Entrevistamos a Sabina Urraca sobre su novela El celo. Hablamos sobre cuentos, maldiciones, deseo, poder y magia.
La Elocuente nace de la curiosidad sobre la creación artística. En cada capítulo, partimos de una misma pregunta y compartimos nuestra investigación sobre los hallazgos y misterios del proceso creativo. ¿Por qué creamos?, ¿cómo sueñan los artistas?, ¿cómo se crea en una ciudad que nunca para?, son algunos de los puntos de partida de estos ensayos en los que el pensamiento, la narración y los paisajes sonoros se entrelazan con referencias culturales y voces de nuestra vida cotidiana.
Publicado: 21 octubre 2024
Transcripción
Hola a todas, somos Pilar y Paula. Bienvenidas a La Locuente, el podcast en que entrevistamos a escritoras sobre sus proyectos literarios. Antes de empezar, queremos dar las gracias a la librería Pérgamo, en donde estamos grabando los capítulos de esta temporada.
Y hoy tenemos el placer de conversar con Sabina Urraca. Sabina es escritora, ha publicado las novelas Las niñas prodigio, seño con la chica que robaba un caballo, cha cha cha. También es editora, editó la novela Panza de burro y la actual colección de Caballo de Troya. Hoy vamos a hablar sobre su cuarta novela, que está titulada como El celo y que está publicada por Alfaguara. Muchas gracias, Sabino.
Nada, muchas gracias por invitarme. Bienvenida.
El Celo narra la historia de la humana, que es una mujer que está en paro, vive en un bajo con poca luz natural y se mantiene con un dinero que tiene ahorrado y guardado en el techo. Su única compañía es La Perra, una kiltra que se encontró de fiesta y, por alguna razón que desconoce, dejó que la siguiera hasta casa. Vomitó, vomitó. Volvió a la ciudad hace poco, huyendo de una relación turbulenta y con más miedos que planes. Lo único que parece controlar esos temblores, esa sensación de alerta son los ansiolíticos.
Pero para que le renueven la receta deberá asistir a una terapia de grupo. Allí conocerá a Metza y otras mujeres que han vivido relaciones de maltrato. Ese es un poco como el resumen de la novela.
Queremos empezar, Sabina, esta charla hablando sobre algo central de la novela y lo que debe su título, el celo. Cuando la humana adopta a la perra, no tenía en cuenta de que en algún punto la cachorro tendría su primer celo. En el parque, con los demás perros y, sobre todo, con los demás con los demás dueños, se hace evidente que es un problema. La humana tiene que controlar ese instinto, comprarle unos calzones ridículos para que no manche y, en un futuro, probablemente, esterilizarla. Es inevitable hacer un link con el propio cuerpo femenino de la humana, ¿no?
La vergüenza que encierra y el control que quiere establecerse sobre este, como cuando de pequeña veía la tele mostrando la vulva mientras se comía los uñas las uñas de los pies y la abuela le cerraba las piernas, como si fuera algo que proteger, algo puro o algo maldito, depende de dónde se mire. Y nos preguntamos, ¿cómo tener un cuerpo que desea en un mundo que parece que se nos castiga por ello?
Bueno, o sea, podemos hablar de este tema en general, ¿no? Para las mujeres, pero en concreto para la humana, en realidad, lo cierto es que es una persona que a lo largo de su infancia y su adolescencia, a pesar de que se encontraba con con con esta mirada, ¿no? Castradora del mundo, algunas veces hacia su deseo y hacia su cuerpo, la verdad es que eso, la humana se mantuvo bastante indemne, ¿no? A esto, hasta la llegada del predicador. De hecho, la humana, a mí me interesaba construir la sexualidad de la humana como algo casi mágico, ¿no?
La humana tiene esta esta cosa que se llama la fuerza, que que es que tiene un control absoluto, casi mágico, sobre su propio placer. No depende de otro, no depende tampoco ni siquiera de tocarse, sino que es algo que puede hacer casi de una forma casi paranormal, solo con el pensamiento. Entonces, me interesaba construir una sexualidad como bastante brutal y mágica, ¿no? En en la humana, para que luego, para que, de alguna forma, el predicador tuviese algo que robar, algo muy valioso que robar, ¿no? Hubo un momento en el que ella sí que tuvo como Siempre había, siempre, en primeras versiones del libro, siempre su sexualidad era bastante potente y y era, de alguna forma, inmune a estos males contemporáneos que atraviesan los cuerpos de las mujeres, ¿no?
Se se mantenía como bastante alegremente, incluso le pasan cosas, ¿no? Agresiones agresiones sexuales, ¿no? Que que a otra que a otro tipo de personaje le la podrían dejar aterrorizada. Claro. Cuando me preguntan sobre esto, yo digo, yo yo conozco, o sea, yo tengo amigas que son así, ¿no?
Que les pasa una barbaridad y te dicen, bueno, ¿no? Da igual. Y y y se mantienen porque, bueno, cada persona es un mundo, lo cual no significa que esto deba pasar, ¿no? Obviamente, debe ser castigado igual. Pero pero, claro, en el caso de la humana, es un personaje que que, bueno, que que sabe seguir adelante con alegría, ¿no?
Sin sin sin detenerse demasiado en este trauma, hasta que de pronto sí que llega alguien que sabe cómo pulsar unos botones concretos para desactivarla, ¿no?
Y para robarle. Total. Eso es una cosa que a mí yo disfruté mucho de la novela, toda esa parte en la que antes de que ocurre todo la trama con el predicador, la humana explora su sexualidad de una manera como, no sé si atípica, pero al menos como que se sale de la norma en algunas ocasiones, ¿no? Y pensé que de igual manera, aquí nos enseñan a esconder el cuerpo, nos enseñan muchas veces a esconder las emociones, ¿no? Entonces, la expresión mantener las formas alude a esa educación de recato de la contención.
O sea, siempre hay como una forma que tienes que mantener, ¿no? Se nos insta a mantener las formas, incluso cuando estamos completamente deshechas. Y en la novela La Humana, hay un momento en el que se encuentra tan deshecha que es incapaz de seguir una rutina, de seguir explorando su sexualidad, de trabajar y disfrutar de su tiempo libre, ¿no? Deja de poder seguirle el ritmo al mundo. Y cuando la hermana comienza a asistir al grupo de terapia, se dice, mira a las demás y sabe que esa hora y media no es suficiente.
Los errores que guardan, quizá, serían variables en una borrachera de varios días, una fiesta a la oscuridad que permitiera retorcerse, vociferar, bailar, arrastrarse por el suelo, tragar tierra, escupirla, arrancarse el pelo, sin turnos, sin tener que pedir la palabra, sin orden lógico, pudiendo convulsionar a gusto. Que esto me hizo pensar que muchas veces cuando nos encontramos ante un hecho traumático que nos provoca un dolor tan visceral que se escapa de los límites de todo orden lógico, aún así intentamos tratar esto bajo la misma lógica, ¿no? Aunque se haya escapado de todo orden lógico, que muchas veces es contraria a lo que nos pide el cuerpo. Entonces, en este sentido, yo creo que en el celo podemos encontrar una reivindicación de
la explosión, ¿no? De la dominación de las emociones y del cuerpo, de la dominación de las emociones y del cuerpo en ciertos momentos, ¿no? Sí, desde luego, o sea, como que yo siempre tuve claro cuando estaba escribiendo el celo que que había algo que era incontable en esas historias, ¿no? O sea, no solo porque la humana al inicio se mantiene callada durante gran parte del libro sin contar su historia y solo sabemos las historias de las demás y ella, poco a poco, ¿no? Vamos sabiendo atrozzo su historia, sino porque realmente es muy, muy difícil de contar, ¿no?
