Entrevistamos a Julen Azcona sobre su novela La última sauna del mundo
La Elocuente nace de la curiosidad sobre la creación artística. En cada capítulo, partimos de una misma pregunta y compartimos nuestra investigación sobre los hallazgos y misterios del proceso creativo. ¿Por qué creamos?, ¿cómo sueñan los artistas?, ¿cómo se crea en una ciudad que nunca para?, son algunos de los puntos de partida de estos ensayos en los que el pensamiento, la narración y los paisajes sonoros se entrelazan con referencias culturales y voces de nuestra vida cotidiana.
Transcripción
Hola a todos y todas. Bienvenidos al podcast La Herocuente, el podcast en que hablamos con autores y autoras sobre sus proyectos literarios. Hoy tenemos el placer de estar con Yulen Ascona. Yo conocí a Yulen en nuestra residencia de la Fundación Antonio Galá, una residencia para jóvenes creadores, y tuve el placer de de conocerlo y descubrirlo como escritor y también como persona. Yulen publicó su última novela, La última sauna del mundo, el dos mil veintitrés con dos bigotes.
Y hoy, de hecho, el podcast se llama El último vermú del mundo, y aquí estamos con nuestros vermusitos para charlar más a gusto de la novela. En dos mil veintiuno, Yulen fue quien publicó su primera novela, Lodo, también con dos bigotes. Bienvenido, Julen, muchas gracias por venir.
Muchas gracias por tenerme.
Y nada, antes que nada, quiero contarles un poco de qué va la última sauna del mundo. Es una novela que nos relata el viaje que hacen dos hombres que se conocieron por Grindel y que apenas han quedado un par de veces. John, un joven estudiante y escritor, y César, un transportista de un poco más de cuarenta años. Están atravesando España en plena pandemia, en búsqueda de la última sauna que parece estar abierta y que, supuestamente, está en algún local clandestino de Sevilla. Para que el trayecto no sea tan aburrido, John relata algunas historias de la novela en la que ha estado trabajando.
Quiero partir esta charla justamente con la primera frase del libro. La leo. César se descojona cuando le digo que me he enamorado de un muerto. Me interesa mucho la idea de enamorarse de un muerto. ¿Qué es enamorarte de un muerto?
Enamorarte de alguien que no conoces y que no vas a conocer, un significante potencial. Al leerla de nuevo la cita, me llevó directamente a pensar en la relación entre John y César, en cómo John, que es escritor, se dedica a imaginar un montón de vidas posibles para César. Apenas lo conoce, solo sabe tres datos. Está casado con una mujer, tiene un perro y es camionero. El resto es pura especulación.
En unos capítulos más adelante, John dice sobre su enamoramiento del muerto. Se lo dije a mis amigos un día, en una de en una de nuestras conversaciones por FaceTime, que no pensaba en otra cosa, que no quería otro nombre, que era algo intelectual, platónico, intenso, fuera del punto intelectual, podría estar perfectamente hablando sobre César,
¿no crees? Qué guay Pilar, muy chula la introducción y muy guay la la frase que has escogido. Y sí, que la la la primera frase es un poco el punto de partida de de toda la novela, que es la la novela intenta dar vueltas alrededor de la idea del otro y de lo que nos inventamos de la otra persona cuando la estamos conociendo. Entonces, sí que hay un paralelismo entre ese escritor muerto del en el que del que John se obsesiona en la pandemia y esta persona viva que es César, ¿no? Con la que se ha obsesionado, y con la que de la que realmente no sabe nada, ni siquiera esos tres datos que has dado, porque, en el fondo son datos que César le ha dado, ha dicho que está casado con una mujer, que tiene un perro que que lo único que, mira, sí, lo único que se sabe es que es camionero, pero también la obra va de incluso una versión de César en la que ni siquiera esté casado con una mujer, sino que esté casado con un hombre, o, en realidad, esté soltero, y como qué pasaría si él fuese otra versión de lo que me ha vendido, que es lo que creo que nos pasa muchas veces cuando conocemos a alguien en Grindel, en Tinder, en aplicaciones o en la vida real, que como nos faltan datos sobre quién es, nos muchas veces esos primeros semanas, meses de de conocerlo como que los inventamos, ¿no?
Llenamos un poco los huecos. Entonces, ahí empieza la, ahí parte de la novela y, bueno, la parte de la obsesión del muerto realmente está basada en un hecho real, porque sí que es verdad que yo en la pandemia empecé a leer un escritor catalán ya fallecido que se llama David David La Sega, con la que una cita de él abre la novela, que es una poesía sobre saunas que tiene él, y a mí me pasó que me leí su, él tiene unos diarios, con lo cual es muy personal lo que él escribe, y yo obsesioné con él, con sus pensamientos, con sus reflexiones, y me obsesioné muy fuerte en la pandemia, en un momento en el que no podíamos salir a la calle con una persona que eso que no conocía, que nunca iba a conocer y que estaba muerta.
