que estaba rodeada de arces, todo eran

arces. Totalmente. Eso, en otoño, pasa que no nos da tiempo en este viaje, Luis, pero en otoño tiene que estar espectacular. Tiene que estar precioso. Lo que pasa que es un templo que engaña entre comillas, porque claro, el templo se le conoce por ser el templo del manequineko, y es verdad, pero la parte que hay dedicada al manequineko, ahora si quieres te dejo que lo cuentes tú un poquito más, es relativamente más pequeña,

pero no porque sea fea o porque no merezca la pena verla, sino por lo que tú has dicho, es que el complejo del templo es grande y tiene muchas más cosas que ver de lo que a veces se cuenta por ahí en las redes y en internet, porque es eso, parece como que la gente que habla de este templo solo le interesa la parte del manequineko, que a ver, lo entendemos porque el templo es famoso por eso, pero en serio, merece la pena que lo

visitéis, aparte de por las figuritas de los gatitos y estas ofrendas, porque tiene un montón de detalles, puertas, pagodas, el cementerio, el salón de Buda, etc. Es muy bonito este templo. A mí me impactó mucho la pagoda, he de reconocerlo, no me lo esperaba para nada, y fue pasar la puerta y de golpe, mano izquierda, pum, aparece esa pagoda maravillosa, todo rodeado de arce verdes, que como nosotros fuimos en verano, estaba de ese verde tan tan tan mega intenso,

me impactó muchísimo. Luego el salón de Buda, muy chiquitito, pero muy bonito también, y justo en el lateral es donde se encuentra toda esa parte dedicada a los manequineko, que como os decíamos, pues la gente, los visitantes, los fieles, llamémoslo como queramos, compran, bueno, adquieren, tampoco es el verbo adecuado… Hacen una ofrenda al templo… Sí, deciden hacer una ofrenda al templo… Y el templo les da una figurita de manequineko

a cambio de su ofrenda. A cambio de la ofrenda, y dejan esa ofrenda justamente en este lateral, en estos lugares que está todo repleto de esos manequineko, un poco para pedir la fortuna, pero también a veces para agradecer a las deidades, al templo, al propio manequineko, la fortuna que hayan conseguido, ¿no? Oye, me has apoyado durante mucho tiempo, pues muchas gracias, hago esta ofrenda, este manequineko lo voy a dejar aquí.

También se ven en este salón de los manequineko, se ven las tablillas de madera ema, que las hemos hablado a veces en muchos templos y demás, que son estas tablillas donde por un lado tienes un dibujo y por el otro cada persona escribe un deseo que luego se lleva a las deidades, y en este caso los dibujos son de gatos, de manequinekos, y es curioso porque la mayoría de los deseos y oraciones que se pueden leer en las tablillas ema de

este templo, del Gotokuji, en muchos casos están dedicados a los gatos que muchos japoneses tienen como mascota. Sí, es curioso. Si os vais fijando, si leéis un poquito de japonés, vais a ver que hay mucho mensajito relacionado con los gatitos familiares, que mi gato crezca sano y fuerte, o que la operación de mi gatito vaya bien, o no sé, un montón de cosas de estas. Estaba pensando, creo que hicimos un episodio de tablillas ema, no me acuerdo ahora.

Pues ahora no lo sé. Sé que tenemos un artículo súper chulo en japonismo en la web. Me quiere sonar, Luis, me quiere sonar. Porque vamos, yo creo que los japonistas que nos escuchan ya saben que tenemos la web, ¿no? No sé, no sé.

De vez en cuando sale bien repetirlo, exactamente. Justo detrás de esta zona del manekineko está toda la parte, el salón con las cenizas de los fieles del templo, luego está el cementerio, como decíamos, y diréis, vale, pero ¿dónde consigo justamente estos manekinekos? Pues donde siempre. Exactamente.

Os tenéis que ir a la oficina del templo, que se encuentra como en la plaza principal, donde está el salón principal, que probablemente es el edificio, el salón más feo de todo el complejo, sinceramente. Es un poco más, entre comillas, moderno. Os vais ahí a la oficina, encima tienen un manekineko así de madera, donde puedes hacer la foto delante de la oficina. Y antes de entrar a la oficina hay una máquina de bebidas, estas máquinas que sabéis que están absolutamente por todo Japón.

Fijaos, si están por todo Japón, que dentro de un templo tenéis una máquina de bebidas, pero los laterales están decorados con una figura de un manekineko. Todo es manekineko. Como no podía ser de otra manera. Bueno, me recuerda también a las máquinas de bebidas que vimos en Takasaki, que ya sabéis que en Takasaki se celebra el festival del Daruma, ¿no? Pues ahí tenían darumas, claro. Sí, sí, exactamente igual.