La raíz de un trauma. Una historia de este tipo, sobre todo cuando tú no eres consciente del todo todavía de lo que te ha pasado. Toda toda la la parte de la historia, ¿no? Del celo que tiene que ver con con la la terapia y con el con la con la con la violencia de género, o sea, fue una idea que se me ocurrió en un momento dado, desgraciadamente, porque hace muchos años yo viví una relación
de maltrato, estuve en una terapia de de grupo,
que no es esta terapia de de grupo, que no es esta terapia de grupo ni esas mujeres, ¿no? Este es el celo es una ficción y es un universo completamente levantado un poco de la nada, ¿no? Y estos personajes también. Pero hubo, en aquel momento, yo no me daba cuenta, alguna vez lo pensaba, ¿no? Pero de que lo que estaba viviendo, de alguna forma, en algún momento iba a ser un poco gasolina para construir una novela.
Pero sí que me acuerdo que apunté una frase. Me acuerdo que un día estaba en la terapia de grupo y, pues, otras mujeres hablaban, yo hablaba y, en un momento dado, dije, Dios mío, lo que más se parece a lo que hemos vivido, y no solo un grupo de terapia de de mujeres que han sufrido violencia de género, creo que también grupos de terapia, o sea, gente que ha sufrido diversos traumas, que se le quedan como impregna, que le impregnan absolutamente por dentro y por fuera, ¿no? O sea, lo que más se parece esto es a una maldición de cuento, ¿no? En el que llega una bruja y te dice, ¿no? Va a pasar esto y esto, y tú no puedes luchar, ¿no?
Contra ese designio, contra esa maldición. Estás como maldita ya. Entonces, por eso,
utilísima, siempre que te la tomes como en serio, casi como un trabajo, ¿no? Sobre ti misma. Pero sí que hay un punto de de desfallecimiento, ¿no? De decir, ¿cómo voy a contar yo todo esto? O sea, es imposible.
Sí, es que hay cosas que parece que son increíbles, que nadie las podría creer, ¿no? Y que parece que se salen, y esto es algo que me interesaba también contar, que se salen de de se salen no solo de la lógica, sino salen del esquema, ¿no? De los estereotipos que nos han dicho, ¿no? Sí. Aún hoy, cuando yo lo cuento igual en una entrevista y me dicen, ah, tú viste algo hasta, pues, ay, no.
Y veo esa mirada de, ay, pues, no te pega nada, ¿no? Y dices, ya, a nadie le pega nada, ¿no? O sea, hay gente que puedes decir, bueno, pues sí, ¿no? Hay una autoestima más frágil, hay más. Por eso, precisamente, me interesaba que la humana fuese un personaje muy potente, y que muchas de ellas, o sea, Mecha a mí me parece que es una tía muy potente.
La vieja tiene mucho carácter. Wendy es una tía sin hablar tanto como las demás y tal, porque tiene una plomo y una calma, ¿no? Pero, al mismo tiempo, todas están viviendo esa maldición que la les hace imposible la vida.
Es que son mujeres fuertes, al final, o sea, que han echado cara en de diferentes formas a la vida y que también eso es muy interesante lo que dices, en plan quería construir un personaje que fuera segura de su placer, que fuera fuerte y tal. También un poco de como nadie se salva de esta maldición, ¿no? Lo que decías. Y más adelante sí que queremos tratar el tema del cuento, porque es un tema que nos interesó mucho, porque es algo que se va repitiendo a lo largo de la novela. De hecho, escuchamos una entrevista tuya en que decías que a la humana y a la perra les habías nombrado la humana y la perra, como también un poco para hacer esta idea de de fábula, Y un poco retomando lo que decía Paula sobre la explosión y la dominación de las emociones que tenemos, que lo vemos durante durante la novela, que está esta cosa más instintiva, siempre me cuesta muchísimo esa palabra.
Como un mixay.
Sí, estoy soy así, disléxica también. Y, pero también vemos que está el tema del control químico, ¿no? En contraste. O sea, en el grupo de terapia se produce un intercambio de pastillas ansiolíticas que dejan a las mujeres adormecidas, relajadas, y yo no pude evitar pensar en mi año de descanso y relajación de Othess atmmosphere, que espero que se pronuncie así. Allí la protagonista decide pasarse un año durmiendo a base de orfidales, y esto lo hace porque está fatigada, apática y, de cierta forma, harta del sistema en el que se ha visto envuelta hasta entonces.
Y creo que, bueno, en el caso de las mujeres del grupo de terapia, la y la humana, podríamos decir que la medicación funciona como una fórmula para no sentir vértigo de un mundo que sigue girando, a pesar de que ellas son incapaces de seguir a bordo?
Pues, absolutamente, ¿no? O sea, como que la la anapolexa, que por cierto este medicamento no existe. Ya, eso me miró. Lo busca Vale, vale, porque me escribe gente en plan rollo, pero no lo encuentro, ¿no? Como gente desesperada para que lo quieren
¿Me lo quiere tomar?
Sí, sí, en un principio era era un medicamento que realmente sí existía, pero sentía que para escribirlo lo tenía que probar y me que y tenía como el deadline de la entrega de la novela, y dije, mira, ahora no te vas a poner a probar ansiolíticos para ver, ¿no? De forma documental. Entonces, me inventé la Napolexa, que un poco obedece, ¿no? O me servía para todas las todos los recursos narrativos a los momentos, ¿no? Para todas las lo que los requerimientos de la narración, ¿no?
Sí, o sea, obviamente esto, bueno, esto es algo que le pasa a los personajes del libro y es algo que le pasa a muchísima gente, ¿no? Hay un altísimo consumo de ansiolíticos. Yo misma, de vez en cuando, me tomo un un diacepán en plan, bueno, me lo merezco o no, no puedo más con esto, ¿no? Como de forma puntual, casi como un premio. Entonces, me interesaba al al escuchar, sobre todo, a gente hablar, y a muchas mujeres hablar de esto, ¿no?
Del consumo de de ansiolíticos. Muchas veces, no de forma regular, pero sí como algo, a veces lo necesito, ¿no? Necesito una pausa y piensas mucho en esta inmensa carga que llevamos las mujeres, esta inmensa carga mental en la que no solo tienes que, te tiene que ir bien profesionalmente, sino las relaciones amorosas y, entonces, también tienes que ser guapa. Y es que además tienes que ser amable con los demás y quedar bien con todo el mundo, acordarte de todo, de los cumpleaños, invitar a alguien a tu casa y darle de comer algo que esté. O sea, es como que parece que hay que rellenar todas las casillas, todas las casillas, ¿no?
Y en el caso de las mujeres, esto es exagerado. Estamos rellenando casillas constantemente. Entonces, yo pensaba, claro, estas mujeres encima tienen como un pedazo ya de casilla, ¿no? De que es este sufrimiento del que no pueden salir. O sea, la vieja vive dentro de él y no va a salir, ¿no?
Hasta que su marido se muera. Mecha es adicta a su pareja, no ha conocido otra cosa. Casi ese maltrato del Briones es su zona de confort, es lo que ella conoce como zona de confort. Entonces, pues, claro, y Wendy vive atrapada, casi Wendy podríamos decir con su marido muerto, que es la que más atrapada, está en una maldición, ¿no? Porque la ha impregnado de alguna forma ese ese designio de su marido de no, tú si me dejas, o sea, me vas a dejar y yo me voy a matar, pero tú te vas a pudrir por dentro, ¿no?
Y de repente ella le da esta endometriosis como brutal, ¿no? Que el que empieza a tejer, ¿no? Por por diferentes órganos y la tienen que abrir de vez en cuando y sacárselo. Y ella, claro, se toma eso tan en serio que incluso llega a dejar a a una pareja que tiene, en la actualidad, que es un tipo bueno, que se ocupa de las hijas de Wendy, que, o sea, llega como a sacrificar la posibilidad de la felicidad por miedo a esa maldición. Entonces, dices, yo, es mío, estas mujeres necesitan una pausa en algún momento, ¿no?