De hecho, como el contexto de la pandemia me hizo pensar sobre esta relación que tiene con César y que tiene con el muerto. De hecho, sabe más del muerto de lo que sabe de César, porque del muerto ha leído sus libros. Tienen, sabe más de su interioridad, ¿no? Y y el contexto que marca la novela, que es esta pandemia, una alerta, un estado de alerta, me lleva a pensar también como en este paralelo en que estamos en un momento en que se conecta con las personas a través de lo virtual, a través de una pantalla. No está el contacto físico como tampoco tiene ese contacto físico con con el muerto.
Sí, es que la pandemia fue una época superrara para todos, y y, entonces, la la novela tenía, para mí tenía que estar ambientada en ese momento, porque reforzaba la idea de extrañeza que sienten César y John entre ellos. Y, bueno, porque en la pandemia había un poco una sensación, al menos yo la tenía, una sensación, que igual hablaremos más tarde de esto, pero como de Apocalipsis, como de fin del mundo, y, de hecho, el título de la novela está un poco basado en esa idea y está inspirado, que esto no sé si esto lo hemos lo hemos hablado alguna vez, en el disco de Bad Bunny, El último tour del mundo, que yo cuando Bad Bunny publicó ese disco a finales de dos mil veinte, de verdad que yo pensé, ahora mismo el artista que más está entendiendo lo que está pasando, es esta sensación de que de que la vida que teníamos no igual no vuelve nunca, es él, o sea, porque hacer ese concepto como de esto se acaba, entonces, me encantó y, de hecho, el título es eso, es un espejo, es es quería quería hacer ese homenaje y un poco la idea del, porque la estética de ese disco es un camión en medio del desierto, en medio de la nada, y también la estética de la portada, yo pedí que fuese también esa cosa un poco de de de un camión en medio de de la nada, ¿no?
Del desierto.
¿Te me adelantaste a una pregunta? Porque justo te iba a decir que, claro, en los agradecimientos está Bad Bunny, y más allá de la estética y del nombre de la novela y del nombre de este disco, te quería preguntar que si hay algo de las canciones de Bad Bunny de este disco en la novela.
Mi canción favorita, una de mis canciones favoritas de Bad Bunny está en ese disco, que es La noche de anoche, con Rosalía, y también es una canción que tiene algo de como de algo que se acabó y que no va a volver, y es un como una nostalgia de algo que igual nunca existió, no sé. Sí, así que sí, sí, la música de Bad Bunny me inspira muchísimo.
O sea, hablando sobre eso, sobre lo que estábamos diciendo de de inventarse las cosas, de ficcionar sobre ellas, que un poco en esa canción abre para hacerlo y la novela es de lo que va básicamente, lo que me contabas de de de inventarte historias sobre las personas que estás conociendo. Pero ficcionar sobre estas personas puede ser un arma de doble filo. Recuerda una cita de la novela del amigo de Sigrid Nunes que dice, es curioso cómo el acto de escribir lleva la confesión, también lleva a mentir como un como un proceso. Creo que John, sobre todo, se miente a sí mismo. ¿Dirías que, como un buen escritor, John se consuela la literatura?
Qué guay, sí, sí, totalmente, y nosotros también estamos todo el rato consolándose la literatura. Y sí, además, quise que John fuese escritor. En mi primera novela el protagonista era periodista, no era per se escritor, sí que se enmarcaba en la escritura de de un libro, pero aquí como que sí que quería que el protagonista fuese como yo, que tuviese esa inquietud de de querer escribir algo, pero que fuese algo frustrado. De hecho, hay un momento en la novela en el que habla de que, a lo mejor, nunca llegara a publicar, que creo que es algo que nos pasa a muchos de nosotros que escribimos, que pensamos que a lo mejor lo que estamos haciendo, o sea, tú y yo nos hemos pasado un año escribiendo algo que no sabemos a dónde va a ir, si se va a publicar, y siempre está esa frustración, incluso aunque hayas publicado, creo que siempre el siguiente proyecto es una incertidumbre, y entonces quería que él sintiese esa misma frustración que yo, pero también que tuviese el consuelo de de la lectura, que eso siempre nos va a quedar. Siempre va a ser lo que pasa, sí, siempre vamos a tener los libros para para asesorarnos.
Y ahora quiero hablar sobre la intimidad y la vergüenza. Se dice mucho que escribir es desnudarse, ¿no? En el sentido de que al hacerlo uno se expone. Algunas veces se disfraza más que otra, pero siempre los y las escritoras escriben a partir de sus propias experiencias. Creo que en la última sauna del mundo, escribir y desnudarse no están en el mismo plano.
