Abrazar el absurdo con Julia Viejo

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Entrevistamos a Julia Viejo sobre su novela Mala Estrella, editada por Blackie Books.

La Elocuente nace de la curiosidad sobre la creación artística. En cada capítulo, partimos de una misma pregunta y compartimos nuestra investigación sobre los hallazgos y misterios del proceso creativo. ¿Por qué creamos?, ¿cómo sueñan los artistas?, ¿cómo se crea en una ciudad que nunca para?, son algunos de los puntos de partida de estos ensayos en los que el pensamiento, la narración y los paisajes sonoros se entrelazan con referencias culturales y voces de nuestra vida cotidiana. 

Publicado: 1 abril 2024

Transcripción


Hola a todas, bienvenidas a Te lo Cuenta, la Locuente, el podcast en que hablamos con autora sobre literatura y sus proyectos literarios. Antes que nada, queremos dar gracias a la librería de alta marea por cedernos el espacio para grabar este capítulo. Somos Pilar y Paula, y hoy tenemos el placer de volver a conversar con Julia Viejo sobre su nueva novela Mala Estrella. Esta es la primera novela de la autora. En dos mil veintidós publicó su libro relatos, En la celda bione a luciérnaga.

Pueden escuchar la conversación que tuvimos con Julia sobre él en uno de estos capítulos anteriores. Hola, Julia, ¿cómo estás?

Hola, muchas gracias por traerme otra vez.

Vale, pues para contextualizar un poco, Mala Estrella es una novela que narra el verano de Vera una niña solitaria que se ha visto envuelta en demasiados problemas de adultos. Sin embargo, ella acaba de cumplir trece años, no es suficientemente pequeña como para no enterarse de nada, ni lo suficientemente grande como para que la hagan parte de lo que está sucediendo en su familia. A través de baños fríos en el río, aventuras en el con el mágico león y destrozos en su casa solitaria, conoceremos más de veras sus deseos, sus miedos y sus carencias.

Queremos empezar esta entrevista hablando de uno de los temas centrales de la novela, que es la presencia de la locura. En el ensayo, La loca del desván, la escritora y la imaginación literaria del siglo diecinueve, Sandra Gilbert y Suzanne Goubard reflexionan sobre La loca del desván, una figura recurrente en la literatura decimonónica. Se usaba para representar a mujeres que no se adecuaban a la imagen del ángel del hogar, es decir, que no cumplían su rol doméstico. Muchas veces, incluso, se usaba para hablar de la la de la condescendencia con la que eran miradas las escritoras de la época. No pudimos evitar pensar, mientras leíamos a la estrella, en que la madre de Vera es una loca del desván, una mujer que se aleja de la norma y, por esa razón, es internada en un manicomio.

Lo que me parece interesante es que, a diferencia de estas novelas decimonónicas, como Jane Air, en que el personaje de Bertha Mason se mantiene en una especie de misterio y se presenta casi como un fantasma, creo que en el caso de mala estrella logramos ver mucho del pasado de la madre de Vera. Llegamos a conocer a este personaje, a cogerle cariño, incluso a entenderlo. Hay una parte en que Vera dice, no está loca, solo está triste. Es quizás esta falta de comprensión y de contención lo que lleva este personaje al límite un poco lo que puede pasar con Vera si se le sigue descuidando de esa forma.

Exacto, sí. Me gusta mucho que lo relaciones con la loca del desván o la loca del ático, ¿no? Como se la ha salido llamar. Yo no me di cuenta mientras lo escribía, sino justo después de esa similitud y de esa referencia. Al final es una figura literaria muy recurrente porque ha sido una, bueno, una cosa que han sufrido mucho las mujeres a lo largo de la historia.

El ser encerradas al mostrar comportamientos que se salían un poco de la norma en entornos muy tradicionales, como en este caso es la familia de Vera, que es un entorno, pues, muy patriarcal, muy controlado, donde el el el padre de Vera, que es el marido de de esa mujer, tiene una gran responsabilidad con, bueno, unas bodegas, unas empresas, está relacionado con la política. Y y, bueno, pues, todo ese sistema corre peligro cuando alguien, un elemento disruptor, como una mujer excéntrica, libre, absurda, pues hace cosas, entre comillas, raras y encima se las contagia su hija también, porque Vera ha heredado muchos de sus comportamientos de su madre. Ya al final, cuando toma un poco más conciencia, ¿no? Que es al final del libro, que baja un poco toda la realidad, que dice, podría, no entiendo por qué pudiendo, o sea, le parecía mal que fuéramos absurdas, porque pudieron haber sido estafadoras, acosadoras, solo éramos absurdas y tampoco es que hiciéramos daño a nadie, ¿no? Pero en este sistema sí que eso es una amenaza, con lo cual hay que guardarlo bajo llave, digamos, y por eso esta madre es una madre ausente en el presente, solo se la conoce en los recuerdos.