Pues bueno, entráis aquí en la oficina y vais a ver la exposición de los distintos manekinekos que tienen para ofrendas, no a la venta, eh, para ofrendas, con los distintos precios, no, con el distinto coste de cada ofrenda, es decir, lo que cuesta cada uno de esos manekinekos, hablando en claros, diferentes tamaños. También aquí podéis comprar las tablillas HEMA para luego escribir vosotros vuestros deseos detrás. Y se puede también solicitar una cosa que a ti te gusta mucho, Laura.

Sí, el goshuin, que contiene, como no, un gatito. El goshuin, por si alguno todavía dice, me suena a que esto lo habéis comentado alguna vez, pero no me acuerdo bien, son las caligrafías que te hacen en templos y santuarios que necesitáis una libreta especial.

No vale cualquier libreta, que esto nos lo habéis preguntado varias veces en Instagram. No podéis llevar una libreta cualquiera de casa y pedirle al monje «hazme aquí el goshuin». Es una falta de respeto, porque además les ponéis en una situación muy complicada, porque os va a decir que no. Al final es un poco, a veces, agresivo en Japón. Y diréis «pero qué pijos, ¿por qué hay que usar una libreta específica?».

A ver, normalmente las libretas que compramos normales tienen las hojas finas, y aquí estamos hablando de caligrafía tinta china y luego sellos de goma en este color vermellón que tanto me gusta a mí. Y bueno, también porque estas libretas que te venden en los templos y santuarios están bendecidas por el monje principal… A ver, tú ya te estás yendo a la parte folclórica, digamos, o a lo que se nos cuenta, pero hay

una parte práctica que sí que es innegable. Realmente, una libreta cualquiera… Sí, a veces nos pasa, tenemos algunas libretas que coleccionamos los sellos de goma que hay por las estaciones o los lugares turísticos, y depende de qué libreta, si las hojas son demasiado finas, se pasa la tinta a la parte de atrás de la hoja.

Entonces es lógico que no quieran una libreta cualquiera y que tienes que comprar esa libreta justamente en el templo también. Pero si ya la habéis comprado al principio del viaje o la tenéis de otros viajes que hayáis hecho, porque sabemos que muchos ya vais siendo repetidores, pues acercaos al Gotoku-ji y a parte de la ofrenda del maniquínico, que por cierto, os lo podéis llevar a casa. El hecho de que compréis la ofrenda en esta oficina del templo no significa necesariamente

que tengáis que colocarla en este salón del maniquínico del que acabamos de hablar, que pasa como con otros amuletos. La ema, por ejemplo, el omikuji, si os gusta mucho lo compráis y os lo lleváis a casa. Tenemos dos ema aquí en casa, por ejemplo.

Este tipo de amuletos… Y esto lo dicen los propios templos y los santuarios, son los primeros que te dicen que te lo puedes llevar a casa. Puedes dejarlo aquí para que tu mensaje sea leído, sea escuchado por las deidades, pero también te lo puedes llevar a casa para traer un poco la atención a las deidades. En ese sentido, no os preocupéis.

¿Y cómo se llega además a este templo? Pues a mí me gusta mucho porque tiene una estación de la línea Setagaya, que es una especie de tranvía. Sí, no es un tranvía como de los originales. No, no es un tranvía de las líneas originales de tranvía que había en Tokio, como en muchas otras ciudades occidentales a principios del siglo XX, pero es de forma tranviaria. Sí, y lo bueno es que una vez al día, que sepamos, siempre hay como un servicio o dos

máximo, que está hecho por un tranvía que está todo decorado con imágenes de maniquínico, para justamente hacer el guiño a que este tranvía pasa por cerca de este templo, el templo Gotokuji. Así que lo recomendamos para si queréis hacer algo diferente. Y bueno, recuerda que en la estación había algunos coches de tranvía antiguos. Hay un coche de tranvía antiguo, sí, en la estación de Gotokuji.

Ahí subimos, estuvimos viéndolo. Nos hicimos algunas fotos en este coche antiguo de tranvía. Así que bueno, si sois frikis aquí Fan with Trains, frikis de los trenes como Luis, pues bueno, podéis combinar gatito con… Podéis o debéis. Debéis, debéis. Pero Luis, oye, es que el Gotokuji, lo hemos dicho, a lo mejor nos pilla un poco a desmano. ¿No puedo comprar maniquínicos en ninguna otra parte?