Me gusta este este contraste. En las relaciones que se describen en la novela, la intimidad no está en la desnudez, no está en el sexo. Se folla con desconocidos y, muchas veces, saber siquiera sus nombres, no estamos seguras si César se llama César. La escritura, en cambio, lleva a César y a John a un nivel de intimidad mucho más intenso que el que pudieron haber experimentado en sus relaciones sexuales. Lo pienso cuando John acaba de contarle el primer relato y quiere que César siga hablando de él, pero cuando lo hace se avergüenza, siente una cohibición que nunca ha experimentado antes con él.
Cito, lo que me sale es cambiar de tema, alejar la conversación del contenido del relato, no tener que enfrentarme en público a mis propias palabras. Julen, ¿qué significa para ti, como escritor, enfrentarte en público a tus a tus propias palabras?
Qué guay, Pilar. ¿Haces las preguntas chulísimas? O sea, para mí la escritura es, sí, es como refugio, además, la ficción, no he escrito nunca no ficción, no sé si algún día lo haré, porque para mí es superimportante que todo el mundo de base sepa que lo que estoy escribiendo es mentira. Sí. Y que esté como envuelto en un en un envoltorio muy bonito, que es ese libro editado con su portada que está en librerías, para mí eso es como una coraza que yo me pongo, porque, cuando estoy escribiendo realmente estoy diciendo cosas que yo voy soltando entre mentira y mentira, cosas que son verdad, cosas que son mentira.
Entonces, o sea, me daría mucha vergüenza imprimir algo que he escrito, que, por ejemplo, es algo que sí que hemos que hemos hecho este año en la fundación, que es cosas que todavía no han sido pasadas por ningún filtro, que no han sido editadas, aprobadas por nadie, o sea, yo creo que que este año hemos hecho un ejercicio muy grande de desnudez entre nosotros, ¿no? Porque nos hemos pasado textos muy muy crudos, y eso a mí me aterra bastante, o sea, a mí ha sido algo que me ha costado hacer, que ha sido muy satisfactorio hacer, pero que me ha costado, porque hasta ahora, quitando a alguna amiga muy amiga o a mi hermana, es que ni siquiera casi a ni a mis padres les enseño lo que hago hasta que no está ya en libro, porque he tenido la suerte de de publicar esos libros, entonces he tenido la suerte de de que de eso, de poder quedar esa coraza y ya mis padres han leído Lodo, han leído La última sauna del mundo, que a priori puede parecer como qué vergüenza que mis padres estén leyendo ciertas cosas que estoy estoy escribiendo porque hablo de sexo o porque hablo de hombres o por lo que sea, porque hablo de saunas.
Pero a mí no me ha dado vergüenza porque, eso, porque es un libro, es como algo que está ahí como que existe fuera de mí y, de hecho, con mis padres como que como que tampoco me preguntan mucho sobre, por supuesto, no me preguntan esto es verdad, esto es mentira, simplemente están muy orgullosos, lo leen, lo Alguna vez alguna cosa hemos comentado, pero siempre desde eso, desde un objeto como muy externo a a mí, casi como si no fuese yo.
Pero aún así, o sea, evidentemente, como escritores partimos de la base de que lo que estamos escribiendo es ficción, sobre todo cuando hacemos novelas, ¿no? Pero como tú ya tienes lodo por ahí dando vueltas y que ya has leído un montón de gente, ¿Qué sensación te da saber que hay gente? Eso, citando tus palabras, conversando sobre ellas y imaginando cosas a partir de ellas, teniendo conversaciones sobre ese texto que escribiste alguna vez solo en tu cuarto.
Ya. Ya. Pues, por un lado, la gente cree que te conoce más, pero también es verdad que me conocen más, o sea, o sea, yo estoy muy orgulloso, entonces, como estoy muy orgulloso de lo que he escrito, bueno, y que la gente malinterprete y que crea que esto pasó o no pasó, me da como, es es gracioso, me parece como divertido jugar con eso.
Se puede muy misterioso también.
Y al final es como la gente que me conoce, me conoce y y puede saber más o menos las historias, y los que no, pues mira, tienen los libros y pueden ahí buscar lo que quieran. Pero es ficción, o sea, es verdad que yo no me considero autor de autoficción, eso también me salva mucho. Creo que si te autodefinas como autor de autoficción, hay una capa más de vergüenza porque ya estás diciendo esto es real, o al menos yo lo viví así, ¿no? Claro, yo también lo lo disfracé de un thriller, que eso me vino muy bien, porque ya entras con otra, como con otro rollo, ¿no? Porque ya hay un asesinato al inicio de la novela, con lo cual es como, vale, esto claramente no le ha pasado.
Y la última esa una, a ver, claramente, yo no me fui en camión con nadie a la otra punta de España en la pandemia, ¿vale? Ya lo digo, ya lo digo. Con nadie a la otra punta de España en la pandemia, ¿vale? Ya lo digo ya lo digo. Entonces, Mike siempre como que intentó meter cosas inverosímiles para para que sea más fácil como esconder quién soy.