¿No? Y esa pausa solo se la da, pues, esta napolexa que la vieja le les les, que con la con la que la vieja trafica, ¿no? Y que les
da. Otro consumo químico que aparece en la novela es el MDMA, que me ha parecido muy interesante cómo aparece porque, bueno, es un efecto contrario completamente al de los ansiolíticos, ¿no? Mientras que en los ansiolíticos de los que acabamos de hablar buscas anestesiarte por completo, el cuando tomas m te conduce a, y una cita que hemos sacado el libro, te conduce a un claro luminoso del bosque oscuro de adentro, ¿no? La narradora lo compara con la oxitocina que se libera al momento de parir. Esta hormona, de cierta forma, te obliga a amar al bebé a a pesar de que el parto es un hecho traumático, ¿no?
Pero la, para la humana, el MDMA sirve como un imperativo químico que le dice, vuelve a ser feliz, vuelve a sentir como antes, ¿no? Como o como un recuerdo, ¿no? Como un recuerdo de la felicidad que ya, a la que ya no puedo alcanzar. Y quería hablar un poco, comentar este tema, porque también yo siempre he sentido que muchas veces se puede consumir MDMA en un en un contexto de fiesta o lo que sea, como quizás, o sea, porque te apetece, o también como para forzarte a un estado que ya que no lo tienes en ese momento, no? En plan, en realidad estoy súper deprimido a social, no me apetece estar aquí, pero te tomas MDMA y como que te creas ese estado de una manera como artificial, ¿no?
Entonces, no sé, quería ver, ¿qué sentido tiene la novela para ti?
Sí. A ver, yo necesitaba, bueno, así como la Napolexa, o sea, la Napolexa, la necesidad de ansiolítico de la humana es necesaria en la novela para que la humana avance y vaya a la terapia de grupo, ¿no? El psiquiatra de la seguridad social le dice, no te puedo seguir recetando diacepanes, te he hecho un montón de recetas, me estás diciendo, no estás yendo a terapia, te voy a Y encima ve signos, le ve que tiene marcas, ella no quiere hablar, ¿no? En un momento le pregunta, ¿está vive él contigo? ¿No?
Y ella, no. Y ella se asusta y, entonces, él inmediatamente aún ata cabos de forma errónea, en realidad, ¿no? Porque ve unas marcas que, en realidad, no, no le ha hecho él. Él está lejos, pero él en realidad, ¿no? Porque veo unas marcas que, en realidad, no no le ha hecho él.
Él está lejos, pero él ata cabos y, bueno, por una suerte del azar, ¿no? La la manda a este grupo de terapia, es la la condición para seguir recetándole esto. Entonces, de igual forma que ese es el motor que lleva la humana a a ese lugar previamente, el motor que lleva la humana a llevarse a la perra a casa es el MDMA, ¿no? Esto es cierto, esto no no es que lo diga la humana ni que lo diga yo. El el efecto del MDMA, del MDMA, bueno, o sea, es que también, pues, no.
Ya.
Y, o sea, que digo que a todo el mundo le pueda pasar esto, el efecto del MDMA, bueno, y de la oxitocina, ¿no? Que es esta hormona que se segrega muchas otras veces, o sea, también con el sexo, o sea, y con experiencias placenteras. Pero en en el embarazo, no saben si hay un embarazo, pero sí en el parto se segrega, hay como un chute brutal, porque en realidad estás sufriendo un dolor horrible, inmediatamente alguien que te ha provocado un dolor horrible, ¿cómo vas no? A quererlos, como que vas a estar aterrorizada, o quizá, no? Poder, pero ahí, pero el el cuerpo es sabio, ¿no?
Ahí ahí, una vez leí que decía, básicamente, es el bebé droga a la a la madre para que lo quiera, ¿no? Y, en realidad, es
eso, el
bebé es como un señor que se te acerca en una fiesta, ¿no? Y toma, ¿no? O sea, te te te echa algo en la Copa de Baliance con eso. Ha sido ha sido perverso ese
Te ve tan indefensa y eso de Raca.
Sí. Entonces entonces, al al leer sobre esto y leer también sobre las terapias con MDMA, ¿no? Que esto es verdad, o sea, bueno, a mí el MDMA es una droga, las pocas de las pocas drogas que me interesan, me gustan, he tenido buenos momentos con ellas, y y, entonces, me me puse como a leer y encontré estos experimentos que se están haciendo cada vez más. Bueno, ya hay pruebas pautadas a pruebas médicas, no son experimentos, son son, o sea, ni siquiera son pruebas, son son tratamientos. En algunos países en los cuales, pues, si tú has tenido una depresión continuada durante tanto tiempo, te recetan una toma pautada de MDMA, y entonces pasa eso exactamente, ¿no?
Que, bueno, yo lo explico con una metáfora, pero es como que cuando tomas el MDMA, avanzas, ¿no? Hasta ese claro del bosque a machetazos, abriendo abriéndote pasan esa selva oscura en la que estás, y de repente, llegas a ese claro del bosque, cuando al día siguiente te despiertas, puede ser que hayas desandado el camino, pero el camino todavía, sí, ya ya tú ya lo has limpiado a machetazos y, entonces, de alguna forma, todavía está despejado, ¿no? Y puedes andar de nuevo hacia la felicidad o un estado mejor, ¿no? Puedes, de alguna forma, como que te te te enseña el camino para salir de la depresión, ¿no? A través de un estado alterado de la conciencia.
Entonces, claro, era, ¿por qué la humana estando tan destruida como está iba a llevar a la perra a su casa, no? Si ya Lo que pasa es que en ese momento, bueno, le hace todo gracia, le parece que está todo bien, de alguna forma está suspendida en un estado y luego, más adelante, también le pasa con la con la Napolexa, ¿no? Que sería suspendida en un estado que la hace juzgar la realidad de otra manera, recordar las cosas un poco diferentes, ¿no? Desde otro prisma. Claro.
Sí, o sea, y también es eso, o se lo va enseñando un poco, también le va recordando lo que es la felicidad, ¿no? También de cierta manera. El, o sea, el volver a, o sea, al consumir y pasar ese llegar a ese claro oscuro, también es como volver a recordar cuando cuando era feliz y se estaba todo bien.
Sí, incluso con la Napolexa le pasa un poco eso, como que sus sentidos se relajan y de repente empieza a recordar una historia de amor. Bueno, vuelve a ser ella, vuelve a ser ella durante el tiempo, porque empieza a recordar su historia de amor con Daniel, ¿no?
Que poco
a poco vamos entendiendo lo que es, pero Tal cual.
Bueno, y volviendo un poco al tema que hablábamos antes de de los cuentos y la importancia que tiene en la novela, Un cuento parece algo simple, pero en realidad es algo muy complejo, ¿no? Los cuentos de la abuela, por ejemplo, sirven para divertir y asustar a la humana de niña, pero a la vez repiten una tradición heredada que a veces es difícil de romper. También, como bien dijiste en la entrevista que hiciste en Beau, hay un peligro en creer en esa especie de magia, como lo que nos comentabas antes del tema de la maldición. Es peligroso creerte la magia de los cuentos y luego también chocar con la realidad, Y pienso en otro tipo de historias que se cuelan entre los cuentos de la novela, que son las confesiones. Las confesiones del grupo de terapia y la propia confesión de la humana, que es incapaz de articular en voz alta.
Y nos nos preguntábamos, que, ¿cómo se hace espacio a la confesión en un mundo en donde donde parece que priman los cuentos?
