¿Cuánto se tarda en olvidar a un ex? En este episodio, Pilar y Paula charlan con Juanpe Sánchez López sobre su último poemario, Tonterías. Reivindican las cursilerías, piensan sobre cómo se relacionan el amor y el olvido, la poesía y lo popular o lo sublime.
La Elocuente nace de la curiosidad sobre la creación artística. En cada capítulo, partimos de una misma pregunta y compartimos nuestra investigación sobre los hallazgos y misterios del proceso creativo. ¿Por qué creamos?, ¿cómo sueñan los artistas?, ¿cómo se crea en una ciudad que nunca para?, son algunos de los puntos de partida de estos ensayos en los que el pensamiento, la narración y los paisajes sonoros se entrelazan con referencias culturales y voces de nuestra vida cotidiana.
Transcripción
Radio Círculo. Pensando en voz alta.
¿Te acuerdas, Paula, cuando estaba terminando de escribir mi manuscrito? Que estaba un poco rayada porque pensaba que algunas partes podían sonar demasiado cursis. Yo creo que la mayoría de las veces que nos pasamos textos,
creo que la mayoría de las veces que nos pasamos textos en los que aparece el amor de alguna manera, siempre nos los pasamos rollo. ¿Lo puedes leer, por favor? Que creo que da muchísimo creens, en plan, como buscando esa validación, ¿no? De no, no tranquila, no da
cringe. Sí, total. Y recuerdo que justamente en el proceso de corrección llegó un momento en que me tuve que poner los lentes de lo cursi, porque la persona que me estuvo acompañando durante el proceso de escritura me dijo, vale, sí, está muy bien, pero ahora cuando corrijas, ponle ojo a lo cursi. Y ahí me puse a pensar en qué chiste en qué chiste es meter cuando me ponía demasiado sentimental, también cómo reírme de mí misma para no dar cringe. Cringe.
Para no dar cringe.
Quiche. Para no dar quiche.
No, para no dar cringe, porque, claro, te advierten un poco que lo cursi da cringe, ¿no? O quiche. Pero en el momento en que me encontré a mí misma haciendo todos esos malabares para evitar sonar cursi, en un momento me cansé y dije mira, a veces quiero escribir del amor sin sin disfrazarlo, no quiero exponerlo sin vergüenza como un niño que dibuja un caballo verde y se lo regala a su mamá con la seguridad de que lo va a pegar en el refri. Por eso, me hace mucha ilusión presentar a nuestro invitado de hoy, alguien que persigue el mismo deseo de hablar sobre el amor sin diluirlo y que no teme ser tachado de cursi. Él es Juanpe Sánchez López y el poemario del que hablaremos hoy se titula Tonterías.
Hola, Juanpe.
Hola, encantado de estar aquí. Muchas gracias por invitarme.
Bienvenido, gracias a ti. Pues, Tonterías es el primer poemario que comentamos aquí en este podcast, porque normalmente hemos entrevistado, sobre todo, a autoras
Wow.
De de narrativa, ¿no? Porque es lo que más es lo que vamos leer. Pero nos interesaba mucho tu propuesta, que también está vinculado a todo este movimiento, ¿no? De poesía cursi, que también trabajas junto a Berta García Faez, con quien publicaste una antología titulada Estrellas Vivas, que también está editado en la en letraversal, igual que este poemario y el primero que publicaste, ¿no? Que se titula Entre las gradas.
Además, también has escrito un libro de ensayo súper emocional del que vamos a hablarlo tranquilos. No, sí, sí, podemos hablar, Que nos decía, Santos, que estabas un poco ya cansado de de darle tanta turra a su premocida. Pero bueno, que está ahí, que yo me lo estoy leyendo ahora justo, me lo estoy acabando y me está encantando. Gracias. Lo recomiendo total.
Y nada, ¿empezamos?
Sí. Bueno, vamos a un poco contextualizar. Bueno, tonterías, eres un buen Mario y que, de cierta forma, tú lo expones como un viaje en coche, ¿no? También a nosotras nos pareció y también está como esos pequeños guiños de que aparece un videojuego. En él aparecen fantasías, treinta y dos novios, tesoros, estrellas brillantes y todo un despliegue de elementos que nos dan un chisporraso agradable y liberador de cursilaria.
Como he empezado yo con mi rayada de que escribiendo la novela me daba miedo sonar cursi, quiero empezar hablando por este tema. Lo cursi, de cierta forma, nace de la mirada externa, ¿verdad? O sea, cuando estamos nosotros solos con el texto, pensamos que es cursi por la repercusión que va a tener en quien lo lee y no tanto porque nosotros mismos pensamos que suene como tal. Entonces, te queríamos preguntar para partir esta entrevista, ¿qué buscas reivindicar con lo cursi o qué buscas provocar en esa mirada externa?
Sí, ahí hay una parte importante que creo que has que has dado en el clavo, que es lo cursi, bueno, pues, como muchas otras cosas, viene del afuera, de la percepción de los otros, ¿no? No solo porque, bueno, pues, históricamente, ya se se ha ido señalando que está bien, que no está bien, y eso crea una hipervigilancia sobre el texto, sino porque creo que ya se se ha instalado también cierta idea o estereotipo de lo poético o del qué se dice en la literatura, que muchas veces sentimos, o sea, esto, de hecho, lo hablo bastante con Paula Melchor, que es otra amiga, que es otra poeta también, de que a veces hemos sentido vergüenza por lo que escribimos, ¿no? Y y que que también es una vergüenza que no se va con el tiempo tampoco, como te puede leer mucha gente, le puede gustar a mucha gente, y aún así el la sensación de vergüenza sigue sigue estando ahí como si fuese algo que que es difícil de quitar. Y creo que ahí está la idea de de del pensar en que todo el rato estamos siendo juzgados y que hay algo que está bien, hay algo que está mal o que o hay algo que es digno y no digno de de entrar dentro del texto literario.
Y luego la la pregunta, ¿cuál es la pregunta?