Y luego también, y esto igual no sé si lo vamos a hablar, pero que también yo creo que he tenido la suerte de empezar en una editorial como más independiente, un poco más, como no sé si llamarla Andrea Graham, no sé cómo llamarla, pero que es verdad que ha tenido, afortunadamente, o sea, han tenido lectores, pero también ha sido guay que que no ha sido una cosa, o sea, no sé por mencionar un ejemplo, pero una Andrea Breu, ¿no? Que Andrea Breu, por ejemplo, publicó en una editorial muy pequeña, pero de pronto fue un boom tremendo, y de pronto Andrea se enfrentó a una crítica feroz también de todo, gente que lo adoraba, pero gente que le dio mucha caña. Y yo he tenido esa suerte que creo que la gente que ha llegado al libro ha sido gente que me entiende, sobre todo mucho público queer, mucho público marica, sobre todo, que es que era un poco, bueno, es que la que la gente que se puede sentir más identificada. Entonces, no me no me he enfrentado a una súper backlast, o sea, si algún día, logro o no, es lo que todos buscamos, que es como esa publicar en una editorial o lo que sea, o que tenga, o que la, que mucha gente lo lea, ahí sí que, pues, igual me cago, porque, entonces, ya, igual, la gente me come, pero de momento como que ya, yo tengo muy guay.
Bueno, hablando de cagarte, Yulen, quiero hablar ahora de algo que seguramente te han comentado y preguntado mucho, la mancha de caca. En el primer relato
Ese público entero.
Tenemos aquí un público muy efusivo. En el primer relato se cuenta el encuentro sexual entre un hombre mayor y otro joven. Al acabar, el hombre mayor se da cuenta de que hay una mancha de caca en las sábanas, pero no se lo dice al menor para no avergonzarlo. Creo que esta mancha puede ser un símbolo que cruza toda la novela, lo oculto y lo develado, la verdad y la ficción, lo que se sabe y lo que no. Durante toda la historia, hay alguien que sabe algo y que el otro no.
El mayor sabe de la mancha de caca, el menor no. César sabe qué hay en la vida después de los veinte, John no. Nerea conoce las historias, las noches que pasan fumando puros con Michael, pero él no las recuerda por estar sonámbulo. John sabe lo que hay realmente al final del viaje en la carretera y César no. ¿Qué crees que hay detrás de este ocultamiento?
¿Un deseo de proteger o quizás ver ven en ocultar la posibilidad de desear otra cosa, otras vidas? Me da la sensación de que salvo John, todos son personas que están arrepentidos o desean otra cosa para sus vidas.
Wow, qué tía. Es que es flipante, o sea, está superbién, joder. Además, hay una cosa, claro, yo este libro ya no lo tengo tan fresco y Pilar se lo han ido dos veces y lo tiene superfresco, entonces, joder, qué guay, que es un análisis muy chulo. No puedo decir nada de esto, de verdad. En plan, sí, la mancha de caca es una cosa que no nació con mayores pretensiones más allá de como crear una imagen, puede o no también estar basada en hechos reales, ¿no?
Pero pero como que partió de una cosa muy naíf por mi parte, que esa es otra también, que igual no sé si lo hablaremos, pero el tema de que esto empezó siendo como unos relatos sueltos y luego yo los uní. Entonces, como este, digamos que la escena de la caca es lo primero que yo escribo de todo lo que hay en la novela, o sea, yo lo primero que escribí no fue la línea de César, eso fue de lo último. Yo empecé con el relato de dos camas individuales. Lo que pasa es que luego eso me, no sé si me pareció muy potente y eso ya como que sobrevuela al resto de todo todo, sí, lo que tú dices, es una metáfora, es es todo lo que lo que una persona sabe y lo que le oculta a la otra persona, y y de eso van un poco todos los pequeños relatos que hay en en la novela, y la novela marco que se viaja en carretera, siempre hay alguien que tiene un secreto y alguien que que que que lo desconoce. También quiero aclarar que, aunque has dicho el mayor y el menor, no es menor de edad, la la persona que está es simplemente joven, es una persona joven de unos veinte veinte veintipocos años, él ha atravesado unos cuarenta y pocos, digamos, más fecha de gracia.
Entonces, no sé, que me que me parece súper guay, que creo que has que has enlazado todo mejor que lo que yo sabría enlazarlo, está súper bien, pensado. No sé si te he respondido bien, si quieres repregúntame, él, no sé.
No, sí, o sea, era simplemente esa sensación de que de que esa esa mancha puede representar algo que va más allá, ¿no? Los los secretos, como decías tú. Porque al final uno imagina cosas de la otra persona, pero justamente imagina esos secretos que quiere descubrir de de esa persona nueva que está conociendo y que sabe poco y nada.