No puede evitar pensar en un relato de de tu libro anterior de de la madre con la hija que iban a cazar rayos, ¿no? Sí, el

de la siembra del rayo. También ahí fue cuando yo empecé a perfilar este personaje, sí. Al final los cuentos, aunque tienen, por supuesto, entidad propia, pero sirven para descubrir de pronto personajes que te enamoran o que ves interesantes para desarrollar más. Y esta madre, bueno, absurda, loca, como que desee llamarlo, es uno de ellos.

Lava para mucho.

A mí me encantó también, y también me hizo pensar que hace poco estaba yo ahí como el domingo de crisis existencial con amigas, con mis amigas mías, Alba y Alejandra, y estábamos ahí como diciendo, es que estamos desquiciadas que hacíamos tal, y y me gustó mucho como que al final de esa tarde llegamos a la conclusión de que la solución a la locura era aceptarla, en plan de, mira, vamos a desarrollar nuestra locura y ya está, ¿no? ¿Por qué tenemos que estar todo el rato como intentando como poner

los clientes? La locura, no sé, también roza con la creatividad, roza con con la libertad, no son cosas necesariamente malas. La esta este desquicia del que hablamos mucho, ¿no? O esta locura. Simplemente, pues eso, ponen en riesgo al al status quo o al sistema establecido, y eso, pues, al sistema no le gusta, claro, pero está bien salirse de vez en cuando.

Y sobre todo al sistema establecido por hombres, ¿no?

Exacto, sí, que el libro va mucho de esto. Totalmente.

Sí, sí que el libro va mucho de esto.

Totalmente. Y siguiendo con estos personajes queremos traer ahora al personaje de Ana, que es la escritora de relatos y que hemos visto como un punto en común entre la madre de Vera y Ana, porque son dos mujeres que se dedican a la ficción. La primera imaginando y la segunda escribiendo. De la madre de Vera se dice, cito textualmente, que nunca recorrió el mundo aunque tampoco hizo el intento, vivía de las ideas. Y vemos también en Vera este salto continuo al plano de la imaginación.

Hay un momento que se encuentra ya como en el colegio, en el psiquiátrico, en el que se imagina que es un castillo medieval, y que ve por las ventanas y ve a los trabajadores en la viña y piensa que son los centinelas, las monjas, las doncellas, los internos la corte, Ana la reina, Hatha un caballero, la madre la prisionera, ¿no? Como que hace todo ese mundo paralelo. Y nos ha gustado mucho que hace poco leímos en nuestro club de lectura el libro de Leonora Carrington, que se llama Memorias de abajo. ¿Sabes cuál es el?

Sí, pero no lo he leído.

Pues en ese libro como que relata su experiencia cuando la internan en un psiquiátrico y justo también crea como paralelismos entre sí, crea como un mundo aparte, incluso crea un mapa ficcionado y los lugares ficticios los los escribe como los libros estuvieran ahí, ¿no? Entonces queríamos preguntarte en este sentido si ese poder de la imaginación como vía de escape también es como el detonante para la ficción y para la creación artística, ¿no? Si ves ahí como ese mismo ese mismo disparador.

Exacto, sí, yo creo que que estoy constantemente sin darme cuenta, hablando de lo mismo una y otra vez, a través de varios personajes, lo que has dicho. Ana lo hace, Vera también lo hace

a

su manera, Vera también lo hace a su manera, bueno, creándose un amigo propio, digamos, por por llamarlo de una forma, y y su madre, pues, de otras formas, ¿no? Al final es la imaginación como refugio a un mundo que no está hecho para nosotras, ¿no? Que está muy relacionado con lo que hablábamos antes. Un sistema donde no estamos cómodas, donde se nos juzga, se nos observa, se nos invade, se nos coarta, pues nos nos creamos otro a nuestra medida y y, bueno, donde podemos ser un poco más libres.