La pregunta es un poco, ¿qué buscas reivindicar con lo cursi
o qué buscas generar en esa mirada externa?
Sí, yo creo que, mira, o sea, el el el
la idea de lo Cursi con el primer libro no era una cosa tan tan consciente ni, o sea, o desde luego era trabajada, pero no en ese en ese en esa dirección era una cosa más de, bueno, yo escribo haciendo lo que me gusta y luego, desde luego, tuvo unas reacciones, muy buenas reacciones, y luego hubo otras reacciones que que eran como, bueno, esto qué mierda es, ¿no?
De hecho,
la contraportada del libro cita una una, bueno
Una usuaria de Twitter.
Una usuaria de Twitter, que eso, de hecho, fue cuando cuando, creo que ahí fue el motor, el gran motor de de de lo que empezó Tonterías, porque, bueno, bueno, pues, un un poema desde las desde las gradas se se se citó por el día de la poesía, lo citó una una chica, se hizo viral, tipo miles de likes, miles de de retweets, y de repente, bueno, era de verdad que era un un poema bastante tonto, de tres líneas, que tenía una función concreta dentro del libro y que descontextualizada, obviamente, era, o sea, no era un poema para que yo del que yo mandé a una residencia de escritura para que me den una beca, ¿no? Era un un poema que dentro del libro tiene un contexto y, desde luego, que encima en ese en ese libro hay una voz auto infantilizada, en ese libro hay una voz autoinfantilizada. No es como, bueno, pues claro, que tiene su propia función en su contexto y ya está, y no hay no hay que sacarlo más.
Y Pero, una pregunta, perdón, ¿este tuit es el que se hizo viral? No, no, no, se hizo viral se hizo viral el
el poema y de el poema. Viral? No, no, no, se hizo viral se hizo viral el el
poema El
poema, el poema. El poema, y de repente yo me metí a las citas y de repente encontré esto que dice, bueno, me vais a disculpar, pero malgastar una página para poner una frase que la podría decir, mi primera de cuatro años no me parece poesía.
Es que a mí me hizo una gracia cuando lo vi, perdí buenísimo.
Y tú en plan, bueno, logré la voz infantil que querías en el estómago.
Claro, por por una parte, eso por otra parte, ¿qué qué culpa tienen las las niñas de cuatro años? ¿No? Como, o sea, ¿qué qué pasa con las niñas de cuatro años si es su escritura? Y por otra por otro lado también como que hace gracia, ¿no? Porque, o sea, obviamente no hay una una no no quiero relacionarme con con ello, pero joder, esas son las mismas críticas que se le hacía a la pintura abstracta en hace más de cien años, ¿no?
Como, entonces, bueno, todavía estamos en ese en ese momento, pues bueno, me da igual, y sobre todo, bueno, pues si lo puede hacer su prima de cuatro años que la haga, ¿no? Claro. Y me, o sea, me parece genial. Entonces, no hay no hay nada de malo en eso. Y entonces ahí lo que lo que lo que intenté hacer es esta idea de de pulir la tontería, ese poema, esos hallazgos de cosas chiquitinas, nineas, que parecen insignificantes coger y decir, bueno, pues si esto ha ha creado un cierto rechazo, voy a tirar del hilo y a pulir la tontería para, porque creo que si si molestar es porque hay ahí un un ejercicio político de alguna forma como que les que les duele, ¿no?
Porque dicen, bueno, esto es literatura o no, es poesía o no, pues yo creo que ahí está un poco la idea de lo de esto.
Qué guay, qué guay. La verdad que, o sea, ya si estás consiguiendo cómo provocar ese debate Total. A estas has conseguido ya algo bastante grande, o sea, qué qué guay. Pues yo escribiendo este guion y pensando un poco después de leer tu libro, en lo cursi y tal, y y en las estrellas de amor, de cómo se habla del amor y tal, pues pensé, ¿qué es lo más cursi que he visto yo en mi vida?
Wow.
Y me acordé de, sí, sí Emperatriz.
Wow.
¿Vale? ¿Habéis visto esa serie? Yo es que
yo la yo la yo la yo la veía de de pequeño porque a mi madre le encantaba, pero yo yo tendría como tres años y, de hecho, mi madre la sigue teniendo porque era es era su cosa como preciadísima.
Es que es, o sea, es en
VHS o en VHS. En VHS, es es
increíble, es increíble. A mí, yo no sé por qué, pero mi abuela me regaló los VHS. Wow. Y yo me lo ponía, había algo que me rebajaba, yo creo que nos diera el doblaje meloso, como los vestidos, como toda esa vaina del palacio. Claro, claro.
Pues eso, para mí fue como el preludio de Crepúsculo, no sé si es brutal. Entonces, bueno, pues es una historia así como ambiental en el siglo diecinueve, ¿no? Y y que la cuenta la historia de Amor, que es como super hiperromántica, en la que castigan a un caballero a superapuesto Imberbe, que se llama Francisco José, con la con la hermana mayor de Sissi, ¿vale? Pero claro, este es el amor de Sici, y Sici es el amor de él. Y y entonces, pues, lucha por su amor y al final se casan, amor eterno y todo super fabuloso, ¿no?
Entonces, yo aunque ahora vaya de chula, una versión mía, con diez años fantaseaba que era, sí, sí, Francisco Javier me enviaba, no, Francisco José, me enviaba cartas perfumadas y esas cosas, ¿no?
Ay, qué increíble.
Entonces, esto me ha hecho pensar que, aunque nuestra generación en general, pues ya no cree o nos reímos mucho de este tipo de amor y de este tipo de historias así tan idealizadas, en el que el amor es algo eterno, único y tal, pues no podemos negar que todavía, pues en el fondo nos enamoramos, ¿no? Y sentimos diferentes tipos de amor, y que estas cosas nos siguen importando y nos afectan. Total. Entonces, quiero preguntarte, ¿siguen vigentes las fantasías del amor verdadero, así como y para un amor verdadero y para siempre? ¿O y si si son estas una manera de celebrar el amor, aunque seamos conscientes de que las cosas pueden terminar.