No te he mirado, ya, sí, ya, ya que ya que A ver, que también la caca es un tema tabú que me interesaba, ¿no? En plan en el sexo, en el sexo entre hombres, también es algo sucio, la cama está sucia, y luego, de hecho, hay un capítulo que se llama La cama más limpia, y hay un y ese capítulo coincide como con un acercamiento entre ese el mayor y el joven, y la idea de lavar los trapos sucios, la idea de los trapos sucios y de y de los secretos y de lavar, también me interesaba, y y eso, en general, como romper tabús. Y también creo que en mis novelas hay cosas como muy escatológicas, y me gusta que haya cosas escatológicas, vómito, mocos, caca, en plan, no sé, me me gusta como jugar con los fluidos, y creo que además como que últimamente creo que es algo que que se está que se está haciendo y me parece guay que se haga, como hablar de las desvergüenzas y de las cosas que expulsamos de nuestros cuerpos, los cuerpos, ¿no? Los vamos a estudiar es un poco cliché, ¿verdad? Que que está guay que se hable de eso, y también quería hablar de eso, de la novela.
Claro, bajar un poco la literatura también de ese pedestal de algo sublime y que al final lo que hacemos es hablar de la realidad, ¿no? Y creo que podemos conectar esta idea con lo que hemos hablado de la realidad y la ficción y la verdad y la mentira. A lo largo de la historia hay un constante juego sobre lo que es verdad y lo que es ficción a nivel de la historia. Como ya hemos comentado, tenemos a este personaje escritor que imagina diferentes vidas alternativas todo el tiempo, pero también lo tenemos desde un punto de vista metanarrativo. Es una novela con muchas capas, en que tenemos la historia, entre comillas, real, el viaje a la carretera, que se va entrelazando con la novela que está escribiendo John, es decir, con esta ficción.
Y me gusta porque nosotros entramos en ese juego también. Como lectores de cierta forma, continuamos con el ejercicio que estuvo haciendo John durante toda la novela. Porque, al final de cuentas, todas las historias están un poco abiertas. No sabemos qué va a pasar entre Michael y Nerea, entre el joven y el mayor, voy a dejar decirle menor para evitar mal entendido, ni con César. Y yo creo que al final es lo un poco lo que buscamos como escritores, ¿no?
Abrir más posibilidades de las que teníamos en un principio.
Sí, que eso es algo también que que me gusta cuando cuando leo una novela y me está ocultando cosas, me gusta cuando no estoy entendiendo, eso es algo como que que igual a la gente le puede frustrar, pero a mí me gusta no no entender una novela, averiguar al final sí que quiero entenderla, ¿vale? Pero el inicio me gusta estar un poquito desconcertado. Ahora, por ejemplo, estoy leyendo a una autora que he descubierto este año y quien está flipando, es Shirley Jackson, que empecé a leer sus relatos, y ahora estoy leyendo la novela Siempre hemos vivido en el castillo. Y es una novela que está narrada, en primera persona, por una narradora no fiable, entonces, realmente, es que una gran parte de la novela, incluso, es que yo ya llevo como tres cuartos y todavía, no estás entendiendo muy bien qué está pasando en esa casa, sabes que ha pasado algo horrible, pero no sabes muy bien el que, no sabes muy bien esa niña si es que está loca, no lo está, es mayor, es una niña. O sea, hay como un nivel de desconcierto que me encanta porque me permite a mí como lector completar la historia e incluso inventarme yo lo que quiera, ¿no?
Entonces, como que es un poco a lo que aspiro también, que las historias tengan algo de ambigüedad para que el lector, no trabaje, porque no es un trabajo, simplemente, joder, que se lo pase bien, que juegue un poco y eso.
Sí. Creo que sobre esto se va, o sea, creo que en el caso de la última sauna del mundo, sí que vamos entendiendo la historia, la vamos siguiendo bien, pero creo que sí que está este desconcierto porque tenemos, de repente, no voy a indagar mucho para tampoco destriparla, pero sí que tenemos una inversión de jerarquías entre los dos protagonistas, como una especie de inversión quijotesca. Durante toda la novela se nos presenta César como un hombre vivaracho, que ya ha vivido mucho, ya viene de vuelta, John como un joven inocente ilusionado. Creo que juega sobre todo con los prejuicios del lector, ¿verdad? Establecemos las jerarquías a partir de eso.
Y te quería preguntar, ¿qué tan importante crees que es para generar sorpresa la literatura? Conocer esos prejuicios, esperarlos? Es decir, decir, el lector va a tener este prejuicio y, a partir de allí, tú desmantelarlos.
