El estrés, en pequeñas dosis, puede producir adaptaciones beneficiosas para la salud. Sin embargo, un estrés cronificado sin periodos de adaptación puede ser terrible para la salud.

Hoy hablaremos de conceptos como el estrés crónico, hormesis y carga alostática, y de cómo una baja dosis de estrés controlado puede mejorar nuestra vida, pero el estrés crónico puede llegar a facilitar nuestra muerte.

Como siempre, algunos enlaces de interés:

Estrés crónico y trabajo: el síndrome de ‘burnout’ https://www.elespanol.com/vivir/desarrollo-personal/20230713/sindrome-burnout-evitar-quemarse-trabajo/777922468_0.html

Estrés y comer por ansiedad: https://www.elespanol.com/ciencia/nutricion/20230403/comer-ansiedad-claves-frenar-atracones-estres-expertos/750175401_0.html

Estrés y corazón: https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20190908/ataca-estres-corazon-factor-riesgo-cardiovascular-desconocido/427208072_0.html

Estrés y cáncer: https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20220718/estres-ansiedad-pueden-provocar-cancer-ciencia-respecto/687931556_0.html

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Transcripción


Hola y bienvenidos un día más a la consulta del doctor Méndez, yo soy Roberto Méndez, médico de familia y especialista en nutrición clínica y deportiva y en ciencias de mezcla de tantas. Hoy hablaremos más de medicina, de salud mental, en este caso, y menos de de nutrición y de deporte. Como siempre, os recuerdo la academia Nutricado, cursos nutrición y deporte, por un lado Raquel Casares, nutricionista, habla de la parte práctica de la nutrición y yo de la parte teórica científica como no podía ser de otra manera. Os animo a entrar a la web edu punto net ubicado punto es. Y ya, más dilación, hoy hablaremos del estrés, concretamente del estrés crónico y de conceptos como la Ormesis y la carga a lostática.

Por un lado, quería empezar con la carga a lostática, esto lo lo aprendí en una conferencia a la que fui hace poco del doctor Mario Alonso Puig, probablemente muchos lo conoceréis, lleva divulgando, si no recuerdo mal, os digo que treinta años, es cirujano, estuvo en Estados Unidos, pero ya hace años que se dedica solo a a la divulgación, y la verdad es que lo hace muy muy bien, y nos explicó el concepto de carga aerostática de una manera muy gráfica. Durante la conferencia en el auditorio donde nos encontrábamos, nos hizo levantarnos de la silla y sentarnos, levantarnos y sentarnos, cada vez más rápido. Y llegaba un momento que decías, señor, me estoy estresando. Claro, ¿qué es lo que estaba pasando? Pues la carga aerostática, que es lo que nos explicó Mario en aquella ocasión, es cuando el cuerpo trata de recuperarse tras un evento estresante, pero no le da tiempo, porque el estresor continúa activo, en este caso, el doctor Alonso Butch, haciéndonos sentarnos y no aventarnos.

De manera que el cuerpo se acostumbra a vivir con esta sobrecarga, y esto es la carga aerostática, es el exceso de estrés de forma continuada que nos pasa a mucho, a muchos, perdón, sobre todo en el ambiente laboral, que es lo que comentaremos a continuación. Luego está el concepto de Ormessis, esto lo aprendí en en un podcast de Marcos Vázquez, find del revolucionario, seguro que os suena a todos los que escucháis esto, y lo que comentaba es que la arnesis implica adaptación al estrés. Ciertos niveles de estrés sí que serían beneficiosos, por ejemplo, el ejercicio físico es un estrés beneficioso controlado, pero un exceso de estrés, en este caso, incluso un un exceso de ejercicio podría ser dañino. Entonces, la omesis sería la adaptación a ciertos niveles de estrés, pero cuya sobredosis podría ser mala, como todo, si, por ejemplo, vemos ocho hilos de agua al día, esto evidentemente es malo, de hecho puede provocarnos fallas enfermedades, pero tenemos que deber un nivel adecuado de agua para sobrevivir, obviamente. Entonces, las mermasis, como digo, sería una adaptación a niveles de estrés adecuados para que poco a poco vayamos superando y vayamos mejorando, nos vayamos adaptando, ¿vale?