Sí, yo creo que va un poco por ahí de, yo creo que el momento en el que en el que vivimos es como innegable que las críticas a la más romántico han creado un punto y y aparte, como más o menos han permeado la la sociedad casi por completo. Es decir, hasta la la la persona más normativa sabe que el el amor romántico ya está un poco, bueno, que las cosas terminan, ¿no? Y creo que eso era un poco como la gran la gran apuesta o la gran promesa del amor romántico, que tú estabas con un con una persona y era para siempre, ¿no? Y que era como infinito porque el el destino así lo había querido y porque, bueno, pues estáis destinados uno para el otro, blablablá. Pero creo que que ahora, y de hecho, hay un hay más mi impulso también de la escritura y del pensamiento es que, una vez echadas las críticas y desechados los mitos a lo del amor romántico o o repensados o no no sé si desechos, pero
Desestabilizados.
Sí, sí, desestabilizados, sí, como que, sí, o sea, como no desechados por por completo, sí, pero sí he movido sus cimientos, como lo que queda es un poco el un lugar de incertidumbre, de decir, bueno, ¿qué hacemos ahora? Y yo creo que sí que es bastante aprovechoso esta idea que tenemos como sociedad y como cultura, de el amor como un gran movimiento de nuestras vidas. Y creo que eso es para mí, bueno, pues lo que intento hacer con mi escritura y también lo que lo que me gusta pensar, que hay que reformular o redirigir atención a a esa a esa promesa del amor, ¿no? De que, bueno, pues poder estar en en cualquier sitio, en todas partes, y que nos puede mover y que, de hecho, nos mueve, ¿no? Y que la idea de que, bueno, realmente, que las críticas del amor y del amor romántico, sobre todo, que no vayan en contra de la idea de de un amor, ¿no?
De que puede ir por
él. Nos parecía curioso como la concepción del amor como tal, o sea, me interesa mucho lo que dices de que, a pesar de que se ha desestabilizado la idea del amor romántico, queremos seguir como creyendo en un en un amor. No sabría cómo qué adjetivo ponerle, quizá un, es que decir un amor bueno, que es un amor bueno, ¿sabes? Pero sí que pensábamos que de, inevitablemente, como que el amor cursi, por ejemplo, quizás se asociaba más como al tipo de relaciones más antiguas, más clásicas, más tóxicas, ¿no?
Y hay normativas, claro.
Y normativas, pero en Tupac Mario, justamente, a mí me da la sensación de que subyace una idea de amor libre. O sea, el hablante lírico tiene treinta y dos novios, o sea, cada uno tiene su lugar y su importancia, y entonces como que me hace preguntarme también, ¿qué qué es para ti el el amor cursi como tal?
Pues a mí realmente, o sea, la cursilería va más sobre todo a una sentimentalidad exacerbada, es decir, como algo que brilla muchísimo y que y que siente de forma excesiva, y por eso por eso también molesta a la gente, ¿no? Porque cuando algo es excesivo, chillón, y de hecho hay, bueno, ahí está también la parte del estereotipo, no solo de las mujeres de sienten mucho, etcétera, sino también como, pues, la pluma gay de, ay, es muy chillón, tiene mucha mucho manierismo, molesta mucho, ¿no? Como que sea pomposo. Y creo que ahí estaba un poco, o sea, bueno, un poco, ¿no? Profundamente ligado a la cursilería con el una marca de género y una marca de el GTB o Quir.
Entonces, por ahí por ahí va un poco lo mío, la idea de pensar en que cogiendo y un poco vuelta a la anterior pregunta, como cogiendo la anterior, cogiendo como lo normativo o lo convencional, de repente se satura todo tanto que ya no cabe, ¿no? Como que desborda el la propia normatividad. Porque, bueno, pues, es, desde luego, sí que hay poemas que los lees y dices, ay, podría ser un poema de amor tradicional convencional romántico, y claro, luego, eso no, ¿no? O el, yo creo que, por ejemplo, el el cuento diez, que es ese de la discoteca en el que te veo, solo pienso en eso, y luego realmente antes había dicho como, me da igual que quieras tener sexo con otras personas, que tengas sexo con otras personas, como lo que me importa es que quieras estar conmigo, ¿no? Como Y ahí es como que nunca se deja del todo caer en la normatividad más más plana, porque al final no no es excluyente, ¿no?
Como un amor desbordado y completo con con otro tipo de amor, ¿no? Y y ahí no, o sea, y de hecho, ahí no me, o sea, no me quiero meter como en ideas de de poligamia, blablablá, sino como en idea de reconciliar con con la sensibilidad, sin más, ¿no?
Como
Porque a a la a la vez, o sea, la idea de los cuentos nunca se sabe si son simultáneos o no. Entonces, como, bueno, puede ser simplemente una historia lineal de mis novios y así sería como una forma de aceptar, bueno, de mis novios, ¿no? Porque no son son imaginarios, pero
Que pasen los novios.
La isla de las de las
tentaciones. O sea. Imagínate, uno va con treinta y dos novias.
Ya me encantaría, la verdad. Y y nada, entonces para mí va va un poco más por ahí, por por esa saturación que hace que no que no sea posible leerlo desde ahí. Y bueno, y esto obviamente tiene referencias claras que va por un lado Mariano Vlat, la poesía de Mariano Vlat, la poesía de Fernanda Laguna y Berta García Faez también en en en algunos momentos, bueno, sobre todo en los salmos favoritos tiene esta idea de el novio mexicano, novio, como que también hace este juego de los novios, que lo releí hace poco en y de y dije, esto ha sido realmente una referencia clara que no había releído desde hacía desde el dos mil veinte o así, para hacer el trabajo de fin de máster. Y cuando lo releí, dije, esto ya está estaba en mi cabeza insertado y y, claro, eso. Pero, sobre todo, esta idea de cuirizar o o hacer extraño el amor, y, sobre todo, creo que esta idea de de tener muchos novios y de que y y de que, bueno, pues como que se sature el propio mundo del del libro de de chicos, es de Mariano Blat.
