En este episodio Pilar y Paula conversan con Elena Marcos sobre su diario ficcional de viajes:
Gato con sombrero. Reflexionan sobre el concepto de turista y viajero, el género del diario, la esperanza oculta en las vacaciones, el trabajo y las prácticas laborales que se cuelan en los espacios de ocio, entre otros muchos temas.
La Elocuente nace de la curiosidad sobre la creación artística. En cada capítulo, partimos de una misma pregunta y compartimos nuestra investigación sobre los hallazgos y misterios del proceso creativo. ¿Por qué creamos?, ¿cómo sueñan los artistas?, ¿cómo se crea en una ciudad que nunca para?, son algunos de los puntos de partida de estos ensayos en los que el pensamiento, la narración y los paisajes sonoros se entrelazan con referencias culturales y voces de nuestra vida cotidiana.
Publicado: 27 diciembre 2024
Transcripción
Hola a todas. ¿Cómo estáis? Yo estoy, la verdad, muy contenta y también muy cansada, porque como yo llevo el horario de vacaciones de los institutos, los colegios y tal, pues no queda nada para las vacaciones, ¿no? Entonces, es últimamente lo único que puedo pensar ahora mismo en parar, ¿no? ¿Tú cómo estás, Pilar?
Yo solo puedo pensar que tengo tres trabajos y muchísimo frío.
Entonces, la conversación de hoy te apetece un montón, ¿no? Porque vamos a estar hablando de vacaciones todo el rato. Para ello tenemos a, aquí con nosotros, a Elena Marcos. ¿Cómo estás?
Hola, Holita, muy bien.
Bienvenida. Gracias por venir. Hoy vamos a hablar sobre Gato con sombrero, que es un libro publicado en una editorial independiente que se llama Ediciones Minguantes, que es una editorial especializada en libros sobre viajes poco comunes. Gato con sombrero narra el viaje de una joven vasca que vive en en Berlín y se desplaza con su novio alemán a México para vivir unas vacaciones por encima de su presupuesto. El libro es un diario de viaje en el que acompañamos a la protagonista en sus experiencias y sus contradicciones en torno al turismo y al propio concepto de vacaciones, ¿no?
La escritora Elena Marcos también vive en Berlín y no sabemos mucho de ella porque, aunque nos hubiera encantado cotillearle las redes sociales, no encontramos ninguna huella suya en Instagram. Entonces, quizás os preguntaréis cómo hemos llegado nosotras a este libro de esta editorial independiente escrito por esta escritora silenciosa en redes, ¿no? Bueno, pues la culpa la tiene Pilar.
Bueno, la verdad es que yo llegué a gato con sombrero, porque la librería la que estaba trabajando para la feria del libro, justo la tenía colocada en la mesa, y estaba ahí en el centro, un poquito más hacia el pasillo que hacia que hacia el interior de la caseta. Y en algún momento del día, antes de que desplegáramos el toldo y no nos abrazáramos por el sol, le llegaba un pequeño rollito del sol y era como un sol, o sea, y era como un cuerpo poniéndose moreno en medio de una playa de celulosa. No sabía más de él que lo que había leído la contra cubierta, pero aún así vendí unos cuantos. Y una mañana, la mañana lluviosa de la feria en que había muy poquita gente y yo ya había hecho mis tareas, agarré un libro al azar, que fue justo Gato con sombrero, y leí una página random. La primera línea que que leí fue, los españoles trajeron la viruela, el sarampión, la tizoidea.
Si me llevo diarrea y sarna, ¿estaremos en paz? La verdad es que me reía en voz alta, y son pocos los libros que me hacen reír, y creo que esa es la razón de por qué casi seis meses después seguía pensando en tu libro y quise y quise proponerle a Paula a entrevistarte. Y una de las cosas que más aprecio de la literatura justamente es el humor, porque creo que es mucho más complejo de lograr que conmover. Entonces queríamos partir esta entrevista con la pregunta de, ¿cuál es el papel del humor en tu literatura? ¿Es algo que se te da natural, algo imprescindible, algo a lo que le prestas especial atención?
Ya, bueno, la historia, decirte que me ha parecido monísimo y además empezar con esa frase es como, vale, yo no sé qué habría hecho con con esa misma frase, o sea, igual lo habría tirado. El papel del humor, no lo sé, cuando leo a mí es algo que me me parece muy importante también, o cuando leo, cuando veo una película o en en mi vida en general, me pasa a lo cual también que tengo como un poquito de complejo de payaso, puede ser, ¿no? Y el humor también es como mi forma de de quitarle de quitarle hierro a situaciones que no necesariamente tendría que quitárselo, ¿no? Y bueno, creo creo que es lo que creo que es lo que quitárselo, ¿no? Y bueno, creo creo que es lo que creo que es lo que pasa un poco en el libro, ¿no?
Es que creo que tiene un humor un humor también un poco un poco oscurito, a veces no sé si forzado sería la palabra, pero morde de de cosas que que que no necesariamente son demasiado graciosas, ¿no? Y que, bueno, y que creo que contribuye a frivolizar un poco con temas que que no son tan frívolos y frivolizar en el mejor sentido de la palabra, ¿no? Porque a mí como que me encanta todo con, o sea, leve pátina de de superficialidad, ¿no? O sea, y no sé, es algo que que me parece importante también, es lo que me gusta cuando leo también.