Sí hombre, claro. Por ejemplo, os vais a Asakusa, ¿no?, una zona supercéntrica de Tokio, y en la calle Nakamise Dori, que es esta calle de acceso al templo Sensoji, está… bueno, vais a encontrar tiendas de todo tipo, pero de lo que queráis y más, ¿no? Aquí Laura suele pararse mucho a comprar senbei, las galletitas estas de arroz, pero hay muchas tiendas que venden souvenirs, souvenirs típicos, porque conocen que mucha de la gente

que pasea por esta calle, sobre todo fuera de fechas especiales como la primera visita al templo, el santuario, el Hatsumoden, Año Nuevo, que ahí sí que son prácticamente todos japoneses, pero fuera de estos momentos hay mucho turista. Entonces muchas de estas tiendas venden souvenirs típicos japoneses, y uno de ellos es el maniquineko. Diréis, pero es un sitio muy turístico. Sí, pero igualmente también muchos japoneses compran ahí sus darumas, sus maniquinekos,

sus historias… Es que es muy conveniente, porque está muy céntrico al final, y claro, está muy cerca de la estación de metro de la línea Ginza, ¿no?, de Asakusa, es que es fantástico. Entonces no tengáis prisa, yo sé que el objetivo es llegar al templo Sensoji, queréis visitar el templo, perfecto, pero el camino de acceso, con esas casi centenar de tiendas que hay a ambos lados, ostras, disfrutadlo, id mirando las tiendecitas, hay que si yukatas,

que si kimonos, a ver, quizás no es el mejor sitio para comprar yukatas, pero bueno, ahí están. Pero a ver los ailos. Hay un montón eso de galletitas en B, nosotros hemos probado un montón de galletitas diferentes porque te dejan probar, si te muestras indeciso te dicen, oye, pues prueba esta, a ver si te gusta, prueba esta, y acabas comprando evidentemente, entonces disfrutad mucho también de esa calle, ¿no?

Esa calle es fabulosa, pero bueno, si no os decidís aquí, no tenéis que ir muy lejos, porque también en Asakusa, a veces hemos hablado de que existe una calle llamada Kappabashi Dori, que está especializada sobre todo en tiendas de hostelería, restauración, tanto al por mayor, es decir, para aquellas personas que tienen un negocio de hostelería, un restaurante, una cafetería, etc., y quieren, pues, vajilla, homenaje, todo tipo de accesorios, efectivamente.

Pero también hay una tienda que se llama Koide Shoten, que está especializada en manekineko y los tiene de todos los tamaños, diseños y colores. Molan mucho estas tiendas, porque ahí el problemón es decidir, decidir qué manekineko quieres, porque hay eso, ¿no? Porque hay muchísimos. Y muchos diseños, al final, claro, el gatito, aunque sean todos blancos, por poner un ejemplo, ¿eh? Vamos a ver muchos diseños diferentes, uno más kawaii, otro más realista.

Bueno, de hecho, la tienda que vimos en Tamatsukuri Onsen es lo que tú dices. Había algunos que son quizás más con la imagen esta típica, como el que se ha hecho popular en Occidente, de este doradito de los restaurantes chinos y demás, que es, bueno, realista, pero un poco menos, ¿no? Es más la forma típica, pero luego, claro, hay muchos, sobre todo estos que están hechos en cerámica, que están pintados a mano, pues que tienen caritas muy kawaii, además,

que dan ganas de abrazarlos casi, y que, bueno, pues al final depende también de la visión artística del artesano que los ha pintado. Exacto, el punto estético, ¿no? Y es importante. En Tokio también hay un barrio que, de hecho, es el barrio de los gatos. Si os digo barrio de los gatos en Tokio, ya todos deberíais saber de qué barrio os estoy hablando. Yanaka. La zona de Yanaka, cerca de la estación de Nippori, es muy conocida por sus gatos y,

de hecho, paseando por Yanaka vamos a ver muchas imágenes de gatos, porque hay muchos gatos en el barrio. Exacto, Yanaka, recordad que es una de las partes de esta zona más amplia, que es muy tradicional, llamada Yanesen. Eso es. Y es uno de los tres barrios que conforman este Yanesen y es uno de los, además, más populares porque tiene una calle llena de tiendas, con restaurantes, artesanía y de todo.

Yanaka Ginza es justamente esa calle y ahí, de hecho, hay pequeñas esculturas de gatitos, algunos justo con la pierna levantada, la patita levantada también. Hay una tienda que te vende como unos donuts que tiene marcado, es que tienen la forma alargada como la cola de un gato y tienen marcados como pisadas de gatito. Sí, hasta tienen los colores, el diseño típico de los gatos. Como si fuera un gato cálico, alguno de ellos.