Y, y de hecho, Bertha García Ferd tiene un artículo que dice, sobre Mariano Blat, que dice como, los muchachos son infinitos, pero no intercambiables, y creo que un poco esa idea está también en tonterías.
Hay una página de Instagram que pone que compone fotos de diarios de niñas pequeñas
Total, obvio, sí, sí.
Y hay uno que es como en plan, bueno, hoy día uno de mis novios
Claro, sí.
No me hizo caso en el recreo.
Claro, es que esa, o sea, esa escritura tiene tiene toda la idea de de la cursilería o de la de la niñería que, bueno, pues que al final, pues es yo exploro un montón con eso.
Y también, o sea, también he pensado, ahora que decías tú, Paula, lo de si siempre era Tris, y ahora también que mencionabas el tema de de de tus referentes y tal, he pensado en como agua para chocolate, no sé si lo lo ha leído. Lo
lo leí cuando, por, o sea, cuando el adolescente y
tal, pero claro. Pues, es la misma premisa que si siempre era actriz, en plan, básicamente, y bueno, es un poco spoiler, pero es como en plan, si no has leído, como guapo por chocolate, o sea, se mueren follando porque como que el amor explota, ¿no? O sea, como
que esta
es la idea de sí,
sí, sí, sí.
Sí, sí, sí.
A ver, mucho mejor agua para que chocolate.
Ah, bueno, es
que no
llevo una cosa.
Pues me gusta mucho esto, ya has dicho, de como no sentir intercambiables esos novios, y como conseguir ese espacio dentro del amor donde encontrar ese ese ese momento de de sentir que sí que es eterno, sentir que la promesa de para siempre es real, ¿no? Aunque seamos conscientes de que realmente, pues, no no lo no lo sabemos, ¿no? Pero sí sentir como esa entrega que me parece muy guay. Y relacionado con esta idea, siento que en el poemario hay una gran presencia de la idea del olvido ligada con la del amor. En
uno
de los primeros poemas introducéis una canción que vuelve a aparecer al final ligeramente modificada, ¿no? Al principio es, no te pierdas, no te olvides de mí, no pasa nada, ¿no? Como esta canción que haces con el juego ese y tal, tal, tal,
tal, tal,
tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal, tal,
tal, tal, tal, tal
Y y, bueno, siguiendo ya para hacerte como la pregunta entera, en otros poemas también se muestra ese deseo de no ser olvidado. Una amiga en el le dice a la al hablante lírico que tiene que pedir tres deseos y y le responde, sé que debería pedir la paz en el mundo o algo así, pero en realidad pido que mis perritas nunca se mueran, que el sabor de los chicles sea infinito y que mis novios no puedan quitarme nunca de su cabeza. Y me sorprende mucho este contraste entre el deseo de no ser olvidado nunca, eso de de no de no desaparecer del recuerdo de los amantes con la conciencia del final de las cosas, que se manifiesta también en durante todo el poemario, pero sobre todo en el poema que cierra al final del libro, que me parece maravilloso.
Gracias.
Que, bueno, en ese poema se expresan que las cosas pasan, ¿no? Que tienen un principio y un final y ya está. Entonces, ¿de qué manera conviven el amor y el olvido? ¿Cómo convive este deseo de ser inolvidable con la conciencia de que el olvido es una posibilidad real?
Sí. Sí, no sé. Uf, muchas gracias esta pregunta, que que increíble, la verdad. Por un lado, el el el poema final, que es larguísimo, que intenta como recoger todo un poco, creo que sí que tiene como afán reconciliador de ha pasado el tiempo, para mí es como casi un epílogo del libro, como está el el el el sujeto o el protagonista que es adolescente, pues adolescente, joven, etcétera, y que está todo el rato diciendo, bueno, pues quiero que no me olviden, ¿no? Esta idea de de cuando eres joven que que sientes invencible, ¿no?
Y luego de repente van sucediendo las muertes por algún sitio o las pérdidas de las amigas, etcétera, etcétera, y entonces como que se siente que ahí hay un, creo que, bueno, pues, como en la vida, ¿no? Hay un punto y aparte cuando suceden x muertes, cuando suceden x pérdidas porque, bueno, pues ya no eres amiga de de alguien o porque ya no eres novio de alguien, etcétera, ¿no? Como también se llama luto a eso, ¿no? A eso, entonces, creo que está esta esta esta cosa de querer agarrarse a a ser inolvidable o que o que las cosas, de hecho, o las personas sean también inolvidables para él, como que no quiere dejar ir, quiere que todo se acumule y que sea, o sea, y que la vida sea como un sedimento de de las cosas. Luego, el el último poema es un afán de, tiene afán de de dejar ir, ¿no?
De, bueno, las cosas van a pasar, las cosas se va se te van a olvidar, la gente se va a ir muriendo y y la gente va a ir enfermando, y tú también, ¿no? Y creo que por eso tienes esa es, por eso, de hecho, decidí dejarlo el el poema, porque para mí era fue el gran rompe el el gran rompecabezas del libro fue el último poema, porque es muy largo, había que mantener bien el el pulso. Claro, cuando se lo pasan a alguien, no sabes si realmente, o sea, sí, te confío en en la opinión de los demás, pero digo, y yo confío o no, ¿no? En en en mi decisión de de esto. Y claro, al final ya sí que dije, bueno, hay que determinar qué es si es si importa o no, y y para, sobre todo, para para lo que lo que estaba intentando hacer, que era como, bueno, un contraste.
Sí, bueno, para mí lo que estaba diciendo era un como un epílogo de ha pasado x tiempo, ya está la calma y, de repente, el el yo lírico está en otro sitio, está volviendo en el coche, ya se ha ya se ha despertado de ese delirio, de ese dormitar con los novios y está diciendo, bueno, se me están olvidando las cosas, ¿no? Y creo que parte de la de la de la vida, bueno, para mí es sorprenderme de que me olvido de cosas importantes que que que han sido para mí muy importantes, ¿no? Como me acuerdo que, esto es una tontería, pero pero como me acuerdo cuando pasé a lo al al instituto, que es yo, bueno, siempre había ido al mismo colegio con la misma gente, entonces, me sabía el nombre y los apellidos de todo el mundo. Y cuando llegué al instituto, dije, ay, ¿me me voy a saber el los nombres y los apellidos de la gente del colegio, sea, de la gente del instituto, cómo me aprendí los del colegio, y hubo un momento en el que me los aprendí y hubo un momento en que me olvidé de los del colegio.