Les demos la carga aerostática, que sería el exceso, y la hormenesis, que sería la adaptación adecuada y beneficiosa al organismo. Y dicho esto, hoy hablaremos de el estrés crónico y el síndrome de burnout, el estrés crónico y el consumo de ¿vale? Empezaremos por el síndrome burnout, en este caso tuvimos la ocasión de de entrevistar en el periódico en español a la a la psiquiatra Marian Rojas, muy conocida, seguramente por todos también, y lo que hablaba ella era de del concepto intoxicación por cortisol. Como nos dice Marianne, el cortisol la hormona del estrés y se activa nuestro organismo en los momentos de miedo, cuando el organismo siente que tiene que huir, cuando sentimos que la supervivencia está en juego, y hay momentos de alerta. ¿Qué pasa con esto?

Que hoy en día la hormona de estrés se activa por todo, la hormona no distingue, de hecho, nuestro cuerpo, nuestra mente no distingue entre casos reales y casos imaginarios, y el noventa por ciento de las cosas que nos preocupan jamás llegan a suceder, está en nuestra mente. De por ejemplo, el tema del estrés laboral, ahí no hay ningún león, ningún tigre persiguiéndonos, no tenemos que huir de una amenaza para la supervivencia, pero estamos nuestra mente intenta huir del momento estresante. Claro, ¿qué pasa? Cuando estamos continuamente bajo ese estrés, el cortisol continuamente está en un nivel muy elevado. Nuestra mente interpreta cosas como peligrosas cuando realmente no lo son, miedos al futuro, fantasmas es el pasado, entonces no distingue lo real de lo imaginario.

Esto es importante puesto que, como digo, el noventa por ciento de esas cosas que preocupan jamás suceden, como también nos decía Marianne. Y entonces llegamos a lo que se Marian llama de de forma coloquial estados de intoxicación del cortisol, en la en los que la hormona es demasiado alta y tiene un reflejo en diferentes diferentes partes del organismo. Esta intoxicación de cortisol genera cambios a diferentes niveles, nivel físico, psicológico y conductual. A nivel físico, de hecho, esto ocurre mucho, yo esto lo veo en la consulta diariamente, pérdida de pelo, cambios a nivel gastrointestinal, interacción hormonal, sensación de en el pecho, falta de aire, alteraciones de la piel, de hecho, la la el tema de esta irritabilidad, falta de aire, son estados clarísimos de ansiedad y se ven a diario. A nivel de psicológico, irritabilidad, miedo e interpretación de forma negativa de todo aquello que nos sucede, incluso problemas de sueño, tristeza, lo que lleva a algunas personas, por suerte no a todas, al aislamiento.

Estamos en una sociedad, como dice Marianne, hiperestimulada, donde nos cuesta comprender por qué, para comprender hay que profundizar, y para profundizar hay que parar, y hay que tener consciencia del tiempo y desconectar de la hiperestimulación de las pantallas. Es una crisis de atención que no podemos comprender, no no conocemos adecuadamente, no podemos profundizar y no podemos resolver. Entonces, la unión hay la unión. La Organización Mundial de la Salud reconocía oficialmente el síndrome de burnout o estar quemado por el trabajo describiéndolo como un trastorno emocional, fruto de una situación de estrés crónica que genera el agotamiento físico y mental. Esto es, de hecho, bastante común, yo lo veo bastante en consulta, yo creo que lo he llegado a vivir en algunas ocasiones en la pandemia, por suerte fue un periodo corto, pero sí que no notaba que que se me es que me se me iba a la cabeza, no no podía aguantar tal cantidad de de trabajo y no entendía por qué estábamos haciendo ciertas cosas, como por ejemplo el tema de las bajas laborales por todo, por es que tiene COVID y no pudiera este trabajo porque es que es peligroso, y ahora, bueno, sí que es verdad que era el principio de la pandemia, esto es obvio, ahora sabemos más cosas, ahora ya hay vacunas, ya prácticamente todo el mundo nos nos hemos vacunado y y se pasa como un simple resfriado común y corriente, y en aquella época, pues no no se sabía.