Que también me hace, me me parece poderoso como el hecho de que de llegar a a a ese plano de de crear algo en el que aportas al mundo otra nueva visión, ¿no? Como que es una especie de de respuesta, ¿no? Un plan como que de una coerción absoluta creas una pregunta, ¿no? Con una novela, en este caso, como

Sí, porque en este caso, además, yo la comparto. No no es como una persona que se crea su mundo, se encierra en su casa o en su cabeza y ya está, sino que escribir también tiene esa cosa de de mostrar a los demás que que existe otro mundo. Y lo bonito es también que los demás muchas veces lo comparten, que tú pensabas que estabas sola y resulta que no, no lo estás tanto. Eres una chica rara, pero no tan rara, porque espérate que somos muchas.

Claro. Pues siguiendo con este tema y con el personaje de Ana, tiene una importancia clave el cuento que elige como uno de sus favoritos, en el que dos mujeres cruzan una puerta y la cierran y no pasa nada más. Entonces queríamos preguntarte si esto es un poco como una declaración de intenciones de tu práctica como escritora, ¿no? Como que si buscas esta reverberación como misteriosa en la literatura, igual que se queda resonando la puerta cuando estas mujeres la cierran.

Sí, claro, yo esa es una cosa que he vivido mucho escribiendo cuento, que me preguntaba la gente, pero ¿qué pasa después? Me se me ha quedado como a medias, es como a ver, si lo lees un poco atentamente puedes intuir qué pasa después, o simplemente puedes completarlo, aunque no lo no hay una respuesta válida solo, sino que que hay varias alternativas posibles, y también en la novela al final la gente me pregunta, pero ¿qué pasa? ¿A dónde va? ¿Cuál es su futuro? Bueno, son válidas todas esas respuestas, y lo literario es que el lector lo complete con lo que crea más lógico, y hay gente que me dice que está convencida de no sé qué, de que se va a este sitio o dato, este otro, y y otros que no que me dicen una cosa completamente distinta.

Y insisto, con los cuantos igual, y es lo bonito de la literatura, y y por eso quería plasmarlo, es una de mis conversaciones favoritas del libro, que es una una escritora que tiene una muy mejor amiga y que escribe sobre un cuento donde dos mujeres cierran una puerta y no pasa nada más. Vale, atacamos, ¿no? O sea, no significa que todas las chicas que cierren una puerta con otra se vayan a liar después, obviamente. Pero en este caso, en el contexto de quién es esta escritora tal y Vera de pronto descubre esa magia de he completado yo el chiste, ¿no? Porque al final los chistes también son eso, como y te hacen gracia porque tú aportas la solución final y es un momento bonito en el que ella descubre lo que es la la ficción y las lesbianas también.

Sí, sí.

También habla mucho de ti como lector el cómo completas estas historias, ¿no? O sea, como que te puede puede ser un lector optimista, un lector más predecible, como que al final es eso, abres un un camino y una lectura, y hay algunos que pueden decir, por ejemplo, en tus cuentos, que me acuerdo de que nos hablabas de que siempre ponías a los personajes al borde de precipicio, también habla un poco de ti si tú completas la historia diciendo, pues se lanzan o pues buscan otro camino, ¿no?

Claro, habla mucho de de de cómo eres, de qué clase de de mente tienes, ¿no? Sí, del ese optimismo que dices.

En esa había una frase que al final la hemos apuntado pero que me encanta. Una de de las escenas que más me gusta del libro, que es cuando habla de la madre y y es como que se suben como una especie de andamio para tomarse un vacío y ella tiene como miedo y mirar hacia abajo y te dices como todavía podía podía buscar formas amables en el vacío, ¿no? Como que el vacío es algo que puedes completar en ese sentido.

Sí. Que

me parece también súper potente.

Es verdad, esa esa idea se relaciona mucho con lo que decíamos. En la nada también se puede dibujar una forma amable por mucho miedo que dé.

Sí, total.

A esa parte es preciosa. Sí. Sobre todo, luego también creo que es en esa parte también que dice que calienta el bocadillo de queso como con en el abrigo y se da cuenta de que la iba a querer y admirar para siempre. Sí. Como pequeñas cositas que lo ha sacado muy muerto.

Sí. Y bueno, siguiendo un poco con las preguntas, uno de los temas importantes de la novela es la genealogía. De hecho, en la primera frase ya nos hablas de ello, que dice, en mi familia eran muy de morir en verano, que además me parece una frase súper guay para iniciar una novela. Y da un poco incluso un tono de tragedia griega, pareciera ser que Vera está condenada a tres cosas, a morir en verano, a seguir el legado sucio de su abuelo y a volverse loca como su madre, Un destino inevitable. Lo que vamos viendo, sin embargo, es que ese tipo de legado familiar está condicionado por acciones y decisiones.