Y ahora, o sea, han pasado bastantes años desde que me fui del instituto. Ahora, hay veces que no me acuerdo ni siquiera de gente que que ha sido mi amiga, o sea, bueno, o o colega de de de clase, y hay veces que estoy con mis amigas y me dicen como, ah, sí, esta persona se ha casado, y digo, es que no sé ni quién es. Ya. O sea, no sé. Y entonces, como, qué fuerte que realmente vivir sea olvidar cosas importantes, ¿no?
Total. Totalmente. Hay una parte, un fragmento también de este poema, que no sé muy bien cómo lo dices, qué pena y no lo apunté, pero dices algo así como que tenemos muchas partes y que hay algunas partes que vamos a desconocer o que vamos a olvidar o que no tenemos como cierto control. Y y es algo que realmente es un descubrimiento bastante reciente, porque creo que cuando eres más joven, que eres adolescente, tal, sí que tienes como más control de cada parte de tu vida. O sea, siempre está como la infancia más primera, que es un misterio ahí, una nebulosa rara.
Pero en el momento en el que tienes conciencia, hay una parte de tu vida en el que no ha pasado tan, no has vivido tantas cosas como para olvidarte de ellas. Pero claro, es que eso se va a, ¿sabes? Yo ahora pienso, tío, yo me siento ya que he vivido muchísimas cosas Total. Y me faltan todavía muchísimas más. O sea, yo pienso en en los adultos, en mi abuela, tal.
Digo, cuántas vidas tiene esta persona?
Total, sí, sí.
No sé.
Y y que y que creo que culturalmente está como mucho más definida la idea de de una la infancia, la adolescencia. Pero luego, o sea, yo, por ejemplo, y para mí también he sido liberador, de hecho, esta idea y que es un poco copia de de un poema que empieza de Maggie Nelson, que lo demás traduzco, pero dice como, yo solía hacer esto, las las los seres que yo era solían hacer esto, esos seres que ya ni ni sé ni entiendo, o algo así como ya estos ya yo solía hacer esto, los seres que yo solí que yo era solían hacer esto, es como ya ni siquiera me me identifico con con con esta acción. Y y creo que que es es así, o sea, para mí es muy liberador también solo no pensar la adultez como, bueno, los veinte, ¿no? Como un periodo en el que ya empieza mi vida adulta y ya se acabó, o sea, como es el mismo periodo, ¿no? Para mí los veinte han sido casi más fundacionales que la adolescencia.
Total. O sea, como Y he cambiado muchísimo más, de hecho, entre entre medias, como mis veinte a los veintitrés han sido una cosa, mis veintitrés a los veintiséis otra, mis veintiséis a los treinta otra cosa completamente distinta. Y, a lo mejor, cuando era veinte con diecisiete no me daba vergüenza, y ahora con con treinta lo el de veintiséis sí que me avergüenza. Porque estoy mucho más cambiante, porque no sé por qué, no sé por qué.
Yo diría que incluso como que los de los veinte a los veintitrés es como una adolescencia tardía, ¿no? Total. O sea, y poco se del desarrollo del lóbulo frontal, porque ahí
cae un cambio muy heavy.
O sea, yo veo como mi misma antes de los veinticinco y estaba un poco desquiciada, y ahora es como que, a ver, todavía
de repente me vienen mis
momentos tal, pero como que ya estoy como más en plan estable, por eso
¿Cuándo años tienes?
Veintisiete.
Pues ya verás cuando llegues a los treinta va a ser
Hay otras habilidades,
pero yo o peor.
Ya para mí es mucho mejor.
Ah, ¿así?
Sí, sí, sí.
Yo te voy a exponer aquí un poco porque yo me acuerdo, bueno, un momento, o sea, Pilar, cuando se enteró de lo del lo del lóbulo frontal, estuvo muchísimo tiempo rayadísima porque pensaba que no se iba a volver a enamorar nunca, que no iba a volver a sentir amor, porque por el lóbulo frontal, Sí. Y luego así mentira. Y luego toma una historia súper intensa que nos revelaremos por aquí. Pero pero sí.
Qué bien.
Pero sí, o sea, o sea, totalmente de acuerdo en esa sensación de que en los veinte es como que igual porque no tenemos más estímulos o porque estamos como más arrojados al mundo, pero pero sí es como un cambio mucho más constante.
Sí, yo creo que más consciente, ¿no? Del mundo como de la vida. No sé, no sé, o sea, obviamente no puedo generalizar, pues, mi experiencia, pero para mí ha sido como, de repente, darme cuenta de, no solo de que estoy en el mundo, sino de que hay muchas cosas alrededor del de de mí que que si no cuido o si no estoy presente, se van deteriorando, ¿no? Como se erosionan y se van. Entonces, es
Sí, como consciente de la que las cosas se rompen.
Sí, la adultez, eso es.
Claro, pero es que es que es muy fuerte, porque es que, claro, es que estaba yo pensando, claro, tú dices en un a un gran amor te despides de él, no te voy a olvidar, ¿vale? Y no te olvides de mí, eso es como completamente real. Sabes que va a suceder, o sea, en el fondo
te lo he respondido al
al Claro, porque es que, claro, es que, porque, claro, realmente no es solo que no le vais, que a él le vayas a olvidar, sino que también te vas a olvidar de ti mismo. Es que estoy flipando algo, ¿no?