O sea, todo el mundo tenía que estar en casa por por a o por b. Pero claro, ¿quién debería hacer la abajo? Pues nosotros desde el centro de salud. Claro, cuando eso te pasa con veinte personas no pasa nada, pero si llegas a setenta personas en un solo día, en una sola mañana, como nos pasó a nosotros en algunos días, por suerte no todos, llega un punto que tu mente no no carbula como toca, ¿vale? Pero claro, ¿qué pasa?

Que hay gente que el este estado de burnout continuado lo tiene continuo, como digo, siempre. Claro, llega un punto, es que cada uno llega a ese punto de voluntad a un en algún momento, no Habrá gente que aguantara más y habrá gente que aguantara menos, pero es que nadie se merece tener que aguantar eso, ¿vale? Las causas laboral son varias, como decimos en el artículo que es una tarea en la que está ese programa, sobrecarga de trabajo, como os acabo de comentar, necesidad de estar siempre disponible, esto por suerte en mi ámbito no no suele pasar alguna vez cuando falla alguien alguna guardia, pero la verdad es que no nos suelen molestar fuera del horario laboral, incluyendo las llamadas telefónicas constantes, el tema de los emails, WhatsApp, esto pasa en muchos trabajos. Falta de control, sensación de no tener control sobre el buen trabajo diario, ambiente laboral tóxico, esto pasa en muchísimos trabajos por lo que me cuentan algunos pacientes, inseguridad laboral, falta de estabilidad, presión para mantener el puesto de trabajo, esto pasa muchísimo, desequilibrio entre trabajo y vida laboral, y que que sería la incapacidad va a encontrar un equilibrio entre responsabilidades laborales y las actividades personales.

Todo esto pasa forma continuada en multitud de trabajos y no debería pasar, nadie se merece aguantar todas estas cosas. ¿Qué consecuencias tiene para la salud esto? Pues enfermedades cardiovasculares, nosotros lo lo aumentaremos más a fondo después, trastornos músculos querécticos, dolores de espalda, de cuellos, de hombros, contracturas musculares, así todos los días estamos viendo, y sobre todo por el tema del trabajo, ya sea por estrés o por exceso de de actividad física en el trabajo. Problemas gastrointestinales, como hemos comentado antes, trastornos del sueño, ansiedad, depresión, agotamiento emocional, esto es súper típico, problemas cognitivos, sensación de falta de memoria y y falta de toma de decisiones, falta de atención, súper común. ¿Cómo reducir estrés?

Perdón, pues a veces el método más drástico sería cambiar de trabajo o o decirle a a a nuestros a nuestros jefes, oye, esto no se puede aguantar y, de hecho, es es inviable, no, esto sería lo más extremo. Pero a a veces el estrés se lo crea uno mismo, como digo, cada uno aguanta el estrés de una manera diferente, ¿vale? No se puede generalizar, cada persona es un mundo y cada persona aguanta el estrés de una manera diferente, hay hay cosas que a lo mejor, a mí en especial me no me parecen estresantes o me parecen solucionables en poco tiempo, simplemente hay que calcular bien cómo se hace, y hay gente que con, se se ahogan un vaso de agua, que se suele decir, es una un dicho muy común. Entonces, claro, hay que ver qué niveles de estrés son aguantables para un estándar y qué niveles no, ¿vale? Si hablamos de niveles aguantables, pero que por el motivo que sea, no nosotros como personas no nos aguantamos, ¿qué podemos hacer?