Es como muy irónico, ¿no? Muy sarcástico. Yo leí en una entrevista en Zenda que decías como que, bueno, no sé si era en Zenda en otro lado, como que decías que habías hecho este viaje, tal, y habías estado como apuntando muchísimas notas en el móvil, en tickets, en cosas, ¿no? Mi pregunta es como, ¿apuntas las cosas de la vida que ves como así como un que que que tienen humor, pero también tienen como decadencia de fondo? O sea, ¿son como puntos de partida o son situaciones a las que llegas en tu proceso de escritura?
Creo que depende un poco, o sea, igual puedo ver algo, o sea, igual puedo ver a un señor bailando en una situación normal y como que igual escribiendo, con el tiempo anotando, lo convierto en algo más, o puede ser que la situación sea de cadencia ya desde el principio, ¿no? O sea, es un poco es un poco de todo. No sé, de todas formas también apuntar que yo en mi vida tampoco voy con el cuadernito, en plan esto esto es lo que he visto hoy, o sea, suelo, creo que eran como apuntes bastante, pues eso, como una frase y luego cuando luego cuando tenía más tiempo me ponía a desarrollarlo, ¿no?
O sea
Vale, vale. ¿Y fue como un momento de tu periodo, de ese periodo que te dio como la inspiración o no es algo que te acompañe?
Sí, o sea, sí que lo hago a veces, pero no lo hago tan a menudo. En ese momento estaba haciéndolo muy es que entré como al escribir esto, de verdad, yo estaba en una fase como de inspiración maníaca, otra vez se me ocurrían un montón de cosas y me ponía y me ponía a mandar las dos, y bueno, es que no siempre estoy así, ¿no? Pero eso creo que tiene también como mucha fluidez y tal por, pues justamente por por eso, porque me salió como muy muy así de una, ¿no? O sea
Cuando una está viajando es verdad que también como que está súper estimulada, ¿no?
Sí, sí, sí, sí.
Y quizá esta es una de las razones que lleva la gente cuando viaja a documentarlo todo, ¿no? Y sobre todo a subirlo en Instagram. Yo, debido a esto, he tenido que silenciar en varias ocasiones a gente en Instagram, porque se han ido de viaje y no paran de subir fotos de lo que comen, de lo que han visto, etcétera. Lo ponen en las historias, pero es que luego también en el feed y luego además te hacen un reel recopilatorio de todo lo que ya has visto en las historias y en el feed. No es como todo muy, no sé, muy exagerado, ¿no?
Yo cada vez que veo a alguien que sea ida Tailandia, me preparo para lo peor, ¿no? En Instagram. En este sentido, las redes sociales actúan un poco como diario de viaje. El diario también nace de esa necesidad de hacer un registro de lo que vivimos, ¿no? Con la diferencia de que el diario es íntimo y en en Instagram tenemos una audiencia, ¿no?
Pienso también en los las notificaciones de un día como hoy de Google Fotos, que es casi como volver a una página antigua de de tu diario. Entonces, queríamos preguntarte cómo entiendes tú este género, el género del diario, y si crees que la persona que viaja siempre necesita registrar las experiencias o y también como qué diferencias hay cuando estas se quedan en la intimidad del diario frente a la exposición del viaje en redes.
Ya. A ver, voy a empezar diciendo como algo que creo que es, sé si es muy cuñado, pero es muy manido, creo, pero lo pienso igual, es que como que toda toda narración al final, toda ficción es real para alguien y y al revés, o sea, toda toda ficción es real y toda la realidad es una narración al final, es algo que nos estamos inventando, ¿no? O sea, y lo que estás poniendo en Instagram es falso, es todo falso y a la vez todo es real, y lo que hay en un diario también es tu perspectiva y solo la tuya y por lo tanto no no no es real, ¿no? O sea, hay algo como de si si hay algo como muy íntimo pero no, o sea, todos nos metimos también a nosotros mismos constantemente. Entonces, no lo sé, pero sí sí como me me parece como muy parecido como el género del diario y todo lo de las redes sociales, porque al final es algo que quieres proyectar, aunque solo sea, aunque un diario en principio, este no, pero un diario es solo para ti, ¿no?
Pero es lo que te quieres proyectar a ti mismo igual.
Y también ambas cosas tienen el tema de seleccionar, ¿no? O sea, a pesar de que sea un registro, uno selecciona lo que registra, uno selecciona lo que uno selecciona lo que sube a Instagram y también lo que escribe en el diario, y también habla mucho de nosotros qué es lo que seleccionamos para mostrar o para registrar.
Claro, sí, lo que seleccionas, el enfoque que le das desde que desde el punto de vista que te lo estás contando, sí, o sea, eso lo lo cambia todo, o sea, dos personas podrían estar contando el mismo viaje y contar viajes absolutamente diferentes, digamos,
o sea
¿Cómo sería desde la perspectiva de Phillips, por ejemplo?