También vemos que es un legado que ya está que ya está trastabillando, que está rancio. Lo vemos, por ejemplo, en un símbolo tan claro como el oro de la cadena que le regala su padre, y que ha pasado de generación en generación. A Vera le produce una alergia terrible, su cuerpo rechaza físicamente esa tradición, y nos preguntábamos que eso, esa pregunta como que al final yo creo que todos nos hacemos un poco, que es cómo nos libramos de este legado familiar, de lo que nos arrastra.

No nos

podemos librar, lo siento para allá.

Esa es la tragedia.

Esa es la tragedia. No, pero, bueno, sí sí que hay algo optimista aquí, que lo has dicho un poco tuya, que que está obsoleto ya muchas veces esa tradición que heredamos. Vamos, lo de obsoleto lo lo digo yo, pero he dicho algo parecido. Y y aquí se se nota en el sentido de que la la familia no no aguanta más esa ese peso de esa tradición, se está derrumbando, se está cayendo por su propio peso, y y Avera le espera algo mejor. Creo creo que se puede intuir que le espera algo mejor porque, bueno, sin hacer spoiler, pero pero no no es posible sostener más esta pantomima que que sostiene su padre, que fue arrancada por, o sea, que fue iniciada por el abuelo, y que ya ha acabado con su madre, pero no va a acabar con con Vera, al menos en principio, ¿no?

Yo, bueno, no sé cómo va a ser todo el resto de su vida. Tendrá consecuencias seguro esta crianza y

Algún trauma.

Hombre, algún trauma va a tener. Pero pero bueno, me gusta esa tener esa visión luminosa de que es posible salir un poco de ello, aunque no del todo, pero

algo así. Es un poco como me recuerda a, bueno, la peli está bien está todo el mundo hablando de ella por quién estás visto.

Sí, me

gusta mucho. Como esa cosa de buscar tu propio camino, ¿no? En plan de de intentar que no te condicione o te condicione como lo más mínimo de donde vienes, ¿no? Y y sí, veo, o sea, me gusta pensar como que mala estrella es un poco que el inicio, ¿no? De su historia como ya más independiente, ¿no?

En ese sentido. Sí, sí, sí. Todavía sí.

Hablando sobre todo de este legado y tal, yo creo que sí que hay un rechazo o

o una cosa que ya está muy rancia, que es

este legado como más, entre comillas, masculino, que es el legado de este legado como más, entre comillas, masculino, que es el legado de del negocio del abuelo y todo ese tema. Pero yo veo, por ejemplo, que pareciera ser que que Vera no le teme al, entre comillas, legado femenino, que es la locura de su madre, que le parece incluso una forma de vivir válida. A fin de cuentas, Vera nunca se siente a gusto en la casa de su abuelo, pero fue feliz en el colegio con, entre comillas también, los locos. Una cita textual que apuntamos es, entonces yo, que de hecho es la que no me que no me mencionabas antes antes, que dice, entonces yo pensaba que había cosas peores en la vida, que pudiendo ser asesinas, estafadoras o acosadoras, habíamos elegido ser absurdas, y que tampoco era tan grave. Entonces nos preguntábamos, ¿es el absurdo una actitud de rebeldía, una especie de rabia hacia lo convencional?

¿Qué lugar tiene el absurdo de la ficción?

Sí, es también otra vez poner en riesgo a a al sistema establecido, desordenar la realidad para crear otra cosa nueva que parece que no tiene sentido, pero que quizás lo tenga más de lo que creemos, ¿no? ¿No? A mí, no sé, me me gusta mucho, me divierte mucho. Creo que la literatura debe ser juego también, debe ser fiesta y y por tanto la vida también, porque si no es muy difícil seguir nadando, ¿no? Con el panorama que que tenemos, y yo necesito agarrarme a eso, y ya lo hacía en los cuentos, y aquí, pues es que necesariamente también porque hay hay mucho de mi propia visión de de de la vida en este libro y y era necesario hablar de lo absurdo y defenderlo como un estilo de de vida, casi de pensamiento, y como un refugio.