Algunas sugerencias que nos da María en este artículo es priorizar y planificar, organizar las tareas de forma eficiente y priorizar y tener plazos realistas, establecer límites y delegar, decir no a lo que no es necesario delegar responsabilidades, gestionar bien el tiempo para reducir la sensación de agobio, practicar relajación, meditación, mindfulness, de hecho en la en la Competencia de Emotional Unison, hicimos Mindfulness que yo nunca jamás lo había hecho, fue fueron nada, unos minutos, y la verdad es que se sienta hábil, a mí me parecía una tontería en el fondo, pero no, la verdad es que fue una cosa bastante curiosa, os lo recomiendo probar, la verdad que está muy bien. Como una rutina de ejercicio físico, esto primordial, tanto para estes como para salud en general, Concilía los límites claros entre trabajo y vida personal, apoyo social, compartir experiencias y preocupaciones con colegas, amigos o familiares. Este punto quiero hacer un inciso, hace poco, como os comentaba en anteriores pocas, tuvimos unas jornadas de de riesgo cardiovascular en en nuestro hospital, y uno de los puntos que yo traté en mi en mi ponencia, que estuve también dando una charla allí, fue el tema de que muchas veces nos juntamos los los colegas de, en este caso, de atención primaria, y siempre lo típico, típico es quejarse, es que esto va mal, es que esto también, pero nadie pone soluciones, es una cosa súper llamativa, nadie piensa soluciones, es que esto está mal y lo tiene que solucionar, en este caso nuestra consellería, esa mitad.

A ver, no hace falta que te solucionen nadie, a lo mejor hay cosas que podemos solucionar entre nosotros y hablar con el hospital o hablar entre nosotros de cómo gestionar mejor algunas cosas. O sea, no es solo quejarse al viento, al desierto y ya está, a lo mejor está bien comunicarnos, ¿no? Entre, pues, entre nosotros y la especialidad hospitalaria o en o simplemente de nosotros en el centro de salud, pero eso es una cosa que no suelo ver, no sé, el tema de comunicarnos entre nosotros, como por ejemplo, también nos dice aquí Marian, de comunicar las necesidades, solicitar ayuda, identificar oportunidades, todo esto también se puede hacer, y yo lo que veo mucho es que nos quejamos mucho, pero proponemos pocas soluciones. Sí que es verdad que hay que tener una personalidad muy determinada para para proponer soluciones, pero oye, a lo mejor quejarse tanto no sirve para nada, porque al final entramos en un bucle, en un círculo vicioso de de todo el mundo quejándose, todo el mundo se pone a llamar a leche porque es lo que suele pasar, y nadie pone soluciones, y es una cosa que me llamaba mucha la atención y que lo tratamos también en en la charla que que di yo, en este caso, de mejorar la comunicación entre la atención primaria, que es mi ámbito de trabajo, y la atención hospitalaria, que en este caso era cardiología, pero bueno, podría aplicarse a cualquier especialidad hospitalaria.

Nosotros tenemos la especialidad de medicina de familia y es otro rollo, por decirlo de alguna manera, nuestro centro de salud es va como a nuestros centros de salud funcionando de una manera diferente al hospital, pero nos tenemos que comunicar con el hospital, eso es de cajón. Entonces, ¿qué qué qué mejor para la vivienda laboral que comunicarnos? ¿No? Y esto lo tratábamos mucho y, de hecho, se suele hacer poco y es una cosa mejorar y que debía mejorar en cualquier trabajo porque la falta de comunicación acaba con las relaciones. Y bueno, para terminar también estaría el tema de tener metas alcanzables, no puede ser una meta que no sabemos si vamos a alcanzar, o sea, por este listón demasiado es es inviable y mentalmente acaba quemando.