En fin, hay un montón de cosas relacionadas con gatos y, evidentemente, también vais a encontrar diferentes tiendas de artesanía con manequinecos. Una de ellas, quizá la más destacable, sería Yanakado, que tiene un montón de artículos, sobre todo relacionados con la imagen, el diseño típico de los manequinecos. Así que, Yanaka, si os gustan los gatos y queréis algo de manequineco, es un barrio

que no os podéis perder. Sobre todo, además, porque es una visita diferente, porque a veces piensas en Tokio como esa gran ciudad llena de rascacielos, de neones y todo esto, que lo es también, pero también es una ciudad donde tenéis estas pequeñas callejuelas llenas de tiendas tradicionales, con casas bajas y con un ambiente mucho más tradicional. Sí, porque yo recuerdo el paseo de Yanaka a Nezu, que es otro de estos tres barrios

que tú mencionabas dentro de este complejo del Yanesen, que tú has mencionado, el Ya es de Yanaka, Ne es de Nezu, Sen es de Sendagi, son estos tres barrios, y recuerdo el paseo de Yanaka a Nezu, ir por una calle que no tenía nada, no había nada turístico, digamos, de ver ahí, pero es quizá de lo que más recuerdo de ese paseo por toda la zona de Yanaka, Nezu y Sendagi, porque estaba llena de pescaderías antiguas, de carnecerías,

de floristerías, cafeterías, no sé, había un ambiente muy de barrio y muy tradicional, no sé, muy bonito, no tradicional de edificios del periodo Edo, no, pero tenía un ambiente con ese toque a veces decadente, pero que es bonito. Totalmente. Me gustó mucho. Si no vais a estar por Tokio, os apetece un manekineko y estás en otras zonas, pues también hay sitios donde poder encontrar, porque claro, en Japón encontráis en muchas ciudades las

tiendas Donki, Don Quijote. Bueno, típica tienda en la que entras y no sabes cuándo vas a salir. No sabes cuándo sales, porque además algunas de ellas están abiertas incluso 24 horas, que son un peligro. Aquí tienen absolutamente de todo, desde KitKat de sabores, desde Calpis concentrado, desde disfraces de Halloween, juegos absurdos de cómo despiezar un atún, por ejemplo. Exacto. Tenéis un montón de detalles y lo difícil es no comprar algo, pero entre las muchas

cosas que tienen, pues también hay manekinekos. Evidentemente, estos probablemente no van a ser artesanos, no van a ser pintados a mano ni mucho menos. Estamos hablando de un rango de precios también menor, pero también está bien. Es un planazo. Si vamos a ir al Donki, al Don Quijote, pues lo típico, a veces nos preguntáis, oye, los templos cierran a las cinco o cinco y media, ¿qué hago por la tarde?

Porque claro, nosotros vamos con la mentalidad, al final, nuestra de las cinco son las cinco de la tarde, te queda toda la tarde por delante. Te queda todavía muchas horas para hacer cosas con un montón de tiendas abiertas, etcétera. Entonces, claro, pues ir, por ejemplo, después de que cuando ya han cerrado los castillos, los jardines, los parques, los templos, que dices, ¿qué hago? Y ahora, ¿qué?

Pues una buena opción es adentrarse, y este es el verbo correcto, adentrarse en una tienda Don Quijote en busca del manequineco. Acabaréis comprando el manequineco y tres millones de cosas más, pero bueno. Pero ya no es nuestra responsabilidad lo que hagáis a partir de ese momento. Y bueno, y si tenéis dudas, pues también normalmente podéis encontrar manequinecos en las tiendas de todo a cien, como por ejemplo Daiso, que es quizás la cadena más conocida

y también más fácil de buscar, porque hay veces que dices, no sé identificarlas, no sé encontrarlas, pero os vais a vuestro Google Maps del teléfono, ponéis Daiso, y os va a encontrar un montón de Daisos cerca de donde estéis. Seguro que siempre hay uno cerca de donde estás. El Daiso sucede un poco parecido al Don Quijote. El Daiso es imposible entrar y no comprar nada. Yo alucino con Daiso, es una maravilla.

A mí me cuesta mucho, de hecho en los últimos viajes he intentado no entrar porque no, porque vamos a tener un problema luego y no me cabe todo en la maleta. Hay de todo y es una maravilla. Pero bueno, luego también tenéis un montón de tiendas de recuerdos, de artesanía y cosas así en las Monsenmachi, estas calles de acceso a templos y santuarios de las que ya hemos hecho episodio también aquí en el podcast, porque al final es eso, muchos de los caminos

que dan acceso a los santuarios y templos, como son lugares de peregrinación de la gente porque van a pedir el favor de esas deidades o agradecer los favores que las deidades les han hecho, pues claro, toda la gente iba por el mismo camino, entonces era el sitio perfecto también para que surgieran todo tipo de negocios, desde lugares para quedarte la noche si venías de lejos, restaurantes y también todo tipo de tiendas y muchas de estas pues tenéis.