Ya, esto es curioso. Sí, o sea, me me parece muy curiosa esta pregunta. Es verdad, los cuentos son muy importantes en el libro. Me interesaba, sobre todo, lo de los cuentos y también fue una decisión como de una segunda versión. Yo necesitaba que la humana, igual que necesitaba en un momento dado que fuese un personaje fuerte y tuviese una sexualidad mágica, que el predicador quisiese tuviese deseo de robar, también necesitaba que la humana tuviese una debilidad o unos botones, ¿no?
Que al ser pulsados la desactivaran o la rindieran un poco a los pies de alguien, y esos son los cuentos. Esto casi podría decir que es en lo que que es lo lo que más le he dado de mí misma a la humana. A mí siempre me han interesado mucho los cuentos, no solo los, o sea, todo tipo de cuentos, porque, como veis, en las historias de la abuela se mezclan desde cuentos del pueblo a historias como un poco más construidas
O cotilleos.
Cotilleos, ¿no? Historias de alguien que hizo algo. Y luego también están como un poco los cuentos clásicos casi, ¿no? ¿No? Entonces, al al al haberse construido un poco la mente de la humana alrededor de estas historias y alrededor de la fascinación hacia estas historias y al, finalmente, la humana haberse dedicado a algo que a ella le parece como una
profesionalización de esa de esa fascinación por los cuentos, que es la publicidad, ¿no?
Y contarle cuentos a la gente para que por los cuentos, que es la publicidad, ¿no? Contarle cuentos a la gente para que se los crea y ella disfrutar tanto de ese trabajo, porque a la humana le gusta trabajar en eso, ¿no? De pronto, claro, la hace especialmente vulnerable para alguien que viene y le y le habla en ese en ese idioma de nuevo, ¿no? Sobre todo cuando él repite incluso cosas que hace la abuela de la humana, ¿no? Como hacer la cama con ella adentro, como si ella no estuviese.
Entonces, claro, ella entra en esa magia, ¿no? Como que, de alguna forma, él toca toca botones de ella que que que que ella los tenía casi protegidos en una cajita en la infancia y, entonces, ella se desactiva de alguna forma. Me parecía interesante esto porque con lo, a raíz de lo que hablábamos antes, de que cualquier persona, si le da el le alguien, por muy fuerte que sea, por muy infalible que se crea, si le pulsa, si llega alguien que sabe pulsar los botones adecuados, puede ser desactivada, ¿no? Pues esta era este era como un poco el el cuadro de mandos, ¿no? Por el cual el el el predicador podía hacer clac clac y y apagar las luces de alguna forma.
Entonces, me me interesaba mucho eso. Pero luego, también me parecía interesante cuando cuando me has preguntado esto, que pones como los cuentos frente a las confesiones, me parecía interesante lo difícil que es contar, por ejemplo, en un caso de alguien que ha sufrido una relación de violencia de género, que es algo complejo, siempre distintas unas de otras. Claro que hay puntos en común, ¿no? Pero últimamente se se, como que yo veo que se cuenta siempre el mismo cuento, incluso lo veo, pues, por ejemplo, en Instagram, ¿no? ¿Cómo saber que estás en una relación con un perverso narcisista?
Y entonces te pone, uno, no sé qué, no sé cuánto, dos, no sé qué, no sé cuánto, tres, ¿no? Y parece que si no cumples todas esas cosas o hay algo que es diferente o, de repente, tal, ya no, ya no es, ya no es, ¿no? Y y corremos este peligro, ¿no? De ser tan reduccionistas o de ser tan simplistas o de contar unos cuentos tan cerrados que no haya posibilidad para la concesión, para la historia compleja, para la historia real. Entonces, por eso me interesaba como un poco meter estas historias de estas mujeres que son como muy extrañas, ¿no?
O sea, cualquier persona diría, hostia, la vieja con su primer marido, un día huyendo de su primer marido en coche con su hija de quince años y su hija, diciéndole, mamá, por favor, no des la vuelta, no des la vuelta, no des la vuelta. Y en un momento dado, la vieja da la vuelta, vuelve a casa y deja encerrada a la hija en el coche para que no le pueda impedir subir, ¿no? Porque no no no sabe vivir de otra forma, ¿no? Esto me parece que, a nivel social, a la gente le cuesta muchísimo comprenderlo. Solo quieren el cuento perfecto de la víctima perfecta, el el maltratador perfecto, que tampoco existe.
O sea, tampoco existe el personaje sin fisuras. Siempre hay fisuras, siempre puede ser un tipo encantador, majísimo, bueno con otros, ¿no? Entonces, por eso me interesaba como poner un poco frente a frente, o sea, las las confesiones frente a este cuento que ya nos han contado mil veces. Ya sabemos lo que es un maltratador, ya sabemos lo que es la violencia de género, ya sabemos, pero, en realidad, no lo sabemos, porque la complejidad que hay dentro de una relación así solo la conoce, pues, alguien que ha vivido algo así,
Claro. Entonces, en ese sentido, en siento que la novela aparecen, cuando aparecen confesiones, es en el grupo íntimo de el grupo de terapia, que todas comparten sus propias experiencias, cada una diferente, pero como que se llegan a comprender. Y por otro lado, siento que también hay confesiones en los foros, ¿no? Que es como una manera anónima de confesarse. O sea, es como o necesitas una confianza plena porque sabes que la otra persona no te va a juzgar, te va a comprender, o necesitas que no te conozcan absolutamente nada.
Exacto. Para poder mostrar esa confesión, ¿no?
Exacto, exacto. Sí, sí. Jo, además esto me da una idea para una cosa que estoy escribiendo, lo de que lo de la confesión anónima de los foros, ¿no? Bueno, a mí los foros me encantan, o sea, en general la escritura en Internet me gusta muchísimo, me gusta la literatura inconsciente que yo veo en Internet, ¿no? Mucha gente hablando y una de las cosas más interesantes de los foros o de cuando la gente se pone a comentar, pues, masivamente un vídeo de Rosalía, ¿no?
Y a opinar sobre su vida, que a mí me divierte muchísimo, ¿no? Cuando es como cuando es algo como popular.
Claro.
O una noticia o los foros de noticias del país, ¿no? Y son que son un montón de señores jubilados, incluyo, que se levantan por la mañana, se duchan, se toman cinco cafés, ¿no? Y se ponen ahí a discutir entre ellos, y se conocen ya, que esto es fascinante. Pero no dejan de estar amparados por este anonimato. A mí a mí esto me me fascina absolutamente, yo leería solo esto, y una de las cosas que más me divirtieron del celo era crear, porque yo me he divertido mucho, es que en este libro sufrí mucho al principio, pero luego al final me lo pasé muy bien, es es crear estos foros falsos, estas conversaciones de WhatsApp falsas, ¿no?
Con todas sus faltas de ortografía, con todos sus giros del lenguaje que cambian según de dónde es cada persona, inventándome estos nicknames. O sea, todo eso a mí me divierte muchísimo, muchísimo. Y yo siempre he visto los foros como una especie de de oráculo, ¿no? Al que tú acudes y le dices, por favor, ayúdame, ¿no? Y y la las grandes confesiones, en realidad, se las hemos hecho a Google, no a nuestras aulas.
Cuál. ¿Sabes? Tú miras el historial de cada persona y ahí dices, dios mío, o sea, creo que es, creo que es lo que más me asusta, que alguien pueda ver de mí. Creo que a mucha gente le pasaría, ¿no? Porque tienes curiosidades absolutamente horrorosas, manías muy locas, hipocondrias secretas y, de pronto, ahí está Internet que te te lo puede responder todo.
