El viejo continente contrataca

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El coronavirus con pan es menos. Los estadounidenses lo han experimentado hasta ahora mucho mejor (demasiado) que nosotros, sus valores en bolsa mojándoles la oreja a los europeos. Sin embargo, se atisba una primavera de revancha. ¿Volverán las oscuras golondrinas a colgar su dinero en los balcones del viejo continente, que diría el poeta?

Terry Edwing, director de renta variable en MIFL, cree que la gran pregunta del momento es "si este será finalmente el año de los mercados de renta variable europeos. En los primeros compases, sus rendimientos han sorteado las primeras semanas relativamente indemnes, en clara contraposición con el mercado estadounidense y, especialmente, con el índice Nasdaq, con un gran peso tecnológico. Teniendo en cuenta que el descuento de valoración de Europa es mayor en comparación con el de EEUU, creemos que este año, y especialmente la primera mitad de 2022, puede ser el momento de que la renta variable europea brille".

Juan Fierro, director para Iberia en Janus Henderson, coincide en que "la renta variable europea cuenta con los ingredientes adecuados para tener un buen año, al menos en términos relativos"... salvo que "la escalada de las tensiones geopolíticas en el este de Europa derive en un shock exógeno para la economía y los mercados financieros". Revival de la Guerra Fría aparte, Fierro ve tres ingredientes positivos. Para empezar, "un entorno macroeconómico más favorable: además de unas previsiones de crecimiento del PIB para este año superiores a las de EEUU, se espera que el Banco Central Europeo no endurezca su política monetaria hasta, como pronto, finales de año".

Además, "en el ámbito empresarial, el consenso de analistas espera que en este 2022 los ingresos y beneficios de las empresas europeas crezcan en el entorno del 6,5% al 7,0%, e incluso en las primeras semanas del año, a pesar de la incertidumbre por las tensiones geopolíticas y cambios en las políticas monetarias, estas estimaciones se han revisado al alza". Por último, respecto a las valoraciones, "el mercado europeo cotiza en múltiplos más atractivos, lo que lo hace menos vulnerable en el contexto actual de un cambio de régimen en la política monetaria de los bancos centrales."

En parecidos términos se expresa Kirsty Clark, especialista de inversión de renta variable de M&G Investments. Y con la misma (gran) salvedad: "El contexto económico actual es constructivo para Europa, pero las preocupaciones geopolíticas permanecen al persistir el conflicto entre Rusia y Ucrania".

Estas inquietudes se suman "a la preocupación por la inflación y la seguridad, dado el aumento de los costes energéticos y la dependencia de la región del suministro de gas ruso". Y, poniéndonos en lo peor, "cualquier resurgimiento de la COVID-19 también supone un riesgo para la dinámica de inversión en valores cíclicos, y recaería sobre los valores de viajes y ocio en particular, y sobre las empresas con cadenas de suministro más complejas en caso de que éstas se tambaleen o persistan los cuellos de botella existentes".

En cualquier caso, pase lo que pase, Edwing incide en que "el mercado estadounidense tiene una exposición mucho mayor a los valores tecnológicos y growth", y eso puede beneficiar este año a Europa, que "tiene una mayor exposición a sectores cíclicos más baratos y value, como el automovilístico, el financiero, el de materiales, el energético, el industrial y el sanitario". La clave está en que, "a medida que la pandemia se desarrollaba, EEUU optó por convivir con ella con menos restricciones que la mayor parte de Europa", y su economía se recuperó a un ritmo más rápido en 2021.

En cambio, Europa optó por ser más restrictiva con la llegada de Ómicron a finales del año pasado, y lo sigue siendo hoy". Además, la renta variable norteamericana se ve amenazada por la posibilidad de que "el crecimiento salarial obligue a la Fed a sorprender a los mercados financieros con una respuesta de política monetaria mucho más restrictiva. Actualmente, se esperan entre tres y cuatro subidas de tipos este año. Si es correcta la predicción de siete subidas de tipos hecha por Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, el mercado estadounidense corre más riesgo".

Fierro recuerda que, además, "la UE solo acaba de poner en marcha el mayor paquete de estímulo jamás financiado en Europa con más de dos billones de euros, que aglutinan el marco financiero plurianual para el periodo 2021-2027 y el instrumento de recuperación NextGenerationEU. Durante los próximos años, los países miembros se beneficiarán de transferencias directas y créditos ventajosos para estimular el crecimiento tras la pandemia e invertir en modernizar la economía del viejo continente haciéndola más sostenible, digital y resiliente".

En este contexto, él cree que los inversores deben "identificar compañías que sean capaces de proteger sus márgenes, bien sea a través de un mayor control sobre sus costes por ejemplo, empresas cuya estructura de costes sea menos dependiente de la evolución del precio de las materias primas- o con la capacidad de trasladar a través de los precios estos mayores costes a sus clientes sin sacrificar cuota de mercado", como aquellas "con una sólida imagen de marca o productos y servicios muy diferenciados".

De entre los miembros de la Unión, los que normalmente acaparan menor protagonismo podrían convertirse en buenas apuestas. Clark cree que "tras el cambio de postura del BCE y la reciente ampliación de los diferenciales de la deuda soberana, en particular de la italiana, la sostenibilidad de la deuda en la Europa periférica ha atraído de nuevo la atención".

Aunque, en general, "el panorama político más estable, las sólidas perspectivas de crecimiento de los beneficios y la capacidad de las economías de toda Europa para beneficiarse de un repunte cíclico deberían impulsar el crecimiento económico y crear la capacidad de reducir la deuda". Por sectores, no pueden faltar las tan de moda "energías renovables", pero ahora "también encontramos oportunidades a precios atractivos entre los valores financieros, energéticos, químicos y de telecomunicaciones, que deberían seguir beneficiándose de una rotación cíclica más sostenida en un entorno de tipos en constante aumento". Especialmente los primeros, porque "el sector bancario suele estar entre los beneficiarios más inmediatos de la subida de los tipos de interés, ya que puede paliar los bajos márgenes experimentados durante un entorno de tipos bajos y mejorar la rentabilidad de forma continuada". Pero Clark tampoco olvida que las "empresas del sector energético y materias primas se han beneficiado de las subidas de precios debido a las restricciones de la oferta y la demanda".

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