Y aparte de, o sea, porque también vemos esta este refugio en el absurdo, ¿no? Y también vemos una parte como de rebeldía más rabiosa, un poco más destructiva en Vera, ¿no? Que me gusta mucho esa parte en la que Vera está ya como completamente harta, ¿no? Y y ahí voy a leer el el párrafo en específico, que es un momento en el que está ella haciendo los deberes apostada mal, ¿no? Y dice, por las tardes me dejaba ver por la mesa del comedor rellenando al azar los huecos de los ejercicios de lengua de naturales, que me hace mucha gracia como Y mi padre sobre sobrevolaba los cuadernos y se espantaba al ver mi caligrafía.

No se daba cuenta de que cada día me esforzaba en hacerla peor. Concentraba toda mi rabia en la punta del bolígrafo y la clavaba despacio en el papel, letra por letra, hasta dejar relieve en el reverso. Entonces, ¿qué espacio tiene como estos pequeños actos como de destrucción rabiosa dentro de un contexto en el que el personaje está completamente oprimido, podríamos decirlo. Sienta mucha impotencia. Sí,

pero todo el rato en silencio no puede mostrarlo, ¿no? Porque una niña tiene que ser comedida, callada, discreta, así nos han educado a todas, y y a ella especialmente en, bueno, en una en un sistema familiar que tiene problemas mucho más graves de los que tiene ella, por supuesto, no a los problemas de su mujer y su hija, que son muy poco importantes para para él, que los oculta, ¿no? A la madre, la mete allí en en lo que llaman el colegio, y a la hija, pues, o no la deja salir o o pasa de ella directamente, como que la la ignora. Y y ella va acumulando por dentro esta rabia que es tan común en las mujeres, ¿no? La lo que llaman female brege, y que se va cociendo desde que eres muy pequeña, en base a pequeños gestos o pequeñas opresiones de tu entorno.

También el estar en permanente tensión bajo la mirada masculina, sucia además, cuando solo eres una niña todavía o o más o menos. Y y esto se te va metiendo dentro y y te hace, pues, al final hacer pequeños gestos que, bueno, que empiezan como algo pequeño y al final acaban estallando en algún momento tarde o temprano por algún lado. Y y bueno, lo del lo del poli al final

es lo

de menos, pero

A mí me llamó mucho la atención cuando leía justamente la rabia de veras, porque creo que, o sea, si si cada vez más como que se están saliendo personajes femeninos fuertes, que presentan toda clase de emociones y se salen más de la norma, pero creo que es la primera vez que leo un personaje infantil o, bueno, adolescente entre un poco en límite que acumulaba tanta rabia, y eso también me gustó como mostrar esa cara de de eso, estoy siento impotencia, no me hacen caso, no tengo amigos, estoy sola, y es como rabia que me muero los nudillos, que quiero que que Miguel se coma sus anteojos porque no me hizo caso, como que no sé, me me encantó ver esa faceta de una niña rabiosa, como que siento que es una faceta que también tenemos que conocer y descubrir y entender.

Sí, es que las chavalas de esa edad sufren todavía más que las mayores, yo creo, porque no tienen todavía herramientas para para entender lo que está ocurriendo y encima estás muy incómoda físicamente en un cuerpo como nuevo o medio deforme, y y bueno, es es complicada la existencia y se se las infravalora mucho, yo creo, y y me gusta aportar esa visión, porque no sé, no no creo que que se que normalmente en la literatura, bueno, o en la ficción en general, también en en el cine, se da una imagen muy simplificada de la infancia y la mentalidad de de los niños y de las niñas especialmente es retorcida, es oscura y también, bueno, sufre, ¿no? Está en constante tensión.

En ese sentido, los personajes de Ana y Happy y el hombre monja, sobre todo cuando tiene esa parte súper poética que el hombre monja le saca una flor de la herida entre es un poco como que siente esos personajes la la ayudan a a a salir un poco del odio, ¿no? Como que le enseñan que también hay cosas bonitas y maravillosas.

Sí, de hecho en la primera parte del libro ella no para de auto lesionarse o lesionarse sin querer que está entre la autolesión y la lesión, y y en la segunda mitad es cuando ella, pues por motivos, va al al colegio, ¿no? A esta especie de institución de monjas, que no se sabe muy bien lo que es, y por fin encuentra compañía. Allí ya las lesiones físicas desaparecen. El colgante este que le da a su padre, que le daba alergia, o o la cadera que se disloca, ¿no? Un montón de de achaques físicos que tiene, pues se se reducen o desaparecen.

Y bueno, es también un símbolo de de cómo ya se calma

un poco.

También el sentirse cuidada, ¿no? Cuando, o sea, creo que en esos momentos que más se lesionaba era cuando más sola estaba. De repente en este colegio como que se sienta arropada por la gente, y eso también es un punto importante.