Y puedes hablar con gente que igual tiene el mismo problema o la misma inquietud y, entonces, te vas metiendo en un mundo que, bueno, yo, por ejemplo, en el foro en femenino, que eso es como una especie de agujero negro, que hay conversaciones sobre todo tipo de cosas, yo hubo un momento que dije, no quiero entrar nunca más aquí. O sea, porque me está me está haciendo daño. O sea, me está haciendo daño. Sí, sí. Uf, ah, primero sí,
la por las
La cantidad de historias que
Historias espeluznantes, gente con unas ideas, o sea, tan perdida dentro de sí misma, dentro del mundo, que era como, ¿pero cómo se puede ayudar a esta persona, no? Gente diciendo cosas falsas absolutamente sobre temas de salud sexual, de, no sé, o sea, creo que una de las cosas más fuertes que me ha pasado en foros es que una vez estuve mucho rato hablando con una persona, era una chica, ella se identificaba como como chica, que me decía que ella creía que ella era intersexual, es decir, que creía que sus genitales no se correspondían exactamente. Y entonces me dijo, ¿te los puedo describir? Y hubo, o sea, y me los describió, y hubo un momento en el que yo pensé, ¿esto puede ser real? Y yo estoy ayudando a esta persona.
Pero claro, solo un médico yo le decía, tienes que ir a un médico, o sea, yo no te lo puedo decir, ¿no? Y al mismo tiempo me pensaba, ¿y si es un tío asqueroso? ¿Sabes? Y me estaba vacilando y de repente le voy a decir, porque me decía, ah, porque me decía, ¿te puedo mandar una foto? Y le decía, no.
O sea, no, no, no, estás, no, no, no, estás loca ni de coña, no, no, no. O sea, y pensaba, pues, va a mandar una foto polla, ¿sabes? Es de esto que ya no sabía con quién estaba hablando, ¿no? Pero yo sigo pensando que era real esa conversación y que esa chica realmente tenía esa duda, ¿no? Que tenía esa inquietud.
No sé, bueno, o sea, que yo he vivido como cosas tan raras hablando por foros, ¿no? Con gente que no sé quiénes son, ni siquiera sé en qué país están, que me que me parece el lugar perfecto para que salga, para que brille como lo más oscuro y lo más luminoso del ser humano, casi.
Me gustó eso que dijiste de de que
se forma una literatura propia y casi que es un género en particular, ¿no?
Y es literatura inconsciente. Claro. O sea, y hay algo mágico también. Bueno, en la escritura en redes en general, incluso cuando es un poco consciente, la literatura es mucho más fresca y fluye mejor, ¿no? Cuando te pones a escribir un libro es como, no, voy a escribir un libro, es como algo como serio.
Y en cambio, en redes, yo me doy cuenta que yo escribo muchísimo mejor en redes, por ejemplo, ¿no? Como que voy más suelta, estoy mejor. De hecho, cuando hay hay hay trozos siempre de mis libros que son tomados de cosas que yo he escrito previamente en Instagram, que se las doy a mis personajes. Pero como que me noto como una soltura que yo no tengo cuando estoy escribiendo un libro.
Es por lo que dices, como al ser menos serio, menos, sin tanta palabra enfermaria, como que te te brota de dentro, ¿no? Bueno, y otro aspecto que, volviendo un poco también al tema de los cuentos y que no queremos dejar de comentar, es su componente oral, que dice la humana, la abuela analfabeta guardaba tesoros que la nieta no podía leer en ningún sitio. Ahora, de hecho, lo estoy pensando un poco como el tema de esto ya fuera de John, se me ocurrió que también incluso como que los foros un poco materializan ese componente oral, ¿no? A pesar de que está escrito, es como la la nueva forma de de él me contó eso tal, que se va a ocurrir como más espontáneo, ¿no? Sí, sí, totalmente.
Bueno, pero la pregunta era que en ese sentido, tanto la confesión, que era lo que estábamos hablando, como el cuento, necesitan de alguien que los escuche para existir. Y cuando la humana comienza a sentir consuelo, es en las cervezas de después de terapia, en las charlas en las charlas distendidas, en las tardes que se pasa echada en el sofá con la mecha. Ahí es donde se siente acogida y cuando recién comienza a plantearse hablar. Y a veces eso es lo que necesitamos, encontrar a alguien que ha sufrido como tú y te escuche toda tu complejidad y contradicción. Incluso, bueno, pensando también un poco como en estos foros en que la gente va a pedir ayuda, lo
que necesitan es eso, que alguien les escuche. Sí, es fuerte porque incluso, y eso me parece importante, ¿no? Incluso dentro del mismo grupo de mujeres, ¿no? Que quedan después yo la terapia de forma, de alguna forma, como que no no reglamentaria, porque se supone que después de una terapia de grupo no debes quedar con la gente fuera, pero estas mujeres, pues, como has leído tú en este fragmento al principio, necesitan vociferar, convulsionar, gritar, o sea, como que no hay fin. Nunca van, parece que nunca van a terminar de contar, nunca van a poder saciarse de contar su trauma, ¿no?
Su historia, su miedo, su terror, su el daño que han sufrido. Entonces, una de las cosas que me interesaba es que incluso entre ellas mismas compitiesen, ¿no? Que eso lo hacen en el dentro del grupo de terapia, pero se invalidasen, porque la porque me echa y un momento en el que le dice a la humana como como, qué tontería, ¿no? O no, le dice a Wendy, le creo, así le dice, pero qué tontería, ¿no? Si está muerto, ¿por qué tienes tanto miedo, no?
Y la humana, en cambio, sí que entiende a Wendy, ¿no? Entonces, o sea, es como que de alguna forma creo que que que no hay como un grupo perfecto de amigas, sororidad y no sé, o sea, eso no existe, eso no existe en ningún momento, no
hay nadie que te vaya a entender perfectamente con cada cosa, cada trauma que tengas, ¿no? Y a mí me
parece interesante como construir un grupo en el que compitiesen, se pisasen las unas a las otras, se dijesen, esto es una tontería, ¿no? Se invalidasen también en algunos momentos. Lo que pasa es que, bueno, es lo más parecido a la comprensión que tienen, ¿no? Estar ellas juntas.
Estoy pensando ahora en el, no vamos a ser spoiler, pero en el momento en que la humana le cuenta más o menos lo que le ha pasado a la mecha, la mecha responde con risa. Entonces, es una forma también como de esta como cosa más instintiva, pero es otro tipo de risa. No es la risa del predicador, es una risa que de cierta forma libera también.
Totalmente. Bueno, también es que ahí van, o sea, ahí se han tomado de MDMA, ¿no? Y hay como hay como una distinción en todo. Un poco. Y de pronto, claro, Metza con esa risa es como que hace que esa maldición que la humana realmente cree que la persigue, esa prohibición de hablar, como que Metza se ríe, como qué tontería, ¿no?
Como que lo banaliza, lo trae a la tierra de verdad y, entonces, la humana dice, no hay peligro. Realmente, la maldición no no no pasa nada, no no hay maldición, es una tontería, es verdad, ¿no? Porque por un momento toma contacto con lo con lo tangible, ¿no? Porque Mecha, aunque no es nada práctica, porque vive, ¿no? De alguna forma adicta a su a su a su marido, es una persona como mucho más material, ¿no?
Es más práctica, es como que todo todo es tangible, ¿no? Te hace unas manitas de cerdo, te cocina, no sé qué, necesita hacer cosas materiales, ¿no? Entonces, cuando la humana le cuenta esta historia de maldición, de no sé qué, me echas, se echa a reír, ¿no? Y decir, pero criatura, ¿no? ¿Qué qué qué me estás contando?
¿Qué es esto? Y por alguna razón, esa forma de tomárselo como que para la humana funciona, ¿no? Durante un momento, muy poco, hasta que la perra desaparece.
Ya. Hemos visto que la humana, que para la humana los cuentos son muy importantes, ¿no? Incluso a la hora de explicarse a sí misma lo que le ocurre con el predicador, lo se lo cuenta a sí misma, como si fuera una historia, no una fábula o algo así de una maldición tal. Pero creo que los cuentos son una narra, narraciones que nos acompañan y constituyen a todas de alguna manera, ¿no? Como que eso forman parte de quienes somos y de cómo entendemos el mundo.