O sea, sería increíble. Me encantaría, me encantaría.
Sería increíble hacer ese segundo
Sí. La segunda parte gato con sombrero.
Perro con, ya, no, no, sería perro con sombrero, no lo sé, tendría que pensar.
Es como perro con corbata, o así.
Sí, que paga con bigote. Sí, sí, sí.
Y y bueno, yendo un poco más también para desgranar el libro, al principio de la historia la protagonista dice tal cual cito llevo varios meses planeando este viaje, señalando en el mapa los puntos de interés menos convencionales, las cafeterías más icónicas y alejadas de la de la plebe turística, las calles descritas en crónicas, canciones y novelas, y ahora que he llegado a mi destino no tengo claro qué he venido a hacer aquí. Y es interesante porque de cierta forma la protagonista se está preguntando por la finalidad de sus vacaciones, y yo no pude evitar hacerme la pregunta de por qué creemos, o sea, por qué necesitamos encontrar una utilidad, aunque sea una utilidad espiritual, a todo lo que hacemos, hasta el punto de que la buscamos en algo que debería ser un escape y un medio para desconectar la mente y el cuerpo como las mismas vacaciones, sobre todo en un resort en México.
Sí, sí, sí, al que algo que debería ser puramente lúdico, ¿no? O sea, muchas veces parece que como que que estamos aplicando cosas de la vida laboral o dinámicas del entorno laboral a al ocio o a a la vida privada, ¿no? Y yo creo que es un poco, o sea, hablo mucho de las vacaciones, pero también hablo bastante del trabajo y todo eso, ¿no? Yo claro, soy personas que dicen. Nadie debería trabajar nunca.
Estamos al ruedo.
Sí. Creo que hay un ensayo de Bebé Black que creo que empieza empieza con esa frase, me encanta. Esas dinámicas como laborales de productividad, ¿no? Como que no podemos desengancharnos de ellas aún cuando estamos Desconectando. Teóricamente, eso es, o sea
Sí, me parece muy interesante eso que dices de que al final vamos repitiendo las dinámicas laborales, como que nos quedan tan dentro y tan debajo de la piel, que aún cuando estamos supuestamente, no sé, con la única necesidad de estar de guata al sol, poniéndonos morenos, estamos pensando, vale, pero ¿qué es lo siguiente? ¿O qué vamos a obtener de todo esto?
Y creo que tiene que ver también con una especie de tema de control, ¿no? O sea, como que necesitamos darle un sentido a absolutamente todo y muchas cosas, pues, no lo tienen, ya está porque el mundo es un lugar absurdo y y no pasa nada, ¿no? O sea, creo que tiene que ver mucho con con eso, con querer saber qué estoy haciendo exactamente, saber lo que, sí, no sé, un poco de control.
Luego que las vacaciones son algo que interrumpe nuestra rutina, ¿no? Como de este ciclo de el trabajo, el ocio, trabajo, el ocio. De repente las vacaciones es algo que nos saca del bucle, de lo siempre igual, pero tiene un principio y tiene un fin, ¿no? Tiene una temporalidad. Por esto quizás cuando viajamos queremos que el viaje signifique algo en nuestras vidas, que nos revele alguna verdad, ¿no?
La protagonista de Gato con Sombrero, en una fiesta en mitad de estas vacaciones, tiene una revelación producto del viaje, pero también de las drogas, porque está ahí en una fiesta, ¿no? Tal. Y su revelación, que me hace muchísima gracia, es que están eufóricos porque van a tomar la decisión de hacerse hippies y no volver nunca al mundo del del que proceden, ¿no? Se narra este momento de euforia en el que junto a su novio Phillip fantasean con vivir en una furgoneta, montar un negocio de rescate de chanclas perdidas en la playa, ¿no? Y vivir un poco así la vida del viajero.
Todo parece posible, encuentran numerosas vidas alternativas que podrían elegir, pero en el fondo saben que nada de eso va a ocurrir y que no van a hacer nada. Entonces, a mí me surgió la pregunta de que, ¿es la esperanza que se siente drogada igual que la felicidad que se siente de vacaciones? Es decir, esta cosa así como que te alivia, pero que en el fondo es falsa, que te crees en ese momento porque te estás pasando genial, pero en el fondo sabemos que es algo
Totalmente, no, son como dos vías de escapes, ¿no? Y, a ver, al final las los las vías de escapes son necesarias, ¿no? Claro, yo lo pensaba también con el tema de de las drogas y todo eso, que igual es igual es un poco extraño porque creo que el el libro igual tampoco tiene una perspectiva muy lúdica, no lo tiene tanto, o sea, ni de las vacaciones ni de las drogas, ¿no? Y son cosas que deberían serlo y no y no lo y no resultan, ¿no? O sea, ya, y es es eso me parece curioso, pero sí, o sea, creo que son dos temas que están a la par ahí, que que sí, que son como escapatorias.