Sí, de hecho, la el el último, perdón, lo voy a coger, perdón, sí, El último aquí dice, no quiero perderme, no quiero olvidarme, no pasa nada de verdad, no pasa nada, porque este último poema empieza como una voz en segunda persona, como hablándole, estás por aquí haciendo tal, coges no sé qué, y luego le empieza, cambia los verbos que son como en o en infinitivo o algo así, y empieza el imperativo, y dice, coge esto, recoge las estrellas, tú Y luego eso implica un cambio de persona y empieza a decir, nos encontraremos tú y yo tan espléndidamente arrugadas. Entonces, como que el desdoblamiento del yo con viéndose en un futuro o lo que sea, de repente acaba en una fusión de ahora somos tú y yo en el pasado y en el presente, o somos los enamorados, ¿no? Se sabe, ¿no? Y entonces esta idea del final era como no quiero perderme, no quiero olvidarme, porque no pasa nada, de verdad, no pasa nada porque es, o sea, para mí, pero esto obviamente tiene otras interpretaciones, para mí es una una forma de decírtelo a ti mismo, como, bueno, en el futuro, o sea, es como si el el yo futuro estuviese hablando a un yo presente de, bueno, no no nos queremos olvidar de esto.
Pero bueno, no pasa nada, ¿no? Si nos olvidamos.
No hay. Proceda Yolanda, ¿sabes?
Es que, o sea, es que, o sea, es que es como, pero al al final como que a pesar de de de que te olvidas de quiénes fueron, de esa persona, de quién fuiste tú con esa persona, como que sí que de todas formas dejó un rastro.
Total.
Como un regustillo que es como que ya ya dependerá de muchas cosas, si es un regustillo bueno o un regustillo malo, pero siempre está como ese rastro que te dejaron las personas a quien amaste.
Total.
Bueno, y siguiendo ya con con otra con otro tema, hay algo que también que me gusta de del poema, que hay como cierto conflicto entre lo que es el mundo literario más académico o más grandilocuente, ¿he dicho bien esa palabra? Bueno. Y luego también está como, entre comillas, lo que serían la las tonterías, ¿no? ¿No? Y hay una de tus influencias, por ejemplo, que pueden caber dentro de esta concepción, que son las jarchas, ¿verdad?
O sea, para las que no saben lo que son las jarchas, eran el cierre o el estribillo de unas composiciones mayores llamadas moaxacas, y en sí mismas no se les consideraba de tanto prestigio literario porque estaban ligadas más al pueblo y sus temáticas eran sencillas y emotivas y casi siempre ligadas al amor. Entonces, bueno, esta pregunta la la quería hacer en dos partes, pero en primer lugar es más o menos como, o sea, de qué forma te influyeron las jarchas o marcaron la escritura del poemario y y si es también una forma como de reivindicar lo lo popular y los cantos al amor.
Claro, o sea, está esta idea de que ahora lo, o sea, como se lo estudiamos como popular, en su momento fue popular, para ahora ya mencionar las jarchas es casi un poco oculto, ¿no?
Claro, claro.
Sí. Entonces, quería jugar un poco con esa doble vertiente de, para los que penséis que estos son cancioncitas, ah, me he inspirado las jarchas, Y luego, claro, para para que la gente que sepa o que va sepan cómo está en profundidad que es la jarcha, dirá como, ah, claro, tiene sentido, ¿por qué es eso? Esta idea de el remate final, esas pequeñas calcincillas, y si no me equivoco, creo que estaban en en un en otro idioma
Sí, en otro idioma.
Como como como más, bueno, pues eso, como el el no
Lo que quieran mostrar a ver si no es
O sea, no no considerado como el el culto por la por la población. Entonces, era como, bueno, un poco es es está ahí, la inspiración es plena, ¿no? En esto de, y de hecho cuando empecé empecé como a leer algunas y decía, ah, sí, voy a coger literalmente lo mismo, ¿no? Y ese poema de, bueno, lo voy a mirar, ¿vale? Perdón.
No hay lata.
Que dice, bueno, el que menciona las jarchas que dice, aunque aunque pasen muchas noches desde que te vi, no tengo nada que hacer cuando me hablas y me da muchas ganas de escribir todos los poemas como si fueran jarchas. Esta idea, eso es como mucho de de lo de de las jarchas, ¿no? De esta cosa de, ay, estuvimos por la noche, fue genial, y por la mañana me despierto y ya no estás, y voy a mi madre y le digo, ay, antes de de que se vaya me va a dar un beso, y como es como, o sea, o sea, estas estos poemas realmente, o sea, son alucinantes, ¿no? Porque de repente algo que estaba muy por por arriba, como en la erudición y tal, en en este momento de repente lo bajan y es a lo carnal, al deseo y al al al anhelo, ¿no? Como esta cosa de, bueno, ¿vendrá mi novio a darme un beso?
Es que es así, ¿no? O sea, claro, entonces, esa, y esta esto es un poco como el alma de de de esta de, bueno, de esta parte que son lo la los cuentos de los novios imaginarios, porque son pequeñas canciones que van a ir rimando muy tontamente, como rimas muy fáciles que parezcan que, de hecho, o o que ha sido la primera palabra que se me ha ocurrido que que iba que fuese a arrimar o que que es de esto esto lo he hecho, he cogido un diccionario de de rimas y he dicho como, ¿qué palabra rima con soñar? Intro, y entonces ver las palabras y decir, así, pues, estás, veo que que que verso me sale con x palabras y digo, vale, pues meto esto. Pero bueno, es es que eso realmente es un trabajo de de, bueno, que que lo ha hecho todo el mundo, ¿no? Como coger que ver qué palabra rima y decir, bueno, pues encajo esto con con la palabra que rima, ¿no?