Y casi intentamos, siento, hacer una narración de nuestra propia vida muchas veces, ¿no? Porque a ti cuando te pasa algo, le das un orden a las cosas que te pasan y se las cuentas a alguien ordenándolas de alguna manera que sea comprensible, ¿no? La vida está llena de complejidad, como hemos dicho antes, que muchas veces creo que es muy difícil contar ciertas cosas de de esa manera comprensible, como si fuera una una historia o un cuento, ¿no? Me gusta mucho hablando de esta escena de, bueno, no sé si es justo esta escena, pero cuando Metcha y la humana se hacen más amigas y le pregunta la humana a Metcha que cómo se enamoró de de su maltradador, ¿no? De cómo cómo es posible que llegases a enamorarte de Alina así, ¿no?
Y ella le responde como todo se mezcla, nada es tan fácil, ¿no? Entonces, me parece un poco paradójico, no sé qué opinas tú, pero me parece paradójico que los cuentos sean los que nos ayudan a entender la vida y al mismo tiempo no podemos explicarla de
la misma manera que contamos un cuento, ¿no? Exactamente, sí. O sea, de hecho, esto es esto es verdad que es una característica como que en la humana yo la he acrecentado, pero que es algo que está presente absolutamente en la vida de de casi todo el mundo. Creo que hay gente como ultra práctica que es capaz de vivir con la idea de que la vida es una narración absurda, porque es lo que es, que no tiene un sentido y que las cosas no tienen por qué ir bien necesariamente, ¿no? Pero a la mayor parte de la gente, y me incluyo en esa parte de la gente, nos ayuda o tenemos casi como como la como un tick, casi como un un tick psicológico, ¿no?
Que hace que que que nos lleve a nos lleva a ordenar todo en una narración con con un cierto sentido. La la idea de destino, la idea de casualidad, la idea de soñar con algo y que suceda algo parecido, la idea de conocer a alguien que, de repente, nos cuenta algo que nos contaba también, ¿no? Nuestra abuela, la idea de coincidencia. O sea, todo estas, todo este tipo de cosas que nos suceden constantemente, hay gente que las vive como casualidades y hay gente que tendemos más a No podemos evitar una una mirada mágica sobre el mundo, ¿no? Yo no la puedo evitar y tampoco quiero evitarla, ¿no?
Pero soy consciente de que eso te puede hacer mal. Me acuerdo que cuando estaba escribiendo el celo, tenía una Totebach, que ahora la estaba buscando y no la encontraba, por cierto, que ponía, era de una librería de de de Donosti, que ya no existe, que era maravilloso, Tobach Covey, se llamaba, y que ponía ponía en euskera Un libro nunca mató a nadie. Y y y, de pronto, me acordé que cuando estaba escribiendo el celo llevaba mucho ese bolso y un día lo miré y dije, o sea, no, pero sí, de alguna forma, la literatura o la forma de tomar, ¿no? De tomarnos la vida literariamente, de ver muchas películas, de impregnarnos de esa maldición que es la ficción, ¿no? De esa maldición y esa bendición es maravilloso, pero impregnarnos impregnarnos de ese tipo de narraciones nos lleva a que algunas veces interpretemos los hechos de la vida como señales, maldiciones, ¿no?
Todo esto. Como que, de repente, eso que debería ser una ayuda, ¿no? De pronto se puede convertir en una especie de lastre que no nos podemos quitar de encima, casi como una religión,
¿no?
Esto es lo que a lo que más se parecería sería una religión. Y yo lo siento un poco como una religión, o sea, para mí las historias son una religión, ¿no? Y creo que para la humana también.
Total. En este sentido, como ya hemos dicho antes, la humana cuando es pequeña y descubre su propio placer sexual, lo llama como si fuera un elemento de un cuento, que es la fuerza, que ya hemos hablado antes al principio de esto, que es una forma de referirse a esa pulsión y esa esa manera de referirse a esa pulsión sexual la mantiene hasta que es adulta, que es la llamada fuerza. La guarda como un poder, como la habilidad secreta del protagonista de un cuento. Y hasta que la humana muestra su secreto a su pareja en un momento de confianza plena, pero la respuesta que recibe es la ridiculización, que es cuando has dicho que el predicador se lleva ese, ese esa cosa de valor que tenía ahí guardada, ¿no? La escena de la sirenita.
Entonces, esto nos ha llevado a preguntarnos si amar consiste en mostrar nuestro secreto y confiar en que la otra persona lo reciba con cariño. Pues, puede, una una
de las cosas a las que amar consiste en tantas cosas, son muchas cosas, ¿no? Pero sí que es verdad que hay algo, ¿no? De de mostrar, casi es como mostrar tu historial, ¿no? De búsqueda en Internet y decir, yo soy esto, ¿no? ¿Qué te parece?
¿No? Y que la otra persona me indignen y me lo
han dicho.
Claro, pero que la gente sea capaz, que que otra persona, ¿no? Y esto no solo con la pareja, sino también con los amigos, que la otra persona sea capaz de recibir eso, ¿no? Como se merece, ese secreto, ¿no? Que que existe siempre en todo el mundo. Sí, pues creo que es una de las, o sea, creo que es uno de los principios casi de la relación íntima entre seres humanos, ¿no?
Mostrar ese ese secreto escondido.
Aunque pensáis que, esto es una pregunta que
se me acaba de acuerdo, pero ¿pensáis como que todo el mundo al final, si
se enamora o si si si encuentra o consigue construir una relación de confianza plena y tiene un secreto, ¿lo contaría o creéis que hay personas que se guardan algo de ellas mismas para siempre o tenemos siempre esa necesidad de contar? O sea, a mí me pasa que Lo berseri. Yo soy un poco berseri,
la verdad.
Y yo también.
Pero no sé, o sea, me costaría imaginar, bueno, no lo sé, la verdad. Hay un ¿Lo contáis?
¿Se lo habéis contado alguna vez todo a alguien?
Todo, todo, no.
Yo no.
Yo creo que siempre algo queda, ¿no?
Claro, yo creo que nunca contaré todo a alguien. Igual, no son cosas súper importantes, pero, no sé, también me parece bien, ¿no? Como guardar algunas cosas.
Algo tuyo.
Sí, que no tienen por qué ser algo malo ni que te avergüence ni nada, sino que, simplemente, es tuyo, ¿no? Y está ahí, pero,
o sea,
que no no creo que el amor sea contarlo todo necesariamente, ¿no? Es otra cosa, no sé.
O sea, de hecho, puede ser como amor hacia una misma el decir, pues tengo esta cosa, tengo este poder y lo y además no como no contarlo, se siente como incluso mágico.
Claro, es algo bonito, ¿no? Contigo misma. Es como algo Creo que es una de las cosas que además mantenemos de la infancia. En la infancia, como no tenemos el lenguaje para contar lo que estamos sintiendo, todavía no Es muy fuerte, ¿no? El momento en el que sentimos cosas que no podemos explicar, a mí me pasa también de mayor.
Incluso escribiendo, veo que hay cosas que me que me frustro porque no sé explicar exactamente alguna emoción, alguna sensación concreta, pero de niños que no posees como lo básico del lenguaje. Entonces, no puedes, yo recuerdo, sentir un montón de cosas de niña, pensar un montón de cosas de niña, ¿no? Y no contar prácticamente nada, porque es que no sabía cómo se contaba eso. Entonces, de alguna forma, en la adultez, si mantenemos algunas cosas en secreto, es como una intimidad como infantil, ¿no? Que a mí me parece me parece bonita mantener ese esa niña que mantiene esas cosas en secreto.