Que estaba pensando un poco ahora sobre el tema de las drogas, que hay una escena que que me hizo mucha gracia en el libro. Bueno, primero cuando Phillip dice que está enganchado al speed luego creo van a comprar drogas y ella dice bueno, no debería porque Phillips está enganchado y dice venga, las voy a pagar yo o algo así, a pesar de que ella nunca las paga. Pero luego además dice como que que a ella le gusta más que el hecho de drogarse, le gusta todo el ritual previo, como le gusta que se lo meterse en el baño porque implica esconderse, o sea, como casi eso, un ritual. Y también pensé que las vacaciones como tal es un un ritual también en sí mismo. O sea, como que ella de cierta forma piensa inevitablemente en sus vacaciones de la infancia.
Todos cuando nos vamos de vacaciones pensamos un poco en esa, en esas vacaciones familiares que, bueno, igual a veces el recuerdo las idealiza un poco, pero que repetimos ese ritual también, ¿no? Buscamos repetirlo.
Sí, sí, sí. Sí, creo, o sea, y todo el tema de los rituales también es una forma como de de crear control, ¿no? O sea, sí, otra vez, tanto tanto en las drogas cuando te metes en el baño y todo eso, como cuando estás planeando las vacaciones, estás viviendo, creando un itinerario y voy a ir a este sitio, a este sitio y a este sitio, porque también como que te supongo que te daría miedo hacerlo sin como sin esa red del ritual,
¿no?
Y sin embargo, pues a la vez se supone que es lo que estás buscando, porque es una escapatoria, ¿no? Porque sí, entonces es como un poco contradictorio, creo.
Sí, además es contradictorio y me produce, o sea, creo que has creado una obsesión en mí, porque claro, es como me produce mucha curiosidad esta cosa de estas estas vías de escape, pues las vacaciones, la el momento en el que estás drogado, tal, como que se sienten de una manera súper verdadera, que son vías de escape, pero que se están fundamentando en una ilusión realmente. Es en todo, creo que la protagonista justo, sin hacer muchos spoilers, pero creo que justo en el libro la protagonista es como que hace una especie de, o sea, como que se queda en la ilusión, no? De alguna manera, bueno, no lo sé cómo se interpretaría, pero yo sé que la interpreté un poco como que se queda en ese limbo y no vuelve como al mundo real, rutinario del que estaba escapando, ¿no? Pero normalmente los viajes tienen un fin, la felicidad y la esperanza que se siente en una fiesta drogada se acaba también.
Claro.
O sea, como que son pequeñas ilusiones que tienen su final y y creo que tienen ahí como que se sustentan en una especie de narrativa o pacto de ficción, como con contigo misma, con el resto, ¿no? No sé, me parece contigo misma, con el resto, ¿no? No sé, me parece curioso.
Sí, sí que sí que creo que es como que que como quedarse un poco en una especie de limbo, pero que pero es como un limbo necesario, ¿no? Porque es constantemente, creo que la protagonista está como constantemente tratando de resolver esa contradicción y quedarse en ese limbo es para mí como dejar de intentar resolver la contradicción, ¿no? Entonces, creo que pueden ser esas dos perspectivas, ¿no?
A mí eso me hace mucha gracia de la protagonista, o sea, como que es contradictoria, pero no no intenta ocultarlo, bueno, al final también porque está escribiendo un diario y supongo que en el diario es si no somos más o menos sinceros en el diario donde lo seremos, sino es como con nosotros mismos, a pesar de, como decías, que nos metimos de todas formas. Pero pero como que me gusta eso de que de que está todo el tiempo como cuestionándose algo y luego diciendo, bueno, pero a veces soy así, pero bueno, a veces tampoco, o algo así como el mismo el mismo tema de del turismo y el viaje. Y y siguiendo también con otro tema que nos llamó la atención, que aparece en una, no aparece quizá a lo largo de toda la novela, pero sí que se mencionan en algunos puntos y yo creo que es algo importante para para la protagonista. Ella es de Bilbao, pero se olvidó de la euskera que aprendió que aprendió en el colegio. Estudió en Madrid, pero no vive no vive allí.
Vive en Berlín, pero tampoco se siente alemana. En un momento del viaje habla con dos mexicanos que conoce haciendo turismo. Dice ella y Diego son mexicanos de la capital, puros chilangos, dicen. Tienen muy claro de dónde son y lo que eso significa. Yo no soy de ninguna parte y a veces me da vergüenza.
El desarraigo es mi fe porque soy una jodida incrédula. En un viaje por vacaciones se encuentra siempre implícito el viaje de vuelta. ¿Y qué ocurre cuando una viajera no siente que tiene un lugar al que volver?
Ya, claro, pues me parece que está súper relacionado con la pregunta anterior, ¿no? O sea, con quedarse quedarse en ese limbo porque no eres de ninguna parte, pero ¿por qué tendrías que ser de alguna parte? Ser de alguna parte también es también es algo ilusorio, también es una construcción, ¿no? Sí, toda el, creo que todo todo el diario, como que el tema del desarraigo como es algo que lo recorre muchísimo y que tiene que ver como con el tema del control y de la incertidumbre, ¿no? De de no saber qué estoy haciendo y luego, bueno, por otro lado, por qué tendría que saberlo, ¿no?