Y ahí estaba como también un poco remitiendo un poco la idea de el el arte como fisio, ¿no? De tejer con palabras, de cojo una palabra y que encaje, y muchas veces incluso contando sílabas, ¿no? Que es, bueno, que parece una cosa eso, pero bueno, pues, con cosas Súper
complejo, Sí,
sí, sí. Y claro, y luego, por otro lado, estaba la la idea de que estas suenan a cancioncillas y a y a estribillos, porque esta parte es cuando el, bueno, pues el sujeto poético se se duerme en el coche y empieza como a dormitar, por un lado, a soñar con esas cosas, y por otro, cuando estás en el coche, que empiezas como a dormitar, siguen sonando la música y y y las canciones se te meten un poco en la cabeza, en el sueño, dentro, y empiezas como a tararearlas también en tu cabeza, pues un poco eso, ¿no? De estar durmiendo en el coche y que, bueno, yo qué sé, suena Justin Bieber, ¿no?
Qué bueno.
Total, o o Mecano.
Total, Mecano, Mecano, o sea, obviamente, Mecano.
Y también, o sea, sobre estos, este versus este versus este mundo popular versus el mundo literario más académico. Hay una cita como en el poema en que se ve muy bien y es unas, o sea, en el poemario que se ve muy bien, y es una cita que a mí me gustó mucho, que la voy a leer, que dice Yo una vez fui al colegio y a la universidad y me dijeron que la poesía era poner las palabras de forma extraña y retorcerlas como si estruja un paño mojado para que no tenga tanta agua. Me contaron que había gente que se había dedicado por completo a intentar encontrar los significados ocultos a los poemas, como si los poemas fueran un tesoro escondido en una isla y no la playa de la isla cuando le da el sol. O sea, es que como que esa concepción de la poesía como que me parece muy guay, ¿no? Como que al final el el poema en sí mismo tiene tiene su valor y y que tampoco hay que rascar demasiado, ¿no?
Sí, y sobre todo eso, no encontrar un significado, ¿no? Como para mí el significado de del poema, y casi muchas veces, no solo del poema, sino de lo literario y no solo eso, también a veces de lo artístico, no es un significado que se pueda resumir en una frase, es es una emoción o muchas emociones, ¿no? Y eso no quiere decir una emoción de bellezas, de sublimidad ni nada, muchas veces sí y otra y también pues alasco, o puede ser miedo o lo que sea, ¿no? Claro, o sea, o sea, las la sensación o el sentir por etimología es movimiento, como la sensación significa movimiento. Entonces, como la idea del arte como que como que mueva, y el poema en sí, pues estrujar, o sea, el paño me gusta estrujado si lo y lo quiero seco, pero si lo quiero mojado, no lo quiero estrujado, ¿no?
Puede ser de las dos y puedes estrujarlo más y menos, y me gustan los paños mojados, húmedos, secos, ¿no? Como, pero que que no, y esto va un poco como la idea, un poco de de hacia dónde va el libro, es que no haya solo una concepción ni que haya ni que no haya una un paño que sea el mejor.
Pues siguiendo con este tema de la recepción, ¿no? Del de los textos literarios, hay un poema que se titula Cuento dieciséis, que dice, estamos quitando mucho porque es que
da un
poco más. Qué bien, qué
bien, muchas gracias, la verdad.
Pues, dice así. No sé si creo en dios, pero me parece un milagro que en este mundo tú y yo podamos cogernos de la mano, un milagro que en este mundo tú y yo tan accidentalmente nos queramos. Entonces, me gusta mucho pensar en este poema, no solo como el encuentro con del amor o así, sino en el encuentro que supone la la literatura también. Y hace poco escuché el podcast de Sabana Quir, que justo estábamos hablando, que participaste en él junto a Paul Was y Bertha García Fait, y decíais que creo que era Berta la que lo decía, no recuerdo muy bien, pero hablabais como de el test, que de que un texto conectaba con un lector y que cuando esto sucedía se establecía una especie de relación de amistad secreta. No como que me gustó mucho esa esa cosa de vale, cuando hay veces que no sucede, pero cuando sucede es como una especie de amistad secreta y que cuando leemos un texto, su significado no resuena de alguna manera y nos ilumina partes de nosotros mismos y otros lugares inesperados.
Lo que decías ahora no de mover como que te mueve a otro lado, no te conmueve. Entonces, te quería preguntar, esta conexión entre ese tú y ese yo también es como accidental y milagrosa, ¿no?
Totalmente.
Hay otro de los poemas del libro que de uno de los versos que dice, tú dices hay un lago y yo oigo el agua, Que me flipa. Entonces, quería preguntarte también, ¿cómo concibes esta relación entre autor lector que produce la literatura?
Y buah, es verdad, lo lo que dice Berta, además, en su libro, el el arte de encender las palabras, dice como que el el autor y el lector se se, ¿cómo se dice? Como se ennovían, ¿no? Como se se, o sea, llevan se llevan a cabo una aventura de amor, como, bueno, cuando y sobre todo, creo que, bueno, pues pasa con los libros, con con un poema, pasa también mucho, ¿no? Que de repente dices uf, lo voy a volver a leer otra vez, bu, bu, bu, bu, y te te obsesionas un poco de forma romántica, ¿no? Con con él.
Y yo con la la, bueno, me encanta estas citas de de justo de estos de estos poemas, porque justo el el el de, no sé si creo en Dios, es verdad que tiene como una lectura metapoética, ¿no? De, bueno, quiénes son, quiénes es el tú, quién es el yo, que puede ser el el autor y el lector perfectamente. Yo pienso muy poco en el lector, la verdad, como porque si no es lo que, y esto volvíamos, volvemos a la primera, pero me, si no, me da mucha vergüenza. Y como que creo que la esa distancia de de no pensar, o sea, obviamente, tengo lectores ideales, ¿no? Y escribo diciendo,
ay,
me gustaría que esto le gustase a esto. O o no solo eso, sino como hay muchas veces que he tenido ciertas lecturas que han sido fundamentales, cofundacionales en mí, de de ciertas personas sobre mí mi escritura, que me hacen acordarme siempre, por ejemplo, en un taller, ¿no? Cuando, yo qué sé, un taller a lo mejor con Berta, que que he tenido, que me ha dicho como, ¿y por qué has hecho esto? Y entonces, como que de repente eso para mí es una bombilla que está siempre ahí, no de forma fantasmal ni monstruosa, sino como algo que me guía en la escritura de, bueno, como un aprendizaje, ¿no? Al final es es una cuestión de es mucho más libre que la educación reglada de tienes que escribir como, pues, con estas normas, pero sí que esas cosas o ciertas lecturas, ciertos avisos me han me han hecho que, bueno, pues eso, iluminar pequeñas bombillas que me hacen navegar un poco más fácilmente por la por la por la por mi escritura.