Qué guay. Sí, pues, total, es es a lo que es a lo que jugaba, porque, además, también es una novela que tiene muy pocas descripciones y, en general, creo que yo no describo mucho. También creo que, en general, no se está describiendo mucho la literatura como actual o joven o no sé qué en qué, no sé cómo decirlo, pero como que creo que no nos gusta mucho describir. Porque las imágenes ya las tenemos. Claro, porque creo que todos, si yo digo un camionero, ya la gente se va a imaginar la clase de persona a la que me estoy refiriendo, y y entonces, claro, yo encima yo tengo una imagen mental de de quién es ese camionero y y tampoco es lo que la gente se esperaría, pero, bueno, yo sé lo que la gente se espera, y y está guay en esta qué cambio de luz de repente.
Está guay en esta novela como ir ir conociendo a César sobre la marcha sin sin esos prejuicios y, de hecho, eso ese juego que tú que tú has mencionado de que está guay, que dirás, que es como quijotesco, está guay eso, ese cambio de roles, y también esa sensibilidad que que poco a poco John va descubriendo de César, ¿no? Que que se piensa que es un tío un poco tonto, un poco inculto y, de pronto, se pone a hablar de literatura y se sorprende descubriendo que César, realmente, tiene una sensibilidad muy grande para la literatura, lo que pasa que nunca le ha interesado o nunca nadie le ha enseñado o nunca ha sabido explotarla, pero que él la tiene, ¿no? Y que hace reflexiones sobre lo que, o sea, es su primer lector o es es un lector que que está teniendo ahí en directo, que está leyendo lo que él hace, y y le está dando un feedback que, de pronto, es superinteresante y también quería jugar con con eso, sí.
Sí, sobre eso, sobre la intimidad a la que llegan John y César, quiero hablar sobre, claro, el final de un viaje, el fin de la carretera. El final, además, es esta sauna que se presenta como una especie de nirvana. Es un lugar deseable y paradisíaco, pero no solo desde un punto de vista de lo que ofrece y del desde lo que ha sido siempre, sino que es el lugar que se plantea como mundo aparte de la pandemia. En el que vuelve a existir la comunidad y el contacto físico. Pero bueno, como nos daremos cuenta al final, lo importante no es la la sauna, sino el viaje.
Y es interesante como a pesar de que John no logra conocer esos detalles que siempre quiso de la vida de César, sí logra conocer en una intimidad única lo que me decías. Creo que el significante en potencia fue completándose no solo no solo con no con datos, sino con sentimientos, y John lo expresa. Él dice, se llame como se llame y sea cual sea la verdad sobre los multiversos que he diseñado para él, en este viaje César y yo estamos siendo lo que somos cuando estamos solos. Y y no pude evitar pensar en en eso, la mirada del otro, y y no sé, te quería preguntar, ¿cómo crees que afecta la mirada del otro de un tercero al momento de generar intimidad con una persona? Quizá la pandemia permitió un poco eso, ¿no?
Eliminar la mirada la mirada del otro.
Sí, o sea, me parecía chulo que en un momento en el que la pandemia nos obligaba a encerrarnos y a no tener contacto físico con con otras personas, que hubiera dos personajes que buscasen justo lo contrario y buscasen el contacto físico y buscasen, básicamente, buscasen sexo, ¿no? Porque es lo que ellos están buscando, y a la vez siendo consciente de lo tonta que es un poco la premisa, porque al final es como que nos vamos a recorrer España entera porque queremos ir a un sitio que nos han dicho que está abierto para desnudarnos y como estar con otros cuerpos, y y es una cosa como muy loca, pero a la vez creo que dice mucho sobre dice mucho sobre sobre cómo, no se iba a decir, dice mucho sobre nosotros como sociedad, pero es como muy, la la elocuente, pero sí que me parece como guay, como personajes, que sean dos personas que realmente no les no les importe ir a un lugar, desnudarse con cuerpos además que va a haber ahí de todo tipo, o sea, como porque creo que las saunas son lugares donde las personas tienen esa esa cosa de que no es el mundo real, es un lugar como casi clandestino incluso hoy, o sea, incluso a día de hoy tiene esa cosa de clandestinidad, de que la gente sabe que ahí no hay móviles, que nadie está grabando, que que todo lo que pasa aquí se queda aquí.
Creo que es un lugar donde se pueden juntar muchos tipos de cuerpos, muchos tipos de personas, muchos tipos de edades, y y hay intercambios ahí donde eso, donde la vergüenza no está en en desnudarte, sino no sé dónde estaría la vergüenza ahí, creo que que la vergüenza estaría en el hablar, en el conocer a a la otra persona, que de eso también va esta novela, y que igual es lo que nos pasa a veces, ¿no? Que que igual el sexo es algo que que no nos cuesta hacer y, de pronto, lo que más te puede costar es, pues eso, precisamente, hacerle preguntas al otro y enderezarte por su vida, conocer a la otra persona o dejarte conocer tú, desnudarte de manera como más personal, afectiva y tal. Entonces, quería contraponer esos dos, desnudarse, como el el poco problema que que ponen los personajes al desnudo físico y el mucho problema que ponen los personajes al desnudo interior.