Entonces, por ejemplo, si vais a ver Fushimi Inari. Exacto, buen ejemplo, yo creo que en Fushimi yo recuerdo tanto todo lo que son las callejuelas de las distintas estaciones de tren hasta llegar justo al primer Gran Torii, de entrada al complejo del santuario Fushimi Inari, ahí hay un montón de tiendas de artesanía. Bueno, si te acercas al Kiyomizudera, por ejemplo, y Kyoto, pues también. Recuerdo ahora en febrero cuando fuimos a Shibamata, por ejemplo, también la calle

principal de Shibamata, pues también toda llena de tiendas. De hecho, había un par de tiendas solo únicamente especializadas en amuletos, que tenían manequineko de todos los tamaños, daruma también de todos los tamaños, tenían un montón de historias tradicionales, súper bonitas. Por ejemplo, si tú te acuerdas también, Laura, en Kamakura, yendo hacia el santuario el Kamakura Hachimangu, pues toda esa calle, hay como un paseo peatonal en el centro, pero

en los laterales está todo lleno de tiendas también de artesanía y de regalos. O la calle Komachi. Creo que estabas pensando más en la calle Komachi. No, estaba pensando en las dos. Pues la calle Komachi, que es justo la que tomáis al salir de la estación de Kamakura, es justo ahí, esta calle que es 100% comercial, perfecta Monzenmachi, ahí hay un montón de tiendas de artesanía, por decir algunos ejemplos, porque hay un montón más.

Exacto. Siempre donde encontréis una calle con tiendas de acceso a santuarios y templos, alguna de ellas va a tener un montón de amuletos, pero de todo tipo. No solamente el manequineko, sino todos los que queráis, y encima vais a poder comprar homillagues de estos regalitos para traeros de vuelta, como dulces, galletas, chocolates y todo lo que queráis. Así que el manequineko, un bonito regalo para uno mismo, pero también un regalo cuando

volvéis. En Japón nosotros hemos regalado manequineko a mis padres, a mi tiemplo… Siempre lo digo, es muy normal que cuando viajes a un país un poco diferente, ya sean familiares o amigos, te digan que les traigas algo. Y traerles algo que quizás puedas encontrar en otros lugares a veces demuestra haber dedicado poco tiempo a comprar ese regalo, que yo lo entiendo, porque estás de viaje y no tienes

mucho tiempo y dices, madre mía, tengo que comprar no sé cuántos. Lo bueno de este tipo de amuletos, como el manequineko, es que podéis comprarlos pequeñitos, con lo cual no os gastáis demasiado dinero, pero encima cuando los regaláis a estos amigos y familiares, les podéis contar esta historia que os hemos contado en este episodio de cómo se origina el manequineko y le da una parte más especial todavía al regalo.

O directamente les podéis decir, escúchate el japonés a mente número 60, creo que estamos, el japonés a mente 60, y ahí entenderás muy bien este regalo. Oye, mira, así nos hacen un regalito a nosotros también. Exacto, ¿ves? Al manequineko de su trabajo. Estamos haciendo el manequineko. Estamos moviendo la patita. Escuchadnos, escuchadnos. Bueno, ya veis, lo podéis comprar en un montón de… Estaba ahora pensando, perdón, en las

shoten-gai de Kioto, por ejemplo, especialmente en Teramachi. También hay un montón… Por donde está el mercado de Nishiki. Sí, todo eso está lleno de tiendas también de artesanía, de recuerdos, toda la parte centro de Kioto, donde está también la zona del museo de artesanía, en fin, que lo tenéis en mogollón de lugares. Es imposible ir a Japón y no ver manequineko, y no tener la tentación, al final, de comprar

algún manequineko. Yo lo tengo apuntadito, Luis, porque quiero uno más grande. Pues lo haremos en este próximo viaje y ya os pondremos fotos para enseñároslo. Pero, bueno, Laura, hemos quedado, no se nos olvida, que a vosotros seguro que tampoco, que tienes que salir en vídeos en las stories de Instagram haciendo el movimiento con la patita. Bueno, no hemos quedado en nada, eso lo has dicho tú y yo no he afirmado.

Nos escuchamos en el próximo episodio. ¡Mata ne!

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