Por esto dices también, por el tema del control, en un viaje surgen siempre conflictos, ¿no? Siempre hay imprevistos que hay que resolver. Entonces, no podemos viajar con cualquier persona, eso lo sabemos que hay gente con la que no podemos, ¿no? Hay que viajar con personas que sepamos que llevan un ritmo parecido al nuestro, que tienen gustos parecidos y, aun así, siempre va a haber algún choque. Sobre todo cuando estás buscando un restaurante después de cuatro horas de turismo, ¿no?
Caminando, todos están llenos, y después de cinco intentos encuentras uno medio vacío, y aunque iguala un poco cerrado, no parece una trampa para turistas, y dices, venga, por fin voy a comer aquí. Pero tu compañero de viaje saca el móvil, lo mira en Google y dice, no, no, no, de ninguna manera,
este solo tiene
tres estrellas, aquí no podemos comer. Entonces, vuelve otra vez la búsqueda infinita de restaurantes y acabas comiendo en un kebab completamente en silencio, sentado en el banco de un parque, ¿no? Entonces, en
la novela no se produce
esta situación tal cual banco de un parque, ¿no? Entonces, en la novela no se produce esta situación tal cual, pero sí que hay algunas parecidas y algunos choques entre la protagonista y Phillip, que es su pareja con la que viaja. ¿Es el viaje una manera de aprender a acompañarnos y cómo son Phillip y la protagonista como compañeros de viaje?
Creo que son opuestos, ¿no? O sea, creo que la la protagonista es eso como la la historia absoluta, el querer hacerlo todo, el el querer planificarlo todo, además, y y Phillip, y el acompañante, es absolutamente todo lo contrario. Pero tiene eso en común de, realmente, creo que lo que tienen en común es esa duda de, realmente queremos estar aquí, es esto lo que queremos estar haciendo, ¿no? Y sí, no sé, sí, el viaje claro que es una forma de de aprender a de aprender a acompañarse. Claro, luego está todo el tema de viajar solo y al final la protagonista, pues, se lo pasa sola porque no viajar solo y al final la protagonista, pues, se lo pasa sola porque no puede, porque es imposible viajar con Phillip absolutamente, ¿no?
Pero pero en cualquier caso tienes que tienes que aprender a a llegar a compromisos, no constantemente contigo mismo o con o con otras personas.
Me encanta un momento en el que Philip está malo y no puede unirse a su viaje, en una parte del viaje que tienen, y ella empieza como hay un momento en que parece como que sale la novia, como vuelve a decir las cosas tal, y luego se va dando cuenta de que realmente
no le gusta tanto hacerlo
sola, ¿no? Y me gusta me parece algo que más me pasaría a mí perfectamente el rollo, es
que estoy yo
si estuviese sola y luego estás sola y estás en medio de disfrutar.
Es que
me aburro, sí, de no te necesito para nada, pero sí, necesitas compañía. Yo, bueno, yo por lo menos que necesito compañía constantemente, maldita sea, en, no sé, creo que, bueno, como irse de vacaciones y estar posteando en Instagram todo lo que haces, aunque estés solo,
como Es una necesidad de compañía también.
Es una necesidad de de compañía y de y de compartir, ¿no? Y y y escribir esto es lo mismo, ¿no? O sea, de ser una curiosidad me ha ocurrido esto, que me hace muchísima gracia y tengo que soltárselo a alguien, ¿no? O sea, es es lo mismo, sí.
Y también, o sea, lo que decías de de que Philip y ella se preguntaban un poco, ¿qué hacemos aquí? Me daba a veces la sensación también que se preguntaban a la vez, ¿qué hacemos aquí y qué estamos haciendo juntos? ¿No? Como que es algo que también el run run estaba allí, ¿no?
Sí, sí, sí, totalmente. Es es algo que nace también de de ver que son tan diferentes y y que dentro de ese mismo viaje que están ya en mundos absolutamente separados, ¿no? O sea
Sí, total. Y también creo que una de las cosas que implícitamente afectan a la protagonista, aunque ella se intente convencer de que no, es esta pregunta de para qué estoy en el mundo. Hay una cita que me hizo mucha gracia que dice literal, soy un gato con sombrero y mi objetivo es desmantelar el sistema, pero me lío con mi propia cola. Me entra el hambre y se me olvida por dónde empezar. Así que, en vez de desmantelar nada, me dedico a seguir calentando la silla como si nada, sin aportar demasiado, eso sí, sin poner piedras en el camino.
Y en el primer momento parece que es algo que realmente no le preocupa, pero a medida que avanza la novela, se pregunta, por ejemplo, sobre el síndrome del impostor, de la impostora, y dice qué pasa con aquellas personas que directamente son inútiles. Luego también asume que su título universitario en letras no le ha servido para obtener un trabajo cualificado que le permita unirse al ascenso social propio de la clase media, del que Phillips sí es parte. Y entonces, podríamos decir un poco que en el discurso irónico y desenfadado de este diario se esconde ese miedo a ser alguien que pasa desapercibido en el mundo, que no tiene nada que aportar, incluso ese miedo a ser alguien tan NPC que ni siquiera es capaz de dañar, en plan
Que ni siquiera es capaz de dañar.