Sí, también creo que, o sea, afecta en el sentido de que están solos durante ese viaje, ¿no? Que no, creo que es mucho más complicado abrirse con una persona cuando hay un un tercero observando esa intimidad, o cuando estás, por ejemplo, no es lo mismo conocer una persona en un grupo grande que conocerla en privado, y ese ese viaje en carretera permite que ellos dos se conozcan y se desnudan desde un punto de vista sentimental, conocer esos recovecos de sus personalidades, y van justamente a llegar a un sitio donde van a volver a enredarse con más cuerpos y esa intimidad como que se va a perder, o sea, se van a desnudar, como decías tú, de de físicamente, de sus ropas, pero van a entrar a un sitio en que ya no van a poder estar con esa intimidad que tenían dentro del camión.
Eso es, sí. Sí, además, como que narrativamente me me interesaba que toda la historia marco de la novela fuese un solo día y fuese un solo espacio, que es un espacio que se mueve, pero que es el interior de un camión, porque así tenía yo todo el espacio y el tiempo del mundo para poner a dos hombres a hablar. La novela al final es es Dos hombres en un camión, esa es toda la novela. Lo que pasa es que luego esas conversaciones les llevan a a flashbacks y a historias y y a ir conociendo a dos personajes, pero como que la base más sencilla era una conversación entre dos hombres que se están conociendo, que que no saben nada del uno del otro y que poco a poco a través de de esta excusa que se han puesto, que a lo mejor es que no sabemos si ni siquiera a ninguno de los dos le importa llegar a Sevilla y encontrar esas saunas, y en el fondo es una puede ser una excusa para para para pasar tiempo juntos, ¿no? Porque si no, no no lo iban a pasar de ninguna manera, porque tienen vidas superseparadas, son de generaciones muy distintas, que eso también me interesaba como, narrativamente, la idea intergeneracional me interesa mucho.
No es lo mismo ser un hombre, marica de veinte años que de cuarenta. Además, creo que el cisma es muy evidente, porque es que han cambiado en diez años, ha cambiado tanto España que que, de pronto, tenemos muchas cosas en en de diferencia con la generación que viene después, y yo mismo tengo, o sea, no tiene nada que ver con la gente que está ahora en instituto, o sea, mi experiencia en instituto no tiene nada que ver, los referentes que tienen ellos, yo no tenía referentes, y como que ese diálogo entre generaciones también me interesaba y eso también está tanto en lodo como aquí en la en la última zona del mundo.
En ese en ese sentido, también me parece interesante, o sea, lo que hablabas de de que te interesaba indagar en ese contraste generacional, pero, por ejemplo, tenemos a el mayor de uno de los relatos y a César, y creo que a a pesar de que, más o menos, son ellos dos de la misma generación, creo que construyes dos masculinidades muy diferentes en torno a ellos, ¿no? Y también John tiene una masculinidad diferente a su vez, o sea, creo que son personajes muy particulares y muy individuales.
Sí, y y me gusta como que John es el joven, pero César, la manera en la que César vive su sexualidad es tan desprejuiciada. Claro. Se la suda todo tanto que, aunque igual no tiene una teoría, no tiene ni idea de la teoría de la teoría queer, de la de de de qué es la comunidad LGTB, vive su sexualidad con con una cierta libertad y un, sí, un desprejuicia, sí, que a veces le acerca, creo que a a un nivel de tolerancia que que otras personas les cuesta mucho más llegar a ella, de manera mucho más teórica. Me gustaba este personaje que llega a ella de una manera muy natural, que también tiene que ver, a lo mejor, con eso, ¿no? Con que con los, de nuevo, los prejuicios, que nos parece que que si una persona ha tenido cierta educación nos parece que va a ser más tolerante y que una persona que no tiene una educación o unos recursos para conseguir una educación superior nos parece que va a ser menos tolerante o menos progresista, y ya sabemos perfectamente que no es así, que que no tiene nada que ver, entonces quería esa diferencia también.
Sí, ese ese contraste de la educación de ambos no lo había pensado, pero ahora que lo mencionas como que también es muy interesante, porque tenemos el mayor que estaba como formado en universidad importante, de no sé dónde, y está ese prejuicio con César de que es camionero. Entonces, quizás haya que, entre comillas, enseñarle más las cosas, pero al final se veía como, en lo que decías tú, mucho más despreocupado de viviendo su su sexualidad con mucha más libertad que que el mayor del relato. Y nada, o sea, básicamente ahora quería llevar la conversación para ir acabando sobre la experiencia en la Fundación Antonio Gala, que quería preguntarte cómo ves que, o sea, o qué diferencias ves en la escritura, por ejemplo, de la última sauna y de lodo versus el proyecto que estás escribiendo aquí, que si quieres nos cuentas un poco de qué va, y y cómo ves es la diferencia entre entre esos procesos de escritura, o sea, qué significa haberla escrito en este contexto en particular y a diferencia de los anteriores.