He empezado, bueno, he empezado a ir a un taller, bueno, que es de escritura creativa y lo cuento aquí, pero me da igual, pero me hace mucha gracia, porque una de las cosas que nos dijeron al principio era como venid este taller como si estuvieseis teniendo un amante secreto, ¿no? En plan, como no se lo contéis a todo el mundo, porque a lo mejor esto es algo que alguien va a ridiculizar o o como que te va a hacer sentir mal por venir o lo que sea, pues tú colacelo para ti misma. Y me hizo mucha gracia eso como nuestra amante secreto, que se llama un taller de escritura creativa, ¿sabes?
Lo que pasa es que overerie. Me parece me parece una, me parece interesante, porque es bonito como también porque, bueno, o sea, a ver, pues no no quiero como ser gafe ni nada, pero que cuando que muchas veces, pues, yo que sé, te apuntas al taller, te apuntas a no sé qué, ¿no? Y de pronto, es como si te apuntas al a ir a la piscina y se lo doy cuentas a todo el mundo, y luego, de pronto, pues no te gusta mucho, no tal. Y bueno, vas un tiempo, pero luego dejais de ir y parece que hay un fracaso ahí, ¿no? Me parece interesante y que le aporta un punto como de secretismo, dan como más ganas de ir, ¿no?
A algo que es secreto. Sí. Y y da y parece que que, o sea, me parece buena idea, como nunca lo he hecho yo en los talleres que doy decirles, no, eso no se contéis a nadie. Pero sí, hay algo bello que me parece interesante en ese
A mí me pasa, a mí me pasa, por ejemplo, con los proyectos, como que digo, no no se los voy a contar a nadie hasta que resulten. Un poco como que si los pongo a a, o sea, si eso, si lo oralizo, si se lo cuento a alguien, es como que ya siento que se ha hecho el ticket en mi cabeza de que se ha hecho
y
ya no lo voy a hacer. Es una, no sé, eso es un poco también
Sí, a mí me pasa con ideas, ¿no?
Que tengo. Claro, como mejor no decirlas, como guardármelas para mí, para mí, para mí, hasta que esa semillita crezca.
Claro.
Un poco así. Y también estaba pensando en lo que decías de de este como lenguaje más infantil, ese lenguaje que todavía no existe y que te lo guardas para ti, pienso en la propia perra. La perra al final es un ser silencioso que que no habla y, de hecho, todo lo que la humana le pueda decir a la perra es como que se mantenga en secreto, ¿no? Hay una pintura de Goya a la que, por alguna razón, que no sé cuál es, siempre vuelvo, que es la del perro semihundido de las pinturas negras, y no podía evitar pensar todo el rato en esa pintura mientras leía el celo, porque visualizaba la cabecita de ese perro como la ternura que se esfuerza por mantenerse a flote en medio del horror. La relación de la humana con la perra muestra esos destellos de ternura.
Es justamente la perra quien evita que la humana hunda la cabeza. Y quería preguntarte si estos destellos de ternura se dieron de forma natural durante la escritura o buscabas la ternura como un escudo a la violencia.
Uf, es muy difícil de
precisar, ¿no? Porque, a ver, obviamente, tiene mucho que ver, el personaje
de la perra está, a ver, obviamente, tiene mucho que ver El personaje de la perra está está muy basado, aunque es es diferente, pero está está muy basado en, no no el personaje de la perra, sino determinadas cosas de la relación perra humana, que es diferente, están basados en mi relación con mi perra o más bien en la observación de mi relación con mi perra. Porque mi relación con mi perra, desde el principio, yo me la encontré abandonada también, pero con, iba con más amigos y tal,
y minuto cero, amor absoluto, mutuo y así hasta
el día de hoy, maravillosamente. Entonces, humana piensa que ella no va a durar mucho, de hecho, ¿no? ¿No? Y y también piensa, ¿no? Pues, la deja atada en la calle y piensa, si vuelvo y no está, pues, no pasa nada.
O sea, todo esto no, yo no lo he vivido. O sea, toda esa toda esa crueldad, de hecho, fue lo que más me costó. Es la crueldad, que es que la humana está tan hundida que no puede hacer nada con ello, ¿no? Eso fue lo que más me dolió escribir, me costaba mucho. La ternura era, hay muchas cosas, muchos momentos de ternura o de observación de la humana, la perra, que obviamente están basados en observación.
O sea, yo estaba como documentándome en directo todo el rato, ¿no? Llevo ocho años con mi perra. Entonces, claro, la la la observo, tomo muchas veces notas, algo que siento hacia ella, una idea que se me ocurre, la, ¿sabes? La la apuntaba. Entonces, había un montón de notas cuando me puse a escribir, como ya a armar todo el el documento final, ¿no?
Del libro. Había un montón de notas y la ternura no era algo que tuviese casi casi ni que construir. Eso precisamente era lo difícil, lo que me costó construir fue lo otro.
Creo que era capaz, mientras leía, de ver perfectamente los ojitos de la perra, como que siento que transmitías muy bien como esa mirada de la perra. Y creo que uno de mis momentos favoritos es cuando la humana se acuclí y llamear y la perra pone el culo al lado de ella y me da un poquito de piso con ella.
Sí. Basado en hechos reales. No, no, no solo yo, o sea, estábamos más gente, decidimos hacer pis al mismo tiempo y mi perra vino y hizo pisadas.
Sí, cómo fue eso también.
Pero nos miró y dijo Pues sí también. Una, la única vez que ha hecho pis dentro de casa.
Es perfecto.
Estábamos en el baño y ella entró al baño en la fiesta, en plan de, vamos a hacer pis todas juntas, ¿sabes? Como esta cosa, en plan, amigas, fue en la ducha, ¿no? Y de repente llegó mi perra, nos miró y yo dije, guau, y todos, ah, sí,
ya andan, ¿no?
Increíble. Sí, sí, sí.
Parte de la mano.
Qué
bueno. Pues, ya para terminar, queríamos preguntarte, ¿cómo qué libros tan inspirado para escribir este libro. Y ya que estamos hablando como de cómo construiste la perra en en el celo, quería preguntarte si hay algún libro o libros en específico que hablen de perros o de animales o de animalidad, de alguna manera, que que tengas como referente.
Bueno, primero, el libro, como mi libro de cabeceras a que lo tenía al lado todo el rato mientras escribía. Hostia, acabo de hacer así.
Lo has visto. Está ahí.
Y está ahí.
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
¿Qué?
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
¿Qué?
o sea,
es la librería más mágica de Madre Isla.
Más antigua y más mágica. Increíble. Buf, bueno, no sé, que no, es que no puedo continuar después de esto. Bueno, pues, el sistema nervioso de Lina Meruane no aparecen perros, igual aparece alguno, pero no, es es la es la historia de una familia, bueno, un personaje, pero aparecen muchas muchas personas de su familia a través del del del del terror casi hacia el cuerpo, las enfermedades, la observación del cuerpo, ¿no? La fragilidad del cuerpo.
Es casi el sistema nervioso como un como como el árbol genealógico. Y es un libro que para mí era muy importante tener cerca, porque siento que en general Lina Meruane no escribe pensando en gustar, y esto es algo que para mí es muy importante, ¿no? Yo no intento huir. Para mí, el estado como ideal de escritura es como volver a cuando era pequeña y estar escribiendo en mi habitación para nadie, para divertirme yo en el momento, ¿no? Entonces, claro, yo me dedico profesionalmente a esto y muchas veces se va desvirtuando, o sea, como que se va un poco como como de se vas viendo cada vez más desvaído ese sentimiento de escribir para ti, escribir para la diversión, escribir dejando como un poco volar la cabeza, que es por lo que yo empecé a escribir de pequeña.