Claro, claro.
Sí, sí, sí, sí. Igual como más que tener una influencia, querer vivir bajo determinados parámetros, o sea, vivir según tus propias reglas y no poder hacer eso. Y a la vez, ¿cuáles son tus reglas y por qué, o sea, y por qué quieres vivir así? ¿No? O sea, creo que es un poco, esto, ay, esto va a sonar muy hippie, yo juro que no soy nada hippie, o sea, pero es como que nos exigimos muchísimas cosas, ¿no?
O sea, tener un pensamiento que ya es suficiente, o sea, pensar algo y además ser coherente con él, ¿no? Y joder, no siempre se puede, ¿no? O sea Y cuesta
muchísimo también, o sea, como el no poder dudar de ti mismo también,
¿sabes? Sí, total, no sé, yo hay una hay una es que soy muy friki, me encanta la Nani Moretti y además sale en el libro esa peli, la de Abril, no sé si la habéis visto, y ahí en un momento, bueno, el tipo está haciendo de él mismo como hace siempre y está dirigiendo una película sobre un en un musical sobre un pastel de otro osquista y no puede hacerlo, entonces salta a hacer un documental y vuelve a saltar a lo otro y en un momento está diciendo como, ¿pero qué quiero hacer con este documental? No quiero atacar a la derecha, no podemos ponernos a su altura, pero tampoco quiero ser autocomplaciente con la izquierda. Yo lo que quiero es decir lo que pienso, ¿y qué pienso? Y silencio total, ¿no?
O sea, ¿qué demonios piensas? No, o sea, no lo sabes tú, yo no lo sé tampoco, y creo que es, no sé, creo que va mucho de eso, de qué vale, ¿qué pienso?
A mí me ha pasado, bueno, voy a contar aquí una cosa que no tiene nada que ver, pero me pasó recientemente, yo estoy ahora en proceso de ser profesor del instituto, ¿no? Y entonces un tutor mío me dijo, me dio a dar una clase y me dijo, vale, muy bien, tienes una presencia en
el aula, la clase estaba como
bien preparada, tal, pero ¿qué es lo que tú como Paula Martínez Camino quieres aportar en tus alumnos? Quieres que tus alumnos desarrollen, desarrollen como personas, ¿no? En plan, como de y me decía, te hablo desde tu esencia, como qué es lo que quieres dejar. Y yo de
repente empecé a pensar,
que es, no tengo ni idea. O sea, me dio como un
terror en plan, no tengo ni pesa, no soy apéndalo.
Me estoy aprendiendo yo y tengo que enseñar a alguien más.
Total, qué
miedo, me dio muchísimo miedo pensar, dios, o sea, se supone que yo tengo que tener como unos valores súper fijos y súper así, que poder como transmitirlos, y realmente yo dudo todo el tiempo de muchas cosas, no sé.
Claro, y al final eso te hace caer como en en esas como valores o verdades súper vacías, ¿no? De que el desarrollo personal. ¿Qué demonios es eso? O sea, no no lo sé. Claro.
Sí, y cosas demasiado fijas que al final eres incapaz de mantener.
Siguiendo con este tema, la protagonista de la novela se identifica con un gato con sombrero, ¿no? Y a menudo también se inclina mucho, pues, a acariciar perro, se fijan mucho los animales en general. Y hay un momento que me gusta mucho, en la que se describen como a los animales como seres sin sufrimiento, en el sentido de que hacen siempre lo que quieren hacer, ¿no? Y y ella lo lo mira un poco como con envidia, como,
ay, ¿por qué no
podemos hacer como animales y hacer solamente lo que me apetece, lo que quiero hacer y ya está? Y por otro lado, también se dice que los animales nunca morirían por decisión propia, sino que su pulsión es siempre a seguir a seguir vivos, ¿no? En este sentido, podríamos pensar, bueno, ayer estábamos escribiendo este guion y yo estaba súper cansada, ¿no? Y entonces, quería escribir, o sea, quería preguntar algo sobre los animales, pero y entonces, la pregunta es, ¿son los animales eternos viajeros? Y yo había añadido, ¿son los animales eternos viajeros o eternos turistas?
Y fue como, vale, esto no tiene sentido, como que me empecé a imaginar a
los animales como turistas en plan,
como Con su tomadita de fotos, el joven
la cola para ver a la Mona Lisa.
Claro, claro, en autobuses ahí como para ver las vistas y cosas así, digo
Claro, pues sí.
Pero bueno, la pregunta sería más como, ¿son los animales como eternos viajeros en este sentido de querer hacer siempre lo que quieren, que
que no están atados a un sitio tampoco?