Sí, sí, la mayoría de desconocidos además, pero bueno, que que también suponen un universo femenino algunas de ellas que que Vera no ha conocido prácticamente por tener una madre ausente, por vivir en un en un entorno puramente masculino, ¿no? Y también arropa mucho. Me me gustaba plasmarla así.

Y hablando también de esta complejidad de la mente infantil, Vera también está en una edad en que empieza a manifestarse su deseo. Se da besos con lengua con Miguel en el baño del colegio, es consciente de su cuerpo y las sensaciones que desprende, incluso comienza a tocarse. Pero como sucede a esta edad, también está un poco en el límite. En el párrafo, en el primer párrafo del capítulo tres, que hemos pensado que incluso funciona como un minicuento, vemos que su deseo de cierta forma se castiga. Lo leo.

La cocina de nuestra casa de la ciudad tenía unas humedades en el techo con forma de vírgenes. Salieron cuando se inundó el piso del vecino de arriba y nunca me fijé demasiado en ellas hasta que en una fiesta de Navidad una una niña me las señaló. Solo vino esa vez, pero la recuerdo porque era la niña más guapa que había visto en mi vida, rubia de ojos claros y labios gruesos, hija de diplomáticos. Se pasó la cena pegada a la falda de su madre y en la velada posterior las dos fuimos destruidas lanzando polvorones contra la fachada de enfrente, desatadas. Me mostró las vírgenes del techo y, sin venir a cuento, me pidió que la besara como las películas.

Su padre abrió la puerta justo en el momento en que le estaba metiendo la lengua hasta la campanilla. Fue la última fiesta de Navidad que celebramos en casa. Desde ahí parece ser que Vera empieza a ocultar este deseo, y no podemos evitar preguntarnos, ¿por qué el deseo se permite solo en el mundo adulto?

Ah, porque incomoda mucho decir que que los niños tienen sexualidad Claro. O que un adolescente puede tocarse o sentir deseo o querer besarse. Es como que, no sé, no sé a qué a qué edad debería estaría socialmente o o la sociedad acepta que que puedes hacer ciertas cosas, pero, desde luego, se se hace desde mucho antes. Claro, pero una cosa es pensarlo o apropiarte de tu propio deseo, y otra, que a veces es que creo que se mezclan y no tiene nada que ver, otra el que el resto tenga poder sobre tu cuerpo, ¿sabes? O que se apropie de ese deseo, y que solo porque tú has decidido darle un beso a un chico o lo que sea, o a una chica, pues significa que que te vas a besar con el resto de la clase también o que eres una puta.

Como lo que pasaba justamente en el libro,

¿no? Sí. Y y bueno, me me gustaba que que marcar mucho esa diferencia, que no es no es lo mismo el ritmo al que va una y la la exploración que que puede hacer una niña, chica, como quieres llamarlo, que, bueno, que que lo que la sociedad espera de ti o te impone, sí. Que que, bueno, que tienen derecho, por supuestísimo, y

y es lo más natural del mundo tener una sexualidad que se desarrolla poco a

poco y que a del mundo tener una sexualidad que se desarrolla poco a poco y que a veces solo está en la mente y que a veces también está en el cuerpo y que tú tienes, no sé, lo lo normal sería que tú decidieras sobre ella.

Sí, como que eso, me me gustó eso de que te interesaba contraponer este deseo impuesto y este deseo en camino propio, en que ella misma se va descubriendo, y yo creo que lo plasmos muy bien porque se ven estas mini situaciones de de violencia, hombres mayores que le hacen una palmadita en el lugar, en un lugar adecuado, o los chicos de su clase que porque supieron que ya se besaba con Miguel quisieron besarla a todos, o cuando le quitaron las bragas en la primera comunión, como estas mini situaciones de violencia y y de deseo impuesto versus este deseo que ella misma está descubriendo. Me acordé de de la escena que me parece muy tierna en que se están besando con Miguel en la playa y dice que eso, que no solamente se estaban besando y se estaban dejando besar y quizás ambos habían tenido pensamientos de otro tipo, pero estaban viviendo ese momento pleno de besarse y ya está.