Y que luego eso también me ayuda también a leer, de hecho. Entonces, no, como que el lector como algo vacío o como algo cultural, no lo no lo pienso tanto, pero sí que pienso en lectores concretos, o sea, bueno, no tanto con concretos, sino como eso, con experiencias concretas de lectura que que se ha tenido o o o que yo he tenido también como cosas que me gustaría replicar o o no solo, ay, quiero copiar esto, sino como quiero copiar esta emoción que me transmitió esto. Ajá. O o también escribo, os creo mucho con playlist y con canciones y, por ejemplo, la última el último el último poema tengo solo una playlist de x canciones, en los que era como, escribo con estas canciones, porque este es el el sentimiento que que quiero que generar yo, o sea, que me está el el sentimiento que me está generando es el que quiero generar yo. Entonces, era como, son son canciones muy rítmicas, un poco electrónicas.
Yo no suelo escuchar como muchísima música electrónica y tal, pero que de repente esas canciones me ayudaban a el ritmo blablablá, y entonces, como, no sé, ahí ahí sí que me me veo más como
Me parece interesante eso que dices de que cuando escribes como que no piensas mucho en el lector. Justo creo que hablamos de esto con Sabino Urraca un poco, de que a veces nos gustaría como un poco volver a esa escritura que hacíamos más de niñas o adolescentes, que estabas como tú sola con la hoja y no estaba como esa entrecon, porque al final, a fin de cuentas, muchas veces la mirada del lector es una presión, ¿no? O igual algo que puede llevarte a un sitio más apostado.
Sí. O sea, yo creo que, de hecho, esta, o sea, este libro, si hubiese tenido muy presente al al al lector, no lo hubiese escrito así. Que es imposible, o sea, por eso digo muy presente, sí. Porque creo que, o a lo mejor lo he tenido tan presente que he dicho que una forma de ignorarlo conscientemente ha sido tenerlo tan presente, ¿no? Como tiene ese reverso de, ay, lo ignoro, pero ignorándolo estoy teniéndolo muy en cuenta, porque quiero porque quiero desagradarle un poco, ¿no?
No, tú sabes, qué guay. Pues, hablando también un poco de esto, claro, yo como no estoy muy acostumbrada a leer poesía, cuando leo poesía todavía tengo esa cosa de, ay, ¿qué quiere, qué quería decir? ¿Sabes? Como a ver si yo estoy pillando, ¿no? Que creo que me mola cambiar ese enfoque de, vale, es que a lo mejor no estaba pensando el escritor en en en decirme esta cosa concreta.
Voy a cambiar el foco y y decir que es, en vez de pensar en qué estaba sintiendo el autor, es como, ay, ¿qué estoy sintiendo yo, no? Al leerlo.
Que muchas veces parece que se
nos olvida que lo que lo que tiene que pasar está aquí
Cien por cien, claro, o sea, es que lo que tiene que que pasar es una experiencia, es que encima es única. Es que eso es eso es lo lo chulo de todo, que que cada experiencia lectora es concreta, única e irrepetible, o que tú lo vuelvas a leer va a ser distinta completa.
Total. Completamente. Qué guay. Pues nada, ya para ir cerrando, que que va a haber
Quedan dos minutitos para adentro.
Quedan dos minutitos. Entonces, nos gusta siempre preguntar como cuál es la obsesión de las personas que entrevistamos, ¿no? Como a su modo, ¿no?
La obsesión al momento de, o sea, ahora mismo que te obsesiona al momento de de escribir, ¿no?
De escribir. Sí. Mira, pues, contradiciéndome un poco, ahora lo que estoy escribiendo me obsesiona mucho
el lector.
Pues en en en en ahora me soy como que me he vuelto bastante autoconsciente y de decir, ahora qué qué va a pensar de mí esto, ¿no?
Los seres humanos somos personas contradictorias Claro, o
sea, claro, la contradicción como que ha me he mordido la la propia cola, ¿no? No lo sé, o sea, es es, o sea, me ahora mismo, o sea, como a la escritura, me obsesiona eso porque no me está dejando escribir.
Ah, vale. Ah, vale.
Eso es lo que lo que me obsesiona.
Creí que va a ser como un ensayo,
Ah, qué
bonito. Un
ensayo sobre el lector.
Sobre cómo le afecta
la esperanza al lector. Bueno,
y y ya quiero hacer la última, última pregunta porque fui muy pesada al momento de escribir al guion diciéndole así. Paola, es que Juanpe en sus lemas menciona Hannah the Girls. ¿Podemos hablar de Girls, por favor? Obviamente. Así que simplemente quería Eso
tendría que haber sido antes.
Desde el principio que sí.
Entonces, simplemente quería preguntarte con cuál de las chicas de Girls te identificas más. Es un poco complicado porque ninguna es.
Sí, pues, yo diría que es, o sea, no voy a hacer una mezcla de las cuatro, obviamente, pero creo que sí sí estoy soy como fuertemente hana con toques de Sosana, a veces. O sea, a veces, ¿no? O sea, no es como mi esto principal, mi esto principal es más ser de ilusional y y completamente fuera de contexto, la verdad.
Están todas un poco de ilusional, ¿no?
Sí, obvio, esa es la verdad. Somos,
somos todas. Pues sí, qué bien acabar como con Girls en la cabeza, la verdad. Muchísimas gracias, me ha pasado genial. Qué guay. Haces súper súper.
Muchas gracias. Y gracias también a Pergamos por dejarnos Desde el Pergamos. Pablo de ahí. Y y nada, mucha suerte con el resto de Gracias, gracias. De la del tour de tonterías y de
proyectos. Gracias.
Hasta luego.