Entonces, digo, pero, ¿cómo puedo abandonar esto? No? Entonces, yo en ciertas escritoras como Lina Meruane, como Lidia Davis, como Marta Sanz, encuentro ese tipo, y muchas más, pero digo así como las tres que tengo más presente ahora mismo, encuentro esta libertad absoluta. Y este me da igual, yo estoy escribiendo porque a mí esto me parece interesante, ¿no? Entonces, me preguntan y el público y no sé qué y qué pensabas, qué iba a pensar la gente, dice que yo no pensaba nada.
O sea, yo intento no pensar nada, ese es mi objetivo siempre. Y luego, libros que Estoy un poco impresionada todavía por esto que ha
pasado, ¿vale? Es que fue muy fuerte, ¿no?
La ves, es uno calle.
Voy a, o sea, voy a voy a cenar a otro lado a ver si es cierto, ¿no? Luego también, luego también libros sobre libros de perros que leí en ese momento, libros que tuve miedo de leer por si eran el libro que yo estaba escribiendo, que eso es un terror que tienes cuando estás escribiendo. Lo menciona, de hecho, Martha Sanz en su último libro, Los íntimos, que es un libro sobre la escritura y sobre la profesión de de escritora, ¿no? Que es, me lo acabo de terminar y es fascinante. Y, pues eran, voy a señalar, La perra, de Pilar Quintana.
No. ¿No? Vale. El amigo el amigo de Sigrid Nunez.
Bueno, ahí casi, este, por la m.
Ah, mira,
bueno, por ahí puede estar igual. Más libro, bueno, obviamente, Un amor, de Sara Meza, libro que me dio terror leerme, ¿sabes? Porque porque, bueno, pues ahí hay algunas cosas en común, y era esta esta esta este terror que dices, bueno, pues, si no voy más rápido, ¿no? Y finalmente alguien va a escribir este libro, que si además se llame el celo, ¿no? O sea, yo incluso tenía, sentía el terror de que alguien escribiese un libro cuyo detonante fuese el celo de una perra y hablase del celo humano y de todas las violencias animales en los seres humanos, ¿no?
Y por suerte no sucedió o, bueno, yo no he leído ese libro, pero no salió en estos tiempos, ¿no? Por lo menos en el en el momento en el que yo lo temía tanto. Y y creo que más o menos eso es todo. Bueno, luego estuve leyendo el libro, estuve leyendo un libro en francés, que yo sé poco francés, pero más o menos lo leo, de una escritora que se llama Helene, no sé cómo se pronuncia, Sissucks o algo, es Sissucks
Ah, pero
sí que no es Sissucks.
Sí, no sé cómo se pronuncia.
Una editorial, bueno, me llegó. Ah, lo leí en francés.
Lo leí en francés, se llama, creo que se llama Mundo Animal. Vale. No, Amor Animal. Y me gustó mucho, fue muy importante. De hecho, algún epígrafe está sacado de menciones que ya hace otro libro, ¿no?
Dentro de ese libro. Bueno, y El Amor del Lobo, de Lenssy Sug, también que sí sí me lo leí en en en español, fue importante mientras escribía El celo, aunque intentaba no leer casi nada y casi no ver películas. De hecho, en ese momento vi La Mesías y también tenía miedo de ver La Mesías porque, ¿no? Luego, la Mesías es lo que tenía cosas de mi primer libro, de las niñas prodigios, o sea, el extraterrestre, o sea, como la imagen tal. Pero, de pronto, me me daba como miedo ver cualquier cosa, porque sentía que todo iba a estar ahí,
¿no? Ya. Bueno,
vamos a ir terminando, pero solo quería comentar lo de lo que decías de eso de de de que Lina Meruana, te te te recuerda esa escritura como más. Bueno, no sé si la palabra es primitiva, pero sí la escritura que te salía cuando estabas sola, no pensando en la mirada del otro. Con Paula últimamente te tenemos como muchas conversaciones sobre escritura, sobre como lo
que nos mueve o lo
que no nos mueve al escribir. Y estamos un punto como en el momento de que al final lo que te mueve a escribir es lo que te obsesiona, ¿no? Como Totalmente. Como esas obsesiones que que queremos sacar de dentro y que nos va a seguir motivando para seguir haciéndolo.
Sí, absolutamente. El otro día estaba estaba con con mi editora y con otra editora de la editorial comiendo, bueno, el otro día, cuando se el día que salió a la venta el celo y fuimos a comer las tres. Y entonces me preguntaron cómo eran María Faste y Card Marrera, y entonces me me preguntaron como las ideas para mis próximos libros, para mi próximo libro, y entonces les conté las dos ideas que tengo. Y me gustó mucho lo que me dijo María Faste, que me dijo que es muy sabia, y además el título del celo es su, es una idea que ella me dio. O sea, me la me se llamaba de otra forma el libro, y ella me, hace muchos años, ella me preguntó de qué va.
Y entonces yo le dije, el detonante es el celo de una perra. Y ella me dijo, el celo es un título increíble. Y yo dije, es verdad, y ya está. Ella no se acuerda, se lo digo mil veces, no se acuerda. Ella dice, sí, sí, yo
le digo,
el título es tuya. Sí, sí, súper, pero que le da igual, me dice, sí, ¿cómo va? Y le da igual. Y yo digo, claro, es que esta mujer vive teniendo estas ideas todo el rato, ¿no? Es su trabajo, entre otras, muchas cosas.
Y ella me dijo, elijas, la que elijas de las dos ideas tiene que ser como una idea que te obsesione de verdad y que te guste mucho, porque es algo con lo que vas a estar mucho tiempo. Ya. Como que me lo dijo en plan lección de escritura, que dije, es verdad, ¿no? Y aún estoy decidiendo, porque de alguna forma no estoy segura, ¿no? Del todo de que ¿Qué tanto tiempo?
Sí, que, o sea, como que siento que he estado tanto tiempo obsesionada con el celo, los los animales, historias de perros, historias como raras sobre el celo de los perros, historias de maltrato y violencias extrañas magias, control mental de una persona sobre otra, o sea, que solo veía esas cosas en el mundo, ¿no? Estaba todo el rato atenta a eso. Creo que todavía como que no se me ha Bajando. Bajado la obsesión y no puedo entrar del todo en otra, ¿no? Me cuesta mucho.
Como que no he no me he decidido, pero sin duda es es algo que que tiene que ser así, ¿no? Y, o sea, yo no creo en absoluto que la escritura de Lina Mervone sea primitiva. De hecho, me parece que es una escritura muy trabajada, pero sí que tiene ese esa cosa primitiva en el sentido primaria, más primaria de esto es lo que me está saliendo ahora, ¿no? Y esto y esto me obsesiona a mí y me da igual si a ti te obsesiona o no, ¿no? Esto es algo que para mí es muy importante, en plan, la gente, bueno, tal y qué bien y qué, ahora le va a gustar muchísimo a todo el mundo tu libro.
Y yo digo, yo no quiero que guste muchísimo a todo el mundo, ¿no? Quiero que esta obsesión que yo he tenido todos estos años, ¿no? Como ponerla ahí y que a quien le llegue, le llegue. Y si no, no pasa nada, ¿no? O sea, no es no es necesariamente, ¿no?
Para para todo el mundo.
Bueno, nos encantaría seguir con la conversación, porque la verdad que que está superinteresante, pero ya es hora de abrir la librería. Así que, bueno, muchas gracias, Sabina, por esta charla. Invitamos a todas a leer el celo si no lo han hecho. Gracias nuevamente, Pablo, y a Pérgamo, por recibirnos y nos escuchamos en la siguiente.
Muchísimas gracias a vosotras y a Pérgamo, y a la magia de Pérgamo.
Y a la magia, qué fuerte. Quedó grabado ese momento.
Eso es increíble,