Y busca un propósito, de esto se habla mucho del tema de la longevidad, de vivir mucho, y tener un propósito en la vida, alarga la vida y mejora la calidad de vida, pero es que el trabajo buscar un propósito laboral individual pueda aumentar la satisfacción y el bienestar. En este caso, el propósito que tenemos yo y otros compañeros ahora mismo es mejorar la relación con el hospital, con cardiología en especial, y estamos haciendo proyectos juntos y demás, y eso es bonito dentro de hecho que tenemos que tener nuestro trabajo en el día a día, pero eso mejora mucho, o sea, tener cosas dentro del trabajo, pero que sea parte de lo que haces en el día a día es es bueno y y es bonito, y además eso a nivel de salud mental me parece genial y yo yo, por ejemplo, sí que noto que que las cosas mejoran en ese sentido y si además podemos mejorar la vida de los compañeros, oye, pues para adelante. Volviendo al tema de de cómo afectar el estrés a salud, tenemos el el hecho de comer por ansiedad, los típicos atragones, el hambre emocional aparece de forma repentina en muchas ocasiones y exige una solución urgente, con alimentos insanos y generando una sensación de culpabilidad.

En este caso, en el artículo, esto me pareció muy curioso cuando me lo leí para para hacer el podcast de hoy, existe un término alemán, que no lo voy a pronunciar bien, así que perdonadmelo si sabéis alemán, pero ya lo leéis en el artículo para saber cómo se pronuncia, pero literalmente en español sería kummerspec. Es es una palabra que realmente no tiene una traducción como tal, es como las palabras españolas sobremesa, y vergüenza ajena, que es difícil de traducir, proviene de kumer, pena, tristeza, y espec, tocino panceta. O sea, significaría algo así como pena panceta, ¿vale? Esto traducido literalmente, evidentemente, no no significa eso, ¿vale? Pero es utilizada por algunos psicólogos para definir los atracones emocionales.

¿A qué nos referimos exactamente? Pues es todos hemos tenido estrés, todos todos hemos tenido ansiedad, carga de trabajo acumulada y casi siempre de forma negativa afecta la dieta. Cuando un mal día puede llegar a acabar en un atracón, un ataque indigcriminado a nuestro frigorífico, y no suele ser para tiburón de alimentos sanos como fruta y verdura, sino con alimentos insanos. Lo que pasa es que nuestro cerebro busca recompensas inmediatas frente a los déficits emocionales, y alimentos como los que contienen cantidades de azúcares, sodio o grasas, o potenciales en sabor como el bultamato monosódico, son capaces de enviar mensajes de satisfacción casi inmediatos, es como una droga. Ya lo hemos comentado en alguna ocasión, los alimentos ultraprocesados funcionan así.

Estos, las causas que provocan el hambre emocional son muy variadas y saber el origen sería lo ideal para poder evitarla. Algunas situaciones que pueden desencadenar son conflictos personales, el aburrimiento, la ansiedad y y la y otras patologías mentales como la depresión. Lo que habría que hacer es identificar el problema, realmente saber que que no estamos comiendo por necesidad, pero sino como hambre emocional y intentar evitar llegar a ese punto. Lo principal, como digo, es identificarlo, porque si no identificamos nos no no conocemos el problema, no podemos buscarle solución, ¿vale? Algunas maniobras de distracción que se recomiendan, en este caso, como hemos dicho ya antes, practicar ejercicio, regular el descanso y también habría que, en este caso, cuando llegamos a ese punto, acudir a un profesional adecuado, ¿vale?

Porque muchas veces simplemente por nuestra propia cuenta no se puede mejorar. Luego, por otro lado, tenemos el tema del estrés crónico y la salud cardiovascular, que hasta hace no mucho, que es una cosa que me sorprende, no se no se tenía en cuenta que el estrés, que la ansiedad, que los factores emocionales pueden aumentar el riesgo cardiovascular, es decir, que la ira o un momento de estrés puntual pero intenso pueden provocar un infarto es una cosa que no se tenía en cuenta hasta hace nada, cinco o diez años. Antes no no se tenía tan en cuenta que un momento de de tener un disgusto te podía llevar al infarto, si tienes infarto desde riesgo, a ver, ser una persona sana y que te dé un infarto por un disgusto, pues no es lo habitual, pero una persona de de edad media con hipertensión, azúcar, colesterol, demás, factores de riesgo cardiovascular en general, que tenga un disgusto puede tener muchas papeletas de tener un infarto, y esto es por algo emocional, ¿vale? Tener mucho estrés no es bueno, pero y y hasta cuatro de cada diez personas han sufrido estrés en España de forma frecuente y continuada, esto según el artículo, yo creo que ahora mismo tras esta pandemia es más, pero lo que se sabe es que hay que saber manejarlo y controlarlo porque si no a corto, medio y largo plazo, a corto plazo según el los factores de riesgo que tengamos, pueden provocar enfermedades cardiovasculares y puede ser infarto cardíaco o o ictus a nivel cerebral, Esto pues puede ser todo, al final todos son eventos cardiovasculares.