Sí, y luego, claro, esa es una perspectiva que está todo el rato, lo del tema de los hedonistas y los kantianos,
y la gente lo de
Claro, y luego lo de los, claro, ¿verdad? Los así animales como puros hedonistas, claro, es algo que tiende que tendería mucho a eso, ¿no? Y claro, yo no estoy tan segura. No, los no sé si los no sé si es que los animales son como eternos
turistas, bueno, un poco un poco, sí, es
que me ha me ha encantado la imagen, pero pero, encantado la imagen, pero pero claro, se quitan responsabilidad, ¿no? O sea, no, los animales no tienen responsabilidad, y yo creo que esto un poco sí es el tema de de por qué no somos así como un poco más animalitos, si es si es lo que somos igual, ¿no? Pero claro, con pinzas, ¿no? O sea, tampoco se puede relativizar tanto, digamos,
pero Pero hacer más lo que queremos hacer,
¿no? Sí, o darse menos importancia también, supongo, sí.
Y justo lo que comentabas de lo de ser más hedonista o más kantiana, o sea, para contextualizar un poco, es una pregunta que hace la protagonista a lo largo de todo el libro y se la hace a sus amigos y a gente que se encuentra de fiesta. Ahí ella explica que alguien hedonista basa soltar su actuar en el puro placer, y alguien kantiano lo hace por un sentido de la moral, que les incita a actuar como se espera de ellos. Y te queríamos preguntar, efectivamente, ¿tú, Elena, te considerarías más hedonista o más kantiana?
Pues te voy a hacer una gallegada, depende. Ah,
Yo también lo pienso, O sea, es que
A ver, evidentemente, yo esta pregunta la he hecho de verdad, ¿no? Y todo el mundo, hedonista, hedonista, que no, a ver, que no se lo cree nadie, o sea, no sé, no sé, no se puede ser las dos cosas. O sea, no se puede ser solo una cosa, ¿no? O sea.
A mí me hace gracia, porque creo que una de las cosas mías más hedonistas que tengo, a la vez, es muy kantiano, porque yo me despierto tres horas antes del trabajo para darme mi desayuno donista, en plan mi tostadita. Soy muy rata para muchas cosas, pero el pan me lo compro bueno en plan de espelta, de masa madre, me lavo ahí con la paltita, el cafecito, me tomo mi tiempo para para para desayunar y tal, pero realmente lo estoy haciendo con tanta anticipación para poder llegar a labor del trabajo y cumplir con mi
deber y
lo que se espera de mí, ¿no?
Claro, y te pegas un madrugón tremendo
por el placer
hedoniza de tener un desayuno divino. Sí, pues sí, totalmente. Sí, edoniza de tener un desayuno divino. Sí, pues sí, totalmente. Sí, son son son las dos cosas, no hay una cosa si la otra.
Y otra vez qué hippie, maldita cena. ¿Tú qué? Eres más hippie. ¿Y tú? Hippie.
¿Yo hippie?
Yo hippie. Claro, eso sí. ¿Y tú?
Yo Es que, claro, yo estoy también en la de, creo que siempre se tiende como a querer ser hedonista, ¿no? Bla bla bla. Y creo que ahora mismo, como tengo muchos trabajos y tal, y me cojo mis metros y no sé qué, pues estoy en una época de mi vida de cantiana, cantianamente aburrida.
Está muy bien, hay que ser canciano también. Nadie quiere ser canciano, pero alguien le tiene que tocar, de verdad, si no esto sería la anarquía.
Kantiana por obligación, no por elección. Claro.
También está bien, estoy descubriendo recientemente, a medida que voy madurando, chicas, pero estoy descubriendo el el, ¿cómo cómo decirlo? Como el disfrute o el placer en comprometerme con las cosas. Te lo digo en serio, Porque yo antes como, es que, y de repente, y llegaba tarde a todos esos sitios, no sé qué, y de repente estoy como comprometiéndome y me está gustando mucho.
Claro, no, no, porque te da una sensación, la verdad, de superioridad moral, que es un colocón, o sea Sí, no, sí, de superioridad, sí, un poco de superioridad moral,
sí que ahí
no lo sé, yo hablo por mí.
De orden y de orden también,
¿no? O
sea, que
no hay un caos absoluto en
O como de dar importancia a las cosas también, como que cuando estás modedonista, sí que es como que todo da igual, y también me gusta como no darle importancia a lo que hago, sino también como a la gente con la que me relaciono, o sea, es como que haya un poco de, bueno, no sé, de tomarnos en serio dentro de
Sí, como ese placer de hacer las cosas bien, ¿no? Sea lo que sea, lo que bien signifique, o sea, que tú pienses como, ah, qué bien.
Sí, voy a ver a hacer el cristianismo, bueno, ahora sí, muy bien. Otra pregunta, mira, te vamos a lanzar otra pregunta que se podría hacer en una fiesta también. ¿Qué es? De hecho, en una fiesta del primero de mayo, a ver, se podría hacer esta pregunta. ¿Qué es?
¿Qué echarías de menos si viviésemos en una sociedad donde no existe el trabajo y solo viviéramos de vacaciones? Uf,
qué mal, qué mal. Claro, a ver, claro, qué echaría de menos del trabajo al final.
O de la sociedad en donde el trabajo es algo tan principal, bueno, es principal, donde el trabajo existe.
Sí, la rutina de Claro, no, no, no.