Sí, dice que no como que no era la antesala de nada, sino un fin en sí mismo. Y y eso es bonito porque existen también. O sea, el sexo no es algo negativo por mucho que o o la sexualidad, ¿no? Es, para mí es curiosidad, es descubrimiento, es tiene que ser algo bonito y que una decida a los tiempos que lleva. Pero bueno, al final se empeñan todos los demás en en hacer que sea algo negativo porque te lo imponen o porque te lo prohíben, y no hay manera, no hay manera de encontrar el equilibrio.

Bueno, hablando justamente de este tema de de estas pequeñas situaciones de violencia, creemos que Mala Estrella es justamente una novela que pone el foco en las cosas pequeñas, tanto en las buenas como en las malas. Y en el mundo de un adolescente que parece no importarla a nadie, pero que a fin de cuentas es el más rico de todos, ¿no? Nos interesa más saber qué está pasando por su cabeza, qué hace cuando se queda sola en casa, y qué garabatea en sus cuadernos, que enterarnos con detalle sobre el proceso judicial de su padre o por qué todo el pueblo odia a su abuelo. Y claro, como te decía, tanto se introduce en las pequeñas cosas buenas como las pequeñas cosas malas. La violencia se introduce en el libro como si cayera cuentagotas, como pequeñas pinceladas, y es una forma de mostrarla en que Vera se da cuenta de que hay algo mal, como todas esas escenas que hablábamos en que hombres mayores son inapropiados con ella, y en que existe una evidente acoso sexual, o incluso en cosas más sutiles como no tener nada que cenar porque su padre se ha ausentado de casa por horas.

Y nos preguntábamos, ¿cómo gestionar una violencia que de alguna forma la percibes, pero que no estás segura de que lo sea del todo? O ¿cómo protegerse de ella si no tienes en quién apoyarte?

Es un poco como

el dilema de de Vera durante la novela, ¿no?

Sí. Es, sí, los detalles pequeños son no son todo para bien y para mal. Por eso hablábamos también de acosos pequeños. Nos no quería poner el foco en un porque al final eso llevaría todo el peso de la trama, ¿no? De pronto, si hubiera un abuso importante, digamos, importante, hablo de grave concreto o algo así, sino que aquí hay una cosa mucho más cotidiana que que, además, estoy segura de que hemos sufrido todas, que son micro micro abusos, micro violencias, y a veces eso, pues, puede hacer mucho daño también por acumulación.

Y también eso se naturaliza en cierta forma hasta que te haces un poco inmune, ¿no? Que haces hasta callo, o lo lo adoptas como parte de tu identidad, como chica, ¿no? O como mujer. Bueno, pues pues ya esto es así. Ya no solo hablo de lo sexual, sino de el hecho de que su padre desaparezca y se quede sin cena o cosas así, y otras muchas cosas que aparecen en el libro.

Pero bueno, también lo pequeño lo veo como algo positivo muchas veces, como esos pequeños destellos de de esperanza que que aparecen en las situaciones y a los que se agarra, ¿no? Dentro de una situación más oscura. Y me gusta porque es al final si quisiera hablar de la corrupción o de la familia, pues lo haría desde otro lado, ¿no? O abres un periódico y ya tienes ahí muchas cosas de de corrupción, Sino que aquí lo valioso es mostrar esa visión subjetiva y sesgada de de esa personilla concreta y de las cosas honestas que piensa, y eso es lo lo valioso y lo interesante para mí.

Sí, es que al final es como como la va atravesando ella y cómo va va subsistiendo con eso, ¿no? Como también creo que la la figura de León es muy importante para eso, como que al final está en una situación tan vulnerable y de tanta impotencia, que que eso desea como con todas sus fuerzas, cierta compañía, o o eso, o alguien que le haga caso, que aparece este hombre monja que le acompañan sus aventuras.

Sí, ella se desdobla de alguna forma en él, en un ejercicio como de ficción, también tiene que ver como lo como se ha hablado al principio. Igual que yo me desdoblo en Vera, tiene cosas de mí, pero al mismo tiempo no, pero es una herramienta que tengo yo para mirarme a mí misma desde fuera, sinceridad el personaje, Pero, pues, ella con León hace una cosa que es similar, o sea, puedo entender como algo similar.

Y en este esta mirada como de los niños al mundo adulto se nos presentan muchos rasgos del mundo adulto como súper ridículos, ¿no? O sea, me hizo muchísima gracia la escena en la que el padre de Miguel acerca a ver a su casa y le grita, le insulta al Entonces, y además esto se contrapone con otros momentos como más tiernos. Hay un momento en el que Miguel se preocupa por Vera porque se entera de que se ha besado con otra chica y va a buscarla y como que se cuidan, ¿no? Entonces, no sé, quería preguntarte que qué hay en la manera de relacionarse de los niños que podemos aprender en el mundo adulto, ¿no?