También tú, Pili, ¿nos podrías contar cosas sobre tu proyecto? No, pues es lo que he dicho antes de que que hasta ahora muy poca gente leía lo que yo hacía hasta que lo publicaba o lo intentaba publicar, porque me daba mucha vergüenza y yo pensé, si nunca publico lodo, no pasa nada, meteré lodo en un cajón y me dedicaré a la alfarería, no. En plan, haré otra cosa
O a bailar claqué.
A bailar claqué. En plan, no voy a ser, bueno, esto es un chiste interno de la fundación, por eso se ríen tanto, no es porque sea gracioso. Pero eso, que que que yo, por ejemplo, sí que vi, a ver, esto igual es un poco tal, pero que a mí no tenía ningún problema de que si no conseguía que, o sea, si lodo resulta que no que no interesaba a nadie y nadie lo iba a publicar, que yo tampoco me iba a morir, no lo iba a autopublicar y, entonces, simplemente iba a hacer otras cosas en la vida. Entonces, eso, que me daba siempre mucha vergüenza y que y que no tenía ninguna necesidad de de de mostrar lo que hacía porque me daba cierto pudor. Y ahora es todo lo contrario, es como que nos estamos obligando a enseñar todo el rato todo lo que hacemos, entonces eso está siendo un ejercicio guay, distinto y y guay.
Así que lo lo que más me llevo es eso, como poder mostrar lo que hago, recibir feedback, recibir referencias de películas, de libros, de obras de arte, y luego leeros, o sea, y y ver el arte de los compañeros y todo eso es como lo que ha sido ha sido una cosa como tan radicalmente distinta, tan abierta a que en comparación con lo que hacía hasta ahora, que era súper cerrado, pues muy guay. ¿Tú qué opinas?
Yo estoy de acuerdo y también, bueno, no sé cómo fueron los procesos de escritura de las anteriores, o sea, un poco me has contado de que de que con ambas sí que has podido ahí un poco hackear el sistema y tener como el tiempo para poder dedicarte a ellas, pero para mí sí que también fue un choque de poder parar la vorágine laboral y, de repente, pararme y tener mi cabeza cien por cien para eso. Pero sí, también cien por cien en lo que más me llevo es justamente poder compartir el proceso creativo.
Sí, es por eso he dicho antes lo de que que si no publicaba lodo, que no pasaba nada y que otra cosa, porque yo no puedo solo escribir, o sea, hay gente que podrá y fantástico, pero yo tengo que trabajar. Entonces, sí que con Lodo hackeé el sistema y como que conseguí como tomarme un sabático y tal, con unos ahorros que yo tenía, con un tiempo tuve esa suerte, ese privilegio y lo hice así, y pude como dedicarme solo a escribir. Con la última sauna no, con la última sauna también es más cortita, pero eso ya fue como por las tardes. Yo trabajaba por las mañanas y por las tardes tenía mi tiempito para escribir. Pero eso, con lo de sí fue un hackeo.
Y es verdad eso que que que cuando ya creía que no iba a poder hackear más el sistema, llegó esta beca, pero yo ya considero que esta es la última vez, o sea, tocamos madera, no sé qué pasará, pero como que creo que esta igual va a ser la última vez que pueda hackear el sistema y tener como veinticuatro siete dedicado a la escritura, que ha sido súper bonito, y a partir de ahora, pues igual vamos a tener que buscarle las horitas al día, ¿no? Y los fines de semana y esas cosas, pues para seguir escribiendo, ¿no? ¿Tú qué opinas tú, qué crees que va a ser esto? Va a ser un poco así, busca las migas de pan.
Me da un poco de densidad pensar en eso, la verdad, pero creo que, no sé, o sea, esperemos que el proyecto que en el que estás trabajando aquí pegue un pelotazo. Wow. Y de repente, bueno.
Ya, mojado.
Bueno, Yulen, muchísimas gracias por por conversar conmigo sobre la última sauna. La recomendamos muchísimo, o sea, esto creo que no lo mencioné durante el podcast, pero te lo mencioné a ti por privado, que es uno de los finales más bonitos que he leído. O sea, me emocioné muchísimo leyéndolo. También me flipó muchísimo la estructura y y la historia en sí y tu y tu manera de escribir, tu estilo, obviamente. Así que los invito a todos a leer a Julen, tanto Lodo como la última sauna, y estar atentos a lo que venga.
Muchas gracias por invitarme, qué guay, ha sido muy guay.
Nos vemos o nos escuchamos en la próxima.