No es
tanto del trabajo, sino de la sociedad en donde existe el trabajo. Pasarse una sociedad donde existe el trabajo a una en que ya no lo existe.
Claro, a mí esto me lleva otra vez hoy a hacer la gallegada de tener la pregunta de, entonces, ¿crearíamos el trabajo para para para tener como el la vía de escape o crearíamos otra cosa?
O sea, lo que extrañarías, lo que echarías de menos sería la posibilidad de tener una vía de escape.
Sí, claro.
Sí, sí. Te imaginas como, uf, estoy deseando que llegue a septiembre porque llevo como cinco años de vacaciones, necesito como el descanso de tener como una rutina madrugada.
Total, totalmente, sí. Supongo que pasaría eso, pero oye, habría formas igual más divertidas, ¿no? De de hacerse la vía de escape, no lo sé, yo ahí lo dejo a imaginación de cada uno.
A mí me pasó que en la cuarentena, por ejemplo, cuando yo entré en cuarentena todavía estaba, bueno, yo soy de Chile y estaba viviendo allí todavía, y y la cosa es que había viviendo allí todavía, y y la cosa es que había acabado la carrera, me iban a poner en buscar trabajo cuando terminara el verano, pero justo antes nos enclaustraron, enclaustraron, sí, encuarentenaron, y y no tenían nada que hacer. O sea, mi padre y mi hermano, mi hermana estaba estudiando, mi padre estaba telecurrando, mi madre también, tal, y yo no tenía nada que hacer. Y en vez de eso, de simplemente vivir de vacaciones, me exigí una rutina, bueno, yo creo que todos un poco lo hicimos en cuarentena, de despertar, me despertaba a tal hora, hacía ejercicio, me duchaba, salía a pasear a mi perro, hacía un bizcocho, bla bla.
Sí, claro, sí, sí, no solo rutina, yo creo que le pasó a muchísima gente, ¿no? Que está como bueno, ahora no tengo que trabajar, no tengo un horario tal, puedo hacer todas esas cosas que siempre quise hacer. Y luego era como, ¿y qué y qué quería? O sea, se me ha olvidado. Total.
Y una de las cosas que echaría de menos, creo, es como, bueno, hay se me ocurren varias, pero una sería como la sensación de puente, como de de repente que te han agarrado un día, o sea, cuando hay un puente, sabes? En plan, me gusta, da un placer, pero claro, es un placer asentado en el sufrimiento, pero Y otra cosa que también está sentada en el sufrimiento y es muy egoísta por mi parte, me gusta mucho visitar a mis amigos en el trabajo. En plan rollo,
vamos a este bar que trabaja, no
sé si
Vale, claro, claro. O sea, cuando sus amigos te invitan a cerveza en sus lugares de trabajo, por supuesto, que es algo que es tarde menos.
Sí, además me hace, aparte de como el privilegio, yo que sé, pues que tenga que saquen un libro con descuento o algo así, el privilegio, no, aparte de eso, yo no lo hago, Aparte de eso, como que me siento como una especie de teatro en el que soy mayor, ¿sabes? Y mis amigos y mis amigos trabajan y tú no sabes.
Sí, totalmente. Siempre están todos disfrazados de su profesión.
Claro, claro.
Toda la
disfrazada de bomberos. Sí, claro, doctora.
Sí, sería como gatitos así con el gorrito de farmacéutico.
Como hello,
con el
disfraz, ¿cierto? Total,
sí. Y ya para ir acabando, Elena, hay una pregunta que nos encanta hacer porque creemos que el oficio de escribir está intrínsecamente conectado con las obsesiones, así que queremos preguntarte que qué es lo que te está obsesionando ahora mismo.
Me obsesionan los gatos, está claro, creo que es evidente, mis gatos, que se llaman Bobo y Nikita, y que me obsesiono ahora mismo, aparte de eso, algo que te
esté haciendo así run run en la cabeza.
Puedo decir las croquetas. El próximo libro, Prestige de
Elena, sobre croquetas.
La cro El próximo
libro, presidente
de Libra
sobre el
croquetas. La
croqueta con sombrero.
Croqueta con sombrero y y ¿qué más? Mierda, saliré con las obsesiones. El tema del del del control y dejar esa hora el control me me sigue me me sigue persiguiendo mucho, creo.
Voy a intentando hacer croquetas de otra manera diferente, pero
drogada, sin control.
Sí, sí, sí, voy a control y croquetas, sí
Control y croquetas sería un buen título,
Sí, todavía no sé, todavía no sé exactamente de qué ir, pero ahí hay algo, ahí ahí hay algo seguro metido dentro de la croqueta, Ya.
Qué bueno. Bueno, pues muchísimas gracias, Elena, por conversar con nosotras. La verdad que es un placer.
No, muchas gracias a vosotras.
Gracias también, bueno, pues como siempre
a a la librería Pérgamo por dejarnos grabar aquí entre sus libros. Y nada,
nos vemos a la dejarnos grabar aquí entre sus libros y nada, nos vemos a la próxima.
Adiós. Muchas gracias.
Muchas gracias.