Es que los adultos tienen mucho más de niños de lo que creemos, o sea, somos crecida intentando fingir que tenemos la situación bajo control, pero no siempre es así, por dentro todos estamos un poco, bueno, que no hay nadie al volante, ¿no? Muchas veces. Y y aquí se ven muchos adultos disfuncionales en ese sentido, sin ir más lejos. Bueno, este que has dicho, que le le insulta al otro como si fuera eso el patio del colegio, y el padre de Vera, que es un señor que se ha tenido que hacer cargo de una empresa de vino y al que no le gusta el vino, y lo que hace es, pues a escondidas, tirar la copa por las macetas, ¿no? Para no tener que bebérselo y y así, pues sostener esta gran farsa que es esta familia.

Bueno, creo que nos vendría mejor a todos si dejásemos de fingir un poquito que que somos lo que no somos, y y abrazar también un poco esa esa torpeza o esa ingenuidad de del mundo infantil.

Ya, al final a veces se nos olvida que ser adulto es un poco en juego, porque nadie te lo enseña. Como que al principio tienes que jugar e interpretar ser adulto, en plan sí, sé hacer facturas, sí, sé cómo va pagar la luz, en plan

Totalmente, sí, no y no no tenés, no no has visto un contrato en

tu vida, ¿no?

Pero bueno, así estamos todos y al final esto esto, la rueda sigue un poco así con un montón de gente fingiendo.

Sí, literal. Pues para ir acabando,

queremos seguir con esta mirada nutrida por lo que nos pueden enseñar los niños y esta idea de del juego. Y además recuperando un poco la figura que hemos hablado de Lorena Carrington, del surrealismo, de la moral absurdo, que nos proponerte un pequeño juego que solían jugar ahí y yo los surrealistas. Y yo lo he aprendido de un libro que voy a mencionar aquí, que se llama Invitación al tiempo explosivo, fue publicado ya hace unos años en sexto piso. Y bueno, es como una especie manual en el que hay diferentes juegos que son como una vía de escape a a la lógica más normativa. Entonces, antes de empezar esta entrevista, le hemos pedido a Julia escribiese diez respuestas sin conocer las diez preguntas que le vamos a hacer, y le hemos pedido que escribiese lo primero que le viniese a la cabeza sin ningún tipo de filtro.

Entonces, ahora te pido que saques las respuestas a ver qué pasa, el experimento explosivo este. Y entonces te voy a ir diciendo en orden las preguntas y voy a responder.

Vale, pido perdón de antemano por lo que pueda salir.

A ver qué pasa. Vale, la primera pregunta es, ¿qué es un cuento? La explosión del sol.

Toma. Sí,

sí, lo he puesto.

¿Qué quieres ser de mayor?

Unas torrijas calentitas. Ay, me encanta. Literal.

¿Qué haces cuando te despiertas?

Subir por las rocas con mis sobrinos. Mira, qué bien

queda. ¿Quién es tu mejor amigo?

Llorar lágrimas como ciruelas.

¿Quién eres tú?

Siempre un gato gordo y enfadado.

¿Por qué existen las escribitoras?

Aquí he puesto pipas peladas y cacahuetes sin pelar.

¿Qué estás leyendo ahora?

Meterse en un charco y bucear hasta el núcleo de la tierra.

¿Qué hay al otro lado de la puerta?

Oír follar a los vecinos.

He puesto hostia. ¿Cómo

se

escribe un buen final para una historia?

Me gustan los ritos cristianos, he puesto.

Y la última, ¿cómo nos despedimos? ¿Qué maneras hay para decir adiós?

Y que he puesto la intuición de una chavala de trece años.

Ah, qué bien. Oye, qué guay, ¿no?

¿Ha quedado mejor de lo que creía?

La de las corrijas correntitas o la

del gato gordo, buenísima.

Sí, sí, sí.

Vamos, todo lo que quiero ser al final.

Bueno Julia, muchas gracias por acompañarnos de nuevo en el podcast, muchas gracias de nuevo a la librería de Alta Madonna

Alta María.

A la librería de Alta Marea por cedernos el espacio y y nada, queremos invitar a todos a que lean a que lean mala estrella, a que conozcan la historia de Vera, a que se enrabien con ella e imaginen con ella. Muchas gracias.

Gracias, chicas.

Adiós.

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