Entonces, lo que hay que hacer es aprender a manejarlo y y también conocerlo, ¿vale? Sabemos que la hipertensión y el azúcar causan un aumento de riesgo cardiovascular, pero lo que no se suele saber es que el el estrés, bueno, no se suele saber, ahora se sabe más, porque por suerte esos últimos años hemos visto como la salud mental sí que afecta a nuestra salud, a nuestra salud orgánica, ¿no? A a la salud mental por un lado, la salud física orgánica por otro, y que tienen bastante relación. Entonces, hoy en día sí que se conoce más, pero a Entonces, hoy en día sí que se conoce más, pero antiguamente no se veía tanto. De hecho, hubo un trabajo ya publicado en dos mil doce, en la revista Circulation que sostiene que la meditación puede reducir un cuarenta y ocho por ciento el riesgo de mortalidad, infarto cardiovascular y accidente cerebrovascular en pacientes con enfermedad coronaria.

La razón es que la meditación reduce la activación del sistema simpático y la vibración de normas como el cortisol, hormona de estrés y la adrenalina, contrarrestando los efectos desfavorables de estrés crónico sobre la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Tenemos, por un lado, que que comentamos en anteriores programas, de que el ejercicio aumenta tanto la frecuencia como la tensión en ese momento, es un estrés controlado, pero si sufrimos un estrés emocional descontrolado, sí que aumenta el riesgo cardiovascular, ¿vale? Y ya para terminar, que ya ha aumentado el tema de la relación entre estrés, ansiedad y riesgo de cáncer, que muchas veces se habla como que el estrés no puede provocar enfermedades, lo que sabemos es que el estrés puntual no provoca enfermedades, puede colaborar en que empeore ese momento puntual, pero el estrés crónico sí que puede provocar una inflamación crónica y a largo plazo sí que parece, digo parece, porque aún nos falta, sigue investigando, obvio, sí que parece que aumenta el riesgo generalizado, tanto de enfermedad cardiovascular como de algunos tipos de cáncer en especial. Esto lo comentaba también el doctor Alonso Puig en su conferencia, como digo, es algo que se debe seguir estudiando, pero parece que hace más de lo que creíamos, lo típico que que que vemos en influencers que dicen, es que claro, si tienes muchos tres puedes sufrir toda la enfermedad, a corto plazo no, ¿vale?

Eso está, eso sí que lo tenemos claro que a corto plazo no es tan fácil como nos lo dibujan, pero a largo plazo, de forma mantenida, continuara, estrés, estrés, estrés, igual que si nos sometemos a a un ambiente tóxico, me refiero a a medio ambiente, o sea, a sustancias tóxicas contaminantes a corto plazo. Normalmente no tenemos enfermedades, a veces sí, pues si si tenemos ya una mal calidad de vida previa, como por ejemplo alguna enfermedad pulmonar crónica o algo, si nos sometemos a a un tóxico medioambiental, pues podemos tener una obligación, pero si somos una persona sana, no, pero a largo plazo este estrés mantenido y continuado parece que sí que aumenta el riesgo de algunas enfermedades, ¿vale? En este caso, en el artículo, lo que hablábamos es que según la la encuesta europea de salud en España, el estrés el estrés crónico afecta a a un seis por ciento de la población de mayores de quince años. En el momento de hacer esta encuesta, esto sería pre pandemia, porque ahora mismo me parece que debe ser más, pero lo que lo que nos decía es que más de dos millones de personas en nuestro país tendrían un problema que puede llevar en presión arterial, tendrían un problema de de trastorno de salud mental, y esto puede derivar en hipertensión, obesidad, diabetes y enfermedades y lo que no se sabe es sí en cáncer.

Y hubo un estudio que se publicó en Life Science Aliency, que relaciona el crecimiento metastásico de células de cáncer de ovario con un ARN no codificante, inducido por el estrés. Esto tiene su miga, esto es lo que nos decía los investigadores que diversos estudios realizados en modelos animales han sugerido que el estrés sí que puede facilitar la progresión del cáncer. Perdón, sin embargo, es una conclusión que hay que tomar con pinzas, como matizan desde la Sociedad Española de Opología Médica, los resultados obtenidos en estudios epidemiológicos son contradictorios y pueden existir otros factores asociados al estrés crónico que actúen como sesgos y que puedan predisponer a un mayor riesgo de cáncer. O sea, hay muchas cosas, ¿vale? Cuando una persona está sometido a una situación de ansiedad, es mucho más probable que adquiera hábitos de vida poco saludables, consumir alcohol, tabaquismo o la aire inadecuada, y eso al final aumenta el riesgo de cáncer, eso también es así.

Entonces, estrés como tal aún debe estudiarse si solo por sí mismo puede aumentar el riesgo de cáncer o de progresión del mismo. Lo que sí que se está viendo es que aumenta el riesgo de comportamientos que a su vez sí se han relacionado con un aumento de riesgo de de esta enfermedad. De momento la los estudios son obligatorios, como digo, pero sí que se está viendo ya alguna cosilla. También hay una investigación publicada en Atiur que repasa toda la literatura científica sobre el tema y su conclusión es clara. La evidencia de que el estrés promueve el inicio del cáncer es inconsistente, sí que puede facilitar la progresión mediante la maduración de la mayoría de las características del cáncer.

Esto es que, si bien estrés no desarrolla cáncer, sí que favorece su propagación. En estudios en in vitro se ha visto que las catecolaminas, por ejemplo, la adrenalina, que que son una una familia de hormonas típicas de estrés, entre las que se encuentra, como digo, la adrenalina y no la adrenalina, pueden promover la probabilidad proliferación de células tumorales y su migración a otros tejidos, y favorecer el desarrollo de metástasis. Esto es curioso, esto facilita que el tumor crezca y que el cáncer se disemine. O sea, lo que veríamos es que el estrés crónico como tal, de momento los estudios no lo identifican como causa primordial o u origen del de un cáncer, pero sí que parece que favorece su desarrollo y su metástasis. En este caso, ya sea de forma directa o indirecta, lo que haría el estrés es aumentar las catecolaminas y estas a su vez favorecer el desarrollo de tanto del cáncer como de de de del crecimiento del tumor como de las metástasis.

Y nada, esto es lo que os quería contar por hoy, de momento la la violencia es la que es, o sea, nadie está diciendo que sí ni que no, sino que los estudios son inconsistentes, pero la verdad es que es un tema que se que se debe seguir estudiando porque cada vez estamos viendo más cómo el estrés cronificado sí que provoca diversos tipos de enfermedades o al menos favorece su desarrollo, como acabamos de ver con el tema del cáncer. Lo que sí que hemos visto es que sí que que colabora mucho en la enfermedad cardiovascular, que hoy en día sigue siendo la primera causa de mortalidad que está al igual y al igual y con con el con el cáncer en especial. Y nada, como siempre, podéis ver esto en YouTube o escucharme en las diferentes plataformas de pocas, iBox, Apple Pocas, Google Pocas, PocketCast, Amazon Music, la que queráis. Nada, nos vemos y nos escuchamos en siguientes episodios. Hasta